En busca de un nuevo hogar
«¿Qué se siente al vivir en un mundo que no sabe nada de ti?».
La vida consiste en una sucesión de cambios. Algunos son más pequeños y apenas nos afectan en nuestro día a día. Sin embargo, otros resultan decisivos porque suponen cerrar una etapa y comenzar otra nueva. Cada uno de nosotros incluye en esta categoría determinados acontecimientos en función de aquello que es más importante para él: un nuevo trabajo, una nueva relación, una nueva casa.
Muchas veces esos cambios los propiciamos nosotros: no nos conformamos con algún aspecto de nuestra vida y elegimos otro camino. No obstante, en otras ocasiones nos vemos forzados por las circunstancias y tomamos una decisión más obligados que emocionados por las nuevas posibilidades que se abren en el futuro. La necesidad es una de esas cosas que nos llevan a cambiar y es también la que mueve al protagonista de El pequeño Baku, un manga en el que MASUMURA Jûshichi reflexiona sobre una cuestión siempre presente: la inmigración y las dificultades a las que se enfrentan quienes se marchan de su país para vivir en otro diferente. Publicada originalmente como webcómic, ampliada después tras ganar el Premio New Face en el Japan Media Arts festival y editada en japón por Enterbrain, la obra nos llega ahora de la mano de Fandogamia.
Baku, un simpático tapir alienígena, se ve obligado a dejar su planeta porque en él ya no hay sueños, el alimento favorito de los suyos. Así, decide emprender un viaje a la Tierra con intención de quedarse allí: su tío trabaja en ese planeta y puede acogerlo. Sin embargo, las cosas no son tan fáciles como Baku pensaba: nada más llegar, se encuentra con problemas; no conoce las costumbres de su nuevo hogar, lo que los seres humanos le reprochan; el proceso para conseguir cosas tan necesarias como un trabajo está lleno de obstáculos. Y, por si fuera poco, su tío está de viaje y no puede ofrecerle su apoyo por el momento. Aun así, Baku está decidido a esforzarse para conseguir su objetivo y, por suerte, no estará tan solo como parecía al principio.
En El pequeño Baku, MASUMURA Jûshichi nos habla de la inmigración a través de su protagonista y de los personajes que lo rodean, muchos de ellos alienígenas que han elegido vivir en la Tierra por diferentes motivos, desde la necesidad hasta el amor por las culturas de este planeta. Y lo hace aludiendo a sus luces y sus sombras. Nuevas amistades, pequeños momentos de felicidad en el día a día, descubrir y aprender cosas nuevas; infernales procesos burocráticos, trabajos precarios, prejuicios, malos gestos. En ocasiones, mete alguna nota de humor que nos hace sonreír, aunque esa sonrisa luego se nos quede congelada en el rostro por la realidad que está plasmada en las viñetas.
Si hay algo por lo que destaca el manga es, precisamente, por lo bien que MASUMURA Jûshichi transmite a sus lectores las dificultades de un inmigrante y los sentimientos de los personajes. En ese sentido, conectamos de inmediato con ellos, con sus alegrías y sus penas, de tal forma que el mensaje de la obra nos llega muy bien y podemos reflexionar al respecto. Hay algunos momentos en los que, por un comentario o varias escenas, nos quedamos con el corazón encogido. Y es que el mundo no siempre es justo con los personajes, por mucho que se esfuercen.
Pese a todo, también hay lugar para la esperanza y la felicidad. Rendirse no es una opción para Baku, aunque todo parezca estar en su contra, y lo mismo sucede con algunos de sus amigos y conocidos. Esto hace que la historia nos conmueva y nos resulte entrañable. Trasladarnos con los personajes a la Tierra y seguir sus pasos constituye para nosotros un viaje emocional.
Ahora bien, puede que a algunos lectores no les termine de convencer la historia por su ritmo. Baku lleva una vida sin grandes sobresaltos, no hay giros argumentales que nos sorprendan, tampoco demasiada acción. Masumura pone el foco, sobre todo, en la vida cotidiana de sus personajes, en los problemas a los que se enfrentan de forma recurrente —el trabajo, las relaciones con sus compañeros y amigos, los planes para un futuro más o menos lejano, la vivienda—, y por esta razón se trata de un manga pausado. Ahora bien, los lectores a quienes les gustan las obras centradas en los pequeños detalles, en la sencillez del día a día, disfrutarán con las vivencias de Baku y sus amigos. Este título funciona muy bien en este sentido.
Otro de los elementos por los que destaca El pequeño Baku es por su peculiar dibujo, de líneas finas, que se aleja del estilo de muchos mangas. Gusten más o menos por su sencillez, lo cierto es que sus trazos se adecúan a la historia, también sencilla en muchos aspectos. Sobresalen especialmente los distintos alienígenas que desfilan por sus páginas, incluido el propio Baku, al que Masumura dota de mucha expresividad gracias a su mirada y sus gestos.
El pequeño Baku es un título entrañable a la par que entristecedor en determinados momentos que nos propone un tema de actualidad para hacernos reflexionar al respecto. MASUMURA Jûshichi lo consigue gracias a lo bien que transmite los sentimientos de sus personajes, lo que se suma a un dibujo particular que se amolda a la historia.
Lo mejor
• Lo bien que nos traslada MASUMURA Jûshichi las emociones de sus personajes.
• La forma en la que se trata el tema de la inmigración.
Lo peor
• El ritmo narrativo del manga tal vez no convenza a todos los lectores.
Guión - 8.4
Dibujo - 7.8
Interés - 8.3
8.2
El pequeño Baku es un interesante manga que reflexiona sobre la inmigración y las muchas dificultades a las que tiene que hacer frente quien abandona su hogar.
