El piloto fantasma – Motores de venganza

 

Edición original: All New Ghost Rider #1-5 USA
Edición nacional/ España: Panini Comics
Guión: Felipe Smith
Dibujo: Tradd Moore
Color: Nelson Daniel, Val Stapless
Formato: 100% Marvel, 112 págs.
Precio: 11€

 

25 años han pasado desde que leí mi primer cómic del Motorista Fantasma, eran principios de los noventa y Howard Mackie y Javier Saltares sorprendieron con una propuesta inteligente, intensa, violenta, la primera serie adulta para el adolescente que por entonces era, una en la que Kingpin se mostraba como un enemigo temible y Apagón que debutaría en el segundo número sencillamente causaba pavor. Aquella serie era hija de su tiempo, el comportamiento de los personajes, el tipo de historias que se contaban, esos momentos durísimos y que tenían consecuencias… El Motorista Fantasma es evidente que dejó huella en mi yo adolescente y ese cariño al personaje ha perdurado con el paso de los años a pesar de que hemos pasado desde entonces por alguna que otra etapa de calidad más que dudosa.

El caso es que como si de una celebración se tratase, un cuarto de siglo después volvemos a tener una nueva encarnación del espíritu de la venganza, que curiosamente, y por raro que nos parezca, esta vez sí disfruta de una traducción más próxima al concepto original, lo divertido es que haya tenido que cambiar el personaje de vehículo de automoción para que se produzca el cambio de nombre en España. Que el vehículo flamígero sea ahora un coche en vez de la moto de las dos encarnaciones anteriores no es el único cambio y es que no son ni Danny ni Johnny los protagonista de esta nueva etapa sino un joven adolescente llamado Robbie Reyes de los suburbios de Los Ángeles, un chaval que compagina los estudios en el instituto con su trabajo en un taller de coches para con ese dinero salir adelante junto con su hermano que tiene una disminución física. Esta manía de rejuvenecer a algunos de sus héroes se está convirtiendo en práctica habitual, de esta forma hemos visto como Loki volvía a ser adolescente e incluso protagonizar su propia serie regular (muy recomendable por cierto), o como Nova la protagoniza ahora el jovencísimo Sam Alexander. Para aquellos que llevamos años asociando un personaje a una identidad se hace francamente raro el cambio, aun así entiendo la motivación de Marvel buscando la renovación y la captación de nuevos lectores que se interesen por sus historias.

Centrándonos en el Piloto Fantasma, es innegable que el guionista Felipe Smith ha tratado de ofrecer un producto diferente, ha ubicado al protagonista en un barrio conflictivo, y con conflictivo me refiero a un barrio en el que circula la droga libremente y que la noche se vea interrumpida por sonido de disparos sea algo habitual, en medio de todo eso presenta a Robbie como un chico responsable y que como Peter Parker cincuenta años atrás es el blanco de los matones de la clase aunque en esta ocasión las amenazas pasan de ser leves empujones a palizas e incluso amenazas a punta de pistola. El único objetivo de Robbie es conseguir el suficiente dinero para poder salir junto a su hermano de ese suburbio, y justamente esas ansias por reunir dinero tendrá consecuencias funestas para él y con ellas el desencadenante que le llevará a convertirse en el nuevo espíritu de la venganza, y si con Danny Ketch vimos que tocar la moto en el vertedero con las manos llenas de sangre inocente, en esta ocasión la escena es similar en su fondo pero con el coche que el coche deportivo que el mismo estaba arreglando en el taller. Los paralelismos están ahí pero insisto, al leerlo se nota que el guionista se ha esforzado en que suena a historia nueva. Más allá de la presentación de Robbie, su entorno, esta nueva encarnación, su vehículo, sus poderes, la trama se alimenta de la enésima guerra entre bandas por drogas con la salvedad que en esta ocasión uno de los bandos está dirigido nada menos que por Mr. Hyde, y de nuevo me veo obligado a volver a los noventa, y el recuerdo de Kingpin, de Apagón,… aquellos villanos se antojaban terribles, despiadados, y aunque Mr. Hyde funciona de forma correcta en la trama si lo comparamos con los dos villanos anteriormente citados se queda corto como amenaza. Ojo, no digo que el personaje esté mal desarrollado, o que no sea capaz el guionista de trasladar al lector sus motivaciones, sino de que si el lector tiene presente el trabajo de Mackie quizás lo pueda ver como un tanto descafeinado.

Dicho esto, y si hago el ejercicio de dejar de lado las odiosas comparaciones me encuentro con que en el fondo he disfrutado enormemente con la lectura de este primer volumen, está lleno de momentos ingeniosos, el desarrollo de los personajes es más que notable, la sensación de violencia, de lo mal que Robbie lo tiene que estar pasando en ese barrio está más que conseguida, y el cambio de la moto por el coche me parece de lo más novedoso y bien llevado, como síntoma de que estamos ante una obra francamente buena decir que estamos ante un volumen que se lee en una sentada, y no porque se trate de una lectura ligera, sino porque está tan sumamente bien escrito y todo tan bien orquestado que consigue que pases páginas casi sin darte cuenta consiguiendo una inmersión total en la historia. Si el guión de Felipe Smith resulta de lo más estimulante, el dibujo de Tradd Moore lo podríamos catalogar como sorprendente y espectacular, jamás me imaginé que un dibujo más próximo al cartoon que al realista – más adecuado quizás para este tipo de historias pero lo cierto es que se convierte en el protagonista absoluto de este primer volumen con unas composiciones arriesgadas, y una elasticidad que hacía mucho tiempo no veía con un resultado que habla por sí sólo, si hubiera que buscarle un pequeño pero a su estilo quizás decir que en alguna escena su gusto por lo barroco hace de la viñeta un pelín confusa en alguna escena de acción pero nada que le reste brillo al trabajo más que impecable que aquí realiza.

Estamos ante un estreno prometedor, con un Felipe Smith que sabe lo que hace creando tramas interesantes y llevando a cabo una definición de personajes excelente, una serie en la que coge la esencia del concepto Ghost Rider y lo moldea sentando las bases para un personaje que a buen seguro nos va a traer muchas alegrías, si además a esto le añadimos que tal y como explica mi compañero Arturo Porras en este magnífico artículo pronto tendremos de vuelta a las anteriores encarnaciones del personaje, ¿que más podemos pedir?