Todo superhéroe tiene un origen. Un principio. Un desencadenante que cambia su presente y define su futuro para reconfigurar su existencia. Puede que sea un planeta que explota, la muerte de los padres a manos de un ladrón, nacer del barro o una estantería llena de productos químicos electrificados… la cuestión es que de alguna forma lo que antes era una existencia normal, pasa a ser extraordinaria y desencadena todo un sinfín de posibilidades a ser explotadas y exploradas por los autores de turno. Pero hay orígenes y orígenes, comienzos que son revisitados de forma sistemática a fin de añadir un extra de carga emocional, que se recuperan para ser retocados o simplemente a cada ocasión disponible se hace uso de estos como arranque de la trama. Si hubiera que responder a la pregunta de que origen DC es el más reiterativo en su uso, sin duda sería el de Batman, pero si se matiza más y se habla teniendo en cuenta el recorrido editorial, tal vez, en proporción, la respuesta sea el de Capitán Marvel.
En la guía de lectura publicada ayer se puede observar como hay seis obras que usan el origen del Capitán como punto de partida para la historia, bien como recordatorio, bien con fines editoriales con el que reajustar parámetros a fin de poder insertarlos en continuidad de forma más orgánica (sin entrar en detalles referentes a si fueron o no relevantes y acabaron por cristalizar de forma permanente).
Una de esas obras es El Poder de Shazam, la respuesta de Jerry Ordway al encargo por parte de DC de volver a retocar el origen del Capitán, publicada recientemente por ECC, y que vamos a analizar desde aquí.
Tras Crisis en Tierras Infinitas se relanzó a varios perosanjes DC, Batman, Superman, Wonder Woman, Flash, disfrutaron de un reinicio, de una puesta a punto, al que acompañaron series nuevas como la nueva Liga de la Justicia o el lanzamiento del Escuadrón suicida. En la miniserie Legends se presentaron varios de esos nuevos conceptos y además de conocer a la nueva Wonder Woman, hizo acto de presencia el Capitán Marvel, para el que había grandes planes.
El Gran Queso Rojo se había colocado en el ojo del huracán editorial que era en aquellos días DC y se consideró que era necesario darle un buen repaso a su origen a fin de volver a tenerlo disponible en el recién fusionado Universo DC. La editorial apostó por Roy Thomas y Tom Mandrake para la puesta a punto en la que Thomas opto por incluir una novedad en la que el Capitán conservaba la personalidad de Billy Batson cuando se transformaba. Puede parecer un cambio sin importancia, pero no fue bien recibido y la crítica acabó por enterrar esta miniserie, dejando esta revisión perdida en el limbo de la continuidad.
Sin embargo, DC no estaba dispuesta a dejar pasar la oportunidad de disponer del Capitán en su nuevo universo y en 1993 designo a Jerry Ordway, uno de los hombres de confianza de la editorial, el reto de escribir y dibujar una novela gráfica en la que se volviera a recuperar el origen del personaje, modernizándolo, pero sin perder su toque clásico por el camino.
El entintador de Crisis en Tierras Infinitas, no dudo a la hora de encontrar el enfoque adecuado, nadando contra la moda imperante de aquellos días, apostándolo todo por un estilo y un tono que recordaba a la Golden Age, pero ubicado en nuestros días, donde lo clásico se da la mano con lo actual de forma dinámica y fluida.
Este trabajo destaca por dos aspectos fundamentalmente. El primero es por su parte gráfica, en al que no se puede hablar estrictamente de dibujo, ya que Ordway pintó este cómic por completo, desarrollando todo el potencial que esta técnica ponía a su disposición. Es un trabajo en el que la narración sigue los patrones establecidos, sin florituras, sin escorzos extraños o rotura de viñetas, donde esas mismas viñetas se reparten de forma uniforme, siguiendo el patrón geométrico rectangular o cuadrado, con un tempo acompasado, relajado incluso, que no hace sino reforzar la sensación de estar leyendo un cómic de la Edad de Oro del cómic USA.
El segundo es por su acercamiento al personaje, respetuoso, directo y honesto, que no busca reinventar, sino más bien buscar aquellos aspectos del Capitán Marvel que mejor se pueden adaptar (en aquellos días, ya que han pasado ya 26 años) a los nuevos lectores, de tal forma que el núcleo del mortal más poderoso no se vea alterado. Estas modificaciones permiten acercarse a Billy Batson con los ojos del lector de los años noventa de forma más natural, asumiendo su condición de huérfano que se ve obligado a tener que vivir en la calle. Un joven cargado de odio y que vive al día, pero que conserva en su interior el alma de un héroe de corazón inocente. Esa esencia no cambia, se mantiene pura, mientras que Ordway realiza un acercamiento directo a como procesa Billy su transformación en el Capitán Marvel. No es fácil pasar de ser un niño a un adulto en plenas facultades físicas, embutido de un poder sin igual, mientras la sabiduría de Salomón azota tu cerebro, la fuerza de Hércules hincha tus músculos, la resistencia de Atlas te endurece, el poder de Zeus electrifica cada uno de tus nervios, mientras el coraje de Aquiles te permite seguir cuando todo parece estar perdido y la velocidad de Mercurio te permite procesar más rápido la información. Ordway se molesta en reflexionar sobre ello y permite que el lector asimile bien que es lo que hay de verdad tras esta transformación.
Estos factores, el aspecto gráfico y el aspecto narrativo son los que permiten a la obra soportar muy bien el paso del tiempo. No hay que olvidar que lo que el dibujante de Superman define en este trabajo fue canon hasta el año 2011.
El guionista construye un relato de redención y salvación para narrar este nuevo comienzo que no se desprende de lo de antaño (inicialmente en esta novela gráfica si se desprende de la Familia Marvel, que recuperara el propio Ordway, poco a poco, en la serie regular posterior), siendo consciente de como introducir las justas novedades para no acabar por asfixiar al Capitán Marvel.
El mundo siempre esta en peligro, un peligro para el que no tiene la forma de un megalómano (que también), pero lo que de verdad encarna el Capitán es el lado luminoso que se enfrenta con gallardía a la envida, al orgullo, el odio, el egoísmo, la codicia, la pereza y la injusticia, los verdaderos males que azotan a la humanidad y para los que hace falta el tipo de héroe que es el Capitán Marvel.
Esperanza
Guion - 7
Dibujo - 9
Interés - 8
8
Un trabajo que sentó la base del origen del Capitán marvel desde 1993 a 2011 y que permitió a este disfrutar de una larga serie regular en solitario. Un cómic con el sabor de la Edad Dorada que soporta estoicamente el paso dle tiempo.