Edición original: Flash #164-200, Iron Heights
Guión: Geoff Johns
Dibujo: Scott Kollins, Ethan Van Sciver
Precio: 60€ (Cartoné, 1080 págs).
Para entender el enfoque de Geoff Johns en la colección, es imprescindible entender y conocer el precedente de Mark Waid. Waid, uno de los autores más populares del cómic de superhéroes, había hecho un somero repaso al lado “heroico” de la serie, no solo por la extensión de su etapa sino por el protagonismo que concedió a Wally y a los personajes secundarios. Las aventuras narradas por el laureado guionista daban un papel prácticamente exclusivo al tercer Flash, proporcionándole un nivel de desarrollo y definición que hacía que cualquier profundización posterior resultase totalmente superflua.
Dicho de otra forma, después de Waid, ¿qué quedaba por contar de Flash? ¿Quedaba por explicar su motivación, los elementos que lo convertían en un personaje único? Wally había conseguido reemplazar a Barry Allen, el segundo Flash, y lo había hecho gracias a un autor que supo ganarse el corazón de los lectores sin necesidad de recordar cada pocas páginas cuánto mejor era el héroe nuevo a su antecesor. Por otra parte, ahondar en Wally West (desde el punto de vista heroico o personal) daría la impresión de estar siguiendo el mismo camino, lo que aburriría a los aficionados. Así que si te encuentras al mando de la colección de Flash pero a la hora de escribir nuevos arcos argumentales tienes que sacar a Flash de la ecuación… ¿qué queda?
Bueno, hay una ciudad. Y una galería de villanos. En manos de la mayoría de guionistas, un entorno en el que pelear y un montón de maniquíes destinados a enfrentarse mecánicamente al héroe. En manos de Geoff Johns, una mina.
LA CIUDAD…
En primer lugar, Keystone. A día de hoy es fácil formarse una idea de Keystone, pero hay que ponerse en situación. ¿Cómo era antes de la llegada de Johns? La mayoría de ciudades tenían una personalidad, un ritmo, una gente y un ambiente perfectamente identificable y reconocible: pregunta a cualquier lector con un mínimo de recorrido, y sabrá retratarte Gotham o Metrópolis como si llevase años viviendo en cualquiera de las dos urbes. Sin embargo, Keystone… bueno, era la ciudad de Flash. Johns cogió aquel montón de edificios y carreteras y le dio una personalidad que encajaba perfectamente con la del propio Flash. Wally es un individuo sencillo con unas aspiraciones vitales de hombre corriente y un sentido moral claro y hasta cándido: en ningún sitio encajaría mejor que en una cualquier ciudad industrial del midwest americano. Talleres, trabajadores manchados de aceite de motor, construcción, acero y sudor. Un retrato casi idealizado de la Detroit de los años dorados de la industria del automóvil, el imperio de los trabajadores blue collar bajo el lema “hecho en EEUU”. La concepción, la idea, era muy sencilla. Pero a partir de esa forma de ver Keystone pueden entenderse mejor otros muchos aspectos fundamentales de la serie. Keystone no es solo un dibujo en el fondo mientras los actores hacen su papel: es el sustrato sobre el que crecen los personajes y las situaciones.
Fotografía de Kansas City (superior) y dibujo de Scott Kollins de Keystone City (inferior).
Pongamos, por ejemplo, el departamento de policía. La colección Gotham Central hizo un retrato excepcional del cuerpo de policía de Gotham: duros, curtidos, con un punto de cinismo y humor negro y una convicción de hierro necesaria para sobrevivir en un mundo poblado por supervillanos homicidas, subordinados corruptos y un justiciero empeñado en ocuparse él solo de toda la basura de la ciudad. En las páginas de las colecciones de Superman puede apreciarse cómo su policía parece más bien un cuerpo de científicos de choque, acostumbrados como están a enfrentarse a las amenazas de ciencia ficción con las que suele enfrentarse el Hombre de Acero. ¿Y el departamento de Keystone? Está compuesto por individuos profesionales, duros, a medio camino entre la policía cercana con un punto de rudeza de los pueblos y ciudades pequeñas y los genios criminalistas formados en la universidad. Un reflejo más del medio oeste, un mundo en el que tan pronto se juntan bajo el mismo techo el ingeniero más prestigioso con el obrero manual como el investigador forense más prometedor con el poli veterano recién sacado de Sin City. Personajes como Zolomon Hunter, Fred Chyre o Jared Morillo no encajarían tan bien en ninguna otra ciudad porque son parte de Keystone. Es su mundo, ni más ni menos.
Otro apartado en el que se aprecia la definición de Keystone es en los villanos (el pilar de la etapa de Johns y de este artículo), concretamente los nuevos. Si los villanos antiguos eran hijos de su tiempo, la nueva hornada es hija de su entorno. El Capitán Frío, el Amo de los Espejos o el Hechicero del Clima son herederos de unos tiempos extravagantes, coloridos e imaginativos. Chatarra, Alquitrán, Murmullo o Cicada son herederos de Keystone. Los dos primeros son una clara referencia a los materiales de construcción y a la vez son un guiño cariñoso de Johns a aquellos orígenes clásicos de la ciencia ficción de los años 50: el individuo que cae a una sustancia tóxica o alterada químicamente y sale completamente fusionado con ella. Sus motivaciones también son las de tipo medio y sencillo, solo que con unos poderes que no sabe manejar. En cuanto Murmullo o Cicada, alguien podría argumentar que es chocante encontrar a personajes tan retorcidos y crueles en un entorno tan sencillo. Sin embargo, esta dicotomía es lo que los hace tan interesantes, ¿o no aprendimos nada de La Matanza de Texas? El contraste entre un entorno sencillo y tranquilo con un maníaco homicida hace que éste adquiera un papel más destacado: la crueldad, la cara malvada del ser humano, resulta más genuina cuando se desarrolla en un entorno inocente.
Ed Gein, inspiración de La Matanza de Texas, y ejemplo perfecto de monstruo en el paraíso.
Así pues, tenemos una ciudad que por fin goza de una identidad, hasta el punto de configurar un departamento de policía y una nueva hornada de villanos. ¿Qué más quedaba? Los villanos clásicos, por supuesto. Los verdaderos protagonistas de esta brillante etapa.
… Y SUS HABITANTES
Cuando Johns llegó a la colección, tenía a su disposición una auténtica galería de personajes que siempre cumplía una regla: un traje chillón y un poder. Nada más. El Capitán Frío había sido desarrollado en el fantástico Escuadrón Suicida de Ostrander y el Amo de los Espejos fue retratado ocasionalmente en el también imprescindible Animal Man de Morrison (unos credenciales breves, pero sin duda sobresalientes), pero el resto constituía un terreno virgen e inexplorado, una colección de diamantes en bruto. Pero, ¿qué hacer con ellos sin corromper una esencia tan frágil? Quítale el anorak al Capitán Frío y ya no será el Capitán Frío, por así decirlo. El potencial estaba ahí, esperando ser explotado, pero siempre con la condición de ser manejado con cuidado para mantenerse fiel a los personajes.
Pues bien, Johns estuvo a la altura. En primer lugar, dotó a los villanos de la vieja escuela de algo que los ha diferenciado del resto de enemigos del Universo DC: un código de conducta. Pese a ser ladrones y asesinos cuando a situación lo exige, tienen unos valores y unos códigos que solo rompen en las condiciones más extremas. Tienen un reglamento, unas normas, una forma de actuar y un protocolo a la hora de enfrentarse a Flash. Lo que a priori podría parecer un factor debilitante (si no quieren matar al héroe, ¿no son menos peligrosos que un Joker o un Siniestro?) en realidad los hace poderosos: ese código es la argamasa que mantiene unida una hermandad. Y precisamente en esa cooperación reside su poder: el Capitán Frío, el Amo de los Espejos y el Hechicero del Clima (el núcleo duro de la galería de villanos de Flash) son capaces de provocar un caos que no podrían llevar a cabo individualmente ni en sus mejores sueños. Y es que en ocasiones como ésta, el resultado es algo más que la suma de sus partes.
Por supuesto, no se puede hablar de la generación anterior de villanos de Flash sin dedicar un apartado especial a quien mantiene unida tan peligrosa estructura: el Capitán Frío. Johns comentó en numerosas ocasiones su debilidad por este personaje, que salta a la vista al apreciar la especial definición y hasta cariño que dedicó a Leonard Snart. En primer lugar, encarna el principio básico que Johns quiso dejar claro con respecto a una buena porción de villanos de Flash de la vieja escuela: no es un psicópata, no es un maníaco, no busca el derramamiento de sangre ni ver el mundo en llamas. Solo es un individuo al que la vida ha dado demasiados palos como para tener una visión positiva del mundo. Es un tipo corriente cuya dura existencia lo ha moldeado a martillazos, confiriéndole una personalidad violenta y abocándolo a un modo de vida muy poco recomendable. Sin embargo, y pese a ser capaz de hacer añicos una mano sin pestañear, su corazón todavía alberga sentimientos muy humanos. Admira y respeta de una forma personal y extraña a Barry Allen, desearía haber tenido una vida normal y es, como suele decirse, un muy buen amigo de sus amigos. Su concepto de la fidelidad no acepta fisuras y si se ha de matar por un amigo, habrá muerte. Por encima de un villano, el Capitán Frío es un ser humano, y su personalidad se deja ver en cada una de las acciones de su pequeño grupo de compañeros.
Leonard Snart, ojito derecho de Geoff Johns.
No obstante, no solo fue Frío el agraciado con una mayor profundidad y una personalidad más rica. Johns se embarcó en un proyecto tan ambicioso como gratificante para el lector y dio a los villanos una serie de características creíbles e identificables. No se limitó a hacer un análisis forense que explicase la elección de sus respectivas temáticas (hielo, juego, clima, música), sino que fue más allá y los hizo humanos, reconocibles y chulos que ningún otro guionista que haya pasado por la colección. Fue capaz de hacerles despertar algo que la mayoría de villanos no puede (o no quiere): empatía.
Como no podría ser de otro modo, esta definición y caracterización de los villanos dio lugar a la formación de bandos y facciones que se enfrentarían y aliarían en numerosas ocasiones a lo largo de la etapa. Por un lado estaría la vieja escuela, el grupo liderado por el Capitán Frío (del que habría que excluir a personajes más individualistas como el Dr. Alquimia o Abra Kadabra), por otro los villanos actuales, de código moral más laxo y tendencias más violentas, y por último los villanos reformados. El primer Tramposo, Ola de Calor, Flautista… personajes con pasados perturbadores que supieron sobreponerse y hacer realidad el objetivo último del sistema judicial y de los propios superhéroes: la reinserción. Estos últimos jugarán un papel clave dentro de la etapa de Johns, así que no les quitéis el ojo de encima. Habrá sorpresas.
Pero como en todas las guerras – de villanos, en este caso – hay individuos que van por libre. En este caso, dos iconos de la mitología de Flash: Gorila Grodd y Zoom. Ya hemos mencionado al Dr. Alquimia o Abra Kadabra como ejemplos de villanos que eligen separarse del grupo, pero la independencia de Grodd y Zoom adquiere un cariz especial cuando tenemos en cuenta sus ambiciones, motivaciones y nivel de amenaza. Johns consiguió con su Gorila Grodd una mezcla perfecta de astucia sádica y brutalidad animal, con impresionantes resultados: cuando Grodd aparece, sabemos que va a desatarse un caos aún más destructivo que el anterior. Es una fuerza de la naturaleza – en más de un sentido – y las consecuencias de sus actos se ajustan perfectamente a esta definición. En cuanto a Zoom, Johns quiso actualizar el concepto de “Flash reverso” dándole una vuelta de tuerca. El nuevo Zoom es un villano diferente, ya que el fin último de sus acciones es beneficiar a Wally West y hacer de él un héroe mejor. ¿Retorcido? Esperad a ver sus métodos. Diferenciando a Grodd y a Zoom del resto de villanos se consiguen dos objetivos: el primero, diferenciarlos del resto como villanos y como personajes. El segundo, que cualquiera de sus apariciones sea un signo inequívoco de que se avecina una tormenta.
En resumen, Flash jamás había contado con una galería de villanos tan amplia, variada, minuciosa, interesante y característica. Johns cogió aquel puñado de diamantes en bruto y los pulió hasta crear un reparto de enemigos memorable, capaz de convertirse en símbolo de toda la etapa. Geoff Johns empezó a escribir en la serie de Flash con un Flash del que ya estaba todo dicho. ¿Un punto de partida difícil? Puede, pero no amilanarse ante la perspectiva de un reto suele ser el origen de grandes cosas.
el material es magnifico…puede que algun minibajon pero en conjunto es una obra redonda…Pero aqui surge de nuevo la cagada editorial planetiana… el formato, para mi, lo hace incomprable..menos mal q lo fui coleccionando en yanki…
si teneis 60€ y los brazos de lou ferrigno..es la vuestra.. dando por supuesto (lo cual con planeta es una actitud de riesgo mortal) que traduccion, maquetacion etc sea cuando menos aceptable
Yo lo he comprado, y dejando de lado la sangría, se acierta de pleno. No se leen muchos tebeos como este, divertidos sin necesidad de «moderneces», con las clásicas subtramas,secundarios, etc. Añadir que me gusta también mucho el dibujo de Scott Kollins. Totalmente recomendado para gente que tenga dinero, espacio y se perdiera este tipo de obras.
Si el comic es genial, es muy bueno y en eso no lo discutire pero en la pagina oficial ponia que era TODA la obra y no es asi. De echo a mi me interesa lo que ocurre despues de la guerra relampago y te quedas con las ganas.
Otra cosa es el precio exagerado para el formato que es, (Las tapas duras no lo son tanto si las comparas con otras obras) y que es incomodisimo de leer pesa mucho y no te deja mucha opcion para leerlo en alguna postura comoda.
Hablo despues de habermelo comprado, la obra de Bendis es genial y totalmente recomendable pero como siempre en España hacemos las cosas con el menor esfuerzo posible.
perdonad la pregunta, y a la vista de lo expuesto, con etapas como la de waid y geoff, ¿por qué han tendio que resucitar a Barry Allen?, no es irónia, sino puro desconocimiento.
Ya leí en algún comentario hace ya bastante que flash se había ido al carjo argumentalmente, ?es cierto?, ¿desde cuando?.
Estoy a punto de picar….para Reyes creo…y luego Universo DC de Waid…..
¿¿¿Bendis???
Wally West , junto a Starman de Robinson, es uno de mis superheroes favoritos desde la etapa de Waid, que le seguí con Zinco y luego con recopilatorios americanos. Me gustó tambien la etapa de Johns, pero no con la misma pasión. Me provocó el mismo efecto que la continuación de Catwoman de Brubaker, por Pfeifer. Ambos son muy interesantes, pero van en otra dirección.
De hecho a Johns le tengo más cariño por otras colecciones como JSA o Hawkman.
¿Así que el megatocho no es completo con la etapa de Johns? Cuando sacaron el tomo de la JLA de Morrison, lamenté que que no fueran incluidos otros tebeos que salieron en esa etapa, que se incluían en los recopilatorios americanos, que daban más atmósfera a la colección, pero como no eran estrictamente de Morrison, se respetaba. Pero con Flash suena mal si no es todo.
No sé, me lo pensaré antes de comprarlo.
Me equivoque de autor es Johns, estaba pensando en el formato Marvel Gold donde han publicado los vengadores de Bendis
Que ganas le tenía a este tebeo. Lo descargué en cbr hace un año y no me leí ni un sólo número para disfrutarlo en papel. Es tan bueno que me da igual el formato, aunque sea un tomo poco «manejable». En su día leí que recopilaría toda la etapa de Johns y Kollins. Me sorprendió ver que incluye la saga Wonderland y ya sabía que no incluiría los nºs posteriores al 200. Espero que rematen la faena y editen los últimos números de Johns en Flash… que no encuentro la última grapa (nºs USA 224-225) ni el cruce con Wonder Woman por ningún lado.
aparrilla dijo: «dando por supuesto (lo cual con planeta es una actitud de riesgo mortal) que traduccion, maquetacion etc sea cuando menos aceptable»
Hombre, yo creo que la traducción como poco está apañada. 😉
¡Hombre! ¡Alguien se acuerda de Hawkman! Ese sí que fue un gran Johns…
Lo que se decía en la web oficial es que este tomo contendría toda la etapa de Johns y Kolins, y eso es lo que contiene, más los necesarios para completar Wonderland.
Mh… pero la portada Pone «GEOFF JOHNS: FLASH». Ni rastro de Kollins en la portada, así que lo de poner esa información en la página principal yo lo interpreto como una excusa-jugarreta para lavarse las manos si resulta que hay quien protesta porque eso no es «el Flash de Johns» sino «un buen pedazo del Flash de Johns».
Yo me lo pillo, conste. Si hasta me pillé el tochal de la JLA, ¡y las frases ni están bien construídas! 😉
Tampoco pone «todo». 😛
Pues yo siempre leí en el bot y la página de Planeta que se recopilaría hasta el 200 USA. En cuanto a la edición no opino porque tengo los tomos de Norma y Planeta que conseguí por ebay en verano a buen precio (40€todos con gastos de envío) y no voy a comprar el Omnibus. Hace tiempo les pregunte en el bot la posibilidad de un tomo que recopilase las grapas si este tenía éxito y la respeusta fue que no estaba entre sus planes.
Omar Little: si buscas en tiendas online no deberías tener problemas en conseguir esos números que citas.
Y saliendome un poco del tema..¿El Hawkman de Johns es una obra que merece la pena? Desconozco bastante el universo DC y aparte de Batman digamos que solo compro obras con «calidad asegurada», así que me gusta informarme antes de dejarme los euros que tanto cuesta ganar xD
El concepto de «todo» ya lo pone el tochal, Sergio, tú tranquilo, jeje…
Es de suponer que si este primer volúmen funciona mínimamente bien, acabarán sacando un segundo tocho con el material que falta para completar TODA la etapa de Johns, o sea, lo que apareció aquí en formato grapa. En este se supone que sólo incluían el dibujado por Kollins, para darle cierta «uniformidad»…
A ver cuando cae una crónica de Expocómic… 😛
Una buena etapa ,pero ,como puse en otro tema ,considero la etapa de Mark Waid como MUY superior.
Se lo pilló un colega en el expocomic y la verdad es que me dio bastante envidia, pero como tengo unos cuantos de los tomos de esta etapa, toca lo de siempre ¡A joderse!
Eso si, si te lo llevas al WC a leer te quedas sin sangre en las piernas, pero fiiijo xD
Pese a la incomodidad física que representa la lectura del recopilatorio de Planeta me apunto al ejercicio de recomendación general de esta obra. Los lectores de cómics, debido a las características de esta industria, solemos encariñarnos de personajes-icono. En el caso de los super-héroes el concepto icónico todavía es más potente. En mi caso reconozco una gran debilidad por el concepto «Flash», correr es una actividad profundamente humana, una metáfora de la vida. Probablemente sea la razón de mi cariño por Flash. Waid desmostró un rasgo de genialidad cuando convirtió a flash en un concepto abstracto: la fuerza de la velocidad. Los velocistas son muchos y son uno. Un icono de una abstracción, incluso algunos enemigos forma parte del concepto. Evidentemente el mundo DC es una suma de iconos colectivos, la famosa «trinidad» se despliega en famílias: Batman, Superman…, menos en el caso de Wonder Woman –que curioso que la única mujer no pueda ejercer de «madre» de una familia DC, se debe a que perdería su erotismo?–. Lo cierto es que hasta Green Arrow ha creado un entorno franquicia. Pero volviendo a Flash, Weid creó la familia más abstracta de DC, (son familia pero son instrumentos de la velocidad) y Johns le dió un territorio, una ciudad que también es una proyección de la idea de velocidad, la ciudad de los autos. Una ciudad que sangra abundantemente, una ciudad y unos personajes que siempre que coren y que, por tanto, siempre acaban estrellados contra un muro. ¿Y cual es el muro de Johns?. El muro de los villanos. Villanos que se expresan mediante la paralización de la cinética. mediante hielo, fuego, hierro, magia, balas o cuchillos. Todos los villanos de Flash son alegorias de la naturaleza. Ni codicia, ni odio, ni locura. Los villanos de Flash son tremendamente autodestructivos. Sencillamente se niegan a correr. No es odio es rebeldía. Admiramos su patetismo, su lucha contra el tiempo y el progreso. Todos los Flash son tontos, idealistas e ingenuos, disfrutan corriendo y no ven el paisaje. Los villanos de Flash son profetas clamando en el desierto: si vives deprisa la vida se consume deprisa: «parad que me bajo».
Lo que hace de Johns un guionista intersante es su capacidad para que en el espacio de unas viñetas un personaje se vuelva interesante, intenso y con un dilema vital con el que se puede construir una colección para dicho personaje.
Ya lo hizo con muchos de los personajes de la JSA, y en especial con Hawkman, aceptando todas sus encarnaciones dispersas y encajándolas como un puzzle, para luego con ello definirlo para el futuro como un bárbaro intelectual que ha vivido muuuuuucho tiempo a traves de reencarnaciones y que debe aceptar un destino ya escrito.
Y hace poco, en uno de los últimos números de la JSA, cuando nos muestra a Huntress de tierra 2, con dos páginas basta para que se vuelva mil veces más interesante que la de tierra 1. Y no lo digo porque se pueda aprovechar del tirón de que sea la hija de Batman y Catwoman en esa tierra.
un español dibuja 6 numeros y ni lo mencionas? donde esta el orgullo patrio…
johns será el hot artist de DC del momento pero su etapa no es superior a la de waid en todo caso, la equipara. waid tiene sagas realmente buenas como «el retorno de barry allen» y la aún mejor «velocidad terminal», «calor muerto», entre otras lineas argumentales. lo menciono porque fue el que desarrollo el ritmo y tipo de sagas de flash modernas, incluso johns utiliza la formula de waid en la actual y decepcionante flash rebirth.
para quien lo preguntó antes sí, la serie de wally se había ido al carajo de la mano de geoff que primero lo «mató» en Infinite Crisis y del didiota que lo reemplazo por un envejecido Bart Allen (y le puso un equipo creativo mediocre todo dicho de paso uno de los responsasbles le acaban de dar action comics).
la vuelta fue de la mano de un mark waid que estaba recontrapeleado con Didio y haciendo las valijas para Boom estudios.
otra cosa del artículo no es verdad que waid se dedicaba a desarrollar exclusivamente a Wally porque fue quién introdujo en la serie a Jessie Quick y su padre, Max Mercury, creo a Impulse y tb fue quién volvió darle «spotlight» a Jay Garrick.
además jamás me gusto lo que hizo Johns con la identidad secreta de Wally.
por lo demás una buena saga. y concuerdo con que Hawkman es mucho mejor etapa.
donde esta el orgullo patrio…
Acaso no lo has visto antes? El orgullo patrio está en la mediocridad de Prodigy Man.
Por cierto,chapeau a Albert Benavente que en el WTF se atrevió a decir que este libro era una basura por el formato… El más inadecuado de la historia!
El orgullo patrio está en la mediocridad de Prodigy Man.
He leido últimamente comentarios tuyos y son todos para despreciar algo, ¿tú quién eres, el dependiente de la tienda de comics de los Simpsons?
Menos mal que siempre hay gente que nos dice lo que es bueno y lo que es malo
Muy buena reseña Alberto. La verdad es que nunca (como muchoslectores que sólo nos quedamoscon la parte más superficial) habría advertido la relación entre el medio físico (la ciudad de Keystone) con los villanos habituales de Flash. A final de cuentas, el medio donde nos desarrollamos influye de forma directa sobre nuestras vidas. ¿Habría oportunidad de que ahondaras un poco más sobre la personalidad del nuevo Zoom?
Salvo Batman y un poco de Superman, soy un casi completo ignorante del universo DC. Me ha empezado a empezado a interesar muy recientemente, dado el bajonazo que están pegando en Marvel.
Mi hermana me pegó ayer un empujón regalándome el tochazo de Flash, del que sólo recuerdo haber leido alguna cosilla suelta hace una pila de años.
Veremos