No me cuesta imaginar a un niño absolutamente fascinado por la luz que se filtra por la puerta de su habitación. El niño se levanta y ve a sus padres sentados en el sofá. Frente a ellos una película: Christopher Lee en pantalla con los dientes ensangrentados. El niño se queda tras la puerta sin saber cómo reaccionar a las imágenes. El niño vuelve a la cama y comienza a fabular alrededor de qué es ese ser tan extraño, poderoso, seductor y acogedor que se alimentaba de sangre. Puede que sea falso o no, pero imagino que el origen de la pasión por el mito vampírico de Mignola no debe estar muy alejado.
El arte y el vampirismo tienen mucho que ver y es que ambos son inmortales piezas que no envejecen. De ahí, no me extraña, que se amen y retroalimenten tanto y durante tanto tiempo. La historia de ambos van cogidos de la mano y la popularización de estas historias de terror es, sin duda, gracias a la labor cinematográfica.
El sr. Higgins Vuelve a Casa es una carta de amor a tantos y tantos vampiros que conocemos. Es una obra sencilla que no se complica mucho la existencia pero que tampoco se limita a las referencias. Es una historia que remite bastante a clásicos como las películas de la Hammer, Nosferatu o el Drácula de la Universal y de Coppola (sí, este no es tan clásico. Y cabe recordar que el mismo Mignola lo adaptó al cómic y recientemente se va a recuperar dicho material). Pero me atrevería a decir que el mayor referente, tal y como menciona el autor en los agradecimientos, es El Baile de los Vampiros, la mítica parodia firmada por Roman Polanski. Resulta curioso que los referentes que manejan alrededor de los vampiros siempre tienden a ser más cinematográficos que literarios. A ojos de quien escribe estas líneas, de algún modo, me ha recordado al celebrado Vampyr de Sfar, salvando las distancias.
Mike Mignola es un autor con un estatus en el que podría hacer cualquier cosa. Sin embargo, está ciertamente ensimismado en contar historias al mismo género y tono. Es uno de los grandes (si no el gran) renovador del terror en Estados Unidos. Pero lo hace deconstruyéndolo, de un modo muy personal.
Eso se aprecia enormemente cogiendo cualquier obra firmada por él. Y también se en El sr. Higgins Vuelve a Casa. Mignola se mueve por terreno conocido: su particular modo de narrar lo grotesco con un tono desmitificador. Pero no es tan habitual ver una pieza de este autor sobre el vampirismo clásico. Aquí, incluso lo hace con puntos cómicos y paródicos, pero desde un gran respeto y conocimiento de aquello (qué así es como deberían ser cualquier ejercicio de deconstrucción o de destrucción que busque aportar algo mínimamente interesante).
Cierto es que creo que este subgénero precisa de reinvenciones y para eso es necesario pasar por el proceso. No tendría sentido hacer una historia de vampiros clásica hoy en día porque las fórmulas ya son conocidas de sobras y el terror contemporáneo no es el mismo que el de antaño. Ambos autores lo entienden y barren hacia ese lado.
Todos los instrumentos están afinados, pero al terminar la historia al lector se le queda la sensación de potencial desaprovechado. Que tienen ideas interesantes que las ventilan de un plumazo sin mayor profundidad. Se trata de una pieza endiabladamente divertida que no busca ser más de lo que es, por desgracia.
Warwick Johnson-Cadwell es un autor curioso y arriesgado para contar una historia de este palo. Aunque, en cierto sentido, tiene mucho que ver con la obra de Mignola. Es un autor que, por lo menos aquí, es absolutamente caricaturesco, llegando a crear figuras que rozan lo grotesco. Pero que, de algún modo, (fortalecido por una buena selección de color, todo sea dicho) detrás de un estilo aparentemente desenfadado, hay un poso tenebroso.
Concluyendo, El sr. Higgins Vuelve a Casa es una obra que sabe lo que hace. Una historia breve, con un buen ritmo que llega a un buen puerto pero, de aguas conocidas. Es una lástima que no se haya tenido una mayor ambición de renovar el mito vampírico. Nos dejan una obra notable, pero que se queda a medio camino.
Guión - 7.5
Dibujo - 8
Interés - 7
7.5
Mike Mignola acierta y logra matar al vampiro. Lástima que la estaca no haya ido más dirigida hacia el corazón.