¡Decidiremos nuestro camino sin la ayuda de dioses ni reyes que crean tener poder sobre nosotros!
El Subsuelo
Ciudad Gas es una urbe situada en el subsuelo de un planeta moribundo, donde el sol ha convertido la superficie del planeta en inhabitable. Sus habitantes están adormecidos entre la religión y la droga (krank), mientras su vida es vigilada y controlado en todo momento por el poder absoluto que ejerce el tirano Damabiah. En sus barrios más peligrosos encontramos a Dulze, una joven ciega que roba krank para sobrevivir. Vive en un prostíbulo donde se conecta a una máquina que la permite comunicarse con Sol, un dios que la guiara hacia la revolución que derrumbe el sistema.
El origen de la obra está en Sucedió en el Subsuelo la historia corta que Solana publicó en Thermozero y en una pintura que realizo llamada El hombre del Subsuelo, ellas fueron el germén del que la historia creció, primero en más cuadros y posteriormente para acabar convertida en esta novela gráfica. Los pasos inciales de realización de la obra comenzaron en 2014 con un cómic autoeditado.
El Subsuelo es una distopia ciberpunk basada en el mito de la caverna de Platón que bebe de multitud de referentes de todos los medios. Entre sus páginas vemos referencias, entre otras, a novelas (1984, Un mundo Feliz, Fahrenheit 451), cómics (El Incal, Akira) o películas (Metrópolis, Matrix). Como en las buenas distopias es un reflejo exagerado de la situación actual. En Ciudad Gas nadie recuerda su pasado y esto les condena a repetirlo. El mundo que se presenta en la obra se antoja más plausible a cada paso, sobre todo si no se produce un movimiento de rebelión ante la deriva cada vez más destructiva a la que nos está llevando el capitalismo descontrolado.
La estructura de la historia no es especialmente novedosa ya que bebe de muchos de los tópicos de la ciencia ficción. Todas las historias sobre distopias son en realidad sobre la una revolución, siempre comienzan cuando la protagonista, en este caso Dulze, comienza a hacerse preguntas. Estás preguntas le hacen tomar contacto con la realidad e iniciar su crecimiento o camino del héroe, heroína en este caso. No puede faltar la figura del maestro que la guie en ese proceloso camino, un papel que corresponde a Niebla. Al final Dulze acaba convertida en una mesías que debe conducir a su pueblo a una tierra prometida. Todos son elementos ya visto, pero a pesar de ellos Solana consigue crear una historia con voz propia.
En El Subsuelo podemos ver como Solana hace una crítica sobre todo a la lucha por poder y a la religión. Ciudad Gas está bajo el control de Damabiah gracias al uso de la propaganda y el control de las actividades de sus habitantes por parte del estado. Un poder absoluto que va a condenar a la ciudad. En la obra también está muy presente la idea de lucha de clases, vemos como el poder ignora sistemáticamente a los pobres, haciendo que se enfrenten entre ellos por cosas minias. Mientras no ven los desmandes de los poderosos, no conviene que los grandes cambios sociales siempre se han producido por el impulso de las clases más desfavorecidas. Los ciudadanos permanecen en letargo unos por las drogas y otros por la religión. Una religión que es el otro gran tema de la obra, vemos como la fe ciega solo genera ceguera, personas que pierde la capacidad de pesar por sí mismas. Un mecanismo de control como son las drogas.
En la historia del cómic hay autores que siempre han estado muy preocupados por la forma de narrar, para ello han experimentado con las posibilidades que da el cómic. Han huido de la cuadricula base para adentrarse en composiciones mucho más imaginativas que expandan el lenguaje del cómic. Autores como McCay, Gianni Di Luca, Breccia, Eisner, Steranko, Moebius o Ware entre otros han servido para que algunos actuales como Marcos Martín, Víctor Santos, David Rubín o Wes Craig estén revolucionando el cómic actual. Entre ellos se puede codear sin ningún problema Solana, que nos regala algunas páginas prodigiosas en lo narrativo. Una mezcla entre espectacularidad y claridad que hace que te detengas en sus páginas. La sensación de mundo cerrado se ve amplificada por la composición de página, juraría que no repite ninguna, que sirve para que te compartas la sensación de aislamiento. El uso del color es un complemento perfecto. No estamos ante un uso del color de manera descriptiva, sino que es puramente narrativo. Solana usa el rojo para las escenas de acción y violencia y el azul para los momentos menos movidos como conversaciones. Aunque no tiene un dominio de figura humana como otros autores, lo que hace que a veces tengan posturas algo antinaturales, sí que consigue que sus personajes sean muy expresivos. Pero para ser su primer trabajo largo obtiene un resultado memorable.
GP Ediciones hace un buen trabajo tanto en la reproducción como en el diseño. El único contenido extra que tiene es un prólogo a cargo de David Rubín. La editorial aragonesa con el tiempo ha ido construyendo un amplio catálogo en que tienen cabida todo tipo de propuestas para todas las edades.
El subsuelo de Víctor Solana es una obra en la que brilla más la forma que el fondo. Una distopia que bebe de gran cantidad de clásicos de la ciencia ficción pero que consigue tener voz propia. Toda una sorpresa, más si tenemos en cuenta que es el debut en una historia larga del autor. Así que raro será que no esté en todas las listas de premios al autor revelación.
Guión - 7.5
Dibujo - 8.5
Interés - 8.5
8.2
Narrativa
Víctor Solana demuestra en El Subsuelo la enorme importación de cómo se cuenta una historia. Su narrativa y diseño de página multiplican la calidad de la historia.
Que gran reseña; tiene muy buena pinta, asi que habrá que leerlo