El tesoro del Cisne Negro

 

Edición original:Astiberri Editorial
Guión:Guillermo Corral van Damme
Dibujo:Paco Roca
Color:Paco Roca
Formato:Cartoné, 224 Páginas
Precio:20€

 

El yacimiento de la Merced es un cementerio marino donde descansan los restos de cientos de personas, y que Ithaca se ha atrevido a profanar impulsada por la codicia más miserable y sin respeto por la ley ni la moral.

Una de las características que han convertido a Paco Roca en uno de los mejores historietistas del mundo es su capacidad para cambiar de registro y nunca acomodarse, consiguiendo que cada nuevo proyecto sea un desafío para él y para el lector. Cada nueva obra que ha sacado es distinta a la anterior así que sabemos que cuando abramos un nuevo tebeo suyo podremos esperar cualquier cosa. Algo que debemos agradecerle como lectores ya que no todos los autores son capaces de asumir ese riesgo, bien por falta de capacidad, bien por miedo. Algo legítimo pero que les hace volverse reiterativos, cosa que nunca le ha sucedido al hombre en pijama que ahora se atreve con un nuevo registro, que en realidad son varios, ya que El tesoro del Cisne Negro es una amalgama de géneros. En esta ocasión ha colaborado con Guillermo Corral van Damme. No es la primera vez que trabaja un guion ajeno ya que en El ángel de la retirada (Bang Ediciones) dibujó un guion de Serguei Dounovetz. Por suerte en está ocasión el guion es bastante mejor. Guillermo Corral es además un guionista novel en el mundo del cómic, aunque no se le note. La edición es obra de Astiberri Ediciones dentro de su colección Sillón Orejero. Se está preparando una serie de televisión sobre la novela gráfica que se podrá ver en 2020.

Guillermo Corral van Damme es un guionista, novelista, fotógrafo y diplomático nacido en el año 1971 en Portugalete. Además de su carrera como diplomático, que le ha llevado por países como Turquía, Tanzania, Bruselas, Cuba o EE.UU., también ha publicado un libro de relatos titulado Mientras crece el bosque (La Pereza Ediciones), además de relatos cortos en diversas revistas. El tesoro del Cisne Negro es su debut en el cómic.

Paco Roca es el historietista más importante de este país en los últimos años, cada obra suya es una garantía de calidad y además su inquietud hace que cada obra sea distinta de la anterior, buscando siempre nuevos retos. Es autor de obras tan destacadas como: El Faro, El juego lúgubre, Arrugas, El invierno del dibujante, Los Surcos del Azar, La Casa, Confesiones de un hombre en pijama o La encrucijada, por las que ha recibido infinidad de reconocimientos, todos bien merecidos.

El tesoro del Cisne Negro es una historia basada en hecho reales, que nos remite a Mayo del 2007 cuando la empresa Odyssey (en el cómic Ithaca) presentó los tesoros valorados en casi 400 millones de euros que había encontrado en un pecio hundido cerca de Gibraltar. Es en ese momento cuando el Gobierno español de Zapatero comienza un litigio al sospechar que se trataba de un barco español. Sobre esta historia Corral y Roca fabulan sobre cómo pudo ser la lucha diplomática y legal para conseguir traer de vuelta el tesoro a España.

Estamos ante una historia que mezcla realidad con ficción, el resultado es una mezcla de un documental con aventuras, intrigas políticas, un thriller judicial y unas gotas de romance. Todas estas partes están muy bien equilibradas consiguiendo que una historia que en realidad debió ser bastante tediosa y árida funcione a la perfección. Gracias a un ritmo narrativo que logra que la devores de una sentada, a pesar de conocer ya el final. Hay partes que funcionan mejor que otras, siendo la más floja la parte romántica, ya que suceden tantas cosas en el cómic que no hay páginas para desarrollarla de manera correcta.

Por todo el cómic se extiende de manera sutil la enorme figura de Hergé, sobre todo se nota en la estructura de la historia, que es un maravilloso homenaje a El secreto de Rackham el Rojo y el ritmo que tiene la historia que se acerca al que poseen los álbumes de Tintín. Pero esa influencia se observa también en personajes como Horacio Valverde o el villano Frank Stern, que recuerda mucho a Rastapopoulos, ambos parecen sacados de las aventuras del pequeño reportero y varios pequeños homenajes y guiños por todo el cómic. Pero también hay espacio para homenajear a Salgari, al capitán Cousteau y a Julio Verne. Ellos han sido los grandes referentes de varias generaciones, en especial cuando pensamos en aventuras marítimas. Y es que no hay nada mejor que apoyarse sobre los hombros de genios para impulsar una gran obra.

Tal vez se encuentra a faltar esa sensibilidad que Paco Roca imprime a todos su trabajos, ese “toque Roca”, que logra que empaticemos con sus personajes y que aquí no está presente. Sobre todo por la figura del protagonista, Álex, que resulta bastante frio y soso. Si hubieran conseguido esa capacidad para emocionarnos estaríamos ante una de las mejores obras de Roca. Lo que sí funciona de maravilla, además de ser muy interesante, es lo bien que está reflejado el funcionamiento interno del ministerio y las organizaciones dependientes de él. Algo que conocemos de primera mano, ya que Corral fue testigo y parte del proceso, puesto que entre 2007 y 2012 trabajó en el Ministerio de Cultura y la Embajada de España en Washington.

Además de la aventura, también hay un ánimo de poner en valor y homenajear a los funcionarios que lograron traer el tesoro y que el afán de protagonismo de los políticos escondió su trabajo para poderse poner ellos las medallas. Pero también es un canto a la cultura como testigo de las civilizaciones que nos han ido dando forma, que es algo tremendamente valioso pero que cada vez es más difícil valorar en una sociedad completamente mercantilizada, donde todo se mide en función de su valor económico. Hay una más que evidente crítica no sólo a las empresas como Odissey y a algunos miembros del poder, sino a los organismo y empresa que mueven los hilos de la política mundial, capaces de todo con tal de no perder su poder y que se sirven de cualquier método para mantenerlo. Por desgracia, al igual que la banca, nunca pierden.

La capacidad narrativa de Paco Roca está desde hace tiempo fuera de toda duda, y como no podía ser de otra manera, en este trabajo vuelve a demostrarnos que conoce y domina como nadie el lenguaje del cómic. Dotando a las escenas de pausa y dinamismo cuando lo requiere la narración, todo para conseguir que la lectura sea fluida y que el ritmo de la historia no sufra ningún altibajo. Su estilo funciona tanto en escenas de acción como en las más pausadas. No se limita sólo a su estilo habitual, ya que en las escenas que se desarrollan en el pasado lo cambia para recordarnos a los dibujos que acompañaban a las novelas en un ejercicio similar al que hizo en La encrucijada, su infravalorada obra anterior. Además cuando la historia lo requiere, las viñetas adoptan la forma de planos, esquemas o cualquier cosa que se necesite para narrar la historia. Como siempre sus colores le sirven como herramienta narrativa para seguir dibujando, no se limita simplemente a hacer un uso limitado de ellos. Aquí emplea una paleta de amarillos, verdes y azules muy apropiados para el tipo de historia.

Astiberri Ediciones hace una edición con la calidad a la que nos tienen acostumbrados, como siempre son una garantía de un trabajo bien hecho. Su catálogo está cada vez más repleto de calidad y además apostando por el cómic patrio.

Con El tesoro del Cisne Negro, Corral y Roca han firmado un cómic con un ritmo endiablado que nos sumerge en una aventura trepidante para salvar los tesoros de la fragata española Nuestra Señora de las Mercedes del capitalismo más atroz representado por Ithaca. Aunque en el fondo lo que se trataba era de salvar nuestra cultura y nuestro pasado, muchísimo más valiosos que cualquier tesoro.

No entienden que la cultura es lo más importante que tenemos. La cultura lo es todo. ¡Lope! ¡Cervantes! ¡Velázquez! Ese es nuestro petroleo.