El traje del Capitán América. El peso de las barras y estrellas.

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Los símbolos están presentes en nuestra vida diaria. Desde tiempo inmemorial forman parte del ser humano. En el antiguo Egipto los faraones dejaban su nombre en cartuchos reales para la posteridad, por no hablar de los emperadores romanos que hicieron de la propaganda en el Imperio un arte. La iglesia cristiana medieval supo convencer a sus feligreses, la mayoría analfabetos, mediante símbolos e imágenes de los peligros del infierno y de la necesidad de pagar el Diezmo, claro. Sin necesidad de alejarnos tanto en el tiempo, la sociedad actual, donde la imagen predomina sobre cualquier otra facción, está repleta de ellos. No hay más que echar un vistazo a nuestro alrededor para ser conscientes de su importancia: marcas comerciales, ideas políticas, equipos deportivos, etc. La lista sería infinita pero no debemos dejar fuera a los países, estando la nación más poderosa del planeta a la cabeza. EEUU, cuyos políticos han llevado la Doctrina Monroe a su máxima expresión (aquello que rezaba América para los americanos, que era en realidad América para los estadounidenses), está repleta de símbolos entre los que destacan, entre otros, sin duda su bandera, la tarta de manzana, la Asociación Nacional del Rifle y el Capitán América. Parece arriesgado designar a un personaje de cómic como símbolo de un país, pero el héroe de las barras y estrellas tuvo desde el principio un carácter patriótico y totalmente identificado con los ideales de su nación. Y su importancia es aún mayor en estos tiempos en los que el buen capitán ha conseguido escapar del ghetto que representa el noveno arte para pasear fulgurante por las pantallas de todo el mundo, ya sea en sus exitosas aventuras individuales, ya sea en la franquicia más importante del mundo de los superhéroes, los Vengadores.

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Pero el Capitán América, más allá de su importancia como símbolo, es un hombre (entiéndase como ser humano, aunque hasta ahora han sido todos masculinos), alguien que, a pesar de sus deberes como héroe, tiene un alter ego con sus virtudes pero también con sus debilidades, por tanto falible y mortal. La persona puede morir, pero no el símbolo. Siempre que, por alguna razón, la persona ha abandonado el manto, alguien ha recogido el testigo. Y seamos claros, el portador habitual del traje y el escudo ha sido Steve Rogers, tanto que hay una clara identificación entre él y el personaje, aunque no haya sido el único capitán. Y para eso estamos aquí, para recordar a esos otros “capitanes américa”, su periplo y sus vivencias. Algunos tuvieron momentos de gloria, otros pasaron prácticamente desapercibidos. Pero todos ellos compartieron la importante tarea de mantener el símbolo.

La creación del Capitán América

El nacimiento de la figura del Centinela de la Libertad está ligado a un momento concreto de la historia reciente, además de contar con dos autores de reputado prestigio en el mundo de la viñeta. Para conocerlo debemos desplazarnos en el tiempo a la década de los cuarenta del siglo pasado. El comic-book era un medio bastante popular en los Estados Unidos de la época, después de una clara eclosión en los años treinta. Se estaba organizando una nueva industria en torno a este formato y un puñado de nuevos autores con hambre empezaban a tocar a las puertas de las editoriales. Dos de ellos, Joe Simon y Jackob Kurtzberg, acabaron recalando en una pequeña empresa conocida como Timely Comics. En realidad, el nombre de éste último ha pasado a la historia como Jack Kirby, que con el merecido apodo de “El Rey” forma parte del más alto escalafón del Olimpo del noveno arte. Timely estaba dirigida por un empresario hecho a sí mismo en el mundo de las revistas pulp. Martin Goodman les dio la bienvenida a su empresa y ambos autores comenzaron a trabajar en distintos proyectos. De forma extraña, el momento histórico también influyó en las historias que se estaban preparando, ya que se trataban de publicaciones pensadas para niños. Pero es que la II Guerra Mundial fue un acontecimiento tan demencial que no dejó a nadie indiferente. La proliferación de superhéroes patrióticos comenzó a ser evidente a inicios de 1940, a pesar de que los Estados Unidos todavía eran país neutral. Pero el avance del nazismo por Europa preocupaba y mucho en esta nación, repleta de emigrantes europeos (el propio Kirby era descendiente de una familia austriaca y judía). El caso es que tuvimos a The Shield en la editorial actualmente llamada Archie, además de otras variantes conocidas como Uncle Sam, Captain Flag o War Eagle repartidos por distintas editoriales. Pero sin lugar a dudas fue la creación conjunta de Simon y Kirby, el Capitán América, la más importante y longeva de todas ellas.

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Timely ya se había empapado de ese patriotismo que parecía imperar en la sociedad norteamericana. Había enfrentado a sus máximas estrellas, Namor y la Antorcha Humana, a los malvados nazis. Pero faltaba alguien que personificase todos los valores de los Estados Unidos. Simon y Kirby se pusieron manos a la obra y diseñaron al abanderado con su imagen característica y su escudo triangular, detalle que fue cambiado por el parecido con el héroe The Shield. Fue entonces cuando se rediseñó el escudo, dándole su forma circular conocida por todos. Las barras y estrellas aparecen claramente visibles en la indumentaria y en el escudo, añadiendo los colores de la bandera: rojo, blanco y azul. A Goodman aquello le pareció que iba a ser un éxito seguro, por lo que le otorgó una cabecera con su propio nombre, cosa nada habitual en la época. Simon y Kirby estuvieron durante diez números dando voz a su creación y definiendo su andadura inicial, presentando a los terroríficos villanos nazis (donde sobresale Cráneo Rojo) y a su habitual sidekick. Este concepto era muy habitual de la Golden Age, el dotar al héroe experimentado de un compañero joven dispuesto a aprender el oficio. La razón la tenemos en la misma esencia de las publicaciones, dirigidas al público infantil. Abría las puertas a que miles de niños se sintieran identificados con ellos y siguieran sus aventuras soñando ser algún día el compañero de Batman o de cualquier otro superhéroe. En el caso del Capitán tenemos a James “Bucky” Barnes, la mascota del destacamento (por su corta edad, no había forma de justificar su estancia en la guerra) que conoce el secreto del abanderado y decide ayudarlo en sus misiones. También tendría sus colaboracionescon los otros personajes Timely de la época, Namor y la Antorcha Humana. El éxito de la publicación, a la que siguieron dando lustre otros autores tras el abandono de los creadores originales (entre ellos un tal Stan Lee), se fue apagando conforme el conflicto iba llegando a su fin. Los héroes patrióticos dejaron de tener sentido una vez que acabó la guerra. El Capitán América no superó este duro trance y vio cancelada su serie en 1950. Se le volvió a dar otra oportunidad a mediados de la década, pero fue un completo desastre. Tres números, con aportaciones de John Romita Sr., en los que nadie reconocía al capitán original.

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El personaje parecía estar muerto y enterrado. Y así hubiera sido si no fuera por el tesón de cierto guionista que tuvo su primeros pinitos con los guiones del capitán y ahora había cambiado radicalmente la forma de hacer cómics. Hablamos, claro, de Stan Lee, The Man, el creador del Universo Marvel. Siempre tuvo una simpatía clara hacía el buen capitán y se propuso recuperarlo para integrarlo de forma orgánica en el nuevo panorama. Ayuda también que su principal colaborador en esos momentos era uno de los creadores originales, Jack Kirby. El tándem nos da gato por liebre al traer a un farsante, que suplanta la identidad del Capitán América, en Strange Tales#144. La Antorcha Humana, la de los 4 Fantásticos, se da cuenta de que ese no puede ser el héroe de la II Guerra Mundial y acaba con el engaño. Ambos autores constataron con este número que el Capitán América tenía muchas posibilidades de instalarse en esta nueva realidad. Solo hacía falta un poco de retrocontinuidad y el momento adecuado. Éste se produjo en Avengers#4, el famoso número donde es encontrado en un trozo de hielo por los héroes más poderosos del planeta. Lee, más preocupado por la persona, le dará un sentido a Steve Rogers, nombre de pila del capitán y auténtica alma mater del Centinela de la Libertad.

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Steve Rogers: Capitán América por derecho propio

El primer, genuino y más destacado portador del manto de Capitán América es Steve Rogers. Eso es indiscutible. La fuerza del personaje bajo la máscara ha calado tanto que, durante buena parte de su recorrido vital, persona y personaje han sido indivisibles. Esto es debido a que Stan Lee y Jack Kirby trajeron al personaje de la Golden Age a la era marvel donde le dieron una importancia fundamental al carácter de Steve. Obviamente, esto ha sido un trabajo de fondo, de muchos años, donde autores como Steve Englehart, JM. DeMatteis, Mark Gruenwald o Ed Brubaker han dejado una huella imborrable en el personaje. No es el objetivo de este trabajo glosar el largo periodo que el señor Rogers ha portado el manto de las barras y estrellas, pero sí es de recibo dejar constancia de algunos momentos importantes, algunos de ellos fundamentales para conocer las razones del abandono del uniforme.

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Stan y Jack introducen al Capitán América en medio del universo compartido que han empezado a crear. Pero el Centinela no es un héroe nuevo y hay que amoldarlo a las nuevas condiciones. En la serie regular que comparte con Iron Man (cada uno con sus historias, no revueltas) Tales of Suspense, el equipo creativo recurre frecuentemente a la retrocontinuidad para contar episodios de la II Guerra Mundial. Pero también se pararon a contar su origen (Tales of Suspense#63). Allí sabemos que Steve ha tenido una vida difícil. El temprano fallecimiento de sus padres no dejó un panorama fácil para el joven Rogers. Pero el chico era alguien integro, de valores sinceros y buen corazón. Tanto que cuando comenzó el mayor conflicto bélico que ha conocido la humanidad, fue el primero en alistarse para ayudar a su país. Lamentablemente, sus condiciones físicas no le hacían apto para engrosar las filas del ejército norteamericano. Él no cejaba en su empeño y no paraba de intentarlo una y otra vez. Su historia llegó a oídos del General Philips y éste decidió proponerle que se sometiera a un programa pionero del ejército, a cargo del profesor Reinstein. En realidad, este profesor era el doctor Erskine, un científico alemán que había desertado a los EEUU con sus investigaciones bajo el brazo. Prometió al gobierno estadounidense la creación de un ejército de supersoldados mediante un suero todavía en estudio. Steve Rogers sería el conejillo de Indias para testar el suero. La transformación hace efecto y el joven escuálido pasa a ser un más que fornido ejemplar, reforzado con súper-fuerza y súper-agilidad. En ese momento, un agente de la Gestapo infiltrado pone fin a la vida del doctor Erskine, llevándose la clave de la fórmula del supersoldado con él. De repente, el gobierno de los Estados Unidos se queda sin los soldados mejorados pero gana un símbolo fundamental en la guerra contra el nazismo.

Steve, consciente de la importancia de una identidad secreta, se alista como soldado raso y se hace pasar por un recluta falto de recursos. Allí conoce a Bucky, mascota del destacamento al morir su padre en unas maniobras militares. Estrechan lazos hasta que, de forma fortuita, descubre el secreto del Capitán América. Se empeña en colaborar con sus misiones y se convierte en su inseparable sidekick, su infatigable compañero. Juntos se enfrentarán a los más peligrosos villanos como Cráneo Rojo o el Barón Zemo. Éste último tramó un plan para lanzar una bomba mortal sobre Londres. Nuestros dos héroes tuvieron que poner todo su empeño para impedir las maquinaciones del barón, pero pagaron con la muerte de Bucky y la desaparición del Capitán América. Steve cayó al océano helado, pero el suero que corría por sus venas provocó un estado de animación suspendida. Durante varios años, el mito de la II Guerra Mundial sería dado por muerto y sus aventuras convertidas en leyenda para una generación.

En ese estado es localizado por los Vengadores en su número cuatro de la colección. Rápidamente es reconocido e invitado a formar parte de los héroes más poderosos del planeta. Steve deberá lidiar con el síndrome del hombre fuera del tiempo. Una nueva sociedad está surgiendo y eso provocará no pocos choques con el bueno del Capitán. De todas formas, Rogers manifiesta su habilidad para adaptarse aunque no dejen de llamarle la atención muchas cosas de la sociedad actual (deberíamos decir de las sociedades actuales debido al gran recorrido del personaje). Lo que nunca podrá superar y siempre tendrá en su mente es la muerte de su joven compañero. La imagen de la caída de Bucky será un tormento para Steve Rogers. Aún así, el bueno del capi no podrá evitar tener algún que otro aprendiz de compañero, cosa que repasaremos en el siguiente punto.

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Pero la crisis más grande que ha tenido el personaje fue una de carácter personal, que implicaba sus valores más profundos. Para verla más claramente necesitamos ponernos en el contexto adecuado. Nos hallamos en los años setenta del pasado siglo, más concretamente en 1972. Los periódicos norteamericanos publican noticias acerca de un asalto al cuartel general del Partido Demócrata. La noticia, simple en un primer momento, se fue haciendo más grande, siendo uno de los primeros casos de periodismo de investigación. Acabó destapando un escándalo político de escuchas que implicaba al mismo presidente Nixon. Éste tuvo que dimitir ante la gran cantidad de evidencias acumuladas. Los 70 fueron una época de gran libertad creativa en la Casa de las Ideas, mostrando todo tipo de historias que incluían los problemas sociales que estaba viviendo EEUU en esos momentos. Steve Englehart era el encargado de la cabecera del Centinela de la Libertad. Con una marcada ideología política, el guionista supo trasladar el convulso momento que se estaba viviendo a las páginas de la serie, dando lugar a una de las historias más trascendentes e importantes para Steve Rogers. El Capitán se siente atacado por diversos poderes públicos. Éste comienza una investigación porque intuye que hay algo más de lo que se ve a simple vista. Cuál es su sorpresa cuando descubre a una organización, El Imperio Secreto, que opera desde lo más adentro de la democracia norteamericana, siendo el número 1 del Imperio un personaje de las altas esferas políticas, lo que nos deja constancia de las corruptelas del poder. Steve está destrozado; han roto sus valores, sus principios y la esencia del traje que defiende. Decide abandonar el manto del Capitán América, para abrazar uno nuevo, el de Nómada, el superhéroe sin país. El cambio no durará mucho pero es evidente que Englehart tocó la fibra sensible del personaje, despojándolo de que cualquier rescoldo de patrioterismo barato. Steve Rogers era un personaje con un criterio claro y fuertes convicciones. Y eso le llevó a abandonar voluntariamente la personalidad de Capitán América.

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El Centinela de la Libertad y sus jóvenes amigos

El concepto del compañero juvenil era un clásico en la Golden Age .Pero Stan Lee, Editor jefe y principal impulsor del Universo Marvel, no era muy amante de tener jóvenes como meros comparsas. Lo que no quiere decir que Marvel no tuviera héroes adolescentes, siendo el caso más destacado el de Spiderman. Esta concepción fue desechada para los nuevos héroes que iban surgiendo, siendo el Capitán América uno de los pocos que, de alguna forma, han mantenido la figura del sidekick. Obviamente, tenemos a Bucky, del que ya hemos hablado. A pesar de su muerte en tiempo real, la retrocontinuidad de muchas de las historias del Capitán América hace que vivamos de primera mano sus aventuras. Bucky estuvo muchos años muerto aunque fuimos testigos de muchas de sus aventuras. Si hay alguien que puede considerarse como el eterno compañero en el Universo Marvel ese es Rick Jones. Lo conocimos en Hulk, siendo uno de sus pocos aliados. Luego pasó a orbitar con Los Vengadores, siendo el responsable de su unión para luchar contra el dios asgardiano Loki. Ha sido el alter ego del Capitán Marvel, intercambiándose con sus bandas sus respectivas personalidades. Pero Jim Steranko lo asoció al Capitán América convirtiéndolo en el nuevo Bucky. Tras un enfrentamiento con Hulk donde sale mal parado es recogido por Steve que lo lleva a su casa. Allí se viste como el antiguo compañero del capitán provocando un shock en el Centinela de la Libertad. Rogers lo acepta a su lado y vivirán un buen número de aventuras, incluida una nueva muerte del Capitán (esta ficticia, para preservar su identidad) y una lucha terrible contra Cráneo Rojo, con el poder del Cubo Cósmico en juego.

Nómada en acción
Nómada en «acción»

Otra historia de compañeros fue publicada en la época de DeMatteis y nos trajo de vuelta a James Buchanan de otro tiempo. ¿Es eso posible? La respuesta tiene que ver con el capitán de los años 50. Aquella colección que se publico en esa década dejó un mal sabor de boca, lo que hizo que rápidamente se separará de la trayectoria de Steve Rogers. Para ello se crea un personaje que, en origen, era un profesor obsesionado por la leyenda de la II Guerra Mundial. Tanto que altera sus características físicas y cambia su nombre para parecerse al capitán. Se buscó un compañero para luchar contra la amenaza roja, Jack Munroe. Éste, ya crecido, nos cuenta su historia ( de la que luego hablaremos más ampliamente con el capi de los 50), de cómo acabo siendo utilizado por el Doctor Fausto en sus oscuros propósitos y de cómo tuvo que ser tratado de locura al tomar una gran cantidad de compuestos químicos. El Capitán se compromete a ayudarle y pronto se verán enfrentados a Víbora y a Constrictor. Jack utiliza su traje de Bucky hasta que Steve es capturado y opta por vestirse como Nómada, personaje que derrotó a Víbora por última vez. Munroe tuvo un papel destacado en la solución de esta crisis. Desgraciadamente, su deriva personal se fue torciendo de forma paulatina. Con la personalidad de Nómada intento hacerse un nombre como superhéroe. Acabó siendo dominado con agentes nanotecnológicos por Henry Gyrich y se transformó en Azote, un asesino despiadado. Después de esto, se retiró de la vida pública. Encontraría la muerte de forma triste y solitaria a manos de un nuevo personaje de origen “ruso” conocido como el Soldado de Invierno.

Nómada, héroe de los 90
Nómada, héroe de los 90

Ya en la larga época de Gruenwald, este guionista le proporcionó varios jóvenes acompañantes al Capitán América. Primero una estudiante brillante del Medio Oeste que tenía problemas con la gimnasia. Se le propuso un tratamiento experimental basado en grabaciones subliminales. La chica, Cathy Webster, obtuvo una mejora de sus condiciones físicas pero a la vez le generó un odio irracional hacía el género masculino. Se confecciono un traje y se convirtió en Espíritu Libre. Llegó a enfrentarse al Barón Zemo, aventura en la que conoció al Capitán América. Éste aceptó ser su mentor y juntos lucharon contra la Sociedad Serpiente. También coincidió con ellos Jack Flagg, un muchacho apasionado del Centinela de la Libertad, que llegó a perseguir a varios miembros de la Sociedad Serpiente. Cobra lo capturó y lo envió a luchar contra Mr. Hyde, dejándolo el villano rociado de pócimas y medio muerto. Esas pociones afectaron el cuerpo de Jack, consiguiendo fuerza sobrehumana. Acabó infiltrado en la organización serpiente, ayudando al Capitán América y a Espíritu Libre a derrotar a la malvada sociedad. Siguió colaborando con Steve Rogers de manera puntual, contra IMA, el capi loco… pero acabó desapareciendo del mundo de los superhéroes. Una de las últimas veces que lo vimos fue tras los acontecimientos Civil War. Al considerarse retirado, no vio necesidad de registrarse. Esto no era suficiente para los Thunderbolts de Norman Osborn, que lo atacaron de forma cruenta, dejándolo en un estado deplorable.

Jack Flagg
Jack Flagg, a punto de recibir a los Thunderbolts
Los otros “Capitanes América”

Como ya hemos comentado, Steve Rogers, habitual del traje abanderado, ha tenido diversos problemas que lo han hecho ausentarse de sus funciones. Pero el símbolo no puede dejar de lucir, por lo que ha tenido algunos sustitutos en sus labores de superhéroe. Su primera ausencia destacada fue tras el intento de salvar Londres de la bomba del Barón Zemo. Como vimos, quedó en animación suspendida en un bloque de hielo, oficialmente muerto en combate. El presidente de los EEUU ordenó rápidamente la asignación de un nuevo portador y el elegido fue William Nasland, cuyo antiguo alias era Espíritu del 76. Este héroe llevaba luchando en la guerra desde 1940, pero emigró a Gran Bretaña para ayudar a los aliados ingleses. Truman lo requirió de inmediato, junto a un joven parecido a Bucky, conocido como Fred Davis, que había sustituido en vida al compañero habitual del Capitán América. Juntos se unieron a los Invasores y continuaron luchando en pos de la libertad y la justicia. Hasta que en 1946 se cruzó un malvado androide, Adam II, obra del inventor de la Antorcha Humana original, Phineas Horton. Buscaba suplantar la identidad de un importante político y Nasland se interpuso en su camino, con fatales consecuencias. Murió a manos de Adam II. Jeffrey Mace se encontraba en las inmediaciones de Boston cuando sucedió el desgraciado suceso. Este héroe, conocido anteriormente como el Patriota, no dudo en vestir el traje del Centinela de la Libertad y derrotar a Adam II. Con el segundo Bucky, siguió defendiendo la libertad junto a los Invasores durante el resto de la década de los 40. Era evidente que los valores que se estilaban durante la gran contienda bélica ya no estaban vigentes, por lo que abandonó el disfraz y volvió a su profesión original de reportero. Muchos años después, DeMatteis lo volvió a recuperar para una historia de capitanes en tierras alternativas. Entonces, enfermo de cáncer, ayudo a Steve Rogers a derrotar a un Adam II alternativo. Murió con el Capitán América, el ídolo que siempre buscó imitar, a su lado. A modo de recapitulación, tenemos nada más y nada menos que tres personajes para el abanderado hasta 1950, fecha en que entra en acción el más polémico de los sustitutos de Steve Rogers.

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Espiritu del 76. El primer sustituto de Steve Rogers.

William Burnside es el auténtico nombre del cuarto capitán, aquel que desarrolló sus aventuras en la década de los cincuenta. Recordemos que aquellas historias fueron malditas y alejadas del legado del Centinela de la Libertad. Una colección, por cierto, donde los enemigos pasaron a ser los soviéticos y sus simpatizantes. Con el Capitán funcionando a primer nivel en el Universo Marvel, había que establecer unas diferencias claras (bendita retrocontinuidad!!). Si el tipo se llamada Steve Rogers y parecía el genuino, no pasa nada: el tal Burnside era tan fanático del capi original que cambió su aspecto físico y su nombre de forma legal. Paso a inyectarse compuestos que recordaban la fórmula del supersoldado. Se buscó un chico joven que hiciera de Bucky, Jack Munroe (ya visto en los sidekick) y comenzaron sus aventuras. Solo que esos compuestos les afectaron en el mal sentido y empezaron a desarrollar actitudes agresivas. Los detuvieron y los metieron en criogénesis con la esperanza de encontrar una cura para los efectos el suero. Fueron liberados y se enfrentaron a Steve Rogers, que pensaban que era un farsante. Esto fue idea de Englehart y desde entonces se conoció a este personaje como el capi loco de los 50. Fueron llevados a una institución mental donde cayeron en las manos del Doctor Fausto, especialista en el control de la mente. Este villano lo transformo en el Gran Director de una organización fascista conocida como Fuerza Nacional y le hizo matar a su compañero Munroe. En realidad, todo era un truco del malvado doctor y Fausto acabó matando al trastornado capitán. Munroe consiguió rehabilitarse y disfrutar de alguna aventura junto al abanderado original.

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Portada del Capi de los 50.

Steve Rogers llevó el traje del Centinela de la Libertad desde su vuelta en Avengers#4. Los sustitutos, hasta ahora, son debido a su largo periodo en animación suspendida. Pero hubo un acontecimiento en la vida del Capitán que le hizo abandonar sus funciones. Hablamos de la saga del Imperio Secreto. Como ya vimos, se enfunda en una nueva personalidad, Nómada, libre de cualquier relación con una nación que lo ha decepcionado. Entra en acción un personaje llamado Rosco, muy interesado en seguir la senda que ha marcado Rogers. Hace equipo con el Halcón y va convenciendo poco a poco al héroe alado de que quizás sea un buen capitán. Pero todo se trunca con la aparición de Cráneo Rojo. Hasta ese momento, todo han sido escaramuzas con delincuentes comunes. Pero el villano nazi son palabras mayores; consigue vencer fácilmente al nuevo abanderado y se da cuenta de que no es Steve. Cráneo entra en cólera y acaba con la vida de Rosco. Ante tamaña afrenta, Rogers vuelve a vestir el manto de Capitán América. Otro caso de presión política ocurrió en la época de Mark Gruenwald. La Comisión para las Actividades Superhumanas descubrió la identidad secreta del Capitán América y le obligaron a trabajar para el gobierno. Rogers no aceptó y durante un tiempo fue simple y llanamente el Capitán. Pero el gobierno estimó que debía haber un nuevo portador de las barras y estrellas, y el elegido fue John Walker. Éste se había labrado una fama reciente como Superpatriota, una copia barata del auténtico Capitán América. Recibir el traje y el escudo original fue el mayor triunfo para él. Walker, originario de una familia granjera en Georgia, fue un entusiasta de la vida militar, a pesar de que su hermano mayor falleció en Vietnam. Se alistó para ir a luchar contra la amenaza vietnamita pero llegó tarde. Siendo licenciado rápidamente, entró en tratos con Agente de Poder, un villano que se especializó en otorgar súper-fuerza de modo empresarial. Mark Gruenwald concibió este personaje como el reverso negativo de los valores del Capitán. Hasta ahora, el centinela de la Libertad tenía un expediente impoluto: Steve Rogers siempre hacía lo correcto. El guionista pensó que el patriotismo mal entendido podía dar mucho juego y John Walker sería el contrapunto perfecto para esas actitudes. El Superpatriota tomó el manto del abanderado en Captain America#333, viviendo enfrentamientos con una nueva sociedad criminal conocida como Perros Guardianes, que secuestraron a sus padres. Walker, utilizando métodos expeditivos, demostró que era más violento que el anterior portador del traje. Y por supuesto no podía faltar el enfrentamiento contra el villano clásico de la cabecera, Cráneo Rojo. Las acciones cada vez más inexplicables de Walker hicieron que el gobierno preparará la vuelta de Steve Rogers, con una ceremonia de entrega de poderes. En la misma sufre un intento de asesinato, una pantomima para darle una nueva identidad y destinarle a nuevos menesteres (Captain America#354). Pasó a ser conocido como el USAgente, identidad con la que Walker se paseó por el Universo Marvel desde entonces, recalando en grupos como Vengadores Costa Oeste, Fuerza de Choque, los mismísimos Vengadores o los Defensores. Recientemente lo tuvimos de secundario en la colección Thunderbolts liderados por Luke Cage. En un estado bastante mermado, Walker es el alcaide de la célebre prisión conocida como la Balsa, lugar donde se está trabajando en el programa Thunderbolts.

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Súperpatriota, la primera personalidad de John Walker

Como si fuera un bonus track, hacer mención a una historia que, pese a no tener ningún personaje como “sucesor”, si que trata el concepto de legado de forma realista. Llamada “El Elegido”, fue desarrollada en la línea Marvel Knights y corrió a cargo de Dave Morrell y Mitch Breitweiser. El autor, conocido internacionalmente por ser el creador de John Rambo, es un gran conocedor de la temática bélica y aquí nos hace partícipes del devenir, no solo del buen capitán, sino de un soldado raso en plena guerra de Afganistán. Parte del concepto de que Steve Rogers no puede vivir eternamente. A su vez nos muestra el día a día de un soldado llamado James Newman en pleno conflicto armado. Sus miedos, sus amores, sus dudas; demasiada presión para una persona normal. El Capitán América aparece para darle apoyo y cobertura. Sólo que parece que el resto de sus compañeros no parecen verle. La serie es una revisión de los valores necesarios para ser ese héroe diario; una conversación entre un combatiente y el laureado Centinela de la Libertad, que demuestra que los valores que hicieron grande al Capitán se encuentran en el interior de unos pocos elegidos.

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Ed Brubaker: la vuelta de Bucky Barnes

El guionista Ed Brubaker es el encargado de relanzar al Capitán América en 2005, tras la insulsa etapa de Robert Kirkman. El escritor lo aleja de lo superhéroico y le da un tono de thriller de espías, con mucho noir y algún toque pulp. En apariencia, nos trae viejos conflictos con un antiguo general soviético, Alexanader Lukin, reconvertido a empresario, que hace negocios con Cráneo Rojo. Lo que se traen entre manos es recuperar a un letal asesino de la antigua madre Rusia, que permanece congelado entre misión y misión. Brubaker desarrolla esta historia entre la vida diaria del Capitán América, que se ve sobresaltada por la muerte de Cráneo Rojo (éste es bastante difícil de matar y seguirá dando quebraderos de cabeza en la colección). Hace acto de presencia el misterioso asesino, al que conocemos como Soldado de Invierno (aquel que acabó miserablemente con la vida de Jack Munroe). Pero el golpe de efecto estaba por llegar: el soldado es Bucky Barnes. El guionista nos cuenta que Bucky no murió cuando explotó la bomba de Zemo. Al igual que Steve Rogers terminó en el océano, Bucky acabó en las frías estepas rusas, donde fue entrenado en las instalaciones soviéticas pero ser el mejor asesino del mundo. La Viuda Negra corrobora esas leyendas de cuando ella era una agente al servicio de la KGB. Cada cierto tiempo era despertado para cometer un crimen singular y luego vuelto a la hibernación. Ahora, al servicio de Lukin, anda suelto para acabar con el legado del Capitán América. El shock del Centinela de la Libertad al descubrir que su antiguo compañero está vivo no es comparable al despertar de James Buchanan, con el cerebro lavado desde que lo recogieron los rusos. Hará falta el poder del Cubo Cósmico para que Bucky sea capaz de recordar su vida anterior.

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La vida de Bucky tras el Telón de Acero

El guionista no se contentó con traer de vuelta a unos de los pocos personajes que habían permanecido muertos y enterrados en la Casa de las Ideas. Tenía grandes planes para él y empezó a desarrollar sus historias en plan secundario en la cabecera. Y consiguió que el fandom aceptara esa una nueva imagen de Soldado de Invierno. Los acontecimientos que rodean la actualidad Marvel chocan con la idea que tenía Bucky de reconducir su vida. Tras Civil War, Steve Rogers es detenido por ser el cabecilla de los anti-registro. En una confusa maniobra, que implica a diversos protagonistas, el Capitán América es asesinado. Bucky culpa a Iron Man, su principal opositor en la Guerra Civil, y decide atacarle. Descubre que Tony Stark tiene en su posesión una carta, firmada de puño y letra por Steve Rogers, en la que recomienda a Bucky como su sustituto, en el triste caso de que él faltara. El tanto tiempo compañero de armas se ve obligado moralmente a asumir el manto del abanderado, solo que le dará un nuevo diseño al traje y sus métodos diferirán a los del bueno de Steve. La muerte de Rogers no será flor de un día y durante un largo periodo de tiempo Bucky llevara el manto del capitán, ya sea en su propia colección o uniéndose a los Nuevos Vengadores de Brian Michael Bendis. Participa de la actualidad Marvel en eventos como Invasión Secreta o Asedio. En su cabecera estrechará lazos con la Viuda Negra, dando lugar a una relación sentimental. Además de compartir aventuras con secundarios como el Halcón o Sharon Carter. Ésta se verá implicada en el asunto de la muerte de Steve que seguirá orbitando como tema de fondo de la serie. La vuelta del viejo portador se va aclarando y se producirá en una gran macrohistoria conocida como Renacimiento. Steve Rogers y sus amigos consiguen vencer a un malvado Cráneo Rojo, trayendo de vuelta a la vida al personaje. Steve decidió dejar a Bucky como Capitán América, mientras él se transformaba en Supersoldado y fundaba un nuevo grupo, los Vengadores Secretos. Sus últimos momentos como Centinela de la Libertad los tenemos en Miedo Encarnado donde, en apariencia, muere a manos de Pecado (la hija de Cráneo Rojo transformada en un avatar de la Serpiente). En realidad consigue sobrevivir; solo Rogers, que vuelve a asumir la personalidad del Capitán América, sabe la verdad. Bucky recobra su apariencia de Soldado de Invierno y se dedica a trabajar en operaciones encubiertas bajo las órdenes de Nick Furia, con su inseparable Natasha como pareja de armas.

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El legado de Steve Rogers es traspasado a su fiel sidekick

A pesar de la temprana cancelación de su serie propia, primero en manos de su “creador”, Ed Brubaker, y continuada por Jason Latour, no se puede decir que el Soldado de Invierno haya tenido mala suerte editorial. Actualmente forma parte de los Invasores que está escribiendo James Robinson, rememorando los viejos tiempos de la II Guerra Mundial. Rick Remender se ha hecho cargo de la última miniserie del personaje. Además de tener un papel destacado en el último evento Marvel, Pecado Original. Ha sido uno de los elegidos por Jason Aaron para formar parte del elenco que busca saber quién mató al Vigilante. Y directamente desde este crossover ha recobrado su serie regular, que volverá en octubre, a cargo de un equipo creativo de auténtico lujo, Ales Kot y Marco Rudy. Parece que le quedan muchas aventuras que recorrer al bueno de Bucky.

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Capitán América Now!

Y llegamos al momento actual, con Steve Rogers, como casi siempre, siendo el portador del manto de Capitán. Rick Remender se hizo cargo del relanzamiento que supuso Marvel Now! y desde entonces maneja sus destinos. Lo alejó de forma clara de la influencia del anterior guionista, Ed Brubaker, que había dejado una etapa memorable en la colección. Para ello lo embarco en una saga con tintes de ciencia ficción, temática que el guionista maneja a las mil maravillas. La Dimensión Z ha supuesto para Steve Rogers un tour de forcé, que parece haberle afectado más de lo debido. Y su enfrentamiento con Iron Nail y el Doctor Mindbubble tampoco han sido nada fáciles para el abanderado. Y de golpe y porrazo nos encontramos con que Steve ya no está en posición de llevar el traje del Centinela de la Libertad. Pero como ya hemos aprendido, el símbolo debe continuar; la maquinaria editorial se ha puesto en marcha con un teaser que nos anuncia un nuevo Capitán América. La polémica está servida, pues la mayoría de los fans solo conciben un capitán y todos sabemos su nombre. De todas formas, el guionista detrás de la idea ha demostrado el suficiente buen hacer para que esto no pase de ser otra historia más de las muchas que ha tenido nuestro protagonista. Si algo se puede decir de Remender es que no da puntada sin hilo. Se le podrá achacar cierta lentitud en las historias (algunos prefieren llamarlo cocinar a fuego lento) pero ha demostrado una maestría sin igual en cerrar tramas pendientes, dando lugar a etapas redondas cuando se miran en su conjunto. Otra cosa es lo haya planeado Marvel para las próximas fechas, con extraños augurios de reinicio (totalmente innecesario, por cierto). Cuando se escriben estas líneas todavía se desconoce la identidad del nuevo portador del traje y el escudo. Poco se puede decir entonces del factor acierto o error del personaje elegido. Lo que sí es cierto es que bajo sus hombros recae el peso de las barras y estrellas. Y pocos han estado a la altura de tamaña empresa.

Falcap
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Lector
20 julio, 2014 20:24

¡ un gran articulo,arturo¡.

uff…eso de EL ELEGIDO del creador literario de RAMBO se me pasó.a ver si echo un vistazo a ver que pinta tiene…

Muerte a Marvel
Muerte a Marvel
20 julio, 2014 20:42

Muy buen articulo, definitivamente un personaje que marco la infancia de muchos y que desde mi punto de vista es uno de los mas interesantes de marvel.

Lamento con todo el alma que el capitan america de las «adaptaciones» de disney no se parezca ni remotamente al icono de las viñetas, el actor que lo encarna(chris evans) es mediocre, su liderazgo es dudoso, su carisma es 0….gracias disney por arruinar semejante personaje con tus humoristicas adaptaciones y tu mediocre universo cinematografico…como me encantaria darle una paliza a chris evans, es tan patetico, hipocrita…

Volviendo a las viñetas, lo de marvel ultimamente es para verselo no? thor MUJER WTF?? steve rogers deja de ser el capitan WTF???…..y mas dudoso es su alado remplazo….

Buen reportaje,un gusto leerlo.
SaluDCs.

SPetrikov
SPetrikov
Lector
20 julio, 2014 21:21

Yo siempre creí que el héroe Estadounidense por antonomasia era Superman, pero yo que se, solo es la percepción de un latinoamericano al que no le agrada el nombre de capitán América para un superheroe que usa la bandera de USA como uniforme.

the drummer
the drummer
Lector
20 julio, 2014 22:12

otro articulazo del sr.porras.
menudo fichaje de lujo que os habéis marcado.

Antoine
Antoine
Lector
20 julio, 2014 22:56

Bravo de nuevo sr. porras.

Nunca llegó a ser compañero, pero yo recuerdo con cariño a D Man, que no dejaba de ser un personaje bastante cutre (con un traje horrible), pero que llegó a ser Vengador y todo – cuando eso significaba algo- y al que le tengo bastante perdida la pista.

Louontherocks
Louontherocks
Lector
21 julio, 2014 0:00

Joe. Este artículo me ha recordado mis años jóvenes, el primer tebeo que me leí fue uno del Capi, para mí siempre ha sido el mejor de todos los superheroes, al fin y al cabo hubo un tiempo en el que era un tipo super entrenado sin ningún añadido por el suero más que haberlo hecho un todo hombreton.

Daniel Gavilán
21 julio, 2014 0:20

y al que le tengo bastante perdida la pista

Lo último suyo fue hace algo así como hace dos años. Baste decir que

Aviso de Spoiler

está muerto

TheBaldRocker
TheBaldRocker
Lector
21 julio, 2014 4:24

Muerte a Marvel
20 julio, 2014 de 20:42
– «Muy buen articulo, definitivamente un personaje que marco la infancia de muchos y que desde mi punto de vista es uno de los mas interesantes de marvel»

Y el caso es que el amigo comienza bien, eh…
Pero es que luego se le va, se le va…

– «….gracias disney por arruinar semejante personaje con tus humoristicas adaptaciones y tu mediocre universo cinematografico…como me encantaria darle una paliza a chris evans, es tan patetico, hipocrita…»

En fín, ahora en serio.
Lo primero y más importante, Sr.Porras: Sus escritos tienen una calidad apabullante, digna de un profesional del negro sobre blanco en la faceta de articulista.
Este artículo y el de «Las ideologías del CA» de Mr.Aguirre, son todo un homenaje desde el cariño más incondicional al personaje ahora que, de nuevo, es tiempo de cambios para el «viejo» Capi Rogers que, para un servidor, ha sido, es y será el mejor portador del escudo que pueda haber.

Dicho esto, recomendar sobre Jeff Mace, alias El Patriota:

http://www.paninicomics.es/web/guest/titulo_detail?viewItem=667554

Una pequeña maravilla, a mi modesto entender.

Y Frankie, la obra que recomienda Mr.Porras es esta:
http://www.paninicomics.es/web/guest/titulo_detail?viewItem=637743
Aunque debo decir que a mi también se me pasó. Sale como agotado. A ver si aún estuviera a tiempo de localizarlo en mi tienda habitual.

Rockeros Saludos

josan_avenger
Lector
21 julio, 2014 16:52

Excelente articulo, por cierto no existio un capitan america negro antes de steve rogers? porque aunque no le recuerdo bien me suena alguna historia de que antes de probar el suero con steve rogers se hicieron experimentos con negros y uno de ellos tambien funciono como capitan america.

Lo pregunto como veo que se nombran a todos (o casi todos) los personajes que han llevado el manto del capitan america, pero no se menciona a ninguno negro, pregunto por si estoy equivocado o por si él nunca fue capitan america o cualquier cosa.

TheBaldRocker
TheBaldRocker
Lector
22 julio, 2014 5:02

Bona nit!

Pues si, Mr.Porras, yo también leí en su momento la historia de Jeff Mace en los comics de DeMatteis y en alguno publicado por Vertice de La Legión de La Libertad:
http://www.comicbox.com/wp-content/uploads/2009/03/patriotc.jpg

Los comics de DeMatteis (con Zeck) los estoy recuperando con los 5 volumenes de MG del Capi.
Y si, la historia de Kessel está francamente bien y el arte de Mitch Breitweiser que, con ese aire pulp tan años 40 a mi, que soy seguidor de esa época, me encantó. Este tomo tiene además como complemento la historia original del segundo Capitán América: «¿Qué hubiera pasado si Los Invasores hubieran permanecido unidos tras la Segunda Guerra Mundial?» de Roy Thomas y con el arte de Frank Robbins

Aprovecho el momento y el tema en cuestión para solicitar a Panini 😉 la edición en un bonito TochoGold (o 2 o los que hagan falta, la verdad) de Los Invasores y derivados, como la mencionada Legión de La Libertad o la mini serie de 4 nºs de la Antorcha Humana Original, obra también de Roy Thomas (como casi todo el temario de los héroes en la 2ªGM) y el gran Rick Buckler.

Y comentarle, Mr.Porras que ya he enlazado y llevado a favoritos el articulo de Mr.Gavilán del comic «La verdad», para leerlo como se merece y como debe ser 😉

Rockeros Saludos