No hay peor guerra que una guerra de trincheras que se eterniza.
Jacques Tardi es un historietista francés nacido en 1946. En 1969 debutó con una historia corta con guión de Jean Giraud en Pilote, lo que marcaría el comienzo de su colaboración con la revista para la cual realizó muchas historias cortas hasta que en 1971 dibuja su primera serie de continuará: Rumores sobre el Rouergue con guión de Pierre Christin (precisamente una de las pocas no editadas por Norma, sino por De Ponent). En 1971 crea Adiós Brindavoine donde empezamos a ver algunas de las constantes de su obra como son la Primera Guerra Mundial y las historias cercanas al folletín. Algo en lo que se repetirá en otra de sus grandes creaciones, la maravillosa Adèle Blanc-Sec que verá la luz en 1976. En 1981 publica otro de sus grandes éxitos, la primera de las cinco adaptaciones que realizó del personaje de Léo Malet, el detective Néstor Burma. En 2001 inicia El grito del pueblo que adapta la novela de Jean Vautrin. Además de esas series ha realizado una gran cantidad de álbumes individuales como Polonius con guion de Picaret, Griffu con guion de Manchette, Aqui Même con guion de Jean-Claude Forest, La guerra de las trincheras con guion propio, El exterminador de cucarachas con guion de B.Legrand o La última guerra y El soldado Varlot con Didier Daenincx. Su última obra ha sido Yo, René Tardi, prisionero de guerra en Stalag IIB la historia de su padre durante la Segunda Guerra Mundial. Ya sea en historias de género negro, en historias bélicas o folletines Tardi es uno de los mejores autores que ha dado la BD.
Acompañamos a Mathurin Broutille, un camillero francés perdido entre las líneas por los horrores de la guerra de las trincheras que destrozó Europa entre 1914 y 1918. Nos mostrará la terrible realidad que acompaña a los conflictos bélicos, despojada de heroicidad y falsos patriotismos.
La Primera Guerra Mundial es uno de los escenarios recurrentes de la obra de Jacques Tardi. A veces como elemento principal como en esta obra y otras como elemento secundario como en Adiós Brindavoine. Pero siempre retratando la realidad de lo que sucedió sin ningún espacio para el romanticismo. Esto es debido a que como muchos autores de su generación su vida ha estado marcada por las consecuencias esa guerra, en su caso perdiendo a su abuelo materno. Normal que le resulte imposible hacer una simple historia de héroes y villanos sobre el tema y que todos sus trabajos sobre el tema denoten el cabreo y la indignación que le provoca la guerra.
En sus obras más documentales sobre la guerra (La guerra de las trincheras y ¡Puta guerra!) los protagonistas son siempre hombres de la calle que no entienden que hacen combatiendo y que tampoco sacarían ningún beneficio en caso de victoria. La diferencia es que en El último asalto hay un único protagonista, Mathurin Broutille. Es un personaje que dista mucho de ser un héroe, ya que no hay héroes en la guerras y menos en una tan sucia y salvaje como la Primera Guerra Mundial, simplemente es alguien normal atrapado en una situación terrible. Tardi se sirve de su odisea por la No man´s land mientras trata de regresar a sus líneas para repasar los antecedentes y la historia de la guerra. Sin dejar de lado ningún detalle y de manera tremendamente crítica con la política de Francia, tanto antes como durante la guerra. Cualquier obra que quiera profundizar medianamente en ese conflicto a la fuerza tiene que ser antimilitarista ya que es imposible abstraerse de lo estúpido y mezquino que fue. Se centra en Francia pero no se olvida de Alemania, Rusia o Inglaterra que también cometieron todo tipo de barbaries.
Mathurin Broutille en su deambular se encontrará con todo tipo de sujetos y situaciones que poblaban las trincheras. Tardi se servirá de ellos para critica los estúpidos nacionalismos, el racismo, el colonialismo, el capitalismo, las obscena industrias armamentísticas y farmacéuticas, etc… todos lo que de una manera u otra se beneficiaron de la guerra. Dentro de sus obras es la que es menos crítica con los altos cargos militares responsables de autenticas carnicerías por su falta de humanidad. Tampoco olvida que esta guerra tan solo fue el principio de otra mucho peor. Por desgracia cien años después comprobamos con horror que muchos de estos problemas siguen todavía presentes. Y no parece que vayan a desaparecer.
En cierta forma podemos considerar a El último asalto como un resumen de al obra de Tardi sobre la Primera Guerra Mundial ya es una obra que recoge lo mejor de sus anteriores obras consiguiendo una historia más solida que en La guerra de las trincheras y ¡Puta guerra!, aunque tal vez menos impactante. A pesar de que cuenta una realidad terrible huye del gore y el morbo. Es una obra que claramente se posiciona en una opción antimilitarista pero que es objetiva y en ningún momento juzga a los soldados de uno u otro bando, muestra las barbaridades que puede realizar un individuo a otro sin ningún tipo de filtro ni cortapisa, retratando toda la bajeza y miseria de la que es capaz el ser humano. No comete el error tan habitual de juzgar los sucesos históricos con la moral de hoy. Pero sí hay una clara intención de mostrar y denunciar la barbarie de la guerra con toda su crudeza y de manera crítica. Puede que para algunos tenga un exceso de información ya que cada página está repleta de datos sobre la guerra, pero está muy bien equilibrado ya que los va alternado con las peripecias que le suceden a Broutille. Consigue de manera muy solvente mezclar información con una historia sólida.
En el apartado gráfico tenemos al Tardi de siempre, con su mezcla de realismo y caricatura. Por todo el cómic se ve el exhaustivo trabajo de documentación que ha realizado, definiendo perfectamente los distintos tipos de armas, uniformes y maquinaria que usó cada ejercito. Una de sus características más notables es su capacidad de hacer único a cada personaje y perfectamente reconocible, da gusto ver a dibujantes capaces de hacer distintas caras y dotarlas de expresión. Es una obra en la que conviven las escenas pausadas con las de acción trepidante, es en éstas, generalmente mudas donde mejor está Tardi. Consigue que paseemos con él por las trincheras. A pesar de ser una obra en la que en muchos momentos hay mucho texto, esto no quita protagonismo al dibujo. El trabajo de Jean-Luc Ruault en el color es sensacional. Un color donde priman los tonos grises salpicados de vez en cuando por el rojo.
Norma Editorial hace un fantástico trabajo de edición cuyo resultado es un álbum de gran tamaño, buen papel y buena reproducción. Además del cómic, como extra vienen las letras de las canción de CD. La única pega es que no aparecen traducidas. Ojalá sigan publicando sus nuevas obras y recuperan alguna de la antiguas que permanece inédita.
El último asalto es el paseo por la trincheras más reciente de Tardi. Para mi gusto es el mejor de los tres, juntando lo mejor de las obras anteriores. Una equilibrada mezcla que consigue ser a la vez didáctica y entretenida. Una nueva gran obra de uno de los autores imprescindibles de la BD.
Guión - 8.5
Dibujo - 8.5
Interés - 9
8.7
Necesaria
Una obra fantastica en la que Tardi nos nuestra sin edulcorar los horrores de la Primera Guerra Mundial.