Jeph Loeb nació en Stanford (Connecticut) durante el invierno de 1958, en el seno de una familia judía. Su pasión por los comics comenzó a los doce años, y nunca le ha abandonado.
Se graduó en la Universidad de Columbia con una licenciatura en Cine (uno de sus profesores fue Paul Schrader). Su primer trabajo importante fue el guión de Teen Wolf, película protagoniza por Michael J.Fox en sus buenos tiempos, aunque Loeb empezó a hacerse notar de verdad al escribir el guión de Commando, pequeño clásico ochentero protagonizado por Arnold Schwarzenegger.
Loeb participaría en otras producciones como Teen Wolf Too o Burglar, hasta que conoció a Jenette Khan, editora en jefe de DC Comics durante los ochenta. Loeb se encontraba un tanto frustrado con su trabajo por aquél entonces y Khan le propuso escribir un comic para DC. El dibujante sería un talentoso desconocido llamado Tim Sale.
Tim Sale nació en Ithaca (New York) durante la primavera de 1956. Con seis años, se mudó con su familia a Seattle.
Sale estudió en la School of Visual Arts, academia dirigida por John Buscema. Entre sus influencias se cuentan los grandes ilustradores de la editorial Warren (Steve Dikto, Alex Toth o Gene Colan, por ejemplo), la revista Metal Hurlant y dibujantes españoles como Rubén Pellejero o Juanjo Guarnido.
El estilo de Sale es tan extraño como exquisito. Trabaja sobre un guion bastante detallado (normalmente cortesía de Jeph Loeb) y realiza sus páginas con aguadas. Añade el color de manera tradicional, haciendo que estemos, literalmente, ante cuadros pintados.
Loeb y Sale, juntos por primera vez, afrontarían su primer encargo para DC Comics, consistente en resucitar un viejo concepto de Jack Kirby.
Los Challengers of the Unknown pertenecen a esa particular galería de personajes y conceptos creados por DC y luego aprovechados o reinventados por Marvel. Si la Doom Patrol de Arnold Drake es precursora (por pocos meses eso si) de los X-Men de Lee y Kirby, y Los Vengadores son hijos directos de La Liga de la Justica, los Challengers of the Unknown son una especie de boceto preliminar de Los 4 Fantásticos.
Los Challengers of the Unknown aparecieron por primera vez en Showcase #6 (Febrero de 1957). Es una creación de Jack “El Rey” Kirby, en una época oscura entre el esplendor de La Edad de Oro y su magistral trabajo en Marvel y DC durante los 60 y 70. Por aquellos años, el trabajo de Kirby no era especialmente apreciado (por extraño que parezca), y le costaba colocar páginas en alguna editorial, lo que no le impidió crear algunos conceptos realmente asombrosos, como estos Challengers of the Unknown.
El grupo original estaba formado por cuatro miembros: Kyle “Ace” Morgan, Matthew “Red” Ryan, Leslie “Rocky” Davis y Walter Mark “Prof” Haley. Tras sobrevivir a un accidente de avión los cuatro concluyen que, ya que están viviendo tiempo prestado, deben aprovechar y experimentar increíbles aventuras. Kirby dejó el título tras unos pocos números, aunque la serie siguió su andadura más o menos errática hasta 1971, año en el que fue cancelada.
Jeph Loeb y Tim Sale se pusieron manos a la obra y decidieron rescatar el concepto de Kirby. No está muy claro si la iniciativa era fruto de un interés personal de los propios autores, si era un encargo editorial o una mezcla de las dos cosas, pero el caso es que en 1991 salió a la venta Challengers of the Unknown vol.2 #1, la primera entrega de lo que se pensaba sería una nueva serie regular y que acabó siendo una mini-serie de ocho números y el origen de un equipo creativo mítico.
La historia comienza cuando una bomba estalla en el cuartel general de los aventureros, llevándose por delante a un montón de inocentes y a uno de los miembros del grupo: Haley. Los tres miembros restantes deciden seguir caminos separados. Ace se muda a Greenwich Village y se sumerge en un infierno de magia y drogas. Rocky se convierte en un actor de Hollywood y en un alcohólico. Red, cuál Joselito, termina siendo un mercenario en países del tercer mundo.
Loeb hace un trabajo notable con el guión (más teniendo en cuenta que se trataba de su primer comic), pero la miniserie resulta demasiado exagerada en algunos momentos, como la transformación de Red en mercenario. Aun así el guión es tremendamente entretenido y tiene algún toque de profundidad emocional inesperado.
Sale esta soberbio. Su estilo, su dominio del ritmo, su narrativa, su uso del encuadre, su composición de página y su uso del color son propios de un maestro. Lo mejor de todo es que aún estaba lejos de llegar a su mejor nivel.
En general, puede leerse la obra como un síntoma más de esa “Edad Oscura” que sufrieron los superhéroes a mediados de los 90. Loeb y Sale intentaron ilustrar (en la estela de Miller, Morrison y Moore) la caída a los infiernos de los grandes héroes idealistas de los años 60.
Haley, Ace, Rocky y Red habían llegado al final del camino. Pero Loeb y Sale no habían hecho más que comenzar.
No es una exageración decir que Batman es el superhéroe que ha protagonizado el mayor número de obras maestras a lo largo de la historia del comic. Ha tenido la suerte de que los mejores artistas y dibujantes del medio hayan narrado sus aventuras: Alan Moore (La Broma Asesina), Grant Morrison (Asilo Arkham), Frank Miller (Año Uno y El Regreso del Señor de la Noche), Brian Azzarello (Ciudad Rota, Joker) y un larguísimo etc.
La propia idiosincrasia del personaje (un vigilante que es un detective que además es un superhéroe) y su flexibilidad, permite que casi cualquier guionista encuentre algo interesante en Batman. No es casualidad que cuando un artista de la BD o el manga o simplemente ajeno al mainstream quiere acercarse al mundillo de los superhéroes elija a Batman como primera opción (por ejemplo, Katsuhiro Otomo en Batman: Black and White, o Enrico Marini en Batman: Dark Prince Charming).
Es muy difícil obviar, en un listado de las mejores obras de Batman, Batman: El Largo Halloween, la obra maestra de Jeph Loeb y Tim Sale. Sin embargo, antes de llegar ahí, tendrían que hacer una parada intermedia en Batman: Caballero Maldito.
El promotor de esta segunda colaboración entre ambos fue Archie Goodwin, uno de los editores y escritores a quién más le debe el mundo del comic. Goodwin fue el editor de la línea de revistas Warren que tanto influenciaron a Tim Sale, y en esos años se encargaba de preparar la monumental antología Batman: Black and White mencionada más arriba.
Goodwin propuso a Loeb y Sale realizar una serie de tres especiales que aparecerían entre 1993 y 1995 en la cabecera antológica Batman: Legends of the Dark Knight, colección coordinada también por Goodwin, en la que los mejores autores de Batman daban su visión personal de El Hombre Murciélago (si algo está fuera de toda duda, es que a Goodwin le encantaba Batman).
Los tres especiales (recopilados en el tomo Batman: Caballero Maldito) se ambientan en la festividad de Halloween. El primero de ellos, Miedo, supone una aproximación a la figura de El Espantapájaros y, por tanto, también a los miedos de Batman. El segundo de los especiales, Locura, es una interesante adaptación de Alicia al País de las Maravillas. El villano, claro, no podía ser otro que El Sombrerero Loco, quién secuestra a su Alicia particular: Bárbara Gordón. El tercero y último de estos especiales, Fantasmas, es otra adaptación, en este caso de Cuento de Navidad. A un malherido Bruce Wayne se le aparecen tres fantasmas para hablar sobre el pasado, el presente y el futuro.
El guión de Loeb roza en los tres episodios un nivel soberbio. Loeb (y también Sale) sentía auténtica devoción por Batman, su mundo y sus villanos, y se nota. En estos comics todavía no llega al nivel de maestría de sus comics posteriores, pero las semillas y el talento estaban ahí.
Si Loeb amaba escribir historias en la ciudad de Gotham, Sale disfrutaba dibujándolas. Su Gotham es una mezcla entre el noir intenso de Frank Miller y el barroquismo de Tim Burton, una mezcla de expresionismo alemán y película de la Hammer. Sus supervillanos dejan de ser tal para convertirse en monstruos y engendros deformes, tan enfermos como el propio Bruce Wayne.
Batman en estado puro, en definitiva, y una delicia para los amantes del personaje. La calidad de estos especiales (sobre todo del último) convenció a Goodwin de que Loeb y Sale podían encargarse de una historia de largo recorrido.
Al principio de su carrera, Batman se encuentra con Festivo, un misterioso asesino que solo mata en fechas señaladas. Las familias mafiosas de Gotham se han declarado la guerra, y Batman solo cuenta con Jim Gordon y Harvey Dent para resolver el caso.
Así comienza El Largo Halloween.
Muchos comics aspiran al título de “Mejor Historia de Batman”. Año Uno y El Regreso del Caballero Oscuro son los ganadores por unanimidad. Pero Frank Miller tiene un rival. Ese rival es el equipo formado por Jeph Loeb y Tim Sale.
La comparación con Miller no es arbitraria. El Largo Halloween y su secuela, Victoria Oscura, no existirían de no ser por Año Uno y El Regreso del Señor de la Noche. En cierto modo, El Largo Halloween y Victoria Oscura se estructuran casi como “los años perdidos” entre las dos historias de Batman (la primera y la última) tejidas por Frank Miller. Otros comics han aspirado a lo mismo (como Año Dos, de Mike W.Barr y Alan Davis, o All Star Batman y Robin, del propio Frank Miller) pero solo Loeb y Sale han conseguido esa distinción.
Esta estructura de “años perdidos” permite que Loeb teja una trama en la que se equilibran de manera casi perfecta el submundo criminal de Gotham City (desarrollando una guerra de bandas entre los Falcone y los Maroni apuntada por Miller en su díptico) y los villanos de Gotham (aunque quizá sería mejor decir “locos”, aunque nunca tenemos muy claro si no será el propio Batman quién actúa de detonante para su locura).
Las referencias de Loeb, además de Miller, son muy evidentes, cimentadas sobretodo en el género noir y en la trilogía de El Padrino. El comic se abre con un fondo negro donde “se escucha” a Bruce Wayne proclamar “Yo creo en Gotham City”, cuál Americo Bonasera diciendo “Yo creo en América”.
Pero si El Largo Halloween es fruto de unas cuantas influencias muy concretas, no es menos cierto que el cómic ha influenciado a su vez unas cuantas obras. La más evidente de ellas es la trilogía de Batman de Christopher Nolan, es especial su segunda parte: El Caballero Oscuro.
En realidad, El Largo Halloween no es una historia de Batman. El Caballero Oscuro tampoco es una historia de Batman. EL protagonista de El Largo Halloween y El Caballero Oscuro es Harvey Dent. Ambas obras tratan sobre la caída en desgracia de “el caballero blanco de Gotham”, sobre la corrupción y la muerte del sueño, del sueño americano o del sueño de justicia.
Dent es otra pieza más que une Año Uno, El Largo Halloween y El Regreso del caballero oscuro, puesto que Tim Sale toma referencia visual al Harvey Dent imaginado por Miller. Por cierto que Sale está soberbio una vez más, refinando los recursos visuales apuntados en Caballero Maldito, y sumando a El Largo Halloween expresionismo alemán, noir cinematográfico y fantasía gótica a lo Tim Burton (lo que influenciaría después la saga de Batman: Arkham de Rocksteady).
En definitiva, con El Largo Halloween Jeph Loeb y Tim Sale construyeron una auténtica obra maestra, un homenaje y una síntesis de todo lo que hace de Batman un personaje único, un comic que no puede faltar en las estanterías de cualquier amante de las buenas historias.
El Largo Halloween se publicó en 1996. Victoria Oscura, su secuela, se publicó en 1999. Durante esos tres años, Loeb puso en práctica su proverbial esquizofrenia creativa dedicándose a construir junto a Tim Sale una obra maestra de rara belleza llamada Superman: Para todas las estaciones (de la que hablaremos más abajo) y a escribir comics horrendos a todos los niveles para Marvel Comics junto a Rob Liefeld.
De todas formas, tanto él como Tim Sale se encontraban en lo más alto de sus respectivas carreras y la oportunidad de sacar rendimiento a su obra más exitosa era demasiado buena como para dejarla pasar.
Un año después de que terminara la ola de crímenes de Festivo, Batman debe hacer frente a un nuevo asesino: Ahorcado, quién deja notas con este peculiar juego al lado de cadáveres de policías. A todo ello se le suma la aparición de un aliado que será indispensable en la guerra contra el crimen de Batman: Dick Grayson, también conocido como Robin, el chico maravilla.
En efecto, la sinopsis es muy parecida a la de El Largo Halloween, lo que en principio puede hacer que Victoria Oscura se antoje un tanto innecesaria. Pero a medida que se avanza en la lectura se comprueba que Loeb y Sale no solo superan en algunos puntos a El Largo Halloween, sino que tienen una historia que contar: la del origen de la relación entre Batman y Robin, una de las más icónicas de la historia del comic.
Eso sí, la trama no da la impresión de ser tan trascendental y épica como la de El Largo Halloween, quizá por ser una secuela o quizá porqué las comparaciones son odiosas. Es una comparación inevitable, pero injusta, puesto que Loeb y Sale aportan más densidad y capas de información al mundo que crearon en Caballero Maldito.
Los homenajes cinematográficos siguen muy presentes. Además de en clásicos como Chinatown o Los Intocables de Elliot Ness, Loeb se apoya de nuevo en un referente ineludible del cine (como ya lo hizo con El Padrino), M, el vampiro de Dusseldorf, para construir una trama apasionante y compleja. A estas alturas del artículo se agotan los calificativos para describir el trabajo de Tim Sale. No se puede decir nada excepto que está sublime.
A Loeb y Sale todavía le quedaba un obra más antes de abandonar (como equipo) el particular universo de Gotham City.
Con el objetivo de averiguar la verdad sobre sus orígenes, Selina Kyle se desplaza a Roma acompañada por Edward Nigma, El Acertijo.
Esta es la sinopsis de Catwoman: Si vas a Roma… y realmente no tiene mucho más que ofrecer, sobre todo si la comparamos con el magno díptico que habían finiquitado Loeb y Sale unos años antes.
Loeb retoma en su historia una sub-trama importante de El Largo Halloween relacionada con Catwoman, y explora, un tanto superficialmente, la personalidad ciclotímica de la peculiar aventurera.
Los autores decidieron ambientar la historia en Roma, un escenario fantástico donde Sale (acompañado en esta ocasión por un inmenso Dave Stewart a los colores) da rienda suelta a todo su poderío visual.
El año de publicación de esta miniserie es 2004. El dúo de autores ya estaba enfrascado en la realización de su famosa serie “de colores” para Marvel (que merece otro artículo aparte), así como en otros proyectos y se nota menos ímpetu a la hora de narrar historias de o sobre Gotham. Aun así, Catwoman: Si vas a Roma…(cuyo título viene de la famosa expresión “Si vas a Roma, haz como los romanos”) es un cómic muy recomendable. Sobre todo para aquellos que deseen completar esta gran saga sobre Batman de Miller, Sale y Loeb (aunque también necesitarían leer Robin: Año Uno y Batgirl: Año Uno, pero eso es otra historia).
Como hemos apuntado más arriba, entre El Largo Halloween (1995) y Victoria Oscura (1999) a nuestro dúo dinámico todavía le quedó tiempo para escribir y dibujar una obra maestra absoluta: Superman-Para todas las estaciones.
Loeb y Sale adaptaron su estilo y se mudaron con éxito a los granjas del medio oeste para mostrarnos los primeros años de vida del mayor héroe de nuestro tiempo: Superman. Junto a ellos conoceremos a su primer amor, a sus primeros amigos, a su peor enemigo y seremos testigos de sus primeros triunfos y sus primeros fracasos.
Los textos de Loeb dejan de ser retazos de una novela negra, para narrar con un tino y con una sensibilidad que quita el aliento lo que significa crecer sintiéndose diferente en un pueblo pequeño. Loeb divide la historia en cuatro partes, una por cada estación del año, y deja que sean los narradores (uno en cada capítulo) quienes cuenten la historia junto con Tim Sale.
Este deja el mundo oscuro y retorcido de Gotham City para deslumbrar con la majestuosidad de las cúpulas de Metrópolis y, sobre todo, con una impresionante Kansas rural pintada con una paleta de colores a lo Norman Rockwell sobre unas aguadas de infarto.
Aunque esta obra esté un tanto a la sombra de El Largo Halloween (quizá por tratarse de una historia cien veces contada, aunque en realidad eso no tenga ninguna importancia), lo cierto es que fue aquí donde Loeb y Sale mostraron ser una dupla con una proyección que iba mucho más allá de la ciudad de Gotham.
Demostraron que podían ahondar en la naturaleza y en la esencia de cualquier personaje que se les pusiera por delante, como demostrarían unos años después en Marvel.
Con las cuatro estaciones siempre presentes como metáfora del crecimiento, Para todas las estaciones se convierte en una auténtica carta de amor a Superman.
Y sin embargo, esta ocasión no fue la única, tampoco la mejor, visita de Loeb y Sale a Smallville.
Hay quién dice que Superman es el personaje más difícil de escribir. Argumentan que es extremadamente complicado encontrar un desafío a su altura. Quién dice eso no entiende qué significa Superman.
Superman es el hombre que sufre. Superman es el hombre que aguanta. Superman es aquello dentro de todos nosotros que nos impulsa a crecer y a ser mejores.
Superman no existe, pero no le hace falta. Superman es un mensaje.
Sam Loeb tenía 17 años cuándo murió.
Sam quería escribir historias de superhéroes, como su padre Jeph. Sam tenía 14 años cuándo le diagnosticaron un cáncer en la pierna. El cáncer evolucionó hasta llegar a su mandíbula y sus pulmones. El cáncer se convirtió en metástasis y Sam murió.
Dicen que no hay nada más devastador para un padre que la muerte de un hijo. Es algo antinatural, como si el mundo de repente funcionara al revés. Supone un dolor inimaginable para aquellos que no lo hemos vivido. En contadas ocasiones quién se interna en esa zona oscura de la vida es un artista, un hombre que consigue no solo atravesar un desierto emocional y salir vivo al otro lado, sino que cuenta con el talento necesario como para expresar aquello que vio y experimentó.
Alguien que cuenta con la habilidad de enviar un mensaje.
Jeph Loeb sabía que solo había un hombre adecuado para dibujar la despedida de su hijo: Tim Sale. Jeph Loeb sabía que solo había una forma adecuada de despedirse: mediante una historia de Superman.
La historia de Sam ocupa solo seis páginas. Tiene un argumento muy simple: Clark Kent tenía un amigo llamado Sam, y este murió de cáncer.
Es difícil leer esta historia sin que salten las lágrimas. Tal es la densidad emocional contenida entre sus páginas. La historia de Sam es uno de los mejores comics de Superman de toda la historia. Así de sencillo. Así de duro. Así de real.
Las aportaciones de Loeb y Sale al Universo DC no se limitan a los comics mencionados más arriba. Juntos o por separado han diseñado multitud de historias para este mundo de ficción, algunas de las cuales se han convertido en clásicos por derecho propio.
Solo (2004-2006) era una colección antológica, y añorada, dedicada al lucimiento de los mejores talentos de la editorial (Michael Allred, Richard Corben, Sergio Aragonés, Jordi Bernet, entre otros), los cuales escribían y/o dibujaban varias historias en cada número.
El primero de ellos estuvo dedicado a la figura de Tim Sale, y cuenta en su interior con su última colaboración, hasta el momento, con Jeph Loeb. En Date Knight ambos ofrecen una divertida persecución de Batman y Catwoman a través de las azoteas. Otros guionistas (como Brian Azzarello o Darwyn Cooke) acompañan a Sale en el resto de historias de Solo.
Sale es el protagonista de una recopilación de historias cortas en torno a la figura de Batman y a su propia figura. Tales of the Batman recopila la historia Madmen across the water (junto a Alan Grant) y Blades, un arco de tres números (junto a James Robinson) en Legends of the Dark Knight. También recopilas otras historias cortas y las colaboraciones de Sale para Batman: Black and White y Solo. Por desgracia, el tomo está inédito en España.
Darwyn Cooke, enorme narrador triste y recientemente fallecido, colaboró de nuevo con Sale en Superman: Kryptonita. Este es otro de esos grandes comics que merecería un artículo propio, como también lo merecería Batman/The Spirit.
En este último caso, Cooke se emplearía a fondo como dibujante para plasmar un guión de Jeph Loeb que une a El Hombre Murciélago y la genial creación de Will Eisner, con tanto acierto por parte de ambos que el comic ganó un premio Eisner a Mejor Historia Corta.
Jeph Loeb ha retomado la figura de Batman en otras dos ocasiones, antes de dar el salto definitivo a la televisión y escribir Lost, Héroes (donde contó con arte conceptual de Tim Sale), así como de dirigir la división televisiva de Marvel Studios (cargo que ocupa ahora mismo), además de escribir multitud de comics.
Batman: Silencio es uno de los mayores best-sellers de este siglo en lo que a superhéroes se refiere, gracias a una trama muy sencilla y accesible para los novatos (una especie de remedo de El Largo Halloween en realidad). A todo ello hay que sumar los vistosos lápices de Jim Lee.
Para la colección de Batman/Superman, Loeb contaría con un puñado de los mejores artistas del mercado americano. Ed McGuinnes y Carlos Pachecho, entro otros, pondrían sus lápices a disposición del guionista durante 26 entegas. La colección se cerraría con un número en el que multitud de artistas se reunirían para despedir a Sam Loeb y honrar a su padre.
Por último, hay que señalar que Loeb se convirtió en el máximo responsable del destino de Superman a principios de este siglo, dejándonos historias memorables (para bien o para mal) como Emperador Joker o Presidente Lex.
Jeph Loeb es un tipo extraño.
Pocos guionistas pueden jactarse de haber escrito algunas de las novelas gráficas más celebradas de la historia y algunas de los comics más detestados de todos los tiempos. El Largo Halloween. Spiderman: Blue. Los Vengadores de Rob Liefeld. Ultimatum. Son solo algunos de los títulos que completan la bibliografía de Jeph Loeb, un guionista que se caracteriza, por encima de cualquier otra consideración, por su profesionalidad.
Una profesionalidad entendida como la capacidad de aprovechar al máximo las virtudes de los dibujantes con los que trabaja, intentando adoptar un estilo y una forma de narrar acordes con sus capacidades, siempre diferentes, siempre cambiantes. ¿La parte negativa de este talento? Que aplicar esta fórmula con Ed McGuinnes o Darwyn Cooke puede estar muy bien, pero la cosa peligra cuando toca trabajar con Rob Liefeld o David Finch.
De todos modos, si por algo será recordado Jeph Loeb es por su serie de colaboraciones con Tim Sale.
Ambos autores consiguieron no solo crear un mundo propio, tanto en estilo como en contenido, sino que crearon eso que es tan difícil de lograr y que en realidad define al medio del comic: que la unidad sea más que la suma de las partes.
Obras de Jeph Loeb y Tim Sale:
–Batman/The Spirit. Jeph Loeb y Darwyn Cooke. Planeta, 2005.
–¡Los Investigadores de lo Desconocido deben morir! (Challengers of the Unknown vol.2 1-8). Planeta, 2005.
–Grandes autores de Batman. Jeph Loeb y Tim Sale: Batman. Silencio. ECC, 2016.
–Grandes Autores de Batman. Jeph Loeb y Tim Sale: Caballero Maldito. ECC, 2015.
–Grandes Autores de Batman. Jeph Loeb y Tim Sale: El Largo Halloween. ECC, 2015.
–Grandes Autores de Batman. Jeph Loeb y Tim Sale: Victoria Oscura. ECC, 2015.
–Grandes Autores de Batman. Jeph Loeb y Tim Sale: Catwoman. Si vas a Roma…ECC, 2015.
-Grandes autores de Superman. Jeph Loeb y Tim Sale: Para todas las estaciones. Incluye La historia de Sam. ECC, 2015.
–Grandes Autores de Superman: Darwyn Cooke y Tim Sale: Superman. Kryptonita. ECC, 2016.
–Solo. Tim Sale. Planeta, 2006.
–Superman/Batman Vol.1 y Vol.2. Jeph Loeb, Ed McGuinnes, Michael Turner y Carlos Pacheco. ECC, 2016.
–Tales of the Batman: Tim Sale. DC Comics,2007 (En Inglés).
Acerca de Jeph Loeb y Tim Sale:
–Interview Comics avec Tim Sale. Mickael Géreaume, 2014. Planete BD-Urban Comics (En francés).
-Monográficos Dolmen 17: Tim Sale. Dolmen, 2010.
Gran artículo. De este dúo solo he leído Caballero Maldito, y hay veces en que la leo que me parece regular, y otras en que me parece soberbia. Le tengo bastantes ganas al resto de obras de estos, considerando cuantas alabanzas tienen.
Un artículo muy completo y muy concreto! Me ha gustado mucho tu planteamiento.
Del dúo la imprescindible es el largo halloween, obra excelente para crear afición a Batman y una introduccion estupenda al mundo en que se mueve. Por lo menos hasta el N52. Catwoman when in rome es simple, pero visualmente precioso.
El tomo de Sale no está, pero solo entre planeta y ecc está todo publicado excepto la segunda parte de madmen across water. yo tengo parte de Norma y Viz.
Una cosa que está muy bien son los guiños intereditoriales que se montaron. Por ejemplo, en investigadores de lo desconocido sale la casa del doctor extraño, y en Daredevil Yellow nos reencontramos con Gilda Dent, y en la historia de Sam con MJ y Gwen.
El borrón de los dos para mi es el lobezno/gambito víctimas. En general Loeb y Sale funcionaron mejor en DC que en Marvel.
Mil gracias por el artículo Pablo! Justo los dos autores con los que empecé a profundizar en DC tras la obligada iniciación que supone el Batman de Miller. Su labor «cromática» en Marvel es increíble también.
Sin duda, el verdadero dúo dinámico!
Un gran dossier de estos dos autores. Tengo una duda: en alguna parte leí que Sale es daltónico como John Byrne y por eso otros artistas se encargan de colorear su trabajo. La conclusión: Loeb es un profesional, al que hay que picar un poco para que de lo mejor de si y al que gran parte de su corazón, le pertenece a Superman: durante su etapa en la serie siempre se las arregló para incluir una que otra referencia al filme de 1978, escribió para la serie de TV «Smallville» (Siendo uno de sus capítulos escritos, la última aparición actoral de Christopher Reeve).
Hicieron una entrevista muy recientemente a Tim Sale (creo). Ahí figura lo del daltonismo.
Muy buen articulo . A mi lo que me sorprende es lo bien que se a movido siempre Loeb para hacer billetes. Alli donde los hay, esta el. O es alli donde esta el ,los hay ? Me gusta que cites el largo haloween entre las grandes obras, aunque echo en falta la caida del murcielago y me sobra la mencion a Azarello y su joker. Pero es mejor asi , articulos personales ( mas alla del estilo de escritura ) vertiendo gustos propios
Gracias a todos por los comentarios! Como decís, Loeb y Sale referencias indiscutibles de los 90.
Sin duda El Largo Halloween y Victoria Oscura son dos MUST HAVE que tienes que leer un par de veces en la vida. De lo mejorcito de Batman.
A mi no me gusta Superman, nunca me ha gustado, en cambio «Para todas las estaciones» y «Kriptonita» los tengo entre mis comics favoritos…que le voy a hacer. Ambos muy disfrutables te guste o no te guste Superman.
Este Tandem ha creado en DC y en MARVEL joyas indiscutibles del Arte secuencial.
Bueno, creo que voy a tener una opinión un poco discordante sobre lo que opino del dúo Loeb-Sale.
Para mí Tim Sale es uno de los mejores dibujantes de los 90 hasta la actualidad, y a mi gusto el mejor de siempre en cuanto a Batman y su universo se refiere. Hasta tal punto me parece su genialidad que consigue tapar los enormes agujeros de guión de Jeph Loeb en El Largo Halloween, convirtiéndola en una de las obras favoritas del público (un guión más sólido presentó en Dark Victory).
Mejor estuvo Loeb en Challengers y en Superman For All Seasons, ahí si considero que firma su mejor obra y mantiene un guión a la altura de Tim Sale, siendo de lo mejor de siempre en Superman.
En definitiva, para mi Loeb ha tenido la enorme suerte de trabajar con un GENIO en mayúsculas como es Tim Sale, cuya brillantez es capaz de pulir unos fallos de guión que otros dibujantes menos talentosos no podrían. Al margen de For All Seasons, creo que el gran mérito de este dúo recae en Sale, en hacer obras maestras A PESAR de Loeb.
te voy a dar la razón… su catwoman tiene un guion malejo y un dibujo soberbio… y su capitan america blanco idem. Estoy de acuerdo con tu apunte
No se puede explicar mejor, sobre todo lo referente a The Long Halloween.
Una vez le dije a una novia que tuve: «Nunca me compres un cómic guionizado por Jeph Loeb.»
Básicamente, porque nunca sabes si va a acertar como con El Largo Halloween si va a ser como Ultimatum.
No debiste pelearte con ella , si te compraba comics y era capaz de fijarse en los autores es un partidazo! Fijo que todos sabemos que una novia ajena al mundillo ,capaz de entenderlo lo suficiente para comprar un comic que te guste, es un tesoro! ( y no culpo a la que no , es bastante complicado) En lo de Loeb estoy de acuerdo , no se sabe por donde te va salir.
Qué razón tenéis jajaja
A los que no han leído la obra yo les recomendaría que se mantuviesen alejados de ella. Nunca pude entender cómo semejantes guiones pudiendo tener tal beneplácito del fandom. Loeb es muy muy limitado a la hora de escribir y en todos estos trabajos no fue menos. Tim Sale no es mal dibujante, pero desde luego no puede salvar semejantes guiones soporíferos. Al final, como el muchacho insiste en trabajar con el mediocre de Loeb pues su trabajo te acaba desencantando y aburriendo. Lo único que funcionó fue las 4 estaciones y un número de 48 páginas sobre Alícia del cual no recuerdo el nombre. Mi consejo, no os acerquéis ni con un palo.
Increíble el revuelo que provocó en su momento. A los que lo recomendáis, ¿pero qué leches os pasa?
Pasa que somos una legión de zombies que van por la red balbuceando «Tim Sale» en lugar de «Cerebros».
En serio. Cada uno tiene su opinión, porque cada uno tiene su sensibilidad, sus ideas y sus líneas que es reticente a cruzar. Y es totalmente respetable. Yo por mi parte puedo decir lo que me pasa a mí, aunque asumo que será de poco o ningún interés para la mayor parte de la gente.
Para mí leer «El largo Halloween» cuando lo publicó Norma supuso zambullirme en un mundo en descomposición que dejaba paso a un mundo nuevo, a una ciudad vetusta pero extrañamente moderna a la vez con una personalidad muy acusada y retorcida. Supuso creer en Harvey Dent, dudar de él y luego comprender demasiado tarde que no había sido justo al abandonarle y sentirme en deuda moral con él como lector de ahí en adelante. Supuso desde entonces que Harvey antes que Joker, que Selina antes que Talia, que los nombres Falcone y Maroni quedasen grabados en mi memoria de lector. Fue ver una galería de personajes distintos a lo que se publicaba en las colecciones regulares, pero no tanto como para poder reconocerlos perfectamente y querer volver a verlos. Fue que personajes como el Sombrerero Loco comenzaran a tomar entidad.
Que el guión tiene sus trampas y agujeros? Sí. Que ha abusado posteriormente de esta premisa en trabajos posteriores? Demasiado. Que Sale lo pule y que sin él no estaríamos aquí? Te creo. Pero la atmósfera de la historia, el conflicto de fondo que cuenta a pequeña escala (Bruce, Harvey, Selina…) como a gran escala (los cambios en la escala de poder de Gotham en parte operados por la presencia de Batman cuando aún no está plenamente establecido) hacen que sea una historia especial, que ha encandilado a miles de personas en varios países durante años e inspirado a varios autores. Así que por todo ello, pido al que no la haya leído que se acerque a ella y al que la haya leído que la lea otra vez, y vea de nuevo lo que hay en la nieve y en las chimeneas, presencie las ejecuciones en blanco y negro o esa inquietante figura a caballo…