En la parte más alta de las nubes, de Bertol Arrieta y Sandra Garayoa

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Portada de En la parte más alta de las nubes de Bertol Arrieta y Sandra Garayoa

Edición original: En la parte más alta de las nubes (Bang Ediciones, 2023)
Guion: Bertol Arrieta
Dibujo: Sandra Garayoa
Formato: Rústica. 144 páginas. 25€

Dejar atrás el duelo

«Por qué te pareció más atractiva la muerte sin mí, que la vida conmigo.»

En la parte más alta de las nubes es una novela gráfica recientemente editada en castellano por Bang Ediciones, con la calidad habitual en sus ediciones, y en euskera por Txalaparta. Se trata de un trabajo que se ha podido realizar gracias a las becas que el Gobierno vasco otorga desde hace unos años a la creación de cómics del que se han beneficiado obras como Natasha, Hoy no es el día o Los enciclopedistas, entre muchas otras. En sus páginas Sandra Garayoa (Donostia, 1993) y Bertol Arrieta (Zarauz, 1975) nos cuenta la historia de Leire, una joven que es incapaz de gestionar el dolor y vacío que siente tras el suicidio de su pareja. Tratando desesperadamente de buscar respuestas emprende un viaje incierto motivado por un artículo que estaba leyendo su pareja sobre Fernando Rus, un aventurero que se suicidó treinta años después de completar con éxito su aventura en solitario en busca del polo norte geográfico que le llevo a recorrer más de 800 kilómetros a pie. Pero antes de llegar a su destino acaba estancada en un hotel donde, lo quiera o no, tendrá que aprender a convivir con el duelo a través de la comprensión del que sufren algunas de las personas con las que se cruza durante su estancia en el hotel.

En la sociedad en la que vivimos hablar de salud mental y suicidio siguen siendo un tabú, como si no referirse a ellos y darles visibilidad pudiera echar tierra sobre unas realidades que, por dolorosas que sean, están presentes en las vidas de muchas personas y que generan un enorme dolor y preocupación a quienes les rodean. La obra de Arrieta y Garayoa trata de profundizar en esa inevitable búsqueda de porqués llena de impotencia y culpabilidad de quienes han vivido de cerca el suicidio de una persona querida. Un proceso de curación que siempre deja cicatrices y una sensación de abandono e irrealidad que vemos perfectamente reflejada en las primeras páginas del cómic. Un trabajo que se toma su tiempo para que podamos sentir el duelo, la soledad y la perplejidad de Leire gracias a unas viñetas llenas de silencios desoladores en los que vemos como, pese a todo, la vida a su alrededor sigue. Sin esperar a nadie. Así que Leire tiene que tratar de subirse a ella, algo que conseguirá gracias al viaje que emprende y, sobre todo, a los distintos niveles de conexión que acaba forjando la gente con la que se encuentra que le obligan a abrirse al mundo y le hacen comprender que su vida debe seguir y debe aprender a convivir con el dolor, aunque nunca llegue a obtener las respuestas que ansía.

La historia de Leire se va alternado con las experiencias relatadas a modo de diario que vivió Fernando Rus en su expedición, un personaje ficticio, pero que se basa en la expedición real que realizo Nil Bohigas en 1991. Unos pasajes íntimos y descarnados que nos hablan de otro tipo de padecimientos, pero que conectan con los de la protagonista y sirven como interludios en su historia, además de ofrecernos las mejores secuencias desde el punto de vista gráfico en las que se puede paladear la sensación de inmensidad del Polo Norte y ver el contraste entre la felicidad que experimenta Fernando Rus en un entorno solitario y aislado y cómo Leire tiene que hacer justamente lo contrario, abrirse al mundo para poder salir a flote del pozo en el que se encuentra.

Durante su estancia en el hotel, Leire se cruza con dos personas que poco a poco consiguen tirar los muros que había alzado para tratar de autoprotegerse. Estos dos personajes que, en principio, no tienen nada que ver con ella y su mundo, se convierten en su tabla de salvación ya que al comprender el duelo que ellos sufren consigue superar el suyo. Un mensaje que, pese al tema tan complejo y doloroso que trata la obra, termina por llenarse de optimismo. Algo a lo que ayuda la llamativa paleta de colores que emplea Sandra Garayoa, lo que junto a las escenas del Polo es la parte más destacada del dibujo, que se aleja de los estilos más habituales del medio para ofrecernos algo más fresco, aunque son un resultado algo irregular en las escenas protagonizadas por Leire.

Con En la parte más alta de las nubes, Sandra Garayoa y Bertol Aguirre nos ofrecen una historia que trata sobre cómo superar el dolor tras una perdida. Un relato en el que los silencios y el ritmo nos permiten vislumbrar el sufrimiento de sus protagonistas, pero que nos ofrece un final esperanzador y lleno de vitalidad, pese a todo.

Lo mejor

• La belleza de las secuencias en el Polo.
• Los silencios.
• El mensaje positivo del final.

Lo peor

• La irregularidad del dibujo capaz de crear algunas imágenes realmente brillantes con otras que no acaban de funcionar del todo.

Edición original: En la parte más alta de las nubes (Bang Ediciones, 2023) Guion: Bertol Arrieta Dibujo: Sandra Garayoa Formato: Rústica. 144 páginas. 25€ Dejar atrás el duelo "Por qué te pareció más atractiva la muerte sin mí, que la vida conmigo." En la parte más alta de las nubes…
Guión - 8
Dibujo - 6
Interés - 8

7.3

Nieve

Un cómic que nos muestra cómo es posible superar el duelo y nos lleva por territorios gráficos novedosos.

Vosotros puntuáis: 6.4 ( 4 votos)
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Diego García Rouco
Nacido en Barakaldo en 1977 donde sigo viviendo. Descubrí los cómics en una librería de barrio con Tintin, Asterix, SuperLopez y los personajes de Ibáñez. En 1989 descubrí los superheroes de la mano de Stern y Buscema con el numero 73 de la edición de Forum de Los Vengadores. A estas lecturas se fueron incorporando la novela gráfica y el manga, de los cuales, a diferencia de los superheroes, nunca me cansé. Todavía sueño con ser agente Espacio-Temporal y de Planetary, con visitar mundos de fantasía con el señor T., Philemon, Lord Morfeo, Arale y Thor. Viajar con Reed, Ben, Susan y Johnny al futuro y pasear por el cuartel de la Legión. Recorrer la antigua Roma con Alix y una cantimplora de poción mágica. Buscar Mú, perderme en un viaje al corazón de la tormenta, contemplar el Olmo del Cáucaso mientras paseo por un Barrio Lejano leyendo El almanaque de mi padre. Conseguir beber la sangre del Fénix. Leer, al fin, algún articulo de Tintín y de Fantasio sin que me molesten los absurdos inventos de Gastón. Perderme por las murallas de Samaris, mientras de la pirámide flotante de los inmortales cae John Difool. Enamorado de la chica de los ojos rojos y de Adele. Y cabalgar hacia el amanecer con Buddy Longway, Red Dust y el teniente Blueberry. Con un poco de humo azul en los labios...