Hay cómics que se pueden leer en casi cualquier momento vital, ya que tu percepción no influye en la lectura. Algo que nunca pasa cuando te acercas a la obra de
Una de las máximas de una buena reseña es que el autor de la misma no aburra a sus lectores hablando de sí mismo, porque no hay que olvidar que los protagonistas del texto deben ser los autores y la obra. Algo que yo intento no saltarme nunca. Pero con las obras de David Sánchez me pasa algo muy especial. Su estilo gráfico me fascinaba cuando diseñaba camisetas para Mong T-Shirts, pero sus cómics no me acababan de llegar. La causa era que me obligaban a enfrentarme a mismo ante un espejo y el reflejo no me gustaba nada. Hasta con comprendí que esa era su gran virtud. Ahora me siguen incomodando, me hacen cuestionarme cosas, pero de la misma manera que no puedes evitar quitarte una postilla, aunque sepas que vas a sangrar, yo tengo que leerme sus cómics. Y disfrutarlos, aunque quizás no sea la palabra más adecuada, durante mucho tiempo porque se me quedan grabados en la mente y vuelven cuando menos los espero.
No voy a intentar hacer un resumen del argumento porque creo que no sabría hacerlo, así que copio el de la editorial: “El cielo azul destaca sobre la arena desértica y rocosa de la era prehistórica. Una extraña luz aparece en el horizonte. A su contacto, los seres vivos y la naturaleza parecen regenerarse. Pero esa luz empieza a interactuar de forma inquietante con los habitantes terrestres, que no están preparados para manejar esa misteriosa energía que les hará ver la otra cara de la realidad.”
Antes de comenzar el análisis de la obra hay puntualizar que se trata de un cómic prácticamente mudo quitando algunos textos de apoyo para situar la acción. Quién espere una narración lineal como entreteniendo rápido mejor que busque otras opciones. Estamos ante un cómic surrealista y místico, que es un viaje tanta hacía la historia que cuenta como hacía dentro de nosotros mismos. Así que se lee rápido. Sin embargo, es de larga digestión.
En otro lugar, un poco más tarde tiene mucho en común con Un millón de años, el anterior trabajo de Sánchez como autor completo. Que también era la obra que mejor amalgamaba todas sus referencias para construir un estilo propio. Ambos se podrían considerar las dos caras de la misma moneda puesto que se comunican, pero a la vez se enfrentan como la luz y la oscuridad. En Un millón de años veíamos un misticismo directamente relacionado con la muerte, sin embargo, en esta nueva obra el eje de ese misticismo lo forma la vida. Algo que consigue que la historia sea menos desasosegante. En el primero veíamos la búsqueda de Dios, aquí vemos a los dioses en persona rediseñando el universo a su antojo. La principal diferencia entre ambas es que en este nuevo trabajo la violencia y la muerte están mucho menos presentes. Lo cual dota a la obra de una luminosidad y optimismo nada habitual en el autor.
Todos sus trabajos hasta la fecha se han caracterizado por explorar el lado más tenebroso que habita en cada uno de nosotros. Como en la mayoría de la obra de Sánchez, los personajes emprenden un viaje sin saber muy bien hacia dónde se dirigen, sin un destino claro. La meta suele ser alcanzar la iluminación que les permite percibir la realidad debajo de la ilusión. Una de las ideas más fascinante que hay en la obra de Sánchez es la idea de la realidad como algo mutable que depende de los ojos del observador.
La línea clara, casi aséptica, heredera de Hergé y Charles Burns, sirve para otorgar la distancia necesaria para dotar de irrealidad a la historia. Mezclada con los colores tan limpios y luminosos, sobre todo en varios pasajes psicodélicos, sirven de contraste con la historia tan cruda que Sánchez nos propone. Narrativamente es tan clara como todos sus trabajos. El resultado es una atmosfera incomoda y sobrecogedora que se ve potenciada por el hieratismo de sus figuras.
Astiberri, como siempre, hace una gran edición con una reproducción perfecta que permite disfrutar de la viva paleta de colores. Hay que destacar el diseño, obra del propio David Sánchez, que consigue imbuirte de la atmosfera de la novela gráfica desde la portada.
En otro lugar, un poco más cerca es la obra más personal de David Sánchez, la culminación de su evolución como autor, en la que menos presente están sus referentes. Como siempre, nos propone un viaje de incierto resultado, que nos hace reflexionar sobre la condición humana y nuestra relación con el universo y la realidad.
Guión - 8
Dibujo - 8
Interés - 8
8
Vida
David Sánchez explora la idea de Dios y la realidad en una obra llena de luminosidad.
Veo que sigue la línea de «Un millón de años»…dibujos cada vez más bonitos, pero guión inferior al de sus anteriores obras. Me lo pensaré.
Aunque no comparta los mismos gustos que tú y la mayoría de obras que reseñas o no me gustan o no son de mi interés, te reconozco el mérito que tiene la que has hecho de este trabajo de David Sánchez, quizás su obra más difícil e inaccesible hasta la fecha. Personalmente, me ha parecido su peor trabajo, por la parte de D. Sánchez, y una muy buena reseña por la tuya, mucho más interesante que la obra reseñada.
Muchas gracias por leerme y por sus palabras.