Esta serie de reseñas dedicadas a obras de fantasía no podía acabar sin hacer referencia a una de las series de este género más interesantes de la actualidad. Me refiero a Enanos, serie surgida a raíz del éxito de la serie Elfos y con la que comparte creadores y universo.
Parte fundamental de la fantasía de inspiración tolkiniana, los Enanos, junto a los Elfos y los Orcos, son una de las razas humanoides que más presencia han tenido en las obras de fantasía heroica. Grandes guerreros, de corta estatura pero robustos, habitan en grandes minas o fortalezas subterráneas y sienten un gran aprecio por el oro y los metales preciosos. El mundo de los Enanos ideado por Jean-Luc Istin y desarrollado por Nicolas Jarry no difiere mucho de otras aproximaciones que se han hecho de estos personajes, pero su visión está bastante elaborada y se han preocupado en darles un extenso trasfondo sobre el que construir las tramas de la series.
A diferencia de los Elfos, todos los Enanos pertenecen a la misma raza pero socialmente están organizados en cuatro grandes y poderosas órdenes: la Forja, el Talión, el Templo y el Escudo. La Forja está formada por los forjadores, orfebres, mineros, alquimistas y profesiones relacionadas y es la más mística y temible de las cuatro órdenes. El Talión la forman los mercaderes y comerciantes y es la orden más rica. El Templo corresponde a los constructores, arquitectos e ingenieros y también a los sacerdotes. El Escudo es la orden guerrera y tradicionalmente actúa como arbitro en las disputas entre las demás órdenes. Existe una quinta orden conocida como los Errantes, formada por los parias que no pertenecen a ninguna de las demás órdenes. Los errantes no pueden ejercer ninguna de las profesiones correspondientes a las otras órdenes, ni poseer oro ni armas por lo que se dedican a la agricultura y la ganadería.
La serie sigue el mismo esquema que su serie hermana y cada álbum está dedicado a una de las órdenes de los enanos. En los cuatro álbumes contenidos en los dos primeros tomos de Yermo han aparecido ya capítulos dedicados a La Forja, El Talión, El Templo y a los Errantes. Cada uno de estos capítulos presenta a un enano perteneciente a una de estas órdenes y a través suyo se nos presenta el funcionamiento y las características de cada una de las órdenes.
Una diferencia importante entre las series de Elfos y Enanos es que ésta última cuenta con un único guionista, Nicolas Jarry, para todos los capítulos. Esto confiere al conjunto mayor cohesión y refuerza la idea de que los enanos son una única nación. A favor de esta opción juega el hecho que Jarry parece haber volcado mucho interés en esta obra ya que el resultado es mucho más interesante que su aportación a la serie Elfos, en la que se encarga de narrar las aventuras de los elfos silvanos.
La serie empieza con la que , en mi opinión, es la mejor de las historias presentadas. En ella se nos narra la vida de Redwin, un enano de la Forja que en su afán por huir de la sombra de su padre se convierte en el guerrero más temible de su raza. La historia desprende fuerza y épica desde sus primero compases y el desarrollo del protagonista está muy logrado. Como viene siendo habitual en estas series, la originalidad de la propuesta no es su punto fuerte pero en cambio todo lo demás está hecho con mucho oficio y atención al detalle, desde el desarrollo de los personajes hasta el excelente ritmo narrativo. El resultado es una historia cargada de épica con momentos muy logrados como el del enfrentamiento entre Redwin y los magos negros. El conjunto se ve beneficiado por el arte Pierre-Denis Goux, quien también ejerce de diseñador del resto de capítulos.
Los otros capítulos siguen un patrón similar, destacando el dedicado a los Errantes y contenido en el segundo tomo publicado. En esta historia Jarry nos presenta a Oösram, un guerrero caído en desgracia tras traicionar a su rey y que se ve obligado a exiliarse y convertirse, junto a su familia, en un Errante. Esta es una historia donde la épica vuelve a brillar pero también es un excelente relato sobre lo que significa la paternidad. El resultado es un relato emocionante donde el buen hacer del guionista vuelve a hacerse patente.
El apartado gráfico corre a cargo de varios artistas que intentan seguir las líneas maestras dictadas por Goux. El conjunto es más homogéneo que en Elfos y destaca la excelente labor de diseño para recrear el mundo de los enanos y el excelente coloreado que le da gran profundidad al dibujo.
Estamos ante un excelente proyecto de fantasía heroica que comparte señas de identidad con su serie hermana pero que demuestra suficiente entidad propia como para merecer un hueco en el panorama fantástico actual. Un excelente trabajo que tiene en su guionista, Nicolas Jarry, su mejor baza, quien esperemos mantenga el nivel en las siguientes entregas.
Valoración
Guión - 7.5
Dibujo - 7.5
Interés - 7.5
7.5
Épica
Interesante spinoff de la serie Elfos protagonizado por la raza de los Enanos y que mantiene toda la épica de la propuesta. Excelente ejercicio de fantasía heroica hecha con conocimiento y mucho oficio