Sin lugar a dudas, una de las obras más interesantes de las publicaciones recientes del mercado patrio es Cenizas, de Álvaro Ortiz. El listón que dejó el autor estaba muy alto y las expectativas en torno a su siguiente gran obra estaban a nivel estratosférico. Han tenido que pasar casi dos años para poder degustar su siguiente libro, publicado también por Astiberri a un mes vista de la campaña navideña. Haciendo un receso de su actual estancia en Roma, Álvaro se ha pasado el último mes de gira por la península promocionando Murderabilia. En su parada por Bilbao y tras un encuentro con su némesis más conocida, tuvimos la oportunidad de charlar con Álvaro hablando de este y otros proyectos en una entrevista que os ofrecemos a continuación. En su día, nuestro compañero David Fernandez habló con él sobre Cenizas en esta entrevista y ahora hablamos sobre sus obras y colaboraciones más recientes. Y ya sabéis, si a tres días vista de la enésima llegada de los Reyes Magos no tenéis muchas opciones para pedir/regalar, Cenizas o Murderabilia serán dos opciones de lo más atractivas.
Pedro Monje: Bueno, Álvaro, Murderabilia ha salido un par de años después de Cenizas, pero ¿cuál es el momento en el qué momento empieza la gestación del proyecto?
Álvaro Ortiz: El germen en concreto es complicado. Después Cenizas estuve casi un año y medio trabajando en cosas de encargo sin hacer casi nada de cómics salvo dos o tres colaboraciones muy puntuales. Pero claro, yo lo que quería era hacer otro libro largo. Hay un parón ahí porque no encontraba la historia que me gustase. Deseché un montón de cosas, estuve un montón de tiempo escribiendo y al final apareció esta. Su origen es un poco complicado porque tiene muchas partes que vienen de de distintos proyectos, ideas que tenía para otras cosas y que acaban formando y encauzándose para formar Murderabilia.
P.M.: Una de las colaboraciones que mencionas es la de Panorama, que es una historia corta. Y quizá sea yo, pero es que encuentro un cierto parecido entre esa historieta y la de Murderabilia. ¿Tú cómo lo ves?
A.O.: Si, en realidad la historia es que en Panorama se nos pidió que hiciéramos una obra que a poder ser tuviese algo que ver con nuestras obras anteriores, nuestra obra inmediatamente anterior. Por eso había algunos extractos que se podían ver como continuación de obras anteriores. Yo le echo un poco de cara y empecé a hacer algo que, ya que gustó Cenizas, fuese el comienzo y que formara parte de otra cosa posterior. Ya que me ponía, iba a ser una historia que encaja dentro de las historias del tipo que hace coleccionismo en Murderabilia. A eso me refería que esta obra viene un poco de distintos conceptos e ideas.
P.M.: ¿Cuánto hay de metareferencial en la crisis creativa del protagonista de la historia y la de su autor? Tras Cenizas, ¿ha habido mucha presión?
A.O.: No, la presión que única presión que he podido tener ha sido la que se tiene con uno mismo para poder hacerlo igual que con Cenizas o, a poder ser, mejor. Pero claro, lo de la crisis creativa sí que va por ahí. Es un poco auto-parodia de verme medio-llorando porque no encontraba nada y no sabía que contar. Fue hasta jodido. No estaba deprimido y llorando de verdad por las esquinas, pero a veces era una mierda. Estaba trabajando en un montón de cosas pero yo lo que quería era centrarme en otro libro y así no había manera de arrancar.
P.M.: Hay ciertos paralelismos con Cenizas, eso es evidente, pero ¿hasta qué punto es buscado? Y me refiero tanto en estilo como a conceptos. ¿Cómo lo ves?
A.O.: Sí, hay ideas y detalles que son similares. No es buscado, sino casi todo lo contrario. Yo hice una lista de cosas que no podía repetir. Porque claro, se me ocurría algo, lo escribía y de repente veía que esa cosa coincidía con Cenizas, la otra también… Y claro, yo no podía empezar a repetirme a mí mismo tan pronto. Lo que pasa es que al final la incumplí. Una de las condiciones era que los protagonistas no podían ser gente joven desubicada que no sabe qué hacer con su vida. Pues nada, al final me repetí. Luego el rollo de la ambientación de road-movies y moteles. Y sí, no es una road-movie pero los personajes sí que acaban metidos en un motel. Pero bueno, al final me pareció que la historia me convencía lo suficiente para que, a pesar de que hubiera lagunas cosas parecidas, pues pudiera ser una buena historia. Otro ejemplo es el tema del coleccionismo: en Cenizas también aparecía por ahí. Otra de las ideas venía porque yo había tenido ganas de hacer una historia que fuera una enciclopedia. En Cenizas me lo pasé muy bien haciendo lo que eran las partes del libro de la cremación y llegué a pensar en llevar todo eso a hacer un libro completo de ese estilo. Uno de los temas que me vino era hacer una historia enciclopédica del asesinato, pero vi que igual era demasiado ladrillo y lo deseché. De ahí cogí un cacho y lo acabé convirtiendo en lo que en Cenizas fueron los interludios pero que aquí vienen todos juntos para evitar repetir la misma estructura de que cada diez páginas hubiera una página de interludio.
P.M.: Bueno, eso tampoco hubiera estado mal. Ya esos interludios a mí al menos me parecen un poco “marca Álvaro”. A mí me gusta verlo así y no sé si repetirás o no, pero a mí me gusta.
A.O.: Bueno, algo hay por ahí donde puedo repetir. Pero yo lo paso mal porque me cuesta mucho trabajar y dibujar y no me sale de una forma natural y que de repente tenga tres páginas. Está todo muy medido. Me costó escribirlas y montarlas y fue entretenido, porque al fin y al cabo no hay narrativa y es divertido lo que estoy contando. No es lo mismo que una conversación de cuatro páginas entre tres señores que a ver cómo enfoco yo eso en las viñetas sobre una mesa sin que vaya a ser aburrido. En estos interludios esta parte te la saltas y te da tiempo a disfrutar un poco más.
P.M.: Y, por último en cuanto a similitudes, nos encontramos también con quizás la más importante, y es la temática en torno a la muerte que está muy presente en Murderabilia. ¿Hasta qué punto quieres hacer reflexionar sobre ello a los lectores?
A.O.: Sí, la muerte es un poco el motor de arranque de la historia. Tampoco es un tema que me quite el sueño y que yo sea un gótico obsesionado con la muerte y el suicidio. Pero claro, es cierto que para contar historias es un punto de arranque importante, un tema universal por llamarlo de alguna forma, y está presente. También procuro utilizarlo de la forma menos dramática posible. En ningún momento trato de poner a todo el mundo muy triste porque matan al personaje ni nada. No es dramático lo que busco, sino todo lo contrario. Humanizarlo. Aparte de esto, te cuento otra historia. No es que haga reflexionar al lector. Yo pongo ahí un montón de historias y luego depende del lector que las interprete como quiera.
P.M.: En tus personajes hay un cierto punto de autismo social, de no encontrar su lugar el mundo. ¿Es con alguna intención de crítica social?
A.O.: No, más que crítica social es un poco lo que veo. No pretendo hacer crítica social y en Cenizas había un trozo que me parecía casi panfletero. Está ahí y es un reflejo de la situación que hay ahora. Lo enseñas y ya está.
P.M.: Oye, cuéntanos, ¿en qué momento llegas a poner dos gatitos adorables en la portada? ¿Cuánto hay de cachondeo, de echarle un par…?
A.O.: Hay cachondeo, sí. En realidad los gatos son importantes en el cómic. El libro empieza con los gatos y acaba con los gatos. No es lo más importante de la historia, pero están presentes todo el tiempo. Y me hacía gracia poner unos gatitos en la portada, y eso que si te fijas ya ves un poco por dónde va la historia. Porque hay gente que ya me ha dicho “Qué bonitos los gatos en la portada, se los voy a regalar a nosequien que le gustan los gatos”. Y yo les respondía “Bueeeeeno…” [Risas]
P.M.: [Risas] Y a todo esto, ¿qué te dijeron en la editorial cuando les enseñaste la portada?
A.O.: Que perfecto, que adelante. Que si había gatos, pues muy bien.
P.M.: Porque entiendo que la idea desde el principio era publicar con Astiberri, ¿verdad?
A.O.: Sí, claro. Yo hice con ellos Cenizas y estaba muy contento con el resultado y ellos me imagino que también. No hubo ninguna pega. Tampoco es que tuviéramos nada acordado. En el momento en el que tuve el primer capítulo. Me acuerdo que la primera vez que les enseñé esto fue a Fernando un día aquí en Bilbao y le dije que le iba a mandar el capítulo. Todo bien y contento.
P.M.: El tema del formato, del lomo del cómic, la longitud… ¿has estado tú encima de todo eso?
A.O.: Sí, yo soy bastante cenizo con estos temas. Me molan mogollón los libros y siempre procuro estar atento. Cenizas fue un formato un poco más pequeño de lo habitual porque me empeñe en que tenía que ser más pequeño y este lo diseñé como quise. El lomo de tela fue porque cuando hice el diseño de la portada me pareció que podía quedar chulo. Se lo pedí y lo aceptaron sin problema también. El libro está diseñado al milímetro porque todos mis libros son distintos. Menos el principio
Quería hacer algo más corto que Cenizas. En Cenizas todo lo que se me ocurría lo acaba metiendo. Si se me ocurría algo curioso, venga, diez páginas más. Se me ocurría otra cosa molona, pues ala para dentro, otras diez páginas. Aquí sí que me he auto-impuesto recortar. Había cosas que tenían y que no funcionaban bien y las quité. Así que a nivel narrativo es más contundente, se pierde menos. Este es menos contemplativo, más al grano, más seco. La historia es directa. El final me costó mucho cerrarlo. La última página me costó mucho cerrarla porque quería cuadrar sí o sí en una página. Estaba todo el final desastroso y luego una página de cierre. Normalmente yo hubiera hecho eso en cinco páginas, pero aquí quería hacerlo en una sola página.
P.M.: Sí, es que estás leyendo el cómic y ves que quedan pocas páginas antes del final… Y al leer piensas “Uy, uy”.
A.O.: Sí, es eso lo que te digo. En Cenizas por ejemplo hay un epílogo al final con los huéspedes nuevos pero aquí quería cerrarlo sí o sí en una sola página. Y fue difícil seleccionarla y diseñarla.
P.M.: En Cenizas y aquí también podemos encontrar otra similitud en lo que respecta al tamaño de reparto. Aquí tenemos un protagonista principal y digamos dos secundarios que le aportan distintas cosas al prota. ¿Es casualidad un reparto tan pequeño?
A.O.: No, no. No tiene que ver. En Cenizas son tres señores dentro de un coche que no callan y aquello me dio muchos dolores de cabeza con tanto dialogo. Aquí es distinto porque como es un solo protagonista que la mayor parte del tiempo está solo, así que no hay diálogos y si en su lugar muchos textos de apoyo. Así que todo lo que no tuve que estrujarme la cabeza con los diálogos lo tuve que hacer con los cuadros narrativos.
P.M.: Oye, ¿has contado el número de viñetas?
A.O.: [Risas] No, no. Esta vez no. Con Cenizas si lo hice pero esta vez no. Pero calculo que pasa de las mil. Calculo que a quince viñetas mínimo por página… pues sí, será sobre mil. Splash-pages no hay, al menos completa. Si me liaba a meter splash-pages en un sitio porque iba a quedar bien, ya creía que tenía que hacerlo en todos los lados y no iba a gustarme.
P.M.: Tras tus dos últimas obras, ¿podemos decir que ya has encontrado tu paleta de colores?
A.O.: Sí, es casi la misma. He cambiado un par de colores. Por ejemplo creo que Cenizas no tenía naranjas y algún otro azul, que aquí si están.
P.M.: Sí que son un poco distintas a las de Panorama.
A.O.: Sí, es algo abierto. Mientras me funcione para lo que quiero contar es algo que está abierto.
P.M.: También quiero preguntarte por lo de Intermon Oxfam. ¿Dónde has estado?
A.O.: He estado en Marruecos con las chicas de las fresas. Intermon nos mandó a diferentes dibujantes de cómic para ver los distintos proyectos que tiene por esos países y teníamos libertad total para hacer una historia de diez/doce páginas sobre lo que habíamos vivido allí. Al final todos acabamos haciendo más páginas de las que nos habían dicho.
P.M.: ¿Y todo esto como surge?
A.O.: A mí me contactaron con Cenizas, que les gustó. A mi todo aquello me sorprendió porque yo parecía el último mono. Allí estaban Gallardo, Paco Roca… Pero claro el interés de Oxfam era pillar a autores muy potentes que no se quedara en el típico mensaje institucional. Querían buscar gente de primera fila que llevase eso a un resultado interesante con un mensaje de fondo. La experiencia ha estado muy bien porque yo siempre he trabajado a partir de historias de ficción que no van a ningún sitio. Yo me lo pasaba bien haciéndolas y a la gente le gustaba leerlas, pero aquí es distinto. Pero aquí era una historia de responsabilidad, que había que contarla bien. Historias que no teníamos ni idea. Marruecos es un vecino de España y quitando cuatro cosas no sabemos nada del país. Era un mensaje muy potente y había que transmitirlo bien. Una responsabilidad que no había tenido nunca.
P.M.: Mas periodística, quizás.
A.O.: Sí, teníamos una libertad absoluta pero yo quería hacer una historia con un estilo más periodístico. Y por eso el cómic está hecho en colaboración con Isabel Cebrián, que es periodista. Llevábamos tiempo queriendo hacer algo juntos y cuando Intermon me ofreció esto pensé en hacerlo con ella. Fueron muchos días intensos y con reuniones. Todas las partes y contrapartes con las que trabaja Oxfam en Marruecos. Una cantidad de historias y de experiencias… Todo el mundo te cuenta su labor, su trabajo… A mí solo eso se me hubiera ido de las manos. Era mucha información. Yo quería hacerlo desde un punto de vista periodístico, no la experiencia mía personal. Y fue un proyecto muy interesante.
P.M.: Que yo sepa esta es la primera colaboración que tienes a la hora de hacer un cómic. ¿Cómo te has encontrado con los guiones de otra persona?
A.O.: Bien, bien. En tiempos ya hice cosas con mi hermano que también escribía. Y escribe. Lo que pasa que de eso fue hace tiempo y se ha visto poco. En este caso la verdad es que bien. Isabel nunca había hecho un cómic y yo hacía mucho que yo no trabajaba con otra persona. Ha sido un trabajo a cuatro manos, mitad y mitad. Muy interesante.
P.M.: ¿Y te verías trabajando en un proyecto más largo con otro autor?
A.O.: Pues sí, veremos que sale. A mí me gustaría seguir haciendo mis libros, ya sea sobre gatos lo que sea. Con ella ya hemos tenido otra cosa que igual sale. Y trabajar con otro guionista, pues de momento no. Tuve otro proyecto con un conocido guionista pero no me pude hacer con ello. Se me hacía muy raro. Yo con Isabel, pues ella escribía pero yo tenía libertad total. Pero que otra persona me escribiera los diálogos, me definiera la página… pues no. Por eso me ha venido trabajar con otra persona, para salir un poco de mi área. De hecho, para mi tener que encarar una página que solo tuviera seis viñetas ya se me hacía bastante raro. A mi o me pones diecieseis o esto no me encaja [Risas]
P.M.: [Risas] De la Beca Alhondiga Bilbao, ¿se supo algo al final? ¿En qué acabo aquello?
A.O.: Pues la verdad es que no sé. Sé que se hicieron bastantes iniciativas y alguna interesante. Hubo alguna asociación que intentó hacerse con la beca para sacarla adelante. Y desde Angoulême no pusieron pegas y nos dijeron que mantenían la plaza al autor español, pero al final quedó en nada. Que sepan los dibujantes españoles que se puede seguir solicitando la residencia allí (ahora sin la beca) pero que pueden seguir haciéndolo.
P.M.: Y de Angoulême has ido a Roma. Menudo. ¿Cómo ha surgió esta experiencia?
A.O.: Pues estoy en la residencia de autores españoles en Roma con una de las becas para artistas con el ministerio de asuntos exteriores. Hay varios campos artísticos y este es el tercer año que hay para cómic. Yo me enteré el año pasado y ahí que mandé la solicitud. He retomado un proyecto que tenía desde hace tiempo, que el sitio iba que ni pintado, y es una biografía sobre Caravaggio, el pintor.
P.M.: Parece algo más propio de Alfonso que de ti. [Risas]
A.O.: [Risas] Sí, sí. El otro día le dije. Va a ser como Dublinés pero en divertido.
P.M.: [Risas] Que propio. Y oye, ¿lo tenías pensado antes de ir a Roma?
A.O.: Sí, es algo que ya tenía pensado de antes. Solo el hecho de ser un cómic histórico que requiere mucha documentación me daba un poco de miedo.
P.M.: Un poco también como Las Meninas, ¿no?
A.O.: Sí, la verdad es que han coincidido las dos ahí, sí. Porque además hay alguna similitud entre la vida de Velázquez y la de Caravaggio. No muchas, pero alguna sí que hay. El de Las Meninas es un pepino de tebeo y cuando acabé de leerlo pensé que a ver a dónde iba yo ahora con esto.
P.M.: Hombre, supongo que será un tono distinto, un poco más de comedia, más distendido…
A.O.: Sí, sí. Es distinto. Además la vida de este hombre era ya de por sí bastante sórdida, una locura. Da mucho juego. Es casi como un tebeo de aventuras, pero sórdido y desastroso.
P.M.: ¿Y qué plazos manejas?
A.O.: Pues estoy en Roma hasta finales de Junio y me gustaría volver a España si no es con el libro acabado, pues casi acabado. Me gustaría que estuviera a la venta a finales de este año, porque no me apetece alargar los proyectos. Aunque me pegue ahora seis meses sin salir super-concentrado y me pierda lo bonito que es Roma en primavera, pues el libro no se puede hacer solo. Ahora estoy inspirándome. Hay días que voy a ver un museo que hay una obra de Caravaggio y pierdo ocho horas por ahí, y me digo… “Ya, para lo que me queda” [Risas]
P.M.: [Risas] ¿Y vas a simultanearlo con historias cortas o cosas así como entre los proyectos anteriores?
A.O.: No, no hay nada. Quiero sacar esto rápido y ahora no hay nada. Este mes sale Murderabilia en Francia.
P.M.: ¡Anda! ¿Ya? Así que les habrá ido Cenizas.
A.O.: Pues no sé mucho, pero mal no habrá ido. Lo sacan los mismos así que guay, porque la relación con ellos es buena. Por lo menos el libro no ha sido un desastre así que para mí el hecho de que apuesten por ello es una alegría. Tenemos que hablar el formato y por si quieren cambiar algo de la portada, porque allí editan casi todo en tapa blanda. Y es que Cenizas salió en Francia y en Alemania con portadas distintas. A ver si los alemanes repiten también con Murderabilia.
P.M.: Bueno, pues ya vamos a ir acabando. Me gustaría preguntarte sobre tus lecturas actuales.
A.O.: Pues durante mi tiempo en Roma han sido pocas. Antes de marchar, lo último que leí fue precisamente Las Meninas de Santiago y de Javier que acababa de salir, pero allí he podido leer poco. Dos meses en los que me he enterado por Internet de lo que ha salido pero no he leído mucho. Ahora en la gira de Murderabilia, he visto muchas cosas y me las compraría todas. Allí estoy enganchado a series como Homeland, que la última está interesante. Y me enganchado a Gotham.
P.M.: Me alegro que saques el tema de Gotham y Batman [Risas], que está muy “presente” en tu obra.
A.O.: [Risas] Sí, sí. En Cenizas sale. Y aquí en Murderabilia. Me vacilan que en todos mis tebeos salen Batman y nazis. Allí he estado leyendo muchas biografías de Caravaggio, pero al venir aquí me he puesto las pilas. Ahí van mis últimas lecturas, a ver si las reconocéis todas.
P.M.: Pues con esto acabamos, Álvaro. Un placer, como siempre.
me interesó poderosamente este comic en la reseña que de él hicisteis hace unas semanas, así que he decidido que sea uno de mis «auto-regalos post-navideños» ( sí, odio la Navidad pero adoro la Post-Navidad cuando paso de devanarme los sesos buscando que regalarle a los demás y de poner sonrisas forzadas ante regalos que no necesito, a comprarme lo que realmente quiero: comics, libros etc.. ), y me gustaria saber..¿la lectura de esta entrevista, que a todas luces será interesante, me supondrá tragarme algún spoiler?
Misma pregunta: ¿puedo leer lo de arriba sin comerme un spoiler? Tengo el tebeo en la pila y no es plan.
Podéis, podéis.
Pues esta ha sido una de mis lecturas vacacionales y si bien me gustó su arranque, no me convencieron algunas situaciones que se dan más adelante. Aún asi , me ha gustado el tono y estilo de Álvaro ( es la primera de sus obras que leo) y me parece que puede hacer un trabajo genial con la biografia de Caravaggio que desde ya espero con ganas.
También a sido mi primera obra que leo de este autor y me ha encantado tanto que no he podido contenerme y me compré inmediatamente Cenizas, también me gustó, pero algo menos, esta última la veo más redonda más atrevida, esperando con impaciencia la siguiente.