Ariel Olivetti (Buenos Aires, 1967) es un dibujante de cómics con un estilo muy particular, relacionado en la última década con Marvel Comics por su trabajo en cabeceras de esta editorial como Cable junto a Duane Swierczynski o en Punisher War Journal en colaboración con Matt Fraction. Estudió diseño gráfico en la Escuela Panamericana de Arte, comenzando su carrera ligada al cómic en la revista Fierro y siendo reconocido en su país de origen por ser el creador junto a Claudio Ramírez, Jorge Lucas y Mauro Cascioli de la irreverente y políticamente incorrecta El Cazador de Aventuras. Enseguida llamaría la atención de la industria estadounidense desembarcando en Marvel Comics con The Last Avengers Story (1995), historia escrita por Peter David, a la que seguiría una breve etapa en Daredevil con el guionista Joe Kelly con quién también colaboraría en la posterior Fantasma del Espacio (2005) para DC Comics. Desde entonces ha ido alternando trabajos en ambas editoriales en títulos como X-Men (1998), Alpha Flight (1997) JLA: Paradise Lost (1998), Green Lantern (2003) o Batman: Legends of the Dark Knight (2006).
En 2006, llegaría la mencionada Punisher War Journal, su primer trabajo para La Casa de las Ideas después de firmar un contrato exclusivo con la editorial ese mismo año. Durante todo este tiempo, Olivetti ha combinado su carrera como dibujante por su pasión por la docencia desarrollada en su propio Taller de Ilustración Ariel Olivetti y en la EAH (Escuela Argentina e Historieta). Por otro lado, y hablando de su estilo de dibujo, Ariel Olivetti es un autor realmente atípico dentro del cómic de superhéroes, utilizando habitualmente acrílicos y óleos en sus composiciones en combinación con otras técnicas digitales que le han servido para ayudarle a definir toda una galería de personajes sobrehormonados e hipermusculados premeditadamente exagerados que le han hecho reconocible instantáneamente entre los aficionados. Mientras prepara un trabajo en Dark Horse con Conan el Bárbaro Ariel Olivetti sacó tiempo para asistir al reciente 31º Salón Internacional del Cómic de Barcelona como uno de los autores destacados del certamen, invitado por Aleta Ediciones que publicaba como novedad Ariel Olivetti: Life & Artbook, un recopilatorio que funciona al mismo tiempo como autobiografía de este artista, libro de bocetos y guía de dibujo para aprendices. Así pues, gracias a Aleta y a la organización de Ficomic, una delegación de Zona Negativa tuvo la oportunidad de entrevistar a este autor, de carácter jovial y muy sincero en sus principios e ideas. Jordi T. Pardo e Ivan Rivas le plantearon las preguntas que encontraréis a continuación y su compatriota argentino Mariano Abrach se encargó de la posterior transcripción.
Independientemente de que os guste o no su estilo, os recomendamos la lectura de esta entrevista, seguro que os reiréis en más de una ocasión. Para completar la entrevista, tenemos un sorteo y un vídeo-tutorial de color digital que Olivetti realizó para Zona Negativa hace unos años. Pero antes de todo ello, vamos con la entrevista.
Al habla con Ariel Olivetti
Zona Negativa: En nuestro país tu visita a esta 31º Edición del Salón Internacional del Cómic de Barcelona coincide con la publicación de Ariel Olivetti: life and artbook por parte de Aleta Ediciones, un libro de ilustraciones pero también un pequeño recorrido a modo de entrevista sobre tu carrera y experiencia como autor e incluso una guía o tutorial de dibujo. ¿Cómo surgió la idea para este completo proyecto? ¿Era una idea que tenías en mente o te la propusieron en Dícese?
Ariel Olivetti: Bueno, Dícese es una editorial propia. Nos juntamos con un par de amigos y creamos una editorial, y la idea es hacer una colección de libros. El primero es el mío porque me salió gratis [risas], no tuve que pagarle a ningún otro ilustrador, pero ya tenemos armados los dos siguientes. El próximo es de Juan Bobillo, y el otro es de Ignacio Noé, que son dos ilustradores argentinos con gran trayectoria. Y aparte de los libros de arte, estamos haciendo una colección de libros tutoriales para artistas. El primero que vamos a sacar, que sale en dos meses, es el de Anatomía para Superhéroes, después perspectiva, entintado… para hacer una colección de tutoriales a precios módicos, porque la mayoría que vienen de Estados Unidos, en Argentina son incomprables, son carísimos. Entonces dijimos, “se puede hacer algo bueno, lo podemos hacer nosotros, hagamosló y lo sacamos a la mitad de precio, y peleamos con eso”.
ZN: ¿Eran en formato parecidos a este?
AO: No, el doble de grandes. Estos, en realidad la idea era hacerlo grande pero no daba el presupuesto, como es una autogestión, dijimos “prefiero que tenga una impresión buena”. De este mismo libro vendimos los derechos a franceses y lo van a hacer como tiene que ser, que es en formato más grande, que es A4 por lo menos. Pero en Argentina también salió con este formato, en Dícese… era lo que había [risas] teníamos poca plata, y la idea es hacer algo de a poquito pero bien. Porque también lo podíamos haber hecho en un papel más berreta [cutre] pero decidimos hacerlo bien, y surgió el libro este. Acá, por lo menos lo hicieron en tapa dura; en Argentina lo hicimos con tapa de cartón, pero a mi gusto quedó mejor porque en vez de ser brilloso es mate y quedó un poco más fino. Pero el tamaño sí jode, a mí me hubiese gustado más grande.
ZN: En Ariel Olivetti: life and artbook podemos observar el recorrido y evolución de tu arte a lo largo de los años. ¿Cómo ves tú esa progresión y como fue en su momento reencontrarse con el Ariel Olivetti que daba sus primeros pasos en el medio? ¿Cuál ha sido tu criterio y enfoque para la selección que tenemos aquí?
AO: Seleccioné las cosas que más me gustan y de las cosas que menos me gustan. Justamente porque el libro está enfocado más que nada, no para los fanáticos lectores sino para los dibujantes. Entonces, yo como dibujante, me hubiese gustado ver un libro de Segrelles o de Corben donde se puedan ver las cosas feas que hicieron, lo que les salió mal, el comentario de cuando fueron a la editorial y lo rebotaron, de cuando dibujaban chicas desnudas para pajearse cuando eran chicos… esas cosas, está bueno como dibujante, porque te acercan más a la realidad, y decís “ah, bueno, pero sí se puede”. Uno a veces cuando es chico lo ve publicado y es como inalcanzable, como que lo hizo una máquina. Eso es por lo menos lo que yo pensaba de los grandes artistas cuando era chico y después te vas dando cuenta que no, que con trabajo se logra, y que a todos nos han rebotado trabajos, y que todos hemos cometido un montón de fallos. La idea es esa; los otros dos libros de los otros dos artistas también es una especie de reportaje de la “cocina” detrás del dibujante.
Y lo que vos me preguntabas del progreso, por suerte sí, vi un progreso y una diferencia cuando empecé a buscar los trabajos viejos. De hecho, la portada con la que salió impreso en Argentina no es esta portada sino que es una remake de una portada que había hecho de chico y nunca me había gustado, y dije “es la oportunidad de hacerla bien”. Y está acá también, y está explicado eso. Hay muchas diferencias, por suerte.
Lo que también noté, es que en los comienzos míos tenía mucha más pasión que ahora. Todo lo que me faltaba de técnica y de conocimientos, lo tenía de pasión, y eso lo fui perdiendo. Y estoy tratando de volver a encontrarme con eso.
ZN: Mediante tus explicaciones en el libro podemos hacernos unas idea bastante clara de lo que supone tu trabajo como artista y lo que supone trabajar para algunas de las grandes editoriales estadounidenses. Si bien acabas de comentarlo… ¿crees que este es un trabajo que va más destinado a tus seguidores o va más dirigido a poder guiar a esos aspirantes a dibujantes profesionales que buscan su primera oportunidad en el mundo del cómic?
AO: Yo creo que sí. Va para ellos. Por eso mismo también lo termino con un tutorial. Para que vean incluso el paso a paso, que está bueno, a mí me gusta. Yo siempre me pongo del otro lado cuando hago alguna cosa de estas. ¿Qué libro me gustaría leer a mí? ¿Qué libro me gustaría ver? Incluso también con los cómics, como me gustaría ver a mí una historieta narrada. Y como dibujante, me hubiese gustado o me gustaría ver, libros de arte así.
ZN: ¿En qué momento diste tú el paso del lápiz a la tableta?
AO: Apenas salió. Soy un fanático de la tecnología, me encanta [risas]. Así que apenas salió la primera… creo que empecé a trabajar con el Photoshop 2, con el mouse por supuesto, y que hacías así y se quedaba tildada la cosa, e igual yo decía “woow, mirá, no te manchás, boludo, ¡qué bueno!” y “¡uy pero mirá que prolijo que queda!” [risas] y tardabas mil años más que si lo hubieses pintado a mano. Pero bueno, desde los comienzos yo creo que siempre estuve atento a todo lo que es la tecnología.
ZN: Entre los dibujantes asociados al cómic de superhéroes de los últimos años tus lápices destacan sobremanera por sus formas y su peculiar estilo muchas veces incluso algo alejado del género superheroico. ¿El salirse de los cánones habituales del cómic de superhéroes crees que te ha ayudado a abrirte camino en la industria o más bien puede haber sido una dificultad añadida para ello?
AO: A veces, justamente por ser distinto me han llamado, y también me ha quitado trabajo, porque en el momento que Marvel hizo recortes, creo que apostó más a un dibujo más clásico. Si se fijan ustedes ahora la mayoría de las cosas que se editan, no tienen mucha personalidad un dibujante con respecto al otro, son todos buenos, buenísimos, correctos, pero no está un… Sienkiewicz, que vos digas “chaau, mirá como hizo esto, mirá como se animó a hacer esto”, o un McFarlane, que te guste o no, vos decís “ah, pero es distinto, y lo sigo”. Ahora son todos correctos, están muy bien dibujados, muy bien armados, pero no se destacan en personalidad.
ZN: Todos de las misma escuela…
AO: Claro, por una cuestión de que van a lo seguro.
ZN: Y a lo más rápido.
AO: También, sí. Y, aparte, con ese tipo de dibujos es más fácil tener ayudantes. Con una clase de dibujos no tan personal, podés tener muchos ayudantes, desde el entintador hasta el que te arma la figura. Entonces podés terminar el trabajo mucho más rápido.
ZN: En tus trabajos en el medio has desarrollado un estilo en el que se entremezcla cierto trazo caricaturesco con el realismo y con la personificación misma de la épica superheroica. Usas personajes definidos por un lenguaje físico muy característico y un entorno que podríamos catalogar de pictográfico. ¿Cuales dirías tú que han sido los autores y dibujantes que más han inspirado e influenciado en el desarrollo de tu estilo?
AO: A mí me gusta mucho Corben, de entrada justamente por eso, porque vos veías una anatomía casi fotográfica pero absolutamente irreal. Un tipo que tenía el brazo más grandote que todo el cuerpo, o que la cinturita era una cosa insignificante y tenía una caja grandota, pero funcionaba, y la luz era perfecta, y las venas estaban perfectas, y los músculos estaban donde tenían que estar y eso de cagarse un poco de risa [burlarse] del hiperrealismo me gustó siempre. De hacer creíble lo inexistente. Por eso yo no trabajé nunca con modelos. A mí me gusta trabajar con el efecto de las luces y las sombras y los colores que sean realistas, pero con músculos que no existen, por ahí… y métodos… nosotros los argentinos decimos “mandá fruta” cuando queremos decir “mandá cualquier cosa”, lo que sea pero que sea creíble. Entonces por ahí, hago un Punisher con el brazo gigante… “no, pero no puede ser”, y pero la luz da, la sombra ahí está, me parece real… la idea es esa.
ZN: Y los fondos son reales.
AO: Sí, y los fondos son reales. Ahora trabajo mucho con fondos 3D, los genero en 3D en AutoCAD o en Poser o en algunos programas 3D. Porque como tengo que hacer una página por día, pintada y todo, si las tengo que dibujar no llego con las fechas de entrega. Entonces por ahí me tardo en generar todo el escenario en 3D, pero una vez que lo tengo generado hago como una especie de cameo como un director. La cámara yo la puedo alejar y acercar… es un trabajo de dirección.
ZN: Como filmar una película.
AO: Claro, esa es la idea, pero lo bueno que tengo es que también puedo manejar la luz y la sombra, entonces tiene que ver con la figura, y como a la figura trato de darle una vista realista… Te lleva tiempo para realizar el escenario la primera vez, pero después, una vez que ya tienes el decorado armado lo vas moviendo.
Todo esto [el autor señala los fondos usados en sus números de Cable] está hecho con 3D, pero tiene que ver con la paleta del dibujo entonces por ahí no queda tan descolgado [desubicado]. Si fuese un dibujo hecho a tinta, ahí sí no quedaría muy enganchado con el resto.
ZN: En el Cazador de Aventuras, obra que publicaste en los años noventa junto a Jorge Lucas, Mauro Cascioli y Claudio Ramírez, ya se apreciaban las marcadas señas de identidad de tu dibujo. ¿Cómo recuerdas esa experiencia? ¿Qué aprendiste de entonces? ¿Resultó difícil compatibilizar el genio de cuatro dibujantes en una misma serie?
AO: Lo que resultó difícil para mí fue aprender a narrar historias porque yo hasta ese momento lo que hacía eran ilustraciones, hacía portadas nada más. El que realmente sabía narrar era Jorge Lucas. Y era ponerme con él a ver cómo contaba las historias, y después, el hecho del trabajo en sí fue muy sencillo porque en realidad lo hacíamos como una travesura. Era juntarnos y decir “dale que hacemos una historieta”, total ninguno necesitaba la plata porque vivíamos con nuestros padres, éramos todos muy chicos, no lo hacíamos para vivir de eso, y estábamos seguros que al segundo número nos iban a cerrar la revista. Siempre, sabíamos que al otro número nos iban a cerrar la revista. Entones nos dábamos la libertades de mandar las puteadas [insultos] más grandes… En revistas en Argentina no se había usado hasta ese momento ninguna publicación donde se putee, menos cosas sarpadas [subidas de tono] con pornografía… Cómo pensábamos que no se vendía un solo número, dijimos “lo hacemos para nosotros”. «Y bueno, entonces hacemos el tipo que está y le hace el amor a una muerta, total que importa, que se vea todo, y acá lo putea y acá mata a un puto [homosexual], y bueno, que lo mate» [risas].
Después nos empezamos a dar cuenta que se empezó a venderse, y nos dimos cuenta que se vendía por eso, entonces cuanto más políticamente incorrecto era mejor. Después yo ya dejé de trabajar porque empecé a trabajar en Marvel, pero, ya se había ido un poquito la gracia esa porque ya se hacía forzado. Decir “bueno, vamos a buscar la provocación por la provocación misma” y por ahí dejó de tener un poquito de gracia. Al principio, yo creo que la gente se enganchaba porque se divertía igual que nosotros, y nosotros nos cagábamos de risa dibujándolo. Y no nos importaba si la gente entendía los chistes o no, total la cosa era “aah mirá lo que le hice” y era muy gracioso porque por ahí uno dibujaba una cabeza del personaje y decía “no dibujo, más estoy podrido [cansado]” y otro decía “yo lo sigo” y dibujaba el brazito, y el otro “dame que yo te termino la piernita” [risas]… era un collage… Por eso vos decís que se notaba el dibujo mío en Cazador, no sé en qué dibujo, porque hay muy pocos dibujos donde yo te puedo llegar a decir este lo hice todo yo [risas]. La mayoría de los dibujos, todos metimos mano, todos. Es un collage, una mezcla muy rara.
ZN: En los 90 en Argentina, ¿no había nada parecido?.
AO: No, nada, fuimos los primeros, Por eso anduvo bien. Y aparte se pasó de boca en boca al principio porque no hubo publicidad, nada. Era una revista blanco y negro adentro… los primeros siete números fueron blanco y negro, y después cuando yo dejo el grupo que me paso a Marvel a los dos números ya empiezan a ponerle color, el dueño de la editorial se dio cuenta que vendía más eso que otras revistas que tenían más producción.
ZN: ¿Dónde se vendía al principio?
AO: Trataban de venderla en los kioscos, pero el primer número vino con una devolución terrible, se vendieron muy poquitas. Pero que pasa, el que tenía esa revista decía “no sabés lo que tengo”, la mayoría eran chicos y decían “tengo una revista que putean”, y después te enterabas de otro que lo habían mandado a la dirección porque lo habían encontrado con esa revista en la escuela, y a otro que lo habían visto los padres con esa revista y así se hizo como una especie de atmósfera y de cuento agrandado del Cazador, “tiene Cazador, guarda [cuidado] que te llevan a la dirección, no se puede, putean, que se ven pistolas [aquí debe referirse a penes] y que se ven…». Y bueno, entonces, después se trató de conseguir el primer número, y ya era una cosa de culto.
ZN: Como has dicho, empezaste a trabajar para Marvel. Tuviste la oportunidad de trabajar con guionistas como Peter David, Joe Kelly, Matt Fraction, un poco después… ¿Con cuál de ellos dirías que conseguiste desarrollar una mayor afinidad?
AO: Lo primero que voy a aclarar es que no soy un fanático lector de superhéroes, no soy lector en realidad del cómic americano. Por lo menos ahora. Cuando era chico leía algo, pero no era fanático. Entonces lo tomo como un trabajo. Me viene un guión, y yo no estoy involucrado y ni siquiera estoy enterado si ese personaje se casó en el número anterior o le mataron a la madre, no sé… Lo dibujo, trato de dibujarlo lo mejor que puedo.
Pero con algunos guionistas, hubo un interés de parte de los dos de encontrar un punto juntos para poder explotar los dos lo que mejor sabíamos hacer, pero fueron los menos. Por ejemplo, con Joe Kelly hicimos el Fantasma del Espacio y charlamos mucho antes porque había que inventarle el origen, era un personaje que no lo habían hecho nunca de esa forma, y dijimos “bueno, es una oportunidad para divertirnos y hacer algo lindo”, y salió algo que a mí me entretiene hasta ahora leerlo. Con Matt Fraction también, en Punisher, hicimos algunas ideas juntos y él trataba de que el guión apoye al estilo mío de dibujo, entonces la verdad que la pasé bien.
ZN: Aparte parece que en Punisher le dieron bastante libertad…
AO: Me dieron mucha, más que libertad… Axel Alonso que ahora está como Editor en Jefe, estaba a cargo del nuevo Universo Marvel que empezaba War Journal y qué se yo, y me dice “mirá, queremos incluir al Punisher”, que hasta ese momento no hacían nada más que series negras y policiales prácticamente de adultos, “lo queremos incluir en el Universo Marvel de superhéroes, porque lo queremos hacer pelear con el Capitán América, con gente con superpoderes así que te queremos a vos para que transformes a este tipo que es un renegado con un arma en un superhéroe, tiene que poder cagarse [pelearse] a trompadas con tipos”. Entonces empecé, armé un tipo monstruoso, mal llevado y aparte me permití un montón de guiños argentinos, atrás le mandaba publicidades argentinas. Incluso tiene muchas cosas de Cazador. Para los lectores del Cazador, la primera portada del Punisher es la misma pose de la primera portada del Cazador. Y después hay una parte en que el Punisher se pone un traje que es una mezcla del Capitán América con el Punisher, que es el primer Cazador de todos, que tenía una estrellita… [risas]. Entonces para los lectores argentinos… y yo me divertí mucho por eso, porque tiene un montón de guiños.
ZN: El apartado gráfico de tus obras siempre ha estado determinado por tu propio espíritu inquieto que te ha llevado a probar todo tipo de recursos en tus trabajos, jugando con el color, probando con los acrílicos y óleos, o utilizando las posibilidades de las nuevas técnicas digital. ¿En qué entorno te sientes más cómodo? ¿De dónde nace este inconformismo tuyo?
AO: No creo que sea inconformismo, es curiosidad, más que nada curiosidad. Y las técnicas… cada técnica te soluciona cosas distintas. Hay cosas que yo las haría con acuarelas, otras con acrílicos, otras con óleos. Cada material te va a brindar cualidades distintas. Ahora estoy volcado con el tema digital que puede suplir todas, o simular todas, en menos de la mitad de tiempo que si la hiciese en realidad con materiales concretos. Lo que pasa es que la gran contra que tengo, es que no tengo originales para vender, ni para mí, ni para una muestra. Por ejemplo, acá hicieron la muestra de Superman, yo tuve que mandar dos archivos digitales, son muy bonitos, pero no es lo mismo. Al lado hay uno de Alex Ross que está bárbaro y que vos ves que está pintado, y es distinto. Para una muestra es otra cosa.
Y también hay una especie de fetichismo del artista del contacto con el material, la hoja, el pincel y la pintura que está bueno no perderlo. Entonces de vez en cuando me doy el lujo de hacer una portada. Por ejemplo, la de Cable #1, el fondo no porque es digital, pero todo esto está hecho en acrílico. Entonces me di el gusto, y a veces hago algunas cositas así.
ZN: ¿Qué te parece que algunos aficionados digan que todo el digital es demasiado frío?
AO: Está bien, tienen razón. Pero yo le tengo que dar de comer a mis hijos [risas]. Que digan lo que digan, pero si yo tardo tres días por página, mis hijos no comen o comen menos. Entonces, tienen razón, claro que sí. Es mucho más lindo cuando vos ves la pincelada. A mí me gustaría poder hacer, como hice en aquella época las 94 páginas de The Last Avengers Story pintadas con óleo. Pero no gané nada comparado con lo que gano haciendo esto. Vivía con mis padres, abría la nevera y estaba llena [risas].
ZN: En una entrevista publicada en El Mundo hace ya unos años comentabas que las técnicas digitales te habían permitido, como tú dices, poder mantener la cadencia mensual de tus trabajos que exigía el duro mercado estadounidense. ¿Pero, dejando eso a un lado, crees que a la larga estas te han aportado algo a tu visión personal como artista? ¿Es el futuro del artista ligado al cómic mainstream conseguir hacer suyos este tipo de recursos?
AO: No, es una herramienta más, no tiene por qué ser el futuro. Todo depende de lo que se pueda llegar a ganar por página y el tiempo que te den. Si por ejemplo yo trabajase para alguna edición europea, donde hay una plata interesante, yo sé que los tiempos son distintos, sobretodo en Francia, me podría dar el lujo de pintar algo a mano. Lo que te decía antes era un poco en broma y un poco cierto, yo trato incluso cuando trabajo en digital utilizar una técnica que simule al acrílico, no es el color Image, que es demasiado frío, trato de que se vea una impronta, una mano. Es lo más parecido que puedo hacer con ordenador. Lo ideal para mí sería poder volver a trabajar con el acrílico y óleo, pero en este momento, no puedo.
ZN: En 2006 firmaste un contrato en exclusiva con Marvel Comics que acababa no sé si el pasado año…
AO: Terminaba en realidad este año, y lo terminamos antes.
ZN: Lo cual te ha permitido, en cierta manera, ser un espectador de excepción de la evolución del Universo Marvel en estos años. ¿Crees, cómo muchos aficionados lamentan, que el género superheroico planteado por las grandes editoriales tiende a ser, en gran medida, inmovilista y conservador?
AO: No tengo idea, porque no leí más que lo que dibujaba yo, no seguí ninguna serie [risas]. Ahí te cagué [embromé], no te puedo responder.
ZN: Y no lees superhéroes pero lees…
AO: Leo lo que me llega a mí, leo lo que tengo que dibujar yo. Y después tengo que pedir referencias continuamente para poder dibujar los personajes, porque no tengo idea de quién me están hablando. Y después cuando termino de trabajar durante 10 horas por día, lo que menos tengo ganas es de agarrar un cómic y leermelo. Quiero hacer otra cosa [risas].
ZN: ¿Qué aspectos positivos remarcarías de tu andadura estadounidense?
AO: A mí me ha dado todo. La verdad que yo estoy muy contento con la carrera, con las posibilidades que me dieron, y sobre todo con la sorpresa que me dieron, porque yo la verdad que tenía al mercado “gringo”, como decimos nosotros… “yo para los yanquis no voy a trabajar nunca, porque estos yanquis…» Y la verdad que me han tratado excelentemente bien, el trato profesional fue impecable, en mi país jamás me trataron profesionalmente como me trataron en Estados Unidos. Entonces, una cosa es poder dividir lo que son los gobiernos yanquis y otra cosa es lo que son las empresas y como se manejan profesionalmente. A veces nos cuesta eso de dividir, y yo era uno de los tantos que decía “porque estos yanquis de mierda” y no, la verdad que profesionalmente hay que sacarse el sombrero. Trabajan muy bien, te dicen tal fecha y es tal fecha, el cheque va a estar y el cheque está, por lo general los directores de arte saben lo que hacen y las indicaciones que te dan siempre son para mejorar el producto no son rompebolas [molestos]. Así que la experiencia mía fue fantástica.
ZN: En las últimas series Marvel en las que te hemos podido ver te has encargado de dibujar personajes definidos por sus corpulencia, tamaño o musculatura como es el caso de Cable, Iron Man o Punisher, e incluso Hercules. ¿Te sientes más cómodo con personajes de este tipo de registro o en realidad prefieres trabajar con otro tipo de perfil superheroico? ¿Cuál sería para ti la definición de un buen cómic de superhéroes? Aunque no seas un aficionado…
AO: Pero algo entiendo… Lo primero es que en realidad no es que yo los dibujos tan musculosos sino que me buscan para dibujarlos así [risas]. A veces yo tengo ganas de dibujar algo un poco más tranquilo y me dan Hulk, viste, y está bien, bárbaro, yo me divierto. Si me diesen el Hombre Araña no lo voy a dibujar así. Pero me parece bien que me tengan en un nicho, porque la gente cuando ve Olivetti también creo que busca ver eso, ¿no?
Y de la otra pregunta… tengo una definición para hacer pública, y otra en la intimidad. Te voy a hacer la pública [risas]. El cómic de superhéroes tiene que ser entretenimiento, para mí. No tiene que tener otras aspiraciones ni menos que ser un producto entretenido, y a veces es muy difícil hacer algo entretenido. A veces uno dice “no, porque es entretenimiento le quita galardones”. No, hacer algo entretenido a veces es muy difícil. Y el de superhéroes particularmente tiene que ser una lectura rápida, veloz, dinámica, y la tiene que poder leer un niño también. Porque yo creo que es el público al que tiene que ir enfocado, que nos guste a nosotros mejor todavía. Yo no soy fan ni lector de series de superhéroes pero sí tengo algunos libros que me compro y que me gusta tenerlos y los leo, y me divierte muncho ver una historia de Thor bien dibujada, ver La Broma Asesina, ver un montón de cosas, pero tienen que también verla un chico de 8 años y entenderla y gustarle. Si un chico de 8 años no entiende una historia de Batman es porque no es Batman, para mí.
ZN: El cómic ha pasado a lo largo de su historia por etapas muy difíciles pero actualmente, con el periodo de crisis actual, en muchos países, como España o Argentina, el mercado nacional parece en serio retroceso e incluso peligrando su supervivencia. ¿Por qué crees que sucede esto? ¿Tiene que ver con la diferente cultura sobre el medio o la viñeta que se puede tener, por ejemplo, en comparación con Estados Unidos, Francia o el lejano Japón o hay otros agravantes? ¿Hay futuro para el cómic en el mundo de la revolución tecnológica?
AO:Yo tengo 45 años. Cuando empecé a dibujar tenía 19, y me hacían exactamente la misma pregunta. ¿Hay futuro para el cómic? El cómic está por acabarse. Y es un tópico porque está la sensación. En este momento hay una realidad económica mundial.
ZN: Recuerdo una entrevista tuya donde comentabas que el mercado del cómic en Argentina era muy…
AO: Inexistente. No existe. En este momento empezaron a surgir personas como yo, que se autoeditan, algunos editores con valor, y con huevos, que están también editando, pero apuestan por ahí no al comic-book, al cómic de superhéroes, sino más al humor gráfico, a trabajos tipo como los que hace Liniers, eso funciona bien en la Argentina. Pero el comic-book, el cómic de aventuras, el cómic de fantasía heroica, que anduvo bien 30 años atrás, no está funcionando, no funciona, y creo también que no funciona en parte porque no hay gente que se anime a apostar en eso profesionalmente.
Mundialmente, yo siempre les repito cuando me hacen la pregunta, que me la hacen todos, siempre digo lo mismo: y esto lo preguntan siempre pero siempre anduvo bien o siempre se reinventa. En este momento, hay una realidad económica difícil, la verdad. Yo me he llevado unas sorpresas no gratas en las convenciones de Estados Unidos que es donde vos ves el testeo ahí, de decir, “bueno, mirá, todos dicen que se está muriendo pero mirá como la gente compra y compra y compra”. Hace 15 años fui a San Diego y la gente se iba con bolsas, y muñecos, historietas…. Ahora vos vas a San Diego, tenés la misma cantidad de gente esperando, para entrar, entran, pagan su entrada y se van con el librito que les gustó, o el muñequito.
Es mundial la crisis, y no creo que pase tanto porque estén los medios digitales o porque se pueda llegar a piratear digitalmente. Es más, yo soy uno de los pocos que está a favor de que pase eso; yo quiero que la gente mía agarre y consiga esta revista gratis y se la pueda bajar por Internet. Porque después, si le gusta mucho la va a ir a comprar. De otra forma, ni siquiera la conocería. Entonces yo prefiero que se difunda, y que diga uno “che, no viste esto de un tal Olivetti, mirá te lo paso” y “¡uy que bueno!”. Porque hay algo en la psicología del que lee cómics, cualquier tipo de cómics, que no sé por qué es, habría que hacer un estudio sociológico al respecto [risas], pero tiene que ver mucho con el fetichismo y que tiene que ver mucho con el coleccionismo. Entonces cuando a vos te gusta mucho algo si eres coleccionista o lector lo quieres tener en forma física, y tenerlo guardadito. Seguramente no lo vas a prestar, si lo prestas lo vas a reclamar… Es distinto que un libro, que un libro de lectura, una novela, que vos la podés prestar, se la podés prestar a una chica para conquistártela y decirle “mirá que inteligente que soy que leí esto” [risas]. Pero un cómic, ya viste… “me lo vas a hacer mierda, déjamelo acá” `[risas]. Y ese fetichismo con los soportes digitales no lo podés tener. Entonces, te gusta y te gusta mucho… “¡esto me lo quiero comprar!”. Lo que sí yo creo que va a desaparecer en algún momento son las series regulares mensuales, con papel feo o berreta, porque justamente el coleccionista o el fetichista o el que le gusta algo que vio por Internet, va a querer su tomito, va a querer su libro, y si es con tapa dura mejor.
Por eso yo creo que el mercado francés sigue funcionando bien, porque apuesta a eso, siempre apostó a eso, siempre apostó a que es un objeto que tiene que ver más con lo artístico que con el entretenimiento diario. Realmente no puedo hablarte de lo que es el fenómeno oriental porque es otra cosa totalmente distinta, es un mundo aparte. Eso cada vez funciona más, y no sabés como pararlo.
Pero yo creo que la crisis económica que es mundial en este momento, en algún momento va a tener que pasar, me imagino, ojalá. Y cuando pase, la gente va a querer seguir gastando en entretenimiento, y yo creo que el que es fetichista va a querer tener el libro, y no creo que pase de moda eso.
Lo que pasa es que realmente está caro… en la época donde se dice era la época de oro en los cómics, ¿qué valor tenía de tapa un cómic? Era nada, se compraba con la vuelta de lo que comprabas el diario, en Estados Unidos eran centavos lo que salía una revista de DC, de Marvel. Y ahora sale… incluso para un americano es caro, no sé cuánto está, creo que está 3 dólares, 4 dólares, y es plata, para leértela en… Bueno, yo describo el manga, el cómic americano y el cómic europeo se diferencian en algo muy particular: en la calidad de tu caca. Si vos tenés diarrea, vos podés leerte un manga; si tenés la caca un poquito más dura, te podés leer un cómic americano; si tenés la caca muy muy dura, un europeo; porque el cómic se lee en el baño [risas]. Es lectura de baño, entonces si estás flojo de vientre es un manga; 22 páginas de algo que se están cagando a trompadas por ahí tardás, 10 minutos, no podés tardar más que eso; y una francesa, viste, ya tenés que estar con mucho arroz, comer mucha cosa seca para leerlo. Pero es lectura de baño el cómic, que no quiere decir que sea malo, porque uno de los disfrutes más grandes es ese, es un placer de la vida, acompaña el placer de la vida [risas].
ZN: Un final interesante. Ha sido un placer, Ariel.
AO: Igualmente.
¿Te ha gustado la entrevista a Ariel Olivetti? ¿Eres uno de sus fans? Pues atento/a que puedes llevarte a casa su ARIEL OLIVETTI: LIFE AND ARTBOOK, cortesía de Aleta Ediciones, con el dibujo que nos hizo durante la entrevista que acabáis de leer.
Todo lo que tenéis que hacer es seguirnos en twitter y escribir un tweet con la siguiente frase (sin las comillas):
«Entrevista a Ariel Olivetti en @ZonaNegativa ¡Y sortean 1 ejemplar de su Artbook con un dibujo original suyo! http://bit.ly/ZP89nw #Sorteo»
Entre todos los tweets que recibamos y cumplan los requisitos, sortearemos el ejemplar de ARIEL OLIVETTI: LIFE AND ARTBOOK que incluye el dibujo original de Ariel. El sorteo termina hoy mismo día 25 de abril de 2013 a las 23:59 GMT+1 y pueden participar gente de todo el mundo sin restricción. El nombre del ganador/a del sorteo se dará a conocer en nuestra cuenta de twitter el viernes 26 de abril 2013 a las 10h GMT+1.
¡Mucha suerte a todos!
Clase de color digital, por Ariel Olivetti
Como es decíamos al principio, en 2006 Ariel tuvo la deferencia de realizar este tutorial con Zona Negativa. Pese a los años transcurridos, aquellos interesados veréis que las técnicas no han variado mucho.
Si vos tenés diarrea, vos podés leerte un manga; si tenés la caca un poquito más dura, te podés leer un cómic americano; si tenés la caca muy muy dura, un europeo; porque el cómic se lee en el baño [risas].
Pues es la mejor definición que he visto de las diferencias entre los géneros. Un tipo muy inteligente, el Olivetti, ha dicho cosas muy sensatas…
Un cachondo el Olivetti.
Pero, venga,va, contadnos el secreto. ¿Invitabais a pitillos de la risa antes de las entrevistas? Porque en las que llevais publicadas de este salón, los autores se están mostrando de lo más cercano y sin pelos en la lengua a la hora de hablar de sus métodos de trabajo o incluso criticando determinados aspectos de la industria.
Y me he partido con la relación cómics/defecaciones, pero me da que a más de uno le saldrá un sarpullido al leerlo.
Yo la transcribí nomás, así que puedo opinar objetivamente, y la verdad es que muy buena entrevista, excelente predisposición de Olivetti para hablar y opinar, sin pelos en la lengua.
También me divertí mucho, porque es gracioso, y es tremendamente argentino, y doblemente gracioso el contraste de mis compañeros entrevistando y Olivetti hablando.
De los pitillos no sé nada, yo no estuve ahí 😛
Y sobre la lectura de baño, más allá de la valoración cualitativa, cuando uno viene con problemas de tiempo para leer, a veces se convierte en el único momento de lectura tranquila, así que en eso no podría estar más de acuerdo jaja
Saludos!
Pues yo he dejado de leer cuando ha dicho que no es que le gusten especialmente los cómics.
«…cuando termino de trabajar durante 10 horas por día, lo que menos tengo ganas es de agarrar un cómic y leermelo…»
Menos mal que no se dedica a la medicina.
Jabon para lavadoras?
Yo tengo cómics que nunca salen de la repisa del baño, y cuyo único objeto es entretenerme mientras planto un pino. «Submundo», por ejemplo, con sus chorradas de cuatro viñetas, o «Calvin y Hobbes» son de mis preferidos hoy por hoy. Y algún Krazy Kat ha caído.
«Pero, venga,va, contadnos el secreto. ¿Invitabais a pitillos de la risa antes de las entrevistas?»
Pero eso se hace por Ley, ¿no? Todo autor entrevistado debe recibir un canuto por sesión.
Mira, he ahí un buen motivo para dedicarse a esto. ¡Que le den por saco a la pasta y a la fama, yo quiero canutos de gratis!
La verdad por delante: no ne gusta como dibuja. Todavia tengo pesadillas con esa etapa de Cable.
«Si un chico de 8 años no entiende una historia de Batman es porque no es Batman, para mí.»
Y todavia nos indignamos (o yo lo hago al menos) porque el publico en general vea el mundo del comic como algo enfocado exclusivamente a los niños… si ni los propios profesionales no lo ven comoa lgo mas que eso ¿que esperamos?
Cuando era chico compraba Cazador y disfrutaba como loco, aca en Argentina fue algo nunca visto, de hecho atesoro el numero 1 firmado por sus autores.
Se nota en esta y en las otras entrevistas que se documentan y realizan preguntas interesantes. Gracias por su trabajo
Y todavia nos indignamos (o yo lo hago al menos) porque el publico en general vea el mundo del comic como algo enfocado exclusivamente a los niños… si ni los propios profesionales no lo ven como algo mas que eso ¿que esperamos?
A ver, la pregunta no es sobre el cómic en general, si no sobre el cómic de superhéroes. ¿Y donde está lo extraño de que diga que debe poder leerlo un niño de 8 años? Este género tiene 75 años y en su mayor parte siempre ha podido ser disfrutado por niños. Otra cosa es que tuviera segundas o terceras lecturas pero podía leerse.
Si tú te enganchaste a los cómics leyendo El Incal a los 30, enhorabuena, eres un caso entre un millón. Pero no hace falta que te diga cual sería el resultado si hiciéramos una encuesta entre los lectores (y los redactores) de esta web preguntando cuando y cómo se aficionaron a los cómics.
Porque si yo a los 5 años en vez de leerme un cómic divertidísimo de Spiderman con Thor, me hubiera leído uno de Batman en el que el Joker salía con la cara arrancada y puesta del revés, pues mira, alo mejor no hubiera vuelto a por más.
Que a mí me gustan como están ahora, claro, porque tengo una edad. Pero la opinión de Olivetti me parece tan razonable como respetable.
A mi me ha caído muy simpático.
«Te voy a hacer la pública [risas]. El cómic de superhéroes tiene que ser entretenimiento, para mí. No tiene que tener otras aspiraciones ni menos que ser un producto entretenido, y a veces es muy difícil hacer algo entretenido. A veces uno dice “no, porque es entretenimiento le quita galardones”. No, hacer algo entretenido a veces es muy difícil. Y el de superhéroes particularmente tiene que ser una lectura rápida, veloz, dinámica, y la tiene que poder leer un niño también. Porque yo creo que es el público al que tiene que ir enfocado, que nos guste a nosotros mejor todavía. Yo no soy fan ni lector de series de superhéroes pero sí tengo algunos libros que me compro y que me gusta tenerlos y los leo, y me divierte muncho ver una historia de Thor bien dibujada, ver La Broma Asesina, ver un montón de cosas, pero tienen que también verla un chico de 8 años y entenderla y gustarle. Si un chico de 8 años no entiende una historia de Batman es porque no es Batman, para mí.»
¿Quién no suscribiría esto? Me parece una definición tan sensata que tira de espaldas.
Otra cosa es que a él le gustaría, profesionalmente, hacer otra cosa. ¿Y? ¿A quién no le ocurre lo mismo? ¿Es que todos aquí trabajamos exactamente en el campo que más nos apasiona? Pues vaya montón de privilegiados.
Por ejemplo, a mi me gustan los libros, entiendo de libros, trabajo a priori en el sector adecuado. Pero, en realidad, dedico el 99% de mi tiempo -en el curro- a títulos que no me interesan, al último tocho de Almudena Grandes, de Pérez-Reverte o del gilipollas del Código DaVinci, a autores que no es que no me interesen, es que, directamente, me parecen una mierda. ¿Por qué? Porque eso es lo que vende, por desgracia, no Pynchon o Foster Wallace o Cormac McCarthy o Bolaño. Y así todos. Y a pesar de soy me siento afortunado, porque después de todo trabajo en el sector que he elegido, y mucha gente ni eso.
Jorge, me parece que sacas conclusiones demasiado rápidas. Que no le interesen los superhéroes como lectura no tiene nada que ver con que no le apasione su trabajo.
Leo demasiadas veces esa opinión de «fan despechado», al que le molesta que los profesionales no lean los cómics que le gustan o que puedan dibujar un Conan excelente sin gustarles, como Buscema.
Esa mentalidad parte de una idealización de la profesión, que al final, pese a quien pese, es una profesión más.
No conozco a nadie que se dedique a los cómics a quien no le apasione su trabajo, pero es eso, trabajo.
Saludos.
dhaldon espero no leerte después por ahí diciendo que el problema de la industria es que no hay nuevos lectores jóvenes…
`Si tú te enganchaste a los cómics leyendo El Incal a los 30, enhorabuena, eres un caso entre un millón.`
Yo emece a leer comics con el spiderman de bruguera, los comics de Stan Lee en los que Spiderman se partía la cara con el villano de turno, y me encantaban, son por esos comics por los que me aficione al medio, pero no son la razón por la que sigo en ellos. Sigo leyendo comics de superheroes por cosas como Watchmen, La broma asesina, Supreme power, Planetary y muchos mas comics que si un niño cogiera para echarles un vistazo no terminaría de leer porque no los entenderia o seria incapaz de captar las referencias o situaciones que se dan en ellos.
Si todos los comics que hubiera fueran del estilo que le gustan a Olivetti, yo hace mucho que no los leería y solo habría en el mercado sitio para cosas como Avengers v X men y los ponis,que seguro que, un niño de 8 años encuentra divertisimos, pero yo ahora prefiero cosas como Dark Knight de Miller, que ese niño de 8 años no entendería, pero yo si, y lo disfruto mucho, aunque segun Olivetti no sea para el.
Y Jesuscoconut, pues me leerás escribir eso muchas veces, porque es verdad, pero que sea necesario que haya comics accesibles para nuevos lectores, no significa que TODOS tengan que ir dirigidos a un lector con una mentalidad media de un niño de 8 años… la cosa va de diversidad y de no estancarse en un nicho de lectores. En Japón el manga lo lee todo el mundo, desde los niños a ancianos y eso es porque cada uno encuentra historias adecuadas a su edad, intereses e inquietudes.
La cuestión no es que este señor considere que los tebeos de superheroes deban poder ser leídos por chavales de 8 años, es un punto de vista que se puede debatir y para el que se pueden encontrar argumentos a favor.
Lo que me molesta es que según su finísima comparación del último párrafo el resto de los géneros no merecen mucha mayor consideración. Todo un entendido en la materia.
«Lo que me molesta es que según su finísima comparación del último párrafo el resto de los géneros no merecen mucha mayor consideración. Todo un entendido en la materia.»
Que la comparación la haga con zurullos no quiere decir que este considerando mierda a otros tipos de cómic, que no géneros, sólo lo relaciona, acertadamente o no, con el tipo de narrativa del cómic europeo, el manga y el cómic estadounidense. Yo ya suponía que alguien lo malinterpretaría.
Y, vamos, tenemos un ideal muy utópico me parece a mí de lo que es un artista de cómic, además de caer en el error de confundir a la persona con el autor, ¿creéis que Jack Kirby, Stan Lee o Steve Dikto sentían afinidad por todos los trabajos y personajes que escribieron o dibujaron? No, pero ahí está su legado, a mí me da absolutamente igual lo que lea un autor en su tiempo libre, o incluso lo que piense del cómic, el «intrusismo» siempre ha existido y no es necesariamente malo, a mí lo que me importa es que cuenten buenas historias o que su dibujo me transmita algo.
Jordi T. Pardo ha comentado: «Que la comparación la haga con zurullos no quiere decir que este consierando mierda a otro tipos de cómic, que no géneros, sólo lo relaciona, acertadamente o no, con el tipo de narrativa del cómic europeo, el manga y el cómic estadounidense»
No habla de narrativa. Dice que el comic, incluyendo todos los géneros/tipos/nacionalidades que se le han ocurrido es lectura de baño. No se está refiriendo al tempo narrativo sino a lo superficial de su contenido.
«Yo ya suponía que alguien lo malinterpretaría»
Coño, es que a lo mejor es él el que se ha explicado mal.
«Y, vamos, tenemos un ideal muy utópico me parece a mí de lo que es un artista de cómic»
Ya lo he comentado otras veces: es que a lo mejor la palabra «artista» le viene grande a algunos dibujantes.
«a mí me da absolutamente igual lo que lea un autor en su tiempo libre, o incluso lo que piense del cómic»
Pues son dos preguntas inevitables cuando se entrevista a un autor de comic, o de lo que sea: su opinión sobre el medio en el que trabaja y cuales son sus influencias. ¿Qué le preguntas si no? ¿Cual fué el primer tebeo que leyó?
Pues a mí me ha encantado la entrevista. Hacía tiempo que no me divertía tanto con las declaraciones de un autor. Es muy campechano, abierto, irreverente y nada comedido.
Y aunque parece no sentir mucho aprecio por el género superheroico, por contra sí transluce en sus declaraciones un gran amor por la técnica artística. Me sorprende que lo tachéis de mero profesional cuando se ve que es un tío con grandes inquietudes plásticas pero que ha de ajustarse a la metodología de trabajo de USA. Seguramente en un album europeo veríamos un Olivetti muy distinto.
Genial la entrevista, menudos regalos nos estais haciendo desde ZN.
yo lo conocí el año pasado en Avilés y es un tipo de puta madre, cercano, amable y un cachondo de la hostia, su charla fue una de las mejores que recuerdo y la historia de la foto entre él, Eduardo Risso y Mignola todo un descojone, el que le guste o no leer cómics me la suda un huevo, mientras siga dibujando así de bien todo lo demás me la suda…