Entrevista a Greg Capullo

Greg Capullo (EE.UU.; 1962), fue una de las estrellas del pasado salón del cómic de Barcelona, tanto por el trabajo que ha venido desempeñando desde hace años como el que le ha lanzado al estrellato definitivo, ser el dibujante de la nueva serie regular de Batman. Su primer trabajo de peso en la industria fue la serie regular de Quasar para Marvel Comics (1991) para la que dibujaría una veintena de números (Quasar #18 – 38), de ahí saltaría a X-Force donde su nombre comenzaría a sonar con fuerza, se encargaría de una docena de números (X-Force #14 a 27) incluyendo los números del evento La canción del verdugo. En 1992 sorprendió a propios y extraños haciendose cargo de la creación de Todd McFarlane, Spawn a partir del número 16 y dibujando de forma casi ininterrumpida hasta el número 104 de la serie. Greg siguió vinculado al proyecto durante años tras dejar su puesto de dibujante haciéndose cargo de las portadas así como algún número suelto como dibujante. En el año 2009 estrenaría una nueva serie regular escrita por Robert Kirkman y publicada también en Image Comics de la que se encargaría de los dibujos de los primeros arcos hasta que decidió cambiar de aires aunque esto mejor que nos lo explique el propio autor a continuación.

Antes de dejaros la entrevista quiero haceros un pequeño apunte, a pesar de la EXCELENTE labor de Alberto Morán con la transcripción de la entrevista esta no hace honor al excelente momento que pasamos con el autor, creedme, esta entrevista debería haberse grabado en vídeo es tan importante lo que dice el autor como la forma en que lo dice por su expresividad, su entusiasmo y su energía. Poco más que añadir, tan solo dar las gracias a Greg por el excelente momento que nos hizo pasar.

Un último aviso para navegantes, dado que la entrevista está centrada obviamente en su trabajo en Batman en ella podeis encontrar algunos spoilers de cosas que están por aparecer aun en España. Estais avisados!

Al habla con Greg Capullo

ZN: Ha pasado mucho tiempo desde tus comienzos en Quásar hasta ahora, más de 20 años. En retrospectiva, ¿qué ha cambiado en tu vida y como dibujante? Si pudieses volver atrás en el tiempo, ¿qué le dirías a ese joven Greg Capullo?

Capullo: Considero que tomé la mayoría de decisiones adecuadas: trabajé muy duro, ya que creo que ese es el camino al éxito. Los mejores cómics son aquellos con los que ganas mucho dinero, así que tienes que ser como un deportista de contacto y entrenar más duro que tus competidores para en primer lugar conseguir el título de campeón y después, retenerlo. Creo que eso es lo que he hecho siempre, trabajar duro, así que si echo la vista atrás no tengo muchos consejos que darme. Fui constante, encajé bien las críticas y las utilicé para motivarme, de modo que si oía una crítica me lo tomaba como un reto, como un «ahora verás de lo que soy capaz». Ya en mis comienzos tenía la actitud adecuada para desenvolverme en este entorno en particular.

»En cuanto a los cambios, lo único que en mi opinión ha cambiado sustancialmente es que ahora guionistas y dibujantes reciben un reconocimiento similar y se valora que estén en sintonía. Hace tiempo eran los dibujantes los más valorados; no tengo ningún problema con que así sean las cosas ahora, pero es el principal cambio que he percibido. Los guionistas indican a los dibujantes qué hacer: cuál es el número de viñetas, qué hay en cada viñeta, cómo debe estar enfocada… Y mira, ese es mi trabajo. Yo no te digo a ti qué palabras meter en los bocadillos, así que no me digas qué imágenes meter en las viñetas. Esos son los cambios que he percibido pero afortunadamente, he conseguido alcanzar una posición en la que eso ya no me afecta mucho. Así que mi consejo sería: «haz exactamente lo que estás haciendo, chaval, te va a ir bien«. También añadiría: «no confíes en todo el mundo, no todo el mundo mira por ti y si eres demasiado confiado eso puede acabar perjudicándote. Sé tu mejor consejero porque si no, nadie lo será«.

ZN: Me ha gustado la analogía con los deportes de contacto, ¿te gustan?

Capullo: Sí, en el pasado estuve muy implicado en el kickboxing y antes de empezar a dibujar profesionalmente mi objetivo era ser kickboxer profesional. Aspiraba a conseguir un nivel de éxito y fama en este deporte como para abrir una academia.

ZN: Por eso los puñetazos que dibujas tienen tanta fuerza, se nota el peso que llevan detrás, la mecánica de quien los lanza.

Capullo: Sé un par de cosas sobre cómo pelear, he estado en algunas peleas, así que traslado ese conocimiento a las coreografías. A veces Scott [Snyder] me da indicaciones sobre cómo se desarrolla una pelea e intercedo para decirle «bueno, no creo que fuese así«.

ZN: ¿Cómo consiguieron engancharte en DC para su relanzamiento?

Capullo: La culpa la tiene mi mujer. Yo nunca quise tener hijos pero fui a casarme con una mujer con dos. Uno de ellos va a ir a la universidad, así que tenía que encontrar el modo de pagarle esos estudios. [Haunt] era el último proyecto en el que estaba implicado, con Robert Kirkman para Image Comics: la respuesta del público fue tibia, así que pensé en revigorizar mi carrera para así acceder a proyectos más lucrativos. ¿Y cómo se gana dinero? Participando en una serie popular.

»Así que llamé a Marvel y a DC e hice saber a todo el mundo que estaba preparado para embarcarme en algo grande. Ambas compañías mostraron mucho interés en trabajar conmigo y acabé en Batman porque el niño que hay en mí es un fan de Batman desde que tenía cuatro años. Y no dejaba de insistirme: «¡Tienes que hacer Batman! ¡Tienes que hacer Batman!«. No obstante, DC no me reveló la magnitud del proyecto hasta que les dije: «mirad, Marvel me está ofreciendo algo realmente grande» (porque estaban ofreciéndome dibujar Vengadores Vs. X-Men, que es un pedazo de encargo, ¡intenté convencerles de que me dejasen hacer ambos!). Cuando lo hice, cuando les comuniqué que Marvel me estaba ofreciendo un gran proyecto del que no podía hablar, me respondieron que tendría que firmar un contrato de confidencialidad: hasta entonces solo me habían dicho que era una serie sobre Batman, pero en cuanto firmé ese contrato me confirmaron que se trataba del relanzamiento de Batman desde el número uno.

»Pasé dos meses sin poder dormir bien, preguntándome qué hacer, pero el niño que había en mí no paraba de repetirme que hiciese Batman. Me alegro mucho de haber tomado esa decisión porque tanto Vengadores Vs. X-Men como el relanzamiento de DC son dos acontecimientos muy relevantes, pero cuando lo miras fríamente uno es un evento y otro implica una serie regular y un enfoque particular del personaje, así que me decidí por el segundo por considerarlo más importante para mí. Pero al final, como comentaba al principio, todo se reduce a que me casé con una mujer con hijos (risas).

ZN: ¿Cuál es la imagen que querías transmitir con Batman? Durante tu etapa en Spawn este siempre resultaba una figura imponente y oscura. ¿Qué hay de aquella presencia en este Batman?

Capullo: Desde que empecé a trabajar en Batman tuve una imagen muy clara sobre cómo quería que fuese su presencia. Persigo la misma idea al dibujar a Batman que al dibujar a Spawn: todo se basa en la forma. La forma lo es todo. Quería que Batman, al igual que Spawn, proyectase una imagen monolítica. (Deja caer los brazos sobre los reposabrazos de la silla.) Un gran monolito, pesado y majestuoso, que intimida por su mera presencia. Así que si comparas mi Batman con el de otros autores verás que yo no pretendo darle ese aspecto de culturista seco y listo para el posado, es más grueso, como un levantador a fuerza [N. del t.: Powerlifter en inglés, atleta que levanta pesos para mejorar sus marcas sin perseguir beneficios estéticos] con un aspecto natural. Ese aspecto es imponente y así es como quería que fuese mi Batman. Cuando está frente a ti con la luz tras él es como un muro, como un bloque.

»También tiene muchos elementos afilados: las cuchillas de los brazos, las orejas, la capa… Hay una escena en la que está peleando contra unos tíos en el metro y lanza su capa contra ellos, cortándole el pelo a uno y rajándole a otro sobre los ojos. Quería que fuese grande y monolítico, que diese la impresión de que si cargas contra él vas a romperte el hombro, pero también quería que fuese afilado como una cuchilla de afeitar. Y por encima de todo, quería un Batman que, si me lo encontrase en un callejón o si lo viese subido a un tejado, me hiciese manchar los pantalones. Quería un Batman que me intimidase y yo no me asusto con facilidad, así que tenía que ser una visión aterradora. Quiero que los lectores se sientan intimidados, porque Batman debería ser intimidador.

ZN: Frank Miller, en un comentario sobre uno de los bocetos que hizo para DK, dijo «nada de chorradas de bailarín, debe ser sólido; su presencia jamás debe parecer liviana».

Capullo: Estoy de acuerdo. Muchos dibujantes son demasiado literales y creo que esa es la peor decisión que puedes tomar. Si eres demasiado literal, le quitas toda la diversión. Hay quien podría decir: «pero Batman no puede ser tan grande y ser acrobático al mismo tiempo, tiene que ser ágil y saltar de tejado en tejado». Pero mira, estamos hablando de cómics. A Superman le rebotan las balas en los ojos. Es ficción. Así que estoy de acuerdo con Frank Miller.

»Así es como funciona un dúo: tienes al tipo estirado serio y al de los chascarrillos. Ya está Robin para dar saltos. Si ambos son lo mismo se pierde la magia, es más entretenido que haya dos fuerzas opuestas que actúen de modos distintos. Estoy de acuerdo con Frank Miller en ello: Batman es un tío con el que no quieres meterte en problemas. Otra cosa que me gusta de su trabajo es algo en lo que me fijé mientras leía DK: cuando está a punto de pelear con Superman y lleva una armadura conectada a la red eléctrica de la ciudad, lleva un casco sin nariz. ¡Me encantó! Me pareció muy chulo. Yo no podía hacer eso con mi Batman, pero diseñé su capucha de modo que pareciese un casco, con muchos menos detalles. Porque verás entiendo que haya quien quiera darle aspecto de capucha para que el personaje pueda expresar emociones con ella puesta, pero no creo que sea así como se consigue un aspecto más impactante: creo que es mejor ser económico con los rasgos faciales y expresar emociones de otro modo.

ZN: Esta pregunta iba a ser para más tarde, pero es apropiado formularla ahora. Uno de los aspectos más impactantes de esta etapa es cuando Batman pierde un fragmento de la capucha al enfrentarse al Tribunal de los Búhos y podemos ver uno de sus ojos. Normalmente Batman es alguien que no muestra emociones, pero de este modo podemos ver en él emociones muy inusuales en él como miedo, desesperación… ¿Fue idea tuya o de Snyder?

Capullo: No, esa genialidad fue idea de Snyder. Se le ocurrió a Scott y es perfecta. El hecho de que sea un solo ojo es perfecto, con los dos ojos a la vista se perdería toda la magia. Ese único ojo evoca a un asesino observando a través de una mirilla: con él se pueden transmitir emociones y al mismo tiempo crear una sensación de miedo, de malestar, y reflejar la naturaleza dual de Batman y Bruce Wayne. Yo contribuí con la idea de hacer rotar las páginas para reflejar hasta qué punto se estaba volviendo loco, de modo que el lector se perdiese en la lectura del mismo modo que Batman se pierde en el laberinto. Esos dos elementos le dan mucho sabor a la historia y por eso Scott y yo trabajamos tan bien juntos: tenemos distintos puntos de vista, pero cuando los metemos en la batidora el resultado es chulísimo. Y no lo digo movido por mi propio ego, son los lectores los que nos confirman que les gusta mucho.

ZN: ¿Cómo es trabajar con Snyder? ¿Cuál es vuestra dinámica y qué supone trabajar en un proyecto sobre el que están puestas todas las miradas?

Capullo: Al principio fue un engorro, hasta el punto de que Scott estaba a punto de lanzar un ultimátum a la editorial para que esta eligiese entre él y yo, porque no soportaba trabajar conmigo. Yo llegué a DC dejando bien claro que nadie me iba a decir cómo dibujar, o se me acepta como soy o nada. Y cuando empezamos a trabajar juntos por primera vez, Scott me daba todas las indicaciones: «así es como van a ser las viñetas, esto es lo que vas a poner en ellas, quiero que las enfoques de este modo…«. Y yo me limitaba a responder: «No«.

ZN: Esto como lo de la fuerza irresistible que se encuentra con el objeto inamovible.

Capullo: (Carcajada) Vaya que sí. Pero nuestro editor en jefe, Bob Harras, que trabajó conmigo en X-Force y Marvel, conoce y respeta mi trabajo, supo que teníamos que trabajar juntos porque aunque tuviésemos nuestras rencillas íbamos a crear algo grande. Al principio hubo enfrentamientos, sí. Yo les preguntaba a mis editores si él estaba al corriente del acuerdo al que habíamos llegado la editorial y yo, por el cual no se me podía decir cómo hacer mi trabajo. Pero al mismo tiempo hablaba con mi mujer y le explicaba que Scott nunca había trabajado conmigo antes y es relativamente nuevo en la industria: yo soy más veterano y los guionistas con los que he trabajado son conscientes de lo que soy capaz. Así que en cuanto vea mi trabajo y compruebe que mi intención no es ahogar a su criaturita sino cambiarle los pañales, echarle talco en el culete, ayudarle a eructar, enseñarle a andar y criarla como es debido, entonces se relajará. Así que opté por darle un tiempo y en cuanto Scott comprobó que yo no restaba a la historia sino que sumaba, que contribuía, que aportaba elementos de mejora, se relajó cada vez más y ahora en cuanto recibo el guión me dice: «y si tienes cualquier sugerencia, por favor coméntamela«, con signos de admiración y hasta caritas sonrientes.

»Ahora ninguno de los dos trabajamos exactamente igual que antes, pero tampoco hemos renunciado a nuestros métodos. Lo que quiero decir con esto es que en el pasado, los guionistas me daban un par de indicaciones cuando llegaba el momento cumbre del personaje. Ahora Scott me da todos los detalles, el guión, las frases exactas… no estoy acostumbrado a ello, pero no voy a cambiar su estilo porque eso le haría sentir tan incómodo como a mí si alguien intentase lo mismo conmigo. Hemos encontrado un punto de encuentro en medio: yo tengo permiso para cambiar algunas cosas, añadir mis elementos, y él puede enviarme sus detalladas indicaciones. Ambos somos capaces de producir un resultado así de bueno porque ambos nos preocupamos mucho por la serie. Así que ahora trabajar con él es muy sencillo y nos respetamos mutuamente.

ZN: Queríamos hablar de nuevo de la secuencia del laberinto. Es un cambio muy llamativo, ¿cómo se te ocurrió?

Capullo: Cuando leo historias como esta siempre me pregunto cómo puedo expresarlas y qué elementos puedo añadir. En una escena, por ejemplo, añadí un búho para uno de los miembros del tribunal. Scott no lo tenía previsto pero pensé que podía ser chulo que tuviesen una mascota, me recordaba a las películas de James Bond en las que el villano tenía un gato. Así que conforme la historia se iba volviendo más retorcida pensé en añadir elementos que reforzasen esa sensación, con nuevas perspectivas: a medida que Batman avanza por el laberinto se me ocurrió imitar el efecto cinematográfico de utilizar la cámara para acentuar la sensación de confusión, como un plano holandés. No era cuestión de añadir por añadir, sino que mi intención era reforzar la esencia de la historia, expresar aquello que el guionista quiere.

»Me pareció la decisión más natural, así que le envié un correo electrónico a Scott: «Mira, puede que pienses que estoy chalado y que esta es la peor idea de la historia, pero creo que molaría si hiciésemos esto«. Y la verdad es que le gustó la idea. Pero los editores estaban asustados, tenían miedo de que los lectores pensasen que era un error de imprenta, que no era intencionado, pero yo insistí e insistí y aceptaron. Steve Jobs dijo que hay que tener una actitud inocente y atrevida y eso fue lo que les dije a ellos. «Mirad, acabáis de relanzar 52 series, ¿y ahora os vais a achantar? Mantened esa actitud, arriesgaos, jugáosla. Creo que nadie ha hecho eso nunca, no a este nivel«. Y ahora escucho a cientos de aficionados y todos me dicen lo mismo: lo chula que es esa secuencia en el quinto ejemplar, lo espectacular que les pareció. Así que me marqué un tanto.

»Lo gracioso es que hasta que aceptaron se mostraron muy reticentes. «Uf, ya verás lo que dicen los lectores, creerán que es una errata«. Yo di instrucciones muy precisas sobre cómo debían estar dispuestas las páginas, lo confirmé con los editores… pero cuando me llegó una copia impresa vi una errata. Cuando dibujaba en casa, página a página, se me escapó un detalle: que al rotar la página, cambia el sentido de lectura. Así que pensé: «joder, ¡esta página no debería estar aquí!«. Y antes de pasar la página y caer en la cuenta de lo bien que quedaba así, llamé a mi editor y empecé a gritarle: «¿Cómo has podido permitir que ocurra algo así? ¡Fui muy cuidadoso y vosotros la habéis cagado! ¿Pero cómo se os ocurre…?«. Les mandé a la mierda y luego fui donde mi mujer: «¡Mira lo que le han hecho a mi obra maestra!«. Pero más tarde me calmé, volví a mirar el cómic y pensé que estaba bien así, que así era como tenía que ser: ¡de hecho, estaba hasta mejor! Porque la reacción es de confusión, como un laberinto. «¿Vengo de la derecha o de la izquierda? Y ahora, ¿adónde debería ir? Tengo que retroceder y volver a orientarme«. ¡Era brillante! ¡Me hizo quedar todavía mejor, y eso que fue un accidente! (Carcajada) Scott estaba hecho un flan pero yo puse cara de póker, que se me da muy bien, y le dije que mantuviese la calma e hiciese ver que esa era la idea desde el principio. «Si no lo pillan, a la mierda. Y si lo pilla mucha gente, pues genial«.

ZN: ¿Cuánto tiempo permanecerás en Batman?

Capullo: Primero firmé un contrato de seis meses y luego otro contrato de seis meses. No es lo normal, normalmente les gusta firmar contratos a un año, pero yo me opuse y accedieron. Ahora quieren que esté un año más, cosa que ya esperaba, y estoy listo para firmarlo. A los aficionados les gusta Batman -más de lo que esperaba, la reacción del público es algo que no puede anticiparse, pero ha sido excepcional- y Scott y yo trabajamos bien juntos. Marvel sigue llamándome y tengo que decirles que ahora sí que no es el momento de marcharse. Si algo no está roto, no lo arregles. DC me trata bien, trabajo a gusto con Scott y los aficionados están encantados, así que firmaré un contrato a un año y trabajaré en doce números más. Quiero seguir centrado en Batman. Trabajaré en Batman mientras me sienta a gusto y hasta ahora me siento de maravilla.