En el reciente Salón del Cómic de Getxo hemos tenido la suerte de poder entrevistar a Luis Bustos, uno de los autores nacionales más destacados de la última década. Desde la redacción de Zona Negativa queremos expresar nuestro agradecimiento tanto al autor como a Astiberri y a la organización del Salón por hacer posible esta entrevista.
Entrevista con Luis Bustos.
¿Había ganas de estar ya en un evento de este tipo?
Si, ya iba tocando reencontrarte con los lectores y con compañeros de profesión. Un poco volver un pelín a la normalidad, que no será exactamente como era antes, pero tampoco uno es como lo era antes, ya llega un poco más cansado y con menos paciencia. Han sido dos años en barbecho.
¿Casi treinta años después de tu debut cómo ves tu carrera?
Que está empezando. (Risas).
Veo que no soy una persona que planifique a futuro y vaya construyendo una carrera pasito a pasito, voy a salto de mata debido a que yo soy de una generación que básicamente cuando llegamos a la industria era un erial. Las posibilidades de publicar eran pequeñas y además de manera muy precarias. Con los años uno va creando obras, va haciendo contactos dentro la industria y llega un punto en el que hago un poco de retrospectiva a lo que he hecho y veo que tengo ocho o nueve álbumes muy variados. Algo muy característico de mí ya que no me circunscribo a un género, sino que básicamente voy haciendo lo que realmente me apetece. Es acojonante. ¿Es un problema para el lector? Sí y también un problema para mí porque el lector no me identifica con un género concreto, con un tono concreto, pero al final hago lo que me da la gana. Si de repente me apetece hacer una adaptación de London, lo hago; si es una aventura en la Antártida, la hago; si me meto en un proyecto tan ambicioso como es ¡García!, lo hago porque en ese momento me apetece. Echo la vista atrás y he ido sumando, aunque no había un plan definido.
Durante los últimos años has alternado trabajo como autor completo con colaboraciones con Santiago García y David Muñoz y Antonio Trashorras, ¿Qué ventajas y diferencias encuentras en ambos tipos de trabajo?
Cada guionista es diferente, de la misma manera que si le preguntas a un guionista por el dibujante con el que trabaja en esa ocasión te dirá que tiene hacer algo que encaje con el estilo, la forma de narrar o las inquietudes de su compañero dibujante, pues yo lo mismo. Empecé a trabajar con David y Antonio y ahora actualmente estoy trabajando con Santiago y estoy muy contento porque hay sintonía y por como comprendemos que es el cómic y como desarrollarlo, pero luego por otro lado siempre me queda la cosa de que me gusta contar mis historias y proyectos. Aventurarme a libros en los que yo tengo todo el control creativo.
Antes comentabas que durante tu carrera has ido saltado de un género a otro, ¿es algo buscado?
En general sí. Tengo una serie de temas y de géneros que me gustan mucho como la ciencia-ficción, la cosa casi superheroica, porque de joven he leído mucho tebeo de este tipo, también he descubierto que me gusta el género negro, pero un cierto tipo. Pero he descubierto que lo que me gusta es enfrentarme a retos, sino me aburro. Soy de mecha corta en ese sentido, si de repente me dicen que voy a estar veinte años dibujando Batman para mí sería un calvario. En cambio, si cada libro va a ser un reto, una cosa diferente, una tierra incógnita donde explorar, por un lado, es un riesgo porque te metes en embolados y no sabes si vas a salir bien, pero, por otro lado, es una manera de decir ya que no me compensa monetariamente hacer tebeos, por lo menos, voy a hacer algo que me gusta mucho y me apetece durante un tiempo.
Hay un interés por estar haciendo obras de todo tipo y género, porque además soy un consumidor muy variado. No solo consumo cosas de un género en concreto, sino que tengo muchos intereses y cuando me enfrento a un nuevo proyecto pienso que me molaría hacerlo. Luego hay un problema cuando tienes muchos intereses y líneas a seguir también te aturullas y no sabes luego por donde tirar. Así que todo tiene sus pegas.
Viendo tu trayectoria parece que Endurance es un punto clave porque venias de un impasse en el que solo habías publicado Zorgo para Míster K.
Exacto, es la cosa de la precariedad. Empecé haciendo comic-book porque era lo que se podía publicar y tuve la oportunidad de publicar Residuos con Glénat, pero fue un fracaso porque era un proyecto destinado al fracaso porque era un capricho y no había estructura para vender eso ni nada. Todo eso mientras estaba trabajando como diseñador gráfico. Además, colaboraba con Rockdelux, y con el Míster K, hacia mis cositas, pero en tamaño cortito y manejable. En 2008 desde Planeta me dijeron que les propusiera algo para una novela gráfica de una línea de autores nacionales así que me lie la manta a la cabeza y le propuse Endurance. Nunca había hecho yo solo una novela gráfica de más de cien páginas, por el rollo del reto que ya os he comentado. No sabía dónde me iba a llevar esto, pero me apetece más que todo lo que estaba haciendo. Y funciono bien, tuvo muy buenas críticas, y me valió para confirmarme que podía hacer esto. Pero por temas personales no pude retomar el tema de la novela gráfica hasta cuatro años después con Versus.
¿Cómo surge Versus?
Versus era una propuesta que les hice a Entrecómics en el año 2010 cuando se acaba de publicar Endurance. Era una cosa mucho más ambiciosa con dos portadas y las dos historias de los dos boxeadores, cada una dibujada con un estilo diferente. Una iba a ser rollo milleriano, que es la que quedo al final, y la otra iba a ser tiras de prensa al estilo Popeye. Al final por problemas familiares tuve que dejarlo, aunque había hecho unas cuantas páginas. Dos o tres años después lo había ido retomado poco a poco con calma y eliminado la otra parte, porque no era capaz de sacarla como lo había propuesto. Cuando me quedada solo por hacer un 25% del cómic, que ahora eran menos páginas, se lo propuse de nuevo a Entrecómics para ver si les querían publicarlo y me dijeron que ahora le apetecía todavía más sacarlo. Lo publicamos y tuvo muy buenas críticas, fue nominado como mejor obra en el Salón de cómic de Barcelona y es cuando lo vio Santiago García, que nos conocíamos desde hace treinta años porque habíamos colaborado haciendo revistas de cómics, pero nunca habíamos hecho un cómic juntos y me propuso colaboran en un cómic recuperando ¡García!, un proyecto que había empezado con Manel Fontdevila que no se había podido tirar para adelante. revisamos el guion y nos pusimos con él porque queríamos sacarlo en dos libros casi continuados, una locura. A partir de ahí mi cabeza estaba ya a mil, tengo que sacar un libro cada año, de hecho, hay un año que he sacado dos. Desde entonces he ido encadenando proyectos porque es la única manera que no se olviden de ti.
Tanto en Versus como en García demuestras que eres uno de los mejores autores a la hora de reflejar la acción de este país, en particular con el comienzo del tercer tomo de García ¿cómo afrontas planificas esas escenas?
Muchas gracias. Fue a Santiago a quien se le ocurrió la escena del AVE y yo lo único que hice fue trasladarlo al concepto de peli acción de alto presupuesto, al igual que con los dos anteriores. No quería que fuera solo una escena de acción más, había que coreografiarla bien. Y queda muy guay, la verdad.
Se nota mucha influencia del manga.
Si, al final mi estilo es una cosa rara porque mezclo estilos como el del comic-book, Miller sobre todo y un poquito de Kirby, pero también tiene un rollo muy manga, a mí Tezuka me gusta muchísimo, y luego cosas de la historieta española, a mí me gusta mucho Gallardo y tiendo a caricaturizar. Una mezcla de estilos que habrá a gente que le desconcierta y a otros que les mole esa riqueza.
Esa mezcla le va perfecta al personaje ya que también mezcla tiene conceptos de superhéroes con cosas como Roberto Alcázar.
Santiago decía que ¡García! es un tebeo total, refiriéndose a que dentro de las doscientas páginas del libro hay diferentes tonos. Hay acción, drama, humor, costumbrismo… Es difícil encontrar a alguien que dibuje bien todo eso, porque hay gente que dibuja superbién las escenas espectaculares, pero le pones a dibujar diálogos de gente cenando en una mesa y resultan torpes y demasiado acartonados y al revés, pones a un dibujante acostumbrado a dibujar costumbrismo a dibujar una escena de acción y falla algo.
Por ejemplo, Steve Dillon.
Claro, era muy estático, a mí me mola porque tiene personalidad, pero hay que reconocer que hay algunas cosas que no le terminan de quedar bien como los superhéroes, porque tenía una base de cómic británico de 2000AD que no era un rollo superheroico canónico.
Santiago sabe guionizar muy bien los diferentes tonos y esta guay, porque hacemos una buena mezcla para que quede una obra como muy rica, con muchos matices, como estas películas que empiezan de una manera, van desarrollándose y pasas por diferentes estados de emociones mientras las ves. ¡García! pretende un poco eso.
Cuando comenzaste a trabajar en García os imaginabais que en España iba a resurgir la ultraderecha con tanta fuerza. Las continuaciones se están escribiendo solas.
La serie nació con el 15-M con las esperanzas de cambio. En la serie plantemos a un grupo similar a Podemos que puede alcanzar el poder, que lo ha alcanzado, aunque cediendo en cosas, y hemos llegado a una actualidad en la que por un lado está el auge de la extrema derecha abiertamente nazi, es así, son gente muy peligrosa que puede cambiar la convivencia en este país, y por otro lado hay una desilusión en la izquierda, porque no todas las cosas que se prometían se han cumplido y algunos lideres han resultado ser ídolos con pies de barro que han decepcionado. No sé qué nos va a deparar el futuro, pero tanto ¡García! el comic, como la futura ¡García! la serie no son obras que se queden viejunas con respecto al momento en el que aparecen, incluso ahora son todavía más actuales.
¿Cómo surge la serie de televisión?
Justo después de aparecer el segundo número, vinieron a la presentación en Barcelona un director y su montador a los que le gustaban mucho la serie y estaban muy interesados en venderles la adaptación a Z Audiovisuales, una empresa gigantesca. Claro, nosotros estábamos flipando. Quince días después recibimos la oferta de Z para comprar los derechos, que eso no significa que se vaya a hacer nada, simplemente que ellos se iban a mover para buscar financiación y nos daban un dinerito, que no era ninguna maravilla, pero era como una promesa de futuro. Ahí empezó todo en el año 2016. Luego hace más de dos años, tras muchos cambios de plataformas y personas, entró HBO. Le interesaba muchísimo y le veían mucho futuro a la serie y nos solo eso, sino que querían apostar en serio, no iba a ser una serie cualquiera, iba a ser junto con Patria el arranque de HBO España. Al final paso por delante 30 monedas, porque se cuidaron mucho en cómo iban a escribir lo guiones y tardaron dos años en hacer los de los seis episodios. Han ido lentos pero seguros y ya a principios de año nos avisaron que ejecutaban la opción que habíamos firmado en el contrato y ellos con la preproducción y dos meses después comenzaron el rodaje.
Habéis participado en la serie.
No, tenemos muy buena sintonía y comunicación con los guionistas y showrunners y lo que hemos visto nos parece flipante, pero ni nos lo han pedido ni hemos querido. Ayudaremos en lo que podamos de cara a que en un momento dado pueda haber segunda temporada. Tampoco sabemos por dónde tiraran ellos con la historia. Eso sí, hemos comprobado que son muy respetuosos con la historia original de los dos primeros libros y el espíritu del personaje. Saben que es un personaje complejo, que no es un personaje paródico, sino que es una cosa muy seria. Estamos muy ilusionados por todo que hemos visto. Va a ser un bombazo, pero vamos a ver cómo les queda y cómo cae entre los espectadores y como afecta a las ventas de los tebeos. A nosotros nos ha venido muy bien para tirar para adelante con nuestro proyecto que es el cómic. Si gracias a la serie se venden más tebeos fantástico.
Estáis trabajando en la cuarta parte, ¿verdad?
Si, estamos con el cuarto, pero vuelva ser una historia muy larga que habrá que dividir en dos. Va estar guay, va haber muchas sorpresas, no sé si algunas serán del agrado del lector, porque nos hemos dado cuenta de que mucha gente proyecta en ¡García! muchos deseos y quieren que el personaje sea de tal manera porque el personaje es una tabula rasa que casi no recuerda su pasado y hay muchas cosas ambiguas en él. Cuando vayamos desvelando temas de su pasado y cómo va ir la trama del resto de personajes como Antonia, que es prácticamente la coprotagonista de la serie, veremos como cae entre los lectores esperamos que bien y que entiendan que esta serie no es una serie habitual, es una serie con mucha complejidad tanto formal, como psicológica y emocionalmente.
¿Tenéis pensada la serie a muy largo plazo?
Hay un final, pero todavía queda, esperemos no morirme por el camino dibujando que cada libro son doscientas páginas. Hay una línea temporal y un recorrido del personaje. No nos interesa convertirlo en un personaje de estos eternos. No.
Tenemos una duda muy grande, ¿de qué color va a ser el cuarto?
(Risas) Tú sabes que no te lo puedo contar. (Risas) De la misma manera que pasaba con el tercero que todo el mundo me preguntaba y la gente proyectaba otra vez unos diciendo que sea rojo y otro que sea violeta. ¡Qué sea verde como la bandera de Bolivia! (Risas). Todavía no lo sabemos, de hecho, es la última de nuestras preocupaciones. Tenemos cosas mucho más potentes e importantes que resolver con los próximos libros. El chiste ya está hecho.
¿Está también previsto que estas dos nuevas entregas salgan en un intervalo corto entre ellas?
No te lo puedo asegurar. Mi deseo seria que todo saliera lo más rápido posible, porque lo que me gusta de ¡García! es este espíritu pulp y serial que tiene. El problema es que la producción en España es como es, o contrato a gente que haga fondos y entinte y cosas de estas, que ni siquiera yo sabría la forma de manejar eso. Pero me molaría que saliera un tomo cada tres o cuatro meses, porque creo que tenemos ganas de personajes icónicos. La novela gráfica está muy bien, pero tiene algunos problemas y uno de ellos es el hecho de que ya no creas personajes icónicos como antaño, y más en este país. Necesitamos personajes que pueden transcender e impregnen en el imaginario colectivo como SuperLópez.
La única serie que se me ocurre con un personaje fijo es El vecino.
Si, pero han tardado muchísimo y todavía están terminando el cuarto, además la serie de televisión no ha entendido lo que proponía el cómic.
Tanto en Pop como en Fariña haces un gran ejercicio de síntesis consiguiendo meter mucha información en muy pocas páginas.
Más en Pop que en Fariña. Bueno en realidad es todo lo contrario porque he eliminado más información en Fariña que en Pop. Porque Pop básicamente lo escribía yo, no es una adaptación. En Pop esta todo hipercondensado pero es lo que quería escribir, aunque iba limpiando lo que no necesitaba, pero es todo lo que quería contar. En el caso de Fariña igual sale un 20% del libro, la información es la misma, pero la narrativa es diferente, no necesito escribir varios párrafos cuando lo puedo mostrar con el detalle de un dibujo. En el caso de Fariña me gustaba la idea de coger un texto e ir subrayando e interpretando, además en este caso también hay muchos tonos. Tiene un tono documentalista evidente, pero cuando lo necesito cambio a una dramatización de los hechos y luego vuelvo a la voz en off para contar datos y sucesos. Me gusta esa mezcla tan peculiar, me recuerda a pelis de Scorsese y también a Vice de Adam McKay.
Pop es mi canto del cisne de mi gusto por la música pop, todo lo que me apetece contar lo voy a contar aquí. Voy a hacer conexiones con la cultura popular, voy a intentar trazar un mapa, porque ni siquiera es algo enciclopédico, ya que yo elijo lo que creo conveniente para describir el territorio de lo que podía ser la música pop y la cultura popular. Y todo en un formato juguetón, claro. No es un trabajo fácil, porque siempre estoy complicándole al lector las cosas. De repente alguien ve el último capítulo y no sabe que es eso. Y lo hacía pensando en que es un remix, no solo es la canción que nunca sale acreditada, sino que además es un remix de todo el libro como pasaba en los noventa que siempre había uno o dos temas de remix por la cara para rellenar los setenta y dos minutos del CD. Eso me daba la libertad para poder experimentar. Yo juego con la inteligencia del lector, a ver si está a la altura y entra en el juego. Como meter en el capítulo de electrónica todo pixelado. También habrá quien diga que esto es más farragoso que la hostia y no entiendo nada. O lo peor, lo enterrados, como yo, que dirán “Pero porque pone este grupo si tenía que haber puesto este otro…” No es tanto una cosa enciclopédica como hacer un mapa que puede ser más o menos ajustado, pero no deja de ser una cuestión subjetiva, es lo que yo he vivido y visto.
Se nos acaba el tiempo así que solo nos queda darte la gracias por tu atención.
A vosotros.
Reseña de Endurance de Toni Boix.
Reseña de Versus de Raúl López.
Reseña de Puertadeluz de Igor Álvarez Muñiz.
Reseña de ¡García! 1-2 de Diego García Rouco.
Reseña de Pop de Diego García Rouco.
Reseña de ¡García! en Catalunya de Diego García Rouco.