Aprovechando la reciente aparición del último volumen de Orlando y el juego, aprovechamos la ocasión para entrevistarle, además de reseñar su último trabajo.
Luis Durán es un historietista nacido en Oñate el año 1967. Es uno de los autores nacionales con una obra más extensa y uno de los pioneros de la novela gráfica. Comenzó su carrera publicando en fanzines y revistas a finales de los noventa, sus páginas vieron la luz en Kro, Héroes del asfalto, Nati yas, Cretino, TMEO, Habeko mik, Makoki, Aizú, Ritmo del Rock o Ría del ocio y en diarios como El Correo, Diario de Burgos, Ya o Diario Vasco. Su primer recopilatorio aparecido en 1996 es Remiendos (Ediciones El Pregonero) una selección de páginas de su personaje Perry Masón. Al año siguiente se recopiló otra serie suya en Barco pirata (Potxo Ediciones). En el 2000 comenzó a autoeditarse en su sello Mancuso cómic con el que publicó cuatro grapas (Solsticio, El vuelo del caracol, Nabo y El gato sin alas) en las que consolidó su estilo y personalidad. Estas obras le abrieron las puertas de las editoriales de nuestro país en las que debutó con Vanidad (Sins entido) en 2001. Entre 2002 y 2008 saca nuevas obras de manera regular, algún año llega a sacar tres obras, con distintas editoriales: La Tierra Negra (Ediciones De Ponent), Atravesado por la flecha (Astiberri), Antoine de las tormentas (Astiberri), Caminando por las colinas de arena (Astiberri), su primera obra a color Álgebra (Astiberri), Cruz del Sur (Astiberri) en la que es solo guionista, Caballero de espadas (Planeta DeAgostini), Nuestro verdadero nombre (Ediciones De Ponent), La ilusión de Overlain (Planeta DeAgostini), El viaje de Gasparetto (Dolmen), Volátil (Ediciones de Ponent), El Martín Pescador (Dolmen) y El mago descalzo (La cúpula). Tras esos años de publicación frenética su siguiente obra no aparece hasta 2012, año en el que publica Una colmena en construcción (Norma Editorial), una extensa obra a color. En 2014 ve la luz el primer número de Orlando y el juego su obra más arriesga y ambiciosa a la que ha dedicado los últimos 9 años. Además de todas sus obras en tomo ha seguido publicando historias cortas en diversas publicaciones. En su larga carrera ha sido nominado a multitud de premios, ganando el Premio Josep Toutain a Autor revelación 2002 en el Salón de Barcelona por Vanidad, mejor guion 2003 en el Salón de Barcelona por Atravesado por la flecha, mejor guion 2004 en el Salón de Barcelona y premio Diario de Avisos al Mejor Dibujo 2004 por Antoine de las tormentas, premio Diario de avisos al mejor guion 2006 por Caballero de Espadas, premio De La Crítica 2006 por La Ilusión de Overlain o Premio de la Crítica 2007 por El viaje de Gasparetto.
Entrevista a Luis Durán.
Zona Negativa (ZN): Lo primero, ¿Qué tal has pasado la cuarentena?
Luis Durán (LD): Estoy acostumbrado a estar muchas horas seguidas dibujando en casa, así que en mi caso ha sido menos traumático que para otras personas. No he modificado mucho los horarios, he seguido con mi rutina de trabajo, he estado revisando las pruebas de este nuevo y último libro de Orlando y el juego y escaneando de nuevo y coloreando uno de mis anteriores libros, La ilusión de Overlain en vías a volver a reeditarlo quizás el próximo año.
ZN: ¿Has tenido la sensación de encontrarte en un universo fractal como los de Orlando y el juego?
LD: Más que en un universo como el que plasmo en Orlando y el juego, me ha dado la sensación de haber caído en el interior de una pesadilla orwelliana tipo 1984 o en alguna otra realidad futurista donde con el pretexto de una crisis sanitaria se llega a la inclusión de medidas extraordinarias de seguimiento, de control, de vigilancia y de censura entre la población mundial por parte de todos los gobiernos.
ZN: ¿Te ha inspirado para alguna historia nueva?
LD: No, y es más, me echan para atrás esos anuncios que continuamente salen por la tele y esas historietas que han proliferado por la red durante el confinamiento pretendiendo convertir en normal lo anormal y repitiendo hasta la saciedad eslóganes tipo “estamos sacando lo mejor de nosotros mismos”, “estamos aprendiendo de nuestros errores”, “entre todos podremos superarlo”… Sencillamente, me han saturado por su falso buenrollismo y descaro comercial.
ZN: ¿Cuándo te embarcaste en la serie tenías claro la duración y el final? ¿Qué has aprendido de Orlando y el juego, tanto a nivel personal como profesional en estos nueve años?
LD: Sí, la serie la planteé inicialmente como una obra de unas 1200 o 1250 páginas distribuidas en 4 o 5 tomos, al final han sido casi 1400 páginas en cinco tomos. El final también lo tenía clarísimo, de hecho las últimas páginas las tenía dibujadas desde que terminé el primer tomo.
A nivel técnico he aprendido muchísimo. Se aprecia una evolución gráfica en todos los sentidos, en el tratamiento de color, en el entintado, en la distribución de bocadillos, en la estructuración de escenas y diálogos…. Creo que ahora tengo más técnica a la hora de desarrollar una buena historia. Orlando y el juego han sido diez años sin parar de dibujar, de planificar y de narrar historias, ha sido como licenciarme en dos carreras universitarias teniendo a los mejores profesores que se pueden tener… a Corben, Pratt, Ambrós, Caniff, Breccia… porque sus trabajos siempre están cerca de mi mesa de dibujo.
A nivel personal, lo he comentado en algunas otras ocasiones que, cualquier ejercicio creativo potencia y desarrolla la psique, la intuición y la conciencia como jamás podría hacerlo la práctica de reiki o yoga, así que también a nivel personal me ha venido de perlas.
ZN: ¿Trabajas con guiones cerrados o te dejas un margen para la improvisación?
LD: Pues lo cierto es que trabajo con los guiones muy, muy cerrados, pero curiosamente durante el proceso, sobre todo durante el desarrollo del storyboard y también mientras realizo los lápices, digamos que se vuelve todo muy orgánico y tambalean algunos pilares y se mueven algunos cimientos del inamovible guión y sucede que termino cambiando o incorporando bastantes cosas. En Orlando y el juego el guion creció durante el proceso cerca de 200 páginas. Todo es muy relativo en el plano creativo, al menos en mi plano creativo.
ZN: ¿En Orlando has dejado en el tintero alguna historia por no poder integrarla en la obra de forma coherente?
LD: He incluido casi todo lo que tenía escrito, alguna página ya entintada del segundo tomo se quedó fuera porque decidí que estaba de más y también hay dos historietas que escribí pero que decidí no incluir porque se me fueron ocurriendo otras historias y terminé sustituyéndolas por las nuevas, pero eran igual de válidas las que quedaron fuera que las que quedaron dentro. Una de esas dos historietas no salió en el 4º tomo de Orlando, en La danza de los errantes porque escribí la historia del bufón Dacio y me pareció que le daba un buen contrapunto a lo que era el tono general del libro, pero podría haberla incluido igualmente …
ZN: En Orlando y el juego, los juegos de mesa son muy importantes ¿Cuáles son tus favoritos?
LD: Sin duda el juego de la oca ya que aunque de entrada parece algo lúdico, sin embargo, de casilla a casilla o mejor dicho de oca a oca, vamos recorriendo el camino de la vida y de la muerte. Es un recorrido simbólico una especie de camino iniciático y en ese aspecto tiene mucho que ver con Orlando y el juego ya que mi serie no deja de ser también un recorrido por las distintas caras que tiene el prisma de nuestra propia realidad.
ZN: Leyendo la serie da la impresión que es una obra muy personal en la que has volcado muchos de tus recuerdos, ¿es así? ¿Es posible crear sin volcar parte de tus vivencias?
LD: Hay muchas formas de abordar una misma historia. Cada autor tiene su cuadrante y su ángulo de observación. Yo prefiero hablar de lo que conozco siempre que se pueda y por ello incluyo mucho de lo que vivo, veo, me ocurre o le ocurre a las personas de mi entorno. Para mí todo se hace mucho más cercano y más creíble de esta manera, aunque esté contando una historia sobre piratería en la Jamaica del siglo XVII puedo incluir cosas de una conversación que acabo de tener por teléfono.
ZN: La capacidad de imaginar y crear es un tema clave en tu obra, ¿podrías vivir sin crear? ¿Le damos la suficiente importancia a los creadores?
LD: A mí me costaría mucho no hacer alguna cosa creativa a lo largo del día, aunque trabajase en una fábrica seguramente siempre que pudiera haría algún dibujito al llegar a casa. Cuando no estoy escribiendo estoy con una guitarra en la mano o jugando con mi gato que es algo también muy creativo. Lo que sucede es que a los gobiernos, me temo que, no les interesa demasiado una población creativa. Una mente ejercitada en algún tipo de proceso creativo es más propensa a metabolizar la información que recibe de la TV o de la prensa, separando el grano de la paja. Es una mente más complicada de manipular…
ZN: Durante tu carrera has ido saltando de géneros y épocas históricas, ¿hay alguno (sea género o época) que quieras tratar y todavía no lo hayas hecho? ¿Hay alguno que no te atraiga?
LD: Creo que no, creo que después de casi 30 libros he tocado ya todos, ja, ja… Es broma, hay un montón de momentos históricos y algunos géneros que todavía podría desarrollar en cómics, pero seguramente sí que me llaman más los géneros que ya he utilizado. Recuerdo que hice Vanidad porque lo Gótico, las atmósferas y las historias e incluso las indumentarias de aquel periodo histórico me encantan. Y bueno, haciendo historias de western, de piratería o ambientadas durante la época medieval me siento realmente a gusto. Uno de los motivos de hacer Orlando y el juego fue ese, que la serie me permitía jugar con muchos géneros y épocas a la vez.
Ah, bueno, la verdad es que sí que me gustaría hacer un tebeo de artes marciales, cosa que nunca he hecho, con escenas de combates bestiales, ja, ja. ya sabes, patadas giratorias y nunchakus… siento que le debo una historia a Bruce Lee. Así además practicaría en cada página el tema cinético.
Creo que no haría algo de género negro, policíaco… al menos no por ahora. Y de romanos, tampoco, a no ser que me encargaran escribir y dibujar un álbum de El Jabato porque entonces, sí.
ZN: ¿Es necesario conocer La Historia para no repetir los errores de nuestros padres?
LD: Creo que el único error que cometieron nuestros padres y los padres de nuestros padres y… fue dejarse manipular por los que fabricaron la Historia.
ZN: Sorprende la portada de este último álbum en el que no aparecen los protagonistas (magnífica, por cierto) ¿por qué el cambio de registro? ¿Es parte del juego?
LD: La verdad es que una portada que impacta, es distinta y tal vez resulte extraña para un tebeo, pero por eso mismo nos decantamos al final por ella.
El quinto volumen lo he subtitulado Cheminova, y cuando se lee el libro se entiende la elección de una portada tan curiosa. Incluso pienso que no podría haber sido de otro modo…
Además, en anteriores tomos de Orlando y el juego incluía en la contraportada las reglas de algún juego pero el quinto tomo, es decir, el final de la serie merecía que la referencia al juego ocupara directamente la portada. Y nada mejor que un juego tan maravilloso y divertido como Cheminova. La portada es la representación de todo un esfuerzo de más de 9 años de trabajo, muchas historias, personajes, líneas temporales distintas y como sucede durante cualquier reacción química, se han ido construyendo enlaces entre átomos, rompiéndose, reorganizándose de otra forma, y volviendo a establecer nuevos enlaces, siendo todo ello necesario para llegar a un buen final.
ZN: ¿Qué podemos esperar de Luis Durán después de Orlando y el juego?
LD: Con Orlando y el juego me da la sensación de haber cerrado algún ciclo, así que supongo que a la vuelta de la esquina me aguarda, impaciente ya, un nuevo ciclo que recorrer, repleto de nuevas casillas en las que yo mismo me sorprenderé descubriendo otros personajes y otras historias. De oca a oca…
ZN: Supongo que durante estos nueve años se te habrán ocurrido muchas historias que no tenía cabida en Orlando y el juego, ¿cuántos guiones tienes en espera? ¿En qué estás trabajando ahora?
LD: Mientras dibujaba Orlando había tanto trabajo, tantas historias que atar, tantos diálogos que definir entre los cinco tomos que prácticamente todo el tiempo se me fue en ello, en planificar, bocetar, dibujar, escanear y colorear las casi 1400 páginas que conforman la serie.
De todos modos no me recuerdo a mi mismo, por mucho que vaya hacia atrás en el tiempo, sin una historia que dibujar y ahora que acabo de finalizar Orlando y el juego, tengo también ya un nuevo libro escrito…
También estoy coloreando La ilusión de Overlain y dibujando cosas pero no de cómic…
ZN: ¿Qué le diría el Luis Durán de 2020 al que debuto hace más de 30 años?
LD: Cuando miro hacia atrás tampoco me arrepiento de casi nada… y eso que podría haber ganado más dinero haciendo otras cosas en lugar de tebeos. Yo estudié, entre otras cosas, para ser profesor de instituto…, pero cada vez que miro mi biblioteca y veo los 26 tomos que tengo entre álbumes y novelas gráficas, más las ediciones francesas… digo, mira, que me quiten lo bailado. Y estoy seguro que si al Luis Durán de hace 30, e incluso de hace 35, porque yo hace 35 años ya publicaba en el Tmeo y en el Diario Vasco… si a ese Luis Durán le pregunto, respondería lo mismo que en 2020. Es más, si ese Luis Durán pudiera ver su biblioteca en 2020 y se encontrara con que tiene 26 tomos ordenaditos junto a los de Corben, estoy seguro de que se pondría a dar botes de alegría.
ZN: Cuando vuelves a ver alguno de tus trabajos antiguos, ¿sientes la tentación de redibujarlos?
LD: No, qué va, era un dibujo muy correcto. Miro Vanidad o Caminando por las colinas de arena y me gusta mucho ese dibujo, es menos académico que el de ahora, los cuellos de los personajes son más largos pero tienen su gracia y su poesía, son muy Modigliani y también me recuerdan mucho al trazo de Kirchner y al expresionismo alemán de principios de siglo pasado. Me parece un dibujo igual de válido que el de ahora aunque por aquel entonces tuviera menos técnica, tenía las cosas ya muy claras a nivel narrativo y sabía lo fundamental; que el tema gráfico siempre ha de estar al servicio de la historia. Lo que sí haría y de hecho lo estoy haciendo ahora que he retomado la novela gráfica La ilusión de Overlain, es colorearlos, ya que todos mis libros anteriores a excepción de Una colmena en construcción y Álgebra se imprimieron en blanco y negro y me apetecía mucho retomarlos y publicarlos en color. Creo que mi dibujo gana mucho con el color que le aplico. Por lo demás, solo estoy rotulando de nuevo con una fuente más ordenadita pero igual de personal. He retocado alguna cara, algún gesto pero ahí paro, prefiero dejarlos tal cual, como estaban. Además, mira, he estado publicando hace unos días algunas páginas ya coloreadas de La ilusión de Overlain en las redes sociales, y hay gente que me ha comentado que les encanta y que el dibujo les sigue pareciendo muy actual y moderno, que no ha envejecido nada.
ZN: ¿Has tenido alguna oferta para adaptar tus obras a otro medio?
LD: No, nunca he recibido ninguna oferta ni para cine ni para TV…, pero veo que Orlando y el juego, se hubiera podido adaptar perfectamente al formato serie en televisión, incluso, he visto y me lo han comentado ya unos cuantos lectores de Orlando que hay una serie española que es muy parecida y que salió un año después que el primer tomo de Orlando. También creo que de algunos de mis libros como El mago descalzo, Volátil, Una colmena en construcción y alguno más, podrían salir unas películas bastante interesantes.
ZN: Muchas gracias por tu atención y amabilidad, esperamos que Cheminova sea todo un éxito.
LD: En el mundo del tebeo patrio todo es un poco de andar por casa, el éxito, también. Gracias a ti por esta entrevista. Abrazos!
Reseña de Orlando y el juego 5 Cheminova.
Tras cinco tomos y más de mil páginas, al fin está completa
Este último álbum sigue la misma estructura de los anteriores con diferentes historias entremezcladas, aunque en esta ocasión hay unas diferencias notables con los anteriores, puesto que en un ejercicio de metacómic Luis Durán nos retrata el origen de la serie y como conoció a Marcel. A partir de ese momento, la historia principal de la serie protagonizada por Andrés el escribamos-ballestero se alterna con historias cortas provenientes de Cheminova un cómic creado por el Luis Durán de un universo paralelo. El estilo de las historias que lo componen es similar al de sus primeros trabajos, algo que nos hace sentir nostalgia de esos años. Y es que la nostalgia es uno de los elementos más importantes de la serie, pero no con afán de quedar atrapados en un pasado que nunca fue tan bueno como lo recordamos, sino con elemento clave para definirnos como personas y en el caso de Luis Durán como autor. A lo largo de la serie hemos podido ver cuáles fueron sus lecturas, sus juegos y sus canciones, todas ellas fueron las semillas que hicieron germinar su universo creativo. Tan único, como inimitable.
Por toda la obra podemos ver el valor que la imaginación, como motor de la vida y la realidad, tiene en la obra del autor guipuzcoano. Imaginar un futuro mejor se convierte en el motor de la vida de Andrés y del propio autor, aunque quizás ambos estén persiguiendo quimeras inalcanzables. Comprender que la esperanza, muchas veces una ilusión con la que nosotros mismos nos engañamos, es parte inseparable del ser humano es lo que termina por llevar a Orlando al abandono fr la misión de detener y corregir las manipulaciones que Marcel está cometiendo por los distintos universos. Orlando termina por ser consciente de lo poco lo que le diferencia de Marcel.
El grueso del álbum está centrado en finalizar la historia que transcurre en la Alta Edad Media que se ha desarrolla a lo largo de toda la seire, pero el encuentro entre Marcel y Luis Durán termina por engarzar todas las historias previas, creando una unidad que cambia la visión del conjunto. A partir de ese momento es cuando el viaje compartido con los personajes de la serie adquiere otra dimensión. Hacia la mitad del tomo la historia se convierte en una trepidante aventura medieval con batallas terriblemente sangrientas que pueden recordar a la que leímos en los cómics de autores como Corben o Hermann. Un brillante colofón para el crisol de historias distintas que componen la serie y que nos invitan a reflexionar sobre la importancia de la fantasía y la imaginación para construir nuestra propia realidad. El juego que Luis Durán nos propuso en 2011 ha terminado, ahora queda esperar que nos vuelva a proponer otro, que seguro será tan interesante como este.
El lugar a donde van a parar las ilusiones y los recuerdos.
Enlaces de interes:
Reseña de Caballero de espadas. Por Toni Boix.
Reseña de Nuestro verdadero nombre. Por Toni Boix.
Reseña de La ilusión de Overlain. Por Toni Boix.
Reseña de El viaje de Gasparetto. Por Toni Boix.
Reseña de Volátil. Por Toni Boix.
Reseña de El Martín Pescador. Por Toni Boix.
Reseña de Orlando y el juego 1-3. Por Diego García Rouco.
Reseña de Orlando y el juego 4. La danza de los errantes. Por Diego García Rouco.
Guión - 9
Dibujo - 7.5
Interés - 9.5
8.7
Imaginación
Luis Durán nos regala un imaginativo fin de fiesta para su serie.
Gran entrevista y estupenda reseña