Entrevista a Miguel Gallardo

Este mes de noviembre Miguel Gallardo ha estrenado tres obras: el magnífico álbum integral de 'Los casos de Perro Nick', publicado por La Cúpula; 'Un extraño asesinato y otras historias' editado por FNAC y la emocionante 'Algo extraño me pasó camino de casa' publicada por Astiberri. El autor nos lo explica.

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El dibujo es mi vida. Es el medio que tengo para comunicarme con los demás”. Miguel Gallardo


El jueves 26 de noviembre, Miguel Gallardo presentó de manera telemática en la Librería Freaks de Barcelona, su nueva obra Algo extraño me pasó camino de casa (Astiberri). Aprovechamos la ocasión para acercarnos y hablar con él sobre las obras que está presentando este otoño y también para repasar un poco toda su trayectoria.

Un momento de la entrevista con Gallardo

Zona Negativa (ZN):
La primera pregunta es obligada. Y siempre observando el debido respeto a su privacidad, pero creemos que es una pregunta que se hacen todos los amantes de su obra y todos los aficionados al cómic en general ¿Cómo se encuentra de salud Miguel Gallardo?

Miguel Gallardo (MG):
Un poco como acaba la historia ¿no? ¿Cómo es el final? Vamos a hacer un poco de spoiler… El protagonista ¿Muere o sigue vivo? Bien. La verdad es que yo me encuentro bien, ya he acabado con toda la quimio y estas cosas que te ponen cuando tienes un cáncer y ahora tengo cada tres meses un chequeo, pero en principio estoy evolucionando muy bien. He recuperado fuerza física, lo único que no he recuperado son los kilos que tenía así que tengo que ir comiendo un poco de todo para ir hinchándome. Pero he recuperado la capacidad de trabajo que tenía, que sigue intacta, y también mi capacidad de dibujar.

ZN: ¿Esto último era una de sus grandes preocupaciones?

MG: Si, porque el dibujo es un poco mi vida. Es el medio que tengo, muchas veces, para comunicarme con los demás… para transmitir cosas a los demás. Así que cuando me levanté en el hospital e hice el primer dibujo fue un momento muy grande para mí.

ZN: Fue un dibujo de María ¿no?

MG: Si. Tenía un álbum de María y yo que había llevado al hospital para firmar y le hice un dibujo. Pensé; este es el dibujo que más he hecho, el de María, porque es el que hago cuando firmo todos los libros – me lo sé de memoria – entonces es como volver a montar en bicicleta, la mano sola ya tiene memoria y fue como hacer un test de comprobación.

ZN: Este mes de noviembre es un poco especial ya que coinciden varias novedades importantes de Miguel Gallardo en las librerías. Por una parte, el integral de Los casos de Perro Nick editado por La Cúpula y por otra, la novela gráfica Algo extraño me pasó camino de casa publicada por Astiberri.
Primero nos fijaremos en la obra más clásica ¿Qué supone en la carrera de Gallardo el personaje de Perro Nick?

MG: Bueno, era un momento de búsqueda de nuevos estilos, de nuevas formas. Yo estaba saliendo de una larga estancia en la revista Makoki, dibujando una historia que no era básicamente la mía, era de Mediavilla, que lo hacía con un estilo que encantaba pero estaba, en cierta forma, limitado. Y de pronto, en El Víbora, empecé a experimentar con el color, la técnica y nuevas formas de narrar y la parodia de la novela negra que a mí me encanta y entonces allí eché todas las cosas que tenía pendientes. Fue un trabajo titánico porque es mucho trabajo hacer historietas a guasch, como las hice, y con aquella paleta de colores que me permití cualquier cosa.

Página de Los casos de Perro Nick. Miguel Gallardo

ZN: Fue una ruptura bastante radical, al pasar del estilo cercano a Bruguera a otro más deudor de la ilustración y del coloreado bitono a una auténtica explosión de colores…

MG: Si, aquí reuní todas mis referencias de películas, de serie negra, de las novelas pulp de aquella época que tenían unos colores muy cantones, con este tipo de impresión un poco bruta que se sale todo de registro. Recuerdo que una vez hice una portada para la revista El Víbora, haciendo una parodia del DDT, en la que los colores estaban corridos y los de la imprenta se quejaron (risas) porque dijeron; es que está fuera de registro y les contesté que es que lo he hecho a propósito… (más risas)

ZN: De la novela negra ¿Cuáles fueron sus referentes en Perro Nick?

MG: Bueno, en Perro Nick está hecho con un sistema – de esto me enteré más tarde – que viene de William Burroughs llamado cut and paste. Burroughs escribió un par de libros cortando textos que encontró por ahí y pegándolos, aunque no tuvieran ningún sentido. Entonces yo que era muy aficionado a la novela negra, a Raymond Chandler sobre todo… lo que hice, básicamente, fue sablear diálogos de Chandler porque me encantan, luego los puedes ver reflejados en películas con Humphrey Bogart, y los puse fuera de contexto, en unas situaciones en que el detective era un detective patoso, en donde nada era lo que parecía y sin embargo todos estos diálogos le daban todo un sentido porque a veces eran más interesantes que la trama. Algunas veces en las novelas de Raymond Chandler no te enterabas de quién coño era el asesino ni de qué había pasado, pero el disfrute de escuchar estos diálogos era enorme.

ZN: Me acuerdo que, respecto al dibujo, en aquella época se destacaba mucho su uso de la perspectiva. No recuerdo si era la isométrica o la axonométrica…

MG: En El Víbora el único que sabía de perspectiva era Calonge que era el único que tenía una formación universitaria de esto. El resto no las apañábamos como podíamos. Si se parecía un poco a lo que queríamos, bastaba. (risas) Es un poco lo mismo con la anatomía, yo nunca he aprendido anatomía, yo nunca he aprendido nada. Intentas convencer a la gente que controlas y ya está bien.

ZN: ¿Qué te ha parecido el integral de esta serie que acaba de publicar La Cúpula?

MG: Al principio la serie se publicó en El Víbora pero luego, la primera edición en álbum lo sacó una editorial madrileña que se llamó Casset que luego se hundió y podías encontrarlos saldados por ahí… Y la labor de La Cúpula ha sido increíble porque creo que durante un par de años ha estado trabajando en esta edición, piensa que lo único que queda son fotolitos, ya no quedan originales y ellos han estado retocando los fotolitos uno a uno, que es muy complicado, y han sacado una impresión preciosa, con los colores que se salen, que saltan del álbum. Es una edición buenísima, una maravilla, el libro y todo es de una enjundia y un poder muy interesante.

Y luego, paralelamente he estado haciendo la novela esta para la FNAC, la novela gráfica que también trata con otra grande del género negro, con Patricia Highsmith, que a mí me rompió un poco la cabeza porque es todo lo contrario de Raymond Chandler, sabes… (Se refiere a la novela gráfica Un extraño asesinato y otras historias) …es sobre alguien muy torturado psicológicamente y alguien muy incisivo. Pero me venía en un momento bueno en que mi cabeza estaba también un poco así. Y al final lo solucioné.

ZN: Perro Nick se publicó en El Víbora, como has dicho. ¿Añoras aquella época, la existencia de revistas mensuales donde se podía publicar con regularidad y experimentar?

MG: Fue la primera oportunidad que encontramos los dibujantes que proveníamos de sitios muy diferentes para publicar. Veníamos de un tiempo donde no había nada y nos encontramos con una situación que prácticamente teníamos un trabajo permanente. Cada mes entregábamos las páginas y nos pagaban y pudimos tener, de alguna manera, una vida regular y dedicarnos a lo que queríamos hacer que era dibujar historietas y El Víbora era un caldo de cultivo acojonante porque estábamos todos allí, con edades parecidas, cada uno haciendo cosas muy distintas y nos mirábamos continuamente lo que hacíamos, intercambiábamos opiniones, era el caldo de cultivo ideal para trabajar. No creo que haya existido una libertad tan grande como la que tuvimos en aquella época…

Zn: Para crear y para experimentar

MG: Exacto, éramos libres completamente. Era lo bueno de las revistas, que mes a mes podías hacer lo que quisieras.

ZN: Y respecto a Algo extraño me pasó camino de casa, usted entro en un hospital para quitarse metafóricamente, como dice en el cómic, un padrastro y…

MG: … Y salí sin pierna. (risas) En realidad, como explico en el libro, me abrieron la tapa de los sesos, me la pusieron y me dejaron quince grapas y entonces tenía un aspecto un poco como Makoki, mi personaje, nuestro personaje, y es una de las situaciones más extrañas por las que he pasado porque es difícil de asimilar ¿no? Es difícil de explicártelo a ti mismo… No es lo mismo que cuando te rompes una pierna, te la arreglan y te ponen esta aquí (se señala la pierna) pero un tumor en la cabeza… parece de ciencia ficción directamente ¿no? Entonces el libro forma parte de un proceso, no puedo decir de curación, pero de un proceso de ponerme a la misma altura, de intentar entenderlo, de explicármelo a mí mismo y a los demás.

ZN: Tiene algo de catarsis, en cierta medida. Porque como explicas en tu obra hay una especie de paranoia; te dices que este tumor lo he creado yo y piensas que puedo a volver a hacerlo ¿no?

MG: Claro, claro. Es un sentimiento que sobrevuela en este tema del cáncer donde la gente se siente culpable porque es tu propio cuerpo, de hecho, que se vuelve majara y fabrica todo esto y por eso tengo esta conversación con mi tumor, como si fuéramos Epi y Blas, y le pregunto que tú que derecho tienes a meterte en mi cabeza, nadie te ha invitado.

ZN: Lo que también sobrevuela en toda la obra es la pasión por explicar las cosas, las ganas de contar…

MG: Si, esto es lo que ha puntuado toda mi carrera en los últimos años, desde María y yo, pero esto proviene de una larga tradición de cuadernos, de cuadernos de viaje que casi nadie ha visto… Bueno, saqué en Astiberri el álbum Turista accidental (2016) que era una recopilación de cuadernos porque yo habitualmente cuando viajo, antes viajaba mucho, por todo el mundo y ahora no, claro… pues cuando estoy de viaje siempre llevo conmigo cuadernos y cuando me reúno con gente, editores y amigos en el extranjero siempre alucinan porque estoy dibujando en mis cuadernos, en una mesa cualquiera, lo que está pasando en este momento ¿no? Porque tengo la cosa esta de contarlo todo, es mi forma de catarsis, es mi forma de afrontarlo todo ¿no?

ZN: Y a parte de la enfermedad, a parte del tumor el guionista de su vida se inventa una pandemia…

MG: Si, si… Y de ciencia ficción. El vengador tóxico queda a una gran altura comparado con este guionista porque es como una mala película de ciencia ficción pero con muy buen presupuesto porque está todo el mundo implicado… (risas)

ZN: Hay muchos extras… (más risas)

MG: De hecho, en mi paranoia, con la cosa esta de inventarme historias… el otro día llegué a pesar que igual estoy en coma inducido y todo esto es un teatro que me están montando, un poco como Good Bye, Lenin! y todo el mundo me está montando todo esto para que me crea que está pasando algo peor (risas), algo mucho peor de lo que yo tengo. Pero tiene que ser un gran movimiento de masas y si alguno falla en algún sitio, si alguien se quita la mascarilla y dice pero que esto que es…
Pero es verdad, desembarco en esto de piernas abiertas y esto como muy extraño, me encuentro con un escenario que ni las películas más extrañas de ciencia ficción se hubieran imaginado y no sabía si estar más preocupado por una cosa o por la otra.
Entonces decidí estar más preocupado por mi cáncer aunque tampoco demasiado. En ningún momento he estado le he puesto tampoco demasiado dramatismo. Siempre le he puesto una pátina de humor.

ZN: En el libro hay mucho humor… ¿En la vida real también?

MG: También. He tenido mis momentos malos, como todo el mundo, es inevitable. Pero intento siempre inyectarle ahí humor y sobre todo surrealismo, porque las situaciones ya son lo suficientemente surrealistas. Y la otra situación era también bastante surrealista y podía explayarme a modo.

ZN: Usted y su obra – desde María y yo – han tenido bastante repercusión en los medios generalistas, seguramente influidos por la temática social y humana de sus propuestas. ¿Cómo ve el tratamiento de los medios convencionales sobre la historieta? No tanto los especializados.

MG: Bueno, en general siempre habíamos estado por debajo de la línea de flotación; nuestros libros salían y si tenías una reseña en alguno de estos medios ya era demasiado. Con María y yo di con una veta diferente porque era un tema diferente que tenía que ver con mucha gente que no pertenecía al mundo del cómic, era algo que atañía a muchas familias, a mucha gente, además, que ni siquiera se había acercado nunca al mundo del cómic y con María y yo se acercaron. De hecho va por la novena edición, está traducido en diez idiomas, es un libro de referencia dentro del autismo. Y con este no se lo que ha pasado, a lo mejor les caigo simpático o tienen la referencia de María y yo… o puede ser también que una historia de superación en estos tiempos en que todo es tan dramático, les ha hecho gracia ¿no?

ZN: ¿Qué le parecen las palabras de la nueva directora del IVAM cuestionando la condición de arte del tebeo? ¿Qué cree que diría Makoki esta situación?

MG: No, no conocía estas declaraciones pero me parecía que esta cuestión ya estaba resuelta. De hecho aquí, en el MNAC (Museu Nacional d’Art de Catalunya) se hizo una exposición de El Víbora y nos han comprado obra. Nunca he dudado de que fuera obra artística. Habrá obras menores y otras mayores, pero un buen cómic es una obra artística. Está más allá de cualquier duda.

ZN: Para finalizar ¿Cuáles son sus proyectos?

Bueno, como explicaba en la presentación que he hecho hoy ¿no? Tengo pendiente una autobiografía desde hace un año y pico y que ahora todo esto me ha venido a proporcionar un medio final sorprendente, que tendrá un formato de novela gráfica, hablará de mi trayectoria pero encuadrado dentro de la trayectoria de este país, en los años ochenta, los noventa, yo que se… la publicidad, el cómic, también mi paso por Los Maristas que también es interesante y todo esto. Toco muchos temas por los que he pasado y que pueden ser divertidos más allá de que les interese mi historia o no.
Y luego, a raíz de tener la perrita que tenemos, que como en el mundo del cáncer, he desembocado también en el mundo de los perros y de pronto me he dicho que todo esto es un libro: la relación entre perros y amos; como son los perros; los perros y la ciudad… Lo que más me hizo gracia es que en el parque que vamos, el Parque del Norte, ver aquellas cuarenta razas de animales distintos, todos en paro porque ninguno de aquellos perros trabaja en lo que trabajaban; no son cazadores, no son corredores, están ahí de mascotas. Entonces pensé que esto es una historia bonita para contar.

ZN: En nombre de nuestros lectores y del nuestro; muchas gracias por atendernos.

MG: Muchas gracias a vosotros.

BREVE BIOGRAFÍA DE MIGUEL GALLARDO

Miguel Ángel Gallardo Paredes nació en Lleida en 1955. Ya en Barcelona, estudia en la Escuela Massana de Artes y Oficios.
En 1977 realiza junto a Juanito Mediavilla la historia Revuelta en el frenopático, para la revista Disco-Exprés. En la historia, una adaptación libre del relato de Felipe Borallo, aparece por primera vez Makoki, un personaje que protagonizará una serie que llegará a contar con revista propia. Las historias las escribió Mediavilla y Miguel Gallardo se encargó del arte.

Dos años más tarde nace la revista mensual de cómics El Víbora donde Gallardo empieza a colaborar, al principio junto a Mediavilla, con series como La Basca o El niñato e incluso con una historia de Makoki titulada Fuga en la Modelo.
Para la revista Cairo crea el personaje de Pepito Magefesa donde empieza a utilizar la técnica del collage y el pastiche tanto en la parte gráfica como argumental.
En los años ochenta colaborara con varias editoriales y publicaciones. Para la revista Complot! dibuja Perico Carambola con guiones de Ignacio Vidal-Folch, para el periódico ABC realiza la tira Buitre Buitaker y para El Víbora crea el personaje de Perro Nick, un detective que le servirá para parodiar/homenajear a sus héroes de la serie negra. Esta es una serie que le supuso un gran salto estilístico, con los colores realizados con la técnica del guasch y con una concepción literaria cercana al cut and paste de William Burroughs.

Extraordinaria ilustración de Gallardo para El Víbora #72

En la década de los noventa Gallardo empieza a decantarse por la ilustración sin dejar del todo el mundo de los cómics. Colabora con Max y Pere Joan en la revista Nosotros somos los muertos y realiza la novela gráfica Un largo silencio (1998) que explica las experiencias de su padre en la guerra civil española.
En este siglo se ha decantado por publicar libros autobiográficos en los que relata con asombrosa agilidad y frescura sucesos relevantes de su vida cotidiana. María y yo (2007), María cumple 20 años (2015) y Algo extraño me pasó camino de casa (2020), son algunas de las más destacadas.

Como ilustrador ha colaborado con La Vanguardia, El País, el periódico Ara y varias revistas o publicaciones nacionales e internacionales. Destacan el Herald Tribune, The New York Times y The New Yorker.
En 2014 le concedieron el Gran Premio del Salón del Cómic de Barcelona por el conjunto de su trayectoria.

Reseñas sobre Miguel Gallardo

Todo Makoki por Jordi T. Pardo y Enrique Ríos
Algo extraño me pasó camino de casa por Diego García Rouco
Los casos de Perro Nick. Integral por Tristan Cardona

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