R.M. Guéra: “Sigo luchando contra las contradicciones del pasado que llevo dentro. El arte me ayuda, me empuja a arreglarlo. A darle forma…”.
Hablar con R.M. Guéra siempre es una experiencia estimulante. Incluso antes de empezar esta entrevista, mientras nos acomodamos en la terraza situada en la parte superior del stand de ECC en el Salón Internacional de Cómic de Barcelona, el dibujante de Scalped nos lanza sus reflexiones de manera torrencial. Reflexiones sobre un medio, el del cómic, que ama con pasión y que le preocupa profundamente.
R.M.Guéra: (Habla sobre la situación del mercado actual)
Hay una oferta excesiva… lo más peligroso, lo que más me asusta que se destruya el sentido común; el concepto real de lo que es calidad. Si se destruye el sentido común la gente considerará calidad lo que no la tiene. Y será más difícil establecer lo que es bueno.
Pero también me faltan riesgos. Aunque por otra parte ahora es verdad que todo el mundo está volviendo a intentar fórmulas de riesgos, con los guiones, las series…
Zona Negativa: Porque tenemos la suerte de que Eric Stephenson está haciendo lo que hizo Karen Berger años atrás…
RMG: Ya, ya, ya… Si es verdad. Lo bueno de esto es que la gente compra experimentos sabiendo que será un experimento y por eso lo aprecia. Para mí esto empezó con la revista Mad, en los años 60, con Kurtzman, Wally Wood, Jack Davis… Después el golpe siguiente fue con la revista Hara Kiri, Fluide Glacial y Heavy Metal que al principio empezó bien… pero luego cuando la gente empezó a buscar garantías, entonces se convirtió en mainstream. Y esto es malo.
En general el experimento se considera como algo gratuito y no salido del corazón. Es como el caso de Scalped, para ponerte un ejemplo. Que te guste o no te guste Scalped es una cosa, pero lo que me importa es que nadie puede negar que no lo hemos dado todo haciéndolo… que el esfuerzo está allí. Me comprendes, ¿no? Si yo tengo éxito con X-Men; este éxito no es mío, aunque evidentemente no tengo nada en contra. Pero la gente que intenta llegar al éxito con algo que es suyo, asumiendo un riesgo que es tan esencial para el medio, pues esto es lo que vale la pena compartir. Lo otro es un producto – por usar una palabra – y es como rutinario… En el cine se están haciendo cosas muy buenas, aunque sean productos comerciales. Cada año hay uno o dos lanzamientos excelentes; obras maestras como Sicario, Pozos de ambición… La gente se está acostumbrando otra vez a un buen guion, a un producto con riesgo y cosas así, que devuelven un poco, como decíamos al principio, el sentido común a todo.
ZN: En esta edición del Salón podemos ver una exposición que retrata la época de las revistas para adultos, ahora quizás se necesita un mercado similar para poder asumir el riesgo… ¿No lo cree así?
RMG: Exactamente. En el mercado actual tenemos dos tipos de autores; los que son aficionados con mucho talento o profesionales con gran experiencia y esto no es bueno. Los autores necesitamos poder equivocarnos, hacer pruebas… masticar el talento. Y en otro lado tenemos a aficionados que apuntan maneras y les cogen para series como X-Men o en Francia para Jour J, es como una fábrica que de repente los enfrenta a algo demasiado grande para ellos y además los consejos que les dan no son para los autores, son para la serie y esto les destruye… Y es que el talento es algo tan frágil, es tan fácil destruirlo que los editores deberían cuidarlo. Son ellos los que deberían escoger quien es el adecuado para tal producto y establecer las normas para nivelarlo todo. A nosotros nos pasó con Scalped… Como dice Jason (Aaron) si Will Dennis (editor del sello Vertigo) necesita algún día un riñón, lo tiene de nosotros. Él nos unió. Tenía el guion de Jason y un día llegué yo y enseguida pilló la conexión. Esto es un editor. Pero es que este tío – que se ha convertido en un amigo – le apasiona la cultura. Como mínimo lee dos libros al mes, le gusta la cultura, le apasiona y sabe mucho. Estos son los editores que quiero ver. Y no uno de estos que solo piensa en números, en ventas y en ejercer su autoridad, imponer su criterio. La autoridad, especialmente con artistas, si la utilizas ya la has perdido ¿Me entiendes?
ZN: Porque para estimular la creatividad hay que dar libertad…
RMG: Si. Intentar dar consejo, entender… y leer, tío. Leer mucho. No solo cómics – y lo digo yo que adoro los cómics – pero hay que leer para cultivar lo que llevas dentro. Es como una gramática; para aprender a formular lo que piensas. Tener dudas, sobre esto, sobre lo otro… Es lo que me falta ahora. Lo que hablábamos antes. Hay demasiada información para la formación y hay que empeñarse en formar, en la formación. Todo el mundo es inteligente y todo el mundo es un poco tonto. Falta madurez, Falta sentido común, falta sabiduría de alguna manera… Jason (Aaron) tiene razón en esto. Yo soy un poco apasionado, me preocupo demasiado, pero Jason me dice que este hueco es nuestro. Y que cuando lo llenamos, la gente que lo necesita lo aprecia y cosas así ¿No?
Rajko Milosevic Guéra es un autor y dibujante serbio nacido en Belgrado en el 1959. Debutó en el mundo de los cómics en 1982 de la mano del guionista Dragan Savic con dos westerns; Elmer Jones y Texas Riders. En 1991 se trasladó a vivir en Barcelona donde trabaja en el campo del dibujo comercial y donde colabora con Óscar Aibar en la realización de historietas cortas. Más tarde empezó a publicar en el mercado francés substituyendo al dibujante español Antonio Parras en la serie Le Lièvre de Mars, con guion de Patrick Cothias y también con una serie propia titulada Howard Blake (2004) de la que solo publicó el primer álbum.
En 2007 creó junto al guionista Jason Aaron la serie Scalped para el sello norteamericano Vertigo, una serie que le catapultó a la fama y de la que realizaron 60 números. En 2012 realizó la mayor parte de la adaptación al cómic de la película de Quentin Tarantino, Django desencadenado. En 2015 el equipo creativo de Scalped – el guionista Jason Aaron, el dibujante Guéra y la colorista Giulia Brusco – se reúne otra vez para realizar The Goddamned (Los malditos) que la editorial Planeta presenta en el Salón de este año 2018.
Zona Negativa: Uno de los retos que nos hemos propuesto a la hora de plantear esta entrevista es dar a conocer quién es realmente R.M. Guéra. Porque usted no empezó cuando hizo Scalped ¿Verdad? Usted empezó en los 80 en el mercado yugoslavo. En Yugoslavia en aquella época había un mercado de revistas similar al que existía en Italia, España, Francia y otros países, con autores consagrados, guionistas, editores, revistas… ¿Fueron su inspiración a la hora de empezar en el medio? ¿Colaboró con Dragan Savic por algún motivo especial o fue una relación profesional?
RMG: Es curioso, pero me cuesta aun hablar de esta época. La cicatriz me dura hasta el día de hoy. Era muy malo… es muy duro ver que uno sabe mucho de una cosa en un país donde nadie lo necesita. En un país socialista. Y esto es algo realmente destructivo. Estás perdido, no sabes que hacer. Por otro lado, por la ausencia de presión profesional, pasamos tres o cuatro años paseando, discutiendo, analizando muchísimas películas, simplemente como en una universidad de la calle. Entre amigos, con broncas muy fuertes, porque los serbios tenemos mucho carácter, pero positivas ¿No? Aprendiendo filosofía del arte, analizando mi propio arte… Aprender a ver lo mío desde la distancia.
Y aquella época era una mezcla de estas dos cosas. Porque incluso hoy es difícil explicar cómo Yugoslavia era en aquella época un país tan guapo por muchas cosas y al mismo tan feo en muchos aspectos. Me desespera el hecho de que la gente ha necesitado cuarenta años para darse cuenta de que se odian y de que se van todos a la mierda… ¡Yo soy yugoslavo! Yo soy de origen serbio, ahora español en realidad. Pero no lo entiendo… ni serbio, ni bosnio, ni croata… yo me siento yugoslavo ¿Cómo es posible? Es una decepción para la que nadie te prepara, nadie te explica como uno debe asimilarlo. Lo bueno, en mi caso, es que estaba harto de todo, yo quería salir de allí, no podía más. Y tenía fuerzas suficientes para marcharme.
RMG: Por otro lado, es verdad que aun hoy tengo amigos en Cataluña que adoran Belgrado, a Serbia; las fiestas, las borracheras… Si quieres pasártelo bien allí, pues puedes. Es un país de muchos contrastes. Y siendo absolutamente sincero, lo más íntimo que puedo deciros es que el Guéra de hoy sigue luchando contra estos contrastes que lleva dentro. El arte te ayuda, te empuja a arreglarlo. A darle forma…
Es increíble porque allí siempre está hirviendo algo y te das cuenta de que el 80% es para nada. Simplemente se odian, imbéciles. ¡Es que no me lo puedo creer! Por ejemplo, Igor Kordej que es croata, yo lo llamo mi mejor enemigo; se ha casado y ahora vive en Serbia. ¡Es que este odio entre todos es ridículo! Y supongo que esta frustración me durará hasta que yo me muera. Para mí es difícil verme desde fuera, pregunta mejor a mi mujer… (risas)
Pero la verdad es que estamos muy poco acostumbrados a actuar, te lo digo en serio. Yo ya no quiero contemplar más las cosas desde la barrera, quiero actuar. Dibujar, dibujar, influir, hablar… Yo era muy callado, incluso casi arrogante. Cuando yo tenía 22 años, tú me vienes y no sabes quién es Frank Robbins entonces ni te dirijo la palabra… (risas)
ZN: ¿Frank Robbins es un pilar en el arte de Guéra?
RMG: Si, es un pilar y de los más fuertes. Pero todo viene de Noel Sickles. Yo tengo algo en contra de Milton Caniff. Y por eso muchos me escupen… (más risas) Pero yo hace 30 años que digo que Sickles le hacía los lápices, al menos en determinadas épocas, y hace poco leí una entrevista a Caniff, donde este lo confirmaba. ¡Y yo hacía 30 años que lo decía! Y te diré por qué lo sabía. Caniff tenía una forma preciosa de entintar. Maravillosa es poco, pero tiene un ritmo vacío, hace viñetas que no explican absolutamente nada, solo son muy bonitas. Escenas donde van por la nieve y la chica dice cosas… escenas completamente inútiles, aunque sean preciosas. Yo prefiero a Frank Robbins porque cada viñeta dice algo. Tú no puedes prescindir de ninguna de ellas. Todas dicen algo. La parte didáctica (el storytelling que dicen ellos) es asombrosa. Frank Robbins debería tener un monumento…
Hay un dato que es definitivo con esta gente como Frank Robbins, Moebius, Franquin… con Jijé incluso. Toda esta gente dio lo mejor de sí mismo al final de su carrera. No paraban de avanzar, pero luego tú ves a muchísimos artistas que surgen con mucha fuerza y que, de repente, se paran; que tienen una gran época y ya está. Porque les falta algo de raíz. A mí me encanta Milton Caniff pero esto no evita que para mí está sobrevalorado, nada más. Porque el maestro de estos dos – de Milton Caniff y de Frank Robbins – era Noel Sickles. El número uno del grafismo y de la viñeta es Noel Sickles, antes de él no hay nadie. Los primeros pasos los dio él y hay una línea fuerte que le une a Jijé en Europa. Jijé hizo lo mismo, con la misma gracia en su dibujo. Aunque el estilo sea distinto, pero la raíz era buena en los dos, se centraban en lo importante y después tienes a Giraud y a muchos otros. Se hace como un relevo generacional.
ZN: Jordi Bernet aquí…
RMG: Exactamente. Con Jordi Bernet compartimos maestros. Noel Sickles y también Joao Mottini. Un artista brasileño que trabajó en Argentina. Es mi padre, mi esqueleto. Los más importantes, cuando era niño, cuando tenía entre 6 y 12 años, antes de la adolescencia, para mí los más importantes eran (Ruggero) Giovannini y Joao Mottini. También Alberto Breccia y toda esta peña, pero en realidad mi esqueleto está formado por toda esta gente.
ZN: Edvin Biukovic también perteneció a esta escuela yugoslava ¿Lo conoció?
RMG: No, no lo conocí personalmente. Evidentemente conozco su trabajo. En los Balcanes no hubo una escuela como por ejemplo existía el grafismo de España. Allí en Yugoslavia todos conocíamos el grafismo de España, era impresionante. En cambio, en Yugoslavia no hay un marco, una escuela que se pueda definir pero desde los Balcanes viene un cierto tipo de sensibilidad que existe en todos nosotros Gradimir Smudja, Igor Kordej, yo… Siempre es dramático o melodramático, somos eslavos ¿No? Esto nos define un poco. Pero hubo mucha gente… Mirco Ilic. Éramos muchos que ni nos conocimos… y como te decía era un país que no necesitaba nuestros talentos. Y es un poco fuerte por esta parte.
ZN: Con Howard Blake realizó tanto la parte del dibujo como la del guion ¿Cómo fue esta experiencia? ¿Le atrae ser el responsable de toda la obra?
RMG: Me apetecería muchísimo continuar con Howard Blake o acabar Smokey Joes que tengo 4 álbumes definidos con Complot. Pero esto va a vientos, yo cuando empecé el segundo álbum de Howard Blake quería tener un trabajo secundario en Vertigo pero llegó un guion tan bueno que lo dejé todo. Sobre Howard Blake hay una cosa que no se sabe, aunque está en los agradecimientos, y es que lo hice combinando algunos guiones de Dragan Savic, pero luego todo fue perdiéndose por la llegada de Scalped y todo esto. Y en general yo tengo guiones preparados, pero me falta tiempo. Tengo varios proyectos, pero… Mira, hasta hoy no he aprendido a ser disciplinado. Yo actúo como si lo fuera, pero en realidad no lo soy. (risas)
ZN: ¿Cómo surgió el proyecto de Scalped?
RMG: Yo hablé con Igor Kordej, porque necesitaba un trabajo secundario en el mercado americano. Y Kordej – que trabajaba para Marvel, para DC, para todos – me dio los mails personales de 7 o 8 editores americanos y me dijo que les enviase pruebas sin problema. Y lo hice. No más de 3 o 4 páginas y muchos me respondieron que estaban muy bien y Kordej me dijo que me quedara con Vertigo, con Will Dennis, esto es lo tuyo. Ya verás; Will Dennis es como tú. Y Will Denis reaccionó en seguida, pero en seguida. Y me dijo ¿Quieres a Batman? Dime lo que quieras porque me gusta mucho… y yo le contesté que me diera algo modesto. Que me diera algo pequeño para empezar a trabajar, para conocernos mejor. Y en seguida me ofreció Scalped y rápidamente, en 15 días como máximo, ya firmamos el contrato. Era como una cosa tan instantánea y después la gente me comenta que normalmente para empezar una nueva serie en Vertigo necesitas tres meses, para presentarlo, discutirlo… bla, bla, bla. No sé qué… Y con Scalped en 15 días todo empezó.
ZN: ¿Y qué sentiste cuando leíste el primer guion?
RMG: Me impresionó mucho la sinopsis. Comprendí que la historia necesitaba la fuerza del realismo, pero con corazón. Lo más magnético de Scalped es que tienes una historia de serie negra, de crimen, casi un western, pero donde la palabra clave es pobreza. Y te engancha, es muy interesante. Y esto es lo que ofrecía la sinopsis. Entonces te das cuenta de lo que le falta para que sea genial y quieres hacerlo.
ZN: Hay una escena en el tercer episodio de Scalped, en la página 3, un flashback…
RMG: La del niño ¿No?
ZN: Si, esta secuencia nos hizo ver que estábamos ante una obra maestra.
RMG: Gracias. Es curioso porque la gente que le gusta Scalped, le gusta mucho. De esta página hay tres versiones totalmente distintas. Una tiene 4 viñetas, otra tiene 8 y al final aceptamos la de 2. Por el viento. La vida se fue…
Con Will discutíamos la forma de hacerla, y era como química, porque yo le preguntaba que le parecía esta versión y le ponía 8 viñetas. El guion es el mismo y me decía está bien, pero a ver el ritmo, si nos detiene… Y yo le dije espera y en una hora o dos le presenté la de 2 viñetas y me dijo: ¡Ésta me encanta! ¡Ésta es la mejor! El viento, el viento… Y es que es difícil encontrar alguien tan abierto, alguien con quien puedas cambiarlo todo. Lo mejor de Scalped ha sido trabajar con gente con total confianza. Te sientes muy bien. Es una colaboración completa, que me da igual lo que haga, yo lo voy aceptando. Porque con otros guionistas es todo muy frío, no te implicas tanto. Es como con Los malditos. Intentamos entrar en un campo que no está investigando, en cierta forma ¿No?
ZN: En Estados Unidos, Guéra era un completo desconocido y esto se nota en que, al principio, Scalped era considerada como una obra de guionista. Sin embargo, al final se convierte claramente en una obra de dibujante ¿Fue difícil entrar en el proyecto, tuvo que luchar para adquirir protagonismo?
RMG: Muchas gracias otra vez. Mira, te lo juro por quien quieras. Desde el principio todos planteamos la serie para que el guion y el dibujo se leyese como si la hubiera hecho una sola persona. Que el guion y el dibujo encajaran perfectamente. Si algo sale bien en las páginas, la gente no debe leerlo como que es un trabajo de un buen diálogo o de un buen grafismo. No, no, no… es un todo. Yo aun hoy cuando veo mis páginas de Scalped sin el diálogo, que se añade después en Estados Unidos, las veo como vacías, de verdad, lo digo de corazón, porque les falta el texto… Para mí estas páginas funcionan cuando lo lees…
ZN: Otra secuencia especial es la de obertura del capítulo 30, titulado Roído. Allí a parte de la historia que se explica se nota que hay algo más…
RMG: No sé si lo sabes, pero la señora que explica la historia, este personaje es un retrato de mi abuela…
ZN: No, no lo sabíamos… Que fuerte.
RMG: Y una curiosidad más, cuando firmamos el contrato, al cabo de poco nació el primer hijo de Jason Aaron. Y entonces nos envía una foto con un texto que dice: Quiero que conozcáis a Dashiell. Y Will y yo nos quedamos asombrados. Le pusieron el nombre del personaje de Scalped a su hijo…
Tuvimos suerte. Es como un momento único…
ZN: ¿Estaba previsto desde el principio que Scalped durara 60 episodios o fue evolucionando así?
RMG: Sí, sí. Desde el principio estaba previsto así y tres guiones se quedaron sin hacer. Por decisión propia.
ZN: Los malditos lo hace para experimentar y también para trabajar otra vez con Jason ¿no?
RMG: Si, pero estuvimos esperando a que surgiera el proyecto con naturalidad. A mí, después de Scalped me ofrecieron varios guiones con indios. Pero yo me he negado a hacerlos, porque ya lo había hecho. Con Jason queríamos explorar cosas nuevas. Mira, estábamos en la fiesta de despedida de Scalped, en Nueva York. Todos llorando y emborrachándonos y al día siguiente nos decíamos que vamos a hacer ahora, hemos de seguir trabajando juntos… Y estábamos en el pasillo del hotel y Jason me dice, mira… Tengo algo, a ver qué te parece… que es muy… a ver qué te parece. Y yo le contestó, a ver dímelo y el me dice: Noé… pero es un hijo de puta. Es un Diablo. Y yo exclamé que era muy bueno. Y luego me explicó lo de Caín y todo lo demás pero lo importante es que desde aquel pasillo del hotel hasta empezar con Los malditos pasaron 4 años y lo hicimos poco a poco, con naturalidad…
RMG: Además, es que Scalped tenía un ritmo infernal. Yo entregaba 20 páginas mensuales. Era un ritmo brutal, Ahora hacemos un libro al año, tranquilitos, lo hago como me apetece… Esta presión está mucho mejor.
ZN: Se nos ha acabado el tiempo. Muchas gracias por sus impresiones, estamos seguros de que a los lectores de Zona Negativa les encantarán.
RMG: Muchas gracias a vosotros.
Me ha encantado la entrevista, chicos. Gracias por traernos esta maravilla
Espectacular. Muchísimas gracias por la entrevista!! Como mola escuchar a un artista que te abre su corazón y explica las cosas tan bien.
Scalped para mi también es una obra maestra, que pasada!!
De Guerá y Scalped me vienen a la mente las cuatro paginitas con el recorrido visual que hace de las guerras indias dentro del colaborativo nro 50. Para enmarcar. Un trabajo descomunal el suyo en esa serie.
Un grande. Pasión y cómic, fórmula perfecta.