Entrevista a Raúl Cimas

Los días 5 y 6 de julio se celebró la edición 2014 del Animacomic de Málaga y en él tuvimos el placer de poder hablar durante un buen rato con Raúl Cimas. Actor, cómico y presentador, Raúl se presentaba en el salón para presentar el que es su primer cómic, Demasiada pasión por lo suyo, de la mano de Blackie Books, del que nos consta que está teniendo un gran éxito. Además de la charla que dio y de firmar numerosos tebeos –escaqueándose de vez en cuando para fumar algún cigarro, todo hay que decirlo–, en Zona Negativa pudimos charlar con él tranquilamente a la sombra del Palacio de Congresos y preguntarle sobre su carrera, su futuro y, sobre todo, sobre lo que significa para él hacer un cómic a estas alturas de su vida. Igual no nos respondió nada de lo que le preguntamos, o igual si, quién sabe, lo que es seguro es que fue un rato más que agradable del que queremos haceros partícipes.

Muchachada Nui te ha ayudado mucho, es evidente, sin embargo ¿te gustaría poner un muro entre tú y Muchachada? Algo así como Bob Dylan, al que no le gusta cantar Hurricane en los conciertos que da en la actualidad.

Entiendo lo que dices porque a veces estás presentando un tebeo, y llevo dos años presentando Óxido Nitroso (Canal +) o con mi espectáculo con Julián y vienen y te preguntan sobre Muchachada y a veces es como si estás en tu boda y te preguntan por tu ex. Aún queriendo mucho a tu ex, aunque conectes muy bien con ella y tu mujer esté entendiendo que te llevas muy bien con ella pero, joder, tío… es mi boda (risas). Pero bueno, la verdad es que si ha calado hasta ese punto está genial. Muchachada Nui se acabó hace muchos años, o sea, que el hecho de que te sigan recordando esas cosas es que lo hicimos bien y yo hablo encantado de ello porque además vivo de eso. A día de hoy estoy convencido de que mi cómic y mi programa vienen de haber pertenecido a todo eso.

Has hecho cómics, cine, teatro, televisión… ¿Sacarías un disco de música?

He intentado vivir del morro de todas las maneras posibles y la música no la descarto para nada. La mayoría de sketches de Muchachada Nui eran míos.

Carlos Areces ya esta por ahí.

Sí, Areces y Anibal han hecho un disco que se llama Ojete Calor que está de puta madre. Yo con Enrique Borrajeros, que hacía toda la música de Muchachada Nui, he llegado a pensar alguna vez en hacer por lo menos un recopilatorio de algunas canciones. Es que hemos hecho canciones buenísimas: El aparejador, My mother con las rodillas in the guanter, Bien y mal, Soy Heavy… no se cuantas me dejo. Esas las hemos hecho los dos y si empezamos a juntarlas haríamos un buen disco.

¿Te imaginas hacer una gira con todo eso?

Una gira no pero… Bueno, tengo una paja mental que tiene que ver con la música, lo que pasa es que no la quiero contar ahora para que no me la roben.

Es factible entonces. No lo descartas

Mira, menos trabajar en una oficina así de 8 a 3… (risas)

Eso es precisamente una pregunta que tenía reservada para el final. ¿Qué sería de Raúl Cimas levantándose todos los días a tal hora, yendo a la oficina, sin viajar? Parece que siempre estés de un lado para otro.

Si no hubiera probado esto seguramente lo haría.

Ojo que no es nada malo, lo hacemos el 95% de la población.

No, no, al contrario, es admirable. Hay muchas cosas que me gustan de mi trabajo, sobretodo que vivo de hacer reir y eso es algo honesto con lo que no dañas a nadie, que no perjudicas. Hombre, eso no quita que haya gente a la que le puede molestar verte pero eso ya entra en neuras. Esa es la parte más bonita. En cuanto a la parte práctica de lo más orgulloso que estoy es de habérmelo trabajado, habérmelo pelao. Haber tenido la suerte de no madrugar, de no tener un horario fijo…

A cambio, también te diré, cuando hablo con mis amigos de toda la vida que si que tienen trabajos de esos y siempre está la cosa de “veníos a tomar una cerveza” y ellos dicen “joder, como vives”. Yo vivo con una maleta hecha. Tuve una novia que le pegaba patadas a mi maleta porque estaba hasta los cojones de que pasara por ahí prácticamente a saludar y no se puede llegar a más en parte por eso. A parte yo no se que va a ser de mí el año que viene.

¿Te gusta esa sensación? La incertidumbre en parte da miedo y en parte es bonita.

En la incertidumbre poco a poco vamos viviendo todos (risas) pero cuando nosotros empezamos, de mi generación había mucha gente que pensaba que eso era un disparate habiendo tantos puestos de trabajo que te aseguraban una vida tranquila. Esa era la creencia que le metieron a nuestros padres y nuestros padres a nosotros.

Tu carrera, Bellas Artes, tampoco iba enfocada a estar en una oficina de 8 a 3. Se te ha oído renegar, en cierto modo, de ella. ¿A qué se debe?

No me gustó la experiencia. A lo mejor fue cosa de mi generación, no lo se. A día de hoy pienso que no debería de ser una carrera, al menos puntuable. Estoy casi más cerca de creer en los mecenas y en los talleres de antes donde la gente entraba a trabajar con un tío que le enseñaba y eso. Una cosa tan subjetiva que tenga que ver con puntuaciones y que eso pueda suponer una plaza en algún sitio cuando no tienes ninguna forma de medir eso puede lugar a suspicacias muy lógicas.

Entonces lanzar un cómic ¿Es una redención? ¿Un pulso al destino?

Lanzar un cómic es cumplir con lo que yo quería hacer de niño. En realidad tampoco me estoy alejando de lo otro que he hecho porque son como patas de la misma mesa. Soy humorista y trabajo con el humor y hay cosas que te vienen mejor contarlas en un monólogo, otras que necesitas hacerlas de una forma más visual con música y actores y personajes y otras dibujando. Seguro que todas ellas tienen su manera de potenciar algunas cosas y sus taras para otras.

¿Es posible hacer lo que haces siendo optimista?

Creo que no. Por lo menos lo que hago yo no.

Parece que tu humor, y el de Muchachada en general, rezuma pesimismo sobre las cosas. No pesimismo en el sentido negativo desde luego.

Creo que en Muchachada había como dos vertientes. El humor más blanco lo llevaban por bandera Joaquín [Reyes] y Julián [López] y Ernesto Sevilla y yo somos más oscuros, más tendentes a la parte dramática de la existencia.

Es sacar el humor del pequeño dramatismo del día a día. Al final eso es un poco pesimista.

Sí, por supuesto. Por eso a Ernesto y a mí nos gustan tanto Joaquín y Julián y viceversa. Porque aunque lo intentara, aunque intentara hacer lo que hace Joaquín, no podría. Y es muy posible que al revés también.

Has tenido la suerte de hacer lo que has querido, de no estar en un programa en el que te marcaran todas las pautas. Bueno, quizás en Buenafuente no tenías esa libertad.

Uno tiene que probar y trabajar. Y arriesgarse y fallar. Al final esa es la única manera de encontrarte. A diferencia de otros casos nuestros fracasos son públicos y nuestros éxitos también. Eso es lo difícil del asunto. Un futbolista lo tiene más fácil porque la semana siguiente tiene un partido… Bueno, no, nosotros también. Puedes tener una mala actuación y al día siguiente… un clavo saca otro clavo. El humor es muy personal.

¿Temes que al ser tan personal no pudieras tener un éxito mayor?. Con el uso de tu propio metalenguaje y demás, si yo no conecto con Raúl Cimas no me voy a reír de sus chistes. Si yo no pillo a Yogur de Piña nunca me va a hacer gracia ese personaje. ¿Estás cómodo ahí? Supongo que trabajarás en ello pero, ¿Te gustaría ser más universal? ¿Llegar a mas gente?

Ojalá me leyera tanta gente como a Mafalda y tuviera tanto dinero como Quino (risas), pero no es el caso. Tengo la suerte de gustarle a la suficiente gente como para mantenerme. Por ejemplo, antes me sacabas a Bob Dylan a colación. A mi no me parece que sea una persona que haya trabajado mucho. Me aburre porque oigo otras cosas y eso pero eso no quita para que sea la hostia. Eso no quita que a mi me gusten otros cantantes que como Bob Dylan hagan lo que les sale de los cojones. Me encanta Bob Dylan porque cuando todo el mundo le pedía seguir con el folk se enganchó una guitarra eléctrica y vas siguiendo a Bob Dylan y te parece la hostia que haga lo que quiera. Aún así tengo que reconocer que muy pocas veces me he puesto un disco suyo. Si consiguiera que la gente lo viera así… Para mí lo que prima sobre todo es ser honesto con lo que haces. Por eso digo que le humor es muy personal. Todos distinguimos en quien es monologuista y quien es un tipo que ha escrito un texto y está haciendo las veces de. Aquí la verdad es muy importante, en el humor la verdad es fundamental y cuando no hay verdad, por mucho que sea un buen guión y un tío super gracioso, falta algo.

Al caso de todo esto ya habías mencionado en anteriores entrevistas que habías trabajado mucho en dar honestidad al cómic, sobretodo en la selección del material. ¿Por qué te preocupa tanto serlo? Un autor para hacer un cómic o cualquier otra cosa no tiene porque serlo. ¿Por qué lo llevas tan por bandera el ser honesto?

Me gusta ser honesto con mi comedia. Mira, mucha gente me ha dicho del cómic “me mola porque lo estoy leyendo y te oigo a ti”. Yo vengo de un pasado que tengo que usar y me encanta porque mis monólogos son igual de honestos que esto. Cuando yo hacía el cómic pensaba en que era un mundo diferente, bastante cerrado, donde una persona que evidentemente no viene de ahí puede ser recibida de forma hostil…

No ha sido tu caso.

No ha sido mi caso así que yo encantado. Lo que yo hacía era mirar mucho por la presión y lo cierto es que mientras lo hacía la presión pesaba mucho sobre mí y conforme lo iba haciendo me fijaba que hacía cosas que no eran mías precisamente por esa presión que sentía. Había buenos chistes, académicamente perfectos, pero lo leías y decías: «ostia, se nota que tienes miedo y estás haciendo una cosa que ya has leído» ¿Qué estás queriendo demostrar? ¿Que quieres hacer un tebeo con tus cosas o que has leído muchos tebeos de risa? No quiero que se lea eso.

Qué recomendarías a alguien. ¿Un psicólogo o hacer un cómic?

Creo que, y cualquier psicólogo estará de acuerdo conmigo, todo lo que sea que una persona esté consigo misma haciendo cualquier tarea en su casa, aprender a estar solo, es positivo. Creo que era Edgar Allan Poe el que decía que la mayoría de los problemas del mundo se solucionarían si supiéramos estar solos con nosotros mismos. Yo creo que es un ejercicio muy bueno hacer un cómic, escribir un libro, leerte un libro, garabatear o simplemente estar tu solo en casa haciendo cualquier cosa. Incluso reírte tu solo. Yo me he reído mucho haciendo este tebeo.

Escribir un cómic entonces un proceso más gratificante que preparase un papel de actor. ¿Qué diferencias hay entre uno y otro proceso?

Como actor tienes el reto de meterte en la mente de otros. Me acuerdo que cuando en Extraterrestre me daba por improvisar alguna cosa gritaba Nacho Vigalondo: “¡Cimas! ¡Qué estás haciendo con mi mundo! ¡Es mi mundo!” (risas). Es de coña pero es verdad, el esfuerzo es entrar en el mundo de los demás. Hablar de tu mundo sin duda te va a ayudar más en el fondo. Por eso insisto en la honestidad de que sea tu mundo y no otros que hayas leído por ahí.

¿A quién va dirigido este cómic?

A quien se lo quiera pasar bien y que no vaya buscando muchas complicaciones. Creo que es un cómic pasatiempo total. Puede tener una lectura más profunda pero si quieres se la haces y si no, no.

Javier Cansado escribe el prólogo del cómic. ¿Lo consideras una especie de predecesor de tu humor?

No, no jodas. Para mí es la hostia gustarle a Cansado o a Faemino. Lo más grande que mi generación hemos podido ver en nuestro tiempo es Faemino y Cansado. Porque podemos hablar de Tip y Coll o Gila pero no los hemos vivido en su tiempo. Los usas como referencia si acaso, pero los que vimos que se hacía una cosa y de repente llegaron unos y cambiaron, esos fueron ellos. Son admirables en el fondo y en la forma ya que una de las cosas que más me gustan de ellos es que se han sabido mantener en la distancia justa para seguir estando en los teatros sin cambiar. No se han hecho de otra cosa. A mí me parece que son los humoristas más brillantes y, hablando de honestidad tanto como hemos hablado en esta entrevista, ellos son un ejemplo claro.

¿Y por qué Javier Cansado? Porque si tiraras de agenda para hacer prólogos no cabría ninguna viñeta tuya en el cómic.

Cansado era el máximo.

¿Pensaste en él desde el inicio?

Hubo una idea de hacerlo con los tres Ilustres Ignorantes [Pepe Colubi, Javier Coronas y Javier Cansado] pero es difícil juntarlos, aunque parezca mentira. Llegamos a plantearnos que uno escribiera un prólogo, otro un epílogo y otro un “mediólogo” o algo así pero nos dimos cuenta de que eso no lo hacían ni en las ediciones más caras de El Quijote (risas). Era como darle una importancia al libro que no tenía y de ellos el que es historia viva de la comedia es Javier Cansado.

Por galones era él está claro.

El único que podría discutir ese prólogo a Cansado es Faemino (risas).

De hecho en Ilustres Ignorantes, ahora que sale al caso, te sientes como pez en el agua. Está hecho para ti ese programa.

Lo que pasa es que ellos crean un ambiente formidable. Eso no pasa con otras mesas. Se ha intentado llevar ese formato a otros programas y lo único que se ha visto es a cómicos pelear entre ellos. Eso en Ilustres Ignorantes no pasa. Una vez que no pasa eso, la cosa va fluyendo de puta madre. Además vienen cómicos y gente que no es humorista y está tan graciosa o más que ellos.

Mariló Montero por ejemplo.

Sí, exacto. Mira, sobre la honestidad que hablábamos, estuve en una clase magistral de Robert McKee, el especialista de guión y todo esto, y resulta que se empapó de nuestros monólogos y le gusté mucho. Yo me quedé flipado, es una eminencia y en el libro suyo que tengo dedicado me dice “Para Raúl que dice la verdad”. Él defendía esa idea de que la verdad era la base de la comedia. No llegar y decir que te has separado y tal sino quitarte los complejos de intentar hacerlo como lo hace Cansado, por ejemplo, y encontrar tu camino.

Decías que te gustaría sacar un segundo cómic. ¿Estás ya en ello?

Sí. Quiero hacer la mayor enciclopedia de flipados que se haya visto nunca. Que cuando la gente quiera hablar de las pasiones tenga que recurrir a mí inevitablemente (risas).

Hablando de cómic, más allá de tus influencias que ya las has mencionado en muchos sitios, por curiosidad, ¿Te gusta el cómic americano de superhéroes? ¿Has leído algo?

Sí, por supuesto. No he leído sagas como tal pero he leído obras increíbles. Obras muy concretas como El señor de la noche… Bueno, es que de Batman en concreto se han hecho unas piezas increíbles. Aquella de The Cult de Bernie Wrightson, Luz de Gas de Mignola, La Broma Asesina de Alan Moore. Eso son tebeos que van más allá del género de superhéroes. De pequeño me gustaba mucho Spider-Man por ese carácter más humano que tenía respecto al resto que le hacía luchar contra el crimen y luego preocuparse por la novia, la tia May… Ese conflicto me encantaba. De Frank Miller lo he leído prácticamente todo: Elektra, Daredevil y demás. Tengo algunas colecciones guardadas.

Además, el género de superhéroes también tiene una filosofía detrás muy grande y en los últimos años le han metido un lavado cojonudo. Creo que a raíz precisamente del Batman de Tim Burton se empezó a hacer más adulto.

Por último, ¿Serías capaz de hacer un cómic de una historia completa? Trabajas mucho con sketches. ¿Te da miedo el ponerte a hacer algo más largo?

Lo considero un reto. Es muy difícil. Son muchos giros, personajes que tienen que cambiar…

¿Temerías no ser honesto?

No, por supuesto que no. Ojalá lo haga algún día. Es posiblemente el gran reto que tengo pendiente para seguir progresando. Mira, sin estar comparando por supuesto, pero llega un momento en que piensas en Salinger o en Rayuela, de Cortázar y sí, me gustan sus cuentos. ¿El reto de Cortázar era escribir una historia larga? Tenía unos cuentos de la hostia. El Quijote es larguísima y los entremeses me dan un poco igual (risas). Al final cada uno da con su género.

Ya hemos terminado Raúl. Muchísimas gracias.

De puta madre, gracias a ti.