Rosemary Valero O’Connell es una ilustradora e historietista nacida en Minneapolis en 1994, aunque paso parte de su infancia en Zaragoza. Su nombre empezó a sonar gracias a la nominación al premio Eisner que recibió por Lo que queda en 2017, una historia que está contenida en el tomo No te vayas sin mÍ editada por Astiberri y que le valió en 2020 el premio Ignatz como mejor artista. Pero se hizo enormemente popular con la fabulosa Laura Dean me ha vuelto a dejar (La Cúpula), una historia sobre las relaciones toxicas guionizada por Mariko Tamaki por la que obtuvieron tres premios Eisner a la Mejor publicación juvenil (13-17 años), Mejor guionista y Mejor dibujante, entre otros premios. Así que no podíamos dejar pasar la oportunidad de entrevistarla aprovechando la visita que hizo a la librería Joker de Bilbao para promocionar ambos trabajos. Una charla deliciosa en la que hablamos sobre sus procesos creativos, colaboraciones, comic juvenil, influencias y un sinfín de temas que esperamos que disfrutéis. Un lujo que nos gustaría agradecer tanto al equipo de Astiberri como al de Joker.
Entrevista a Rosemary Valero-O’Connell
ZN: ¿Durante tus años viviendo en Zaragoza leías algún cómic español?
Los primeros cómics que leí fueron Astérix, Mortadelo y Filemón… cosas así que me leía mi padre de pequeña. Pero según crecía he visto como ha ido evolucionando el cómic en España con cada vez más variedad y también veo como está llegando la influencia del manga, que es de donde yo vengo también.
ZN: ¿Cómo fue la experiencia trabajando con DC y en Leñadoras?
Fue una experiencia única que me llego en un momento muy temprano de mi carrera, ya que todavía estaba en la escuela de arte. Cuando trabaje con ellos creo que tenía 19 años o algo así. Así que fueron mis primeros trabajos como dibujante, la primera vez que alguien me pagaba por dibujar. Fue una experiencia valiosísima que me sirvió para aprender en los tres o cuatro meses que me costó hacer el trabajo todo de cómo se trabaja en esa parte de la industria. Yo creo que nunca he estado más nerviosa ante un proyecto, porque además era trabajar con personajes que se conocen y a los que hay gente que les tiene mucho cariño. Yo sí que había leído Leñadoras, pero no crecí leyendo cómic de Marvel ni de DC así que era un estilo diferente que tuve que aprender muy rápido, pero fue supervalioso porque aprendí de gente que son veteranos de la industria.
ZN: ¿Afrontas el proceso de creación de una manera distinta cuando eres la autora en solitario?
Le pones el corazón a todo lo que haces, pero en trabajos como esos hay mucha gente implicada. Con mi propia obra yo tengo un problema de control y excesivo perfeccionismo.
ZN: Yo creo que se nota en tus trabajos. (Risas)
Pero con esos otros trabajos puedo dejarlo un poco de lado porque hay otras personas implicadas que me van a ayudar a que el resultado sea todo lo mejor posible y no recae sobre mi toda la responsabilidad de que la obra sea un éxito. También ayuda que en ese tipo de obra haya un legado visual desde el que partir que hace que, de alguna manera, haya menos presión.
ZN: Bueno, menos y más porque también te enfrentas a las expectativas de los fans de las series. Unas expectativas que no tenías en tus primeros trabajos como autora, aunque ahora eso ha cambiado gracias al éxito de tus obras. ¿Sientes vértigo a la hora de afrontar sus nuevos trabajos tras el reconocimiento que has tenido?
Claro. Lo del Eisner fue el máximo. Yo pensaba que igual cuando tuviera 70 años con una trayectoria larguísima podría aspirar a un premio de esa entidad, pero conseguirlo en un momento tan inicial de mi carrera hizo que me diera vueltas al cabeza. Fue una suerte y todo un privilegio contar con esa recepción.
Yo me exijo mucho por mi forma de ser, pero también porque veo que la gente ha creído mucho en mi desde el principio y quiero no decepcionar a la gente que me ha dado tantas oportunidades.
ZN: ¿El Eisner te abrió muchas puertas?
Si, he tenido mucha suerte porque al ser por mi primera obra me ha permitido poder escribir y dibujar mis propias historias que era lo que yo quería. El tener esos premios y el haber dibujado Laura Dean me ha vuelto a dejar hace que si les voy a los editores con una historia un poco loca y diferente a lo que están publicando no tengan problema en darme el espacio que necesito para expresarme y hacer proyectos que sean menos normativos. Para una persona de mi edad y estatura en la industria es un lujo enorme.
ZN: A lo largo de tu carrera como autora has ido saltando entre diversos géneros, ¿Es algo buscado?
El género al que pertenece la historia es lo último en lo que pienso, nunca es el punto de partida de ninguna historia. Nunca pienso si va a ser de ciencia-ficción o fantasía.
ZN: Para mí el género es la ropa con la que se viste la verdadera historia.
Me encanta esa analogía. En Lo que queda -La segunda historia incluida en No te vayas sin mi- mi idea era huir de lo que había hecho antes que era un poco más slice of life y en las que el mundo donde transcurría la historia tenía menos importancia en la trama. Quería centrarme más en otras partes de los cómics que consideraba que no me había centrado antes, como en crear una historia donde el mundo fuera mucho más importante.
ZN: Pese a los cambios de género de las tres historias incluidas en No te vayas sin mí lo que prima es la importancia de cómo construimos la memoria y los recuerdos, ¿es el germen de las tres historias?
Sí y fue superintencional porque ese tomo empezó con una única historia y al proponerme hacer una antología en la que esa historia formara parte quería que las que la acompañaran fueran historias que tuvieran un mismo núcleo y se relacionaran entre ellas, que cada una aportara una cara diferente del mismo tema.
ZN: ¿Idealizamos nuestros recuerdos?
Si, pero es una capacidad humana bonita que tenemos. Es lo que nos queda de la gente y las experiencias que vivimos. No es tanto olvidar la tristeza como darle sentido o una perspectiva a cosas que nos han pasado y que no han sido tan buenas. Es una alquimia que hace nuestro cerebro que me resulta fascinante. La nostalgia es poderosa.
ZN: Y peligrosa.
También.
ZN: ¿Cómo surge No te vayas sin mí?
El proyecto inicial fue el libro What is Left que edito ShortBox y por el que estuve nominada al Eisner, así que pensamos en expandirlo y hacer un libro más largo, aunque no tan largo como Laura Dean me ha vuelto a dejar que era en el que estaba trabajando en esos momentos. Desde que salió What is Left quería hacer dos o tres historias más que estuvieran hechas de su misma carne, que enseñaran otra perspectiva de esa idea en la que se centraba la historia, pero que me dejaran explorar diferentes géneros, diferentes personajes y diferentes formas de contar una historia porque las tres tienen un tipo diferente de narración. Así fue un buen ejercicio a la hora de aprender a conectar y diferenciar las tres historias.
ZN: Cuando estáis barajando la idea de hacer un libro más grande con What is Left, ¿en algún momento te planteas agrandar esa historia?
No. A mi gusta que mis historias sean una unidad completa y yo creo que estas tres historias lo son. Y cada una crea pensamientos únicos y contenidos. Expandir las cosas más allá de lo que deben les quita poder. Y estas nacieron tan completamente como las ves que quiero que esos mundos se queden así.
Soy una de esas escritoras que sienten que todo lo que hacen esta siempre orbitando en las mismas ideas. Porque mucho de lo que está presente en No te vayas sin mi seguro que estará presente todo lo que haga, por lo menos durante los siguientes años.
ZN: Pero en el fondo eso es lo que hace convierte en autor, tener unas inquietudes que exploras en tus trabajos.
Exacto.
ZN: ¿Trabajas con un guion completo o dejas algo a la improvisación?
Yo hago cuatro versiones de la historia completa. El guion, el guion con bocetos, los lápices que es cuando se ve realmente como va a leer el cómic y la parte final. Pero hasta que no está impreso estoy cambiado cosas como diálogos o dibujos porque cada vez que te relees lo que haces vas viendo algunas cosas que no acaba de fluir. Así que cuantas más veces lo edito más lo voy puliendo.
Cuando trabajo con el guion de otra persona mi proceso es algo diferente porque la parte escrita esta ya hecha. Con lo mío el proceso es distinto porque como mi manera de pensar es una conjunción entre palabras e imágenes, cuando estoy con guion a veces tengo que hacer un boceto de alguna parte.
ZN: ¿Has barajado la posibilidad de guionizar para otras personas?
La verdad es que no. Me gusta tanto la parte de dibujar y siendo una persona que dibuja me daría tanta rabia no poder dibujarlo yo misma…
Lo bueno de este medio es que lo puedes controlar tu todo. No existe nada sin que tu no lo crees. Por ese perfeccionismo y esa manía por el control que ya he comentado que tengo me costaría mucho dejar la parte visual de una historia mía en manos de otra persona.
ZN: ¿Tienes muchas historias pendientes de contar en cómic?
Normalmente si tengo una historia pendiente en la que estoy trabajando hasta que no me la saque de mi como si fuera un exorcismo me cuesta que la cabeza se centre en otra cosa. Me meto tanto en el mundo en el que estoy que para sacarme y meterme en otra cosa no me da la cabeza. (Risas)
ZN: Aunque en las tres historias hay un poso de amargura, en Con temor, con ternura vemos una celebración de la vida con lo bueno y con lo malo, ¿tenías claro que el volumen tenía que acabar con esa historia?
Era importante para mí acabar con esa historia porque muchas de mis obras tienen mucho amargura y tristeza, pero nunca es la nota o el sabor con el que quiero que la gente se quede tras leerme porque ni es como yo veo la vida ni es mi visión como artista por mucho que me guste el melodrama. Quería cerrar con una historia que dijera esto es lo que tenemos y lo que hay, pero el mundo es enorme y es precioso y nos tenemos los unos a los otros.
ZN: ¿Te sientes más cómoda con historias cortas o largas?
Con las dos. La mezcla me da un buen equilibrio porque hacer un cómic de cuatrocientas o quinientas páginas es un proceso muy diferente a hacer una historia corta y en el proceso de esas historias tan largas a mí me ayuda tener algo que pueda empezar y acabar en poco tiempo. A veces hace falta esa sensación de satisfacción creativa, ya que en hacer esos trabajos largos inviertes varios años sin ver resultados.
Y también a veces surgen ideas que no valen para un cómic largo y cada tipo de historia me enseña algo sobre el resto.
ZN: ¿Cómo surge la posibilidad de colaborar con Mariko Tamaki en Laura Dean me ha vuelto a dejar?
Buah, eso fue increíble. Conocí a Calista Brill, una editora maravillosa de First Second con la que estoy trabajando ahora en mi próxima obra, cuando estaba en la escuela de Arte y fui un salón de Nueva York con mi fanzine grapado que creo que era mi proyecto final de una clase. Y Dash Shaw -autor de Body World y Ombligo sin fondo- lo compro se lo enseño a Calista y le dijo que le parecía que esta chica tenía algo y que debería leerlo. Algo por lo que le estaré agradecida toda la vida.
Tras leerlo, ella vino después y me dijo que me daba su contacto para que cuando estuviera lista para meterme en la industria le diera un toque. Creo que en ese instante me metí debajo de mesa y me puse a llorar porque era el primer momento en el que alguien que sabía de lo que hablaba me había dicho que creía que tenía lo que hacía falta para hacer esto. Como estaba todavía acabando la carrera me dije que le mandaría un mail cuando me graduase, pero al de tres meses más o menos ella se me adelanto y me mando un mail diciéndome que tenía un guion de Mariko Tamaki que estaba buscando una artista para colaborar y habían pensado en mí.
Mariko Tamaki para mí era un ídolo no, lo siguiente. Skim (La Cúpula), el primer libro que hizo con su prima es el que me convenció que los cómics son de lo más importante y espectacular del mundo. Así poder hacer cualquier cosa con ella era algo que no podía dejar pasar así que tenía que ser yo la que hiciera.
Me pidieron hacer una prueba el guion de Laura Dean para ver si encajaba con Mariko y para ver si era capaz de afrontar un cómic tan largo porque no sabían lo que podía hacer, así que era un poco como vale nos gusta lo que has hecho, pero vamos a ver cómo te las apañas.
ZN: ¿Cuánto tiempo tardaste aproximadamente en dibujar el cómic?
Laura Dean creo que fueron dos años y No te vayas sin mi sobre los cinco meses. Aunque yo no hago cómics exclusivamente, también los compatibilizo con la ilustración.
ZN: ¿Qué parte de la creación de cómics es la que más disfrutas?
Lo que más gusta es el diseño de cada página. La composición que realmente es lo que es el cómic, es donde se produce la magia. Esa fase de llevarlo de un guion y unas imágenes poco conectadas a lo que es el lenguaje del cómic es la que más gusta. Y si puede ser también conseguir diseñar páginas que sean un objeto de belleza. Es la parte que más me cuesta porque creo que es donde hay la mayor cantidad de trabajo, pero también donde hay la mayor cantidad de satisfacción cuando hago el primer pase del cómic y veo lo que se está creando y lo que se a ver al final del trabajo.
ZN: En tus dos cómics publicadas hasta ahora has usado bitono o tritonos, ¿es algo buscado o son necesidades de producción?
Un poco de las dos. Yo vengo mucho del manga, así que para mí esa idea de poder comunicar lo que quieras y diseñar páginas que sean evocadoras con solo línea y muy poco color me parece fascinante. Y a mí las limitaciones de color me ayudan un poco a centrarme en lo que importa de una página, en la manera en la que quiero guiar al lector. Además, para hacer un cómic a todo color tendría que dedicarla casi el doble de tiempo. (Risas) Hay una parte que tiene que ver con lo que me gusta y otra con que es menos trabajo. (Risas)
ZN: Además el bitono te sirve para destacar elementos que en un color más realista sería más difícil.
Claro. Además, en mi estilo de dibujo hay tanta información en la línea que añadir mucho a no ser que disponga para hacerlo de tanto tiempo como el que he tenido en la línea le puede hasta quitar el efecto de la comunicación que puede tener.
ZN: ¿Ya estaba en el guion de Mariko Tamaki el reflejo del uso de la tecnología digital?
Si. Estaba en el guion de Mariko y fue una cosa que tuvimos que pensar bastante porque el dibujo es un proceso tan largo que temíamos que una vez que saliera el cómic alguna de las tecnologías que aparecen estuvieran casi en desuso. Pero a la vez teníamos claro que no se pueda hacer una historia moderna entre adolescentes modernos que no incluya en gran parte la tecnología.
ZN: ¿Cómo era el guion de Mariko Tamaki?
Me entregaron un guion completo, pero como Mariko es una colaborado excepcional que entiende muy bien cuál es el rol del artista con el que está trabajando. Me dijo que el guion le había costado unos seis meses escribirlo, pero que como yo iba a pasar años con estos personajes, si mientras lo estaba trabajando veía cosas que necesitan algún cambio para que la adaptación del guion al lenguaje del cómic sea fiel a lo que ella estaba intentando comunicar tenía flexibilidad para cambiarlo. Incluso a ella se lo ocurrían cambios durante el proceso de dibujo. El cómic fue un ser viviente hasta el momento de estar completado. Ella y yo habíamos hablado mucho antes de lo que queríamos que fuese el corazón de la historia y reflejarlo era nuestra prioridad. Mariko nos considera a ambas cocreadoras de la obra, no es que ella lo haya escrito y yo dibujado, es un proceso de creación común.
ZN: ¿Entiendo que por lo que dices la planificación de página es tuya?
Sí. Aunque he trabajado de la otra manera, con un guion en la que planificación de página ya estaba pautada, entiendo que el storytelling visual es parte del trabajo del artista que es quien debe decidir cuantas viñetas hay por página y el control del ritmo. Esa libertad a la hora de dibujar es la que hace que sienta Laura Dean tan mío, creo que en esas decisiones narrativas es donde surge el tono del libro.
ZN: Freddy es una chica que puede vivir su sexualidad en libertad, sin embargo, sigue teniendo otro tipo de ataduras mentales que le hacen tolerar el comportamiento de Laura. Esa denuncia del amor toxico me parece el mensaje más importante de la novela gráfica.
Eso fue lo que más me llamo la atención del guion, que creo que viene marcado porque Mariko y yo somos mujeres lesbianas así que es un libro que viene muy de nosotras y de la vida que sabemos que vivimos. Una vida en la que no es que nuestra sexualidad no importe, importa mucho, pero dentro de eso vivimos toda una vida en la que hay diversos tipos de relaciones. Esa honestidad del guion con la realidad hizo que me sintiera muy identificada.
Es una maravilla ver tantas historias queers, pero a veces parece que vienen de una perspectiva que tratan de explicarle a la sociedad heterosexual que somos gente como ellos. Nuestra historia no surgía con esa intención, ya damos por hecho que nuestros lectores ya lo saben, lo que nos permitía contar una historia más real. Es con lo que creo que ha conectado la gente. Viene de nosotras y es para nosotras.
ZN: Da la impresión de que a veces consideramos que las relaciones toxicas solo se dan en las relaciones heterosexuales.
Parte de nuestra intención era dar a conocer esa otra realidad, que conocemos mucho mejor que las personas que no han tenido que vivir nuestro tipo de relaciones.
ZN: Una cosa que me gusta mucho de Laura Dean es la conciencia que todos los personajes tienen sobre los derechos que han ido consiguiendo gracias las diferentes luchas que quienes les han precedido, ¿cómo percibes el clima político en USA que parece ir hacia un claro retroceso y en el resto del mundo?
Es un momento muy extraño porque estamos ante una situación en la que somos muy conscientes de donde venidos. Yo tengo la suerte de que mis padres son gays, y la vida tal y como ellos la han vivido no tiene nada que ver con la vida que yo puedo vivir. Y lo valoro muchísimo. Es una perspectiva supervalora para toda la gente queer, sobre todo cuando nos vemos en momentos como el actual, cuando parece que el cielo se cae y no hay vida posible. Para mi pensar en la fuerza que ha tenido que tener la gente que tuvo que vivir en condiciones más hostiles que las actuales y que siguió viviendo y que siguen haciendo el mismo trabajo por la libertad año tras año. ¿Quién soy yo para dejar de creer en hacer un mundo mejor para la gente que vendrá después? Así que la esperanza es lo último que tenemos.
ZN: ¿Os sorprendió el éxito de crítica y las nominaciones a los premios de la obra?
A mí sí, pero simplemente porque era mi primer libro de ese tamaño. Yo sabía que el guion de Mariko era superespecial, lo tenía superclaro. Lo que no tenía tan claro era mis propias habilidades, así que fue una sorpresa ver que la gente respondía de una forma tan increíble. Porque cuando lo estaba dibujando pensaba que, aunque mis dibujos no salgan bien por lo menos el guion es muy bueno. Aún no me creo el éxito que ha tenido. (Risas)
ZN: ¿Qué tal ha sido el feedback que habéis recibido de la obra? ¿Creéis que ha servido para que alguien se haya replanteado su relación?
Muchísimo. En las salones y ferias es lo que más nos dicen. Sobre todo, gente joven. Algunos nos han dicho que el cómic les ayuda a salir del armario con sus padres o para explicarles una situación en la que estaban. En el libro hay un personaje que aborta y también hemos tenido gente que nos dijeron que les ayudó mucho a sentirse más en paz.
Para mí es algo increíble. Es lo que más me emociona de todo esto. Que a la gente le guste como dibujo es genial, pero que hayas sido parte de algo que a alguien le haya hecho más fácil vivir la vida como la persona que es… ¡Es increíble!
ZN: Tiene que ser una pasada.
Sí. Es muy gratificante.
ZN: Una obra tan apegada a la realidad como esta, con la excepción de los peluches, contrasta con tus trabajos en solitario en donde podemos ver muchos elementos fantásticos, ¿fue complicado dibujar la realidad?
No, la verdad es que lo bueno de los peluches era que me daba un sitio para hacer mis tonterías… (Risas) Pero el corazón de la historia son las relaciones entre la gente al igual que sucede en mis historias por muy surrealista que sea el escenario. Y transmitir esas emociones siempre es en lo que más me centro. Así que sentía que era una historia que hablaba mucho tanto con mi propia sensibilidad como con de lo que me gusta hablar en mis propias historias. Fue muy fácil conectar con el arco emocional de la historia.
ZN: ¿Volverás a dibujar guiones de otra persona?
En unas semanas podré hablar más del proyecto, pero ahora mismo estoy con proyecto futuro que será la adaptación de un libro, que hace que este supercontenta. Tengo muchas ganas de poder hablar de ese trabajo. Pero si tengo la posibilidad de trabajar con una persona que admiro y que creo que pueda aportar algo a un cómic que sobrepase mis habilidades lo haré. Lo que yo quiero es contar mis propias historias, pero si alguien que me parezca una bestia de la escritura me viene para colaborar yo encantada.
ZN: Todos tus trabajos se pueden enmarcar dentro del cómic juvenil, un sector del público que cada vez preocupa más a las editoriales, ¿tienes previsto seguir haciendo obra para el público de esa franja de edad?
Si y no. Tengo algunos proyectos que creo que encajan bien en ese mercado y sí que, por lo menos en Estados Unidos, hay muchísimo mercado para ese público especialmente en el cómic. Hoy en día es mucho más fácil que una editorial publique un cómic Young Adult, porque tiene mucho alcance. Pero también tengo proyectos que quiero hacer que sean para un público completamente adulto y es un mercado que se está empezando a abrir a gente que no compra habitualmente cómics como pasa con el Young Adult con obras como Heartstopper. Algo que creo que tiene que ver con este boom del manga, que está consiguiendo que la gente sea consciente de que el cómic es un medio, no un género y que hay sitio para todo tipo de historias.
Los cómics pueden ser un vehículo increíble para contar historias muy sofisticadas. Así que eso es algo que tengo un poco pendiente, poder hacer algo no menos accesible, pero sí un poco más específico y maduro.
ZN: Aparte de esa adaptación que nos has contado de la que no puedes decir mucho, ¿Qué no puedes decir del otro proyecto que nos has mencionado?
Es un cómic que se titulara The 12th House y que mezcla el terror con el romance, con ese toque surrealista que hay en mis historias. Va de una diosa a la que se le desprende el corazón del resto de su cuerpo y atraviesa diferentes dimensiones de la realidad buscando una en la que su amante, una mujer mortal, siga viva. La historia ocurre en una de esas dimensiones en la que habita esa persona que no tiene ni idea de en lo que está metida. Es un proyecto que llevo mucho tiempo trabajando así que la forma que tiene ahora ha cambiado muchísimo desde la forma que tuvo inicialmente, pero es un proyecto en el que todas las páginas que he dibujado son de lo mejor que he hecho en la vida y espero que guste a la gente. Tiene mucho que ver con todo lo que hay en No te vayas sin mí, así que si a la gente le gusta lo que hice allí se encontraran con un cómic con el mismo corazón.
ZN: Por lo menos un comprador ya lo tienes seguro.
Gracias. (Risas)
ZN: ¿Cuál es el último cómic que te ha impactado?
Déjame que lo piense. Acabo de leer The Sky is Blue with a Single Cloud de Kuniko Tsurita, una de las pocas mujeres que estaba trabajando en los sesenta en el manga experimental y surrealista y murió muy joven. Es una colección de sus historias y me parece que tiene uno de los entintados más precioso, evocativo y extraño que he visto en muchísimo tiempo. Siempre que estoy dibujando pienso en algunas de las viñetas de My wife is an acrobat, una de las historias cortas que contiene el tomo. Me parece una obra bestial y me encanta conocer el legado estas mujeres que trabajaron cuando el mundo del manga era muchísimo más hostil.
ZN: ¿Hay algún autor o autora al que acudas cuando tienes alguna duda de cómo resolver alguna página o dibujo?
Pues sí. La verdad es que Linnea Sterte que hizo Stages of Rot y ya ha publicado varios cómics más. -En España Spaceman Project le publico In Hummus.-. Me parece que nadie dibuja tan bien como ella. Cada viñeta, cada trazo que hace tiene tanta intención y tanta sensualidad.
Yo cuando me olvido de como dibujar voy a su trabajo y al de Taiyō Matsumoto que también creo que es uno de los más grandes que tenemos. Su obra ha afectado muchísimo a mi vida y cuando me olvido de la pasión y esto se convierte en un trabajo miro los cómics de los dos y recuerdo el arte que tiene este medio tan precioso.
ZN: Qué gran frase para acabar. Muchísimas gracias por tu amabilidad.
A vosotros.
Enlaces de interés
Reseña de No te vayas sin mí, realizada por Diego García Rouco.
Podcast en el que se habla de Laura Dean me ha vuelto a dejar.
Reseña de Laura Dean me ha vuelto a dejar, realizada por Edu Sesé.
Articulo sobre cómics y violencia de género realizado por Mònica Rex.