No podíamos desaprovechar la ocasión de entrevistar a Teresa Valero, una autora que, por méritos propios, está sonando con fuerza esta primavera. Aprovechando la reseña de Contrapaso decidimos ponernos en contacto con ella. Nos encontramos con todo facilidades y amabilidad a la hora de abordar su primera obra como autora completa.
La ley del contrapaso es un principio que regula la condena de los reos mediante el contrario de su culpa o por analogía a ella. Está presente en numerosos textos históricos y literarios de gran influencia religiosa, como la Divina Comedia.
ZONA NEGATIVA (ZN): Antes de nada queremos darte las gracias por contestar a nuestras preguntas.
TERESA VALERO (TL): Muchas gracias a vosotros.
ZN: No ha pasado ni un mes de la publicación de Contrapaso en España y el título no hace más que recibir parabienes mires por donde mires ¿Esperabas este éxito tan rotundo?
TV: La verdad es que no, nunca lo hubiera imaginado. El tiempo que una pasa trabajando en una obra de este tipo es muy muy largo, y también solitario, por lo que atraviesas todo tipo de estados de ánimo mientras la estás realizando: a veces piensas que lo que tienes sobre la mesa es lo mejor que has hecho y otras veces que es un bodrio insoportable y mediocre que no puede interesar a nadie. Aunque la primera idea para contar una historia surge siempre de dar respuesta a una necesidad personal de contarla, de darse ese placer a una misma, mentiría si dijera que no es también una preocupación intentar contarla para conectar con otros, para que ese mensaje llegue a cuantas más personas mejor. Pero no esperaba que Contrapaso llegase tan directamente a tanta gente. Muchos me escriben para decirme lo que han disfrutado la lectura, cuánto les ha emocionado… es una satisfacción increíble.
ZN: ¿Cuál es la felicitación que más te ha sorprendido hasta este momento?
TV: Me gustó especialmente la opinión de el documentalista de EFE, Xulio García, que me ayudó mucho a documentar el tebeo. Él es un gran conocedor de la época, me había puesto en contacto con Julio Diamante, que había participado directamente en la huelga estudiantil, y que desgraciadamente falleció hace meses y no ha podido leer el álbum terminado, y conoce multitud de historias y anécdotas de periodistas, de falangistas, de represaliados de la época. Me preocupaba haber reflejado con coherencia el tiempo y las costumbres. Cuando lo leyó me dijo que algunos pasajes le habían emocionado…
ZN: ¿Cómo surge la idea de Contrapaso? ¿Cuándo decidiste que tenía que ver la luz?
TV: Después de escuchar una entrevista radiofónica a Juan Rada, director del mítico semanario de sucesos EL CASO, me dije que sería muy interesante hacer una serie en cómic que contara la historia de España a través de sus crímenes, sobre todo la de la década delos 50, década que se ha descrito siempre como resignada, sumisa, gris…
Empecé a desarrollar la idea, pero al poco tiempo RTVE comenzó a emitir la serie El Caso, crónica de sucesos, y me pareció que sería mejor modificar la idea y buscar un enfoque diferente.
Fue así como se ocurrió centrar el tema alrededor de las publicaciones clandestinas, que es algo que vertebra todo este primer tomo.
ZN: Y hablando de surgir, ¿Cómo aparece Dupuis en la ecuación?
TV: Cuando tuve listo el dossier de presentación de la idea y las primeras páginas para mostrar cómo sería el cómic, lo envié a todas las editoriales posibles. A algunas les gustó mucho el tono thriller, pero el tema les parecía demasiado visto o demasiado local. Otras directamente no lo veían adecuado para su línea editorial. Hubo incluso una editora que me dio la respuesta más extraña que me han dado en mi vida, respondió «el estilo gráfico es muy bueno, pero la idea es demasiado ingenua. ¿Cuántos años tienes?».
En Dupuis, el dossier cayó en manos de Jose-Louis Bocquet y la historia le gustó mucho desde un principio. Tuvimos una conversación telefónica en la que estuvimos discutiendo ciertos aspectos del guión, como cuánta presencia debería tener el asesino en serie a quien Emilio Ruiz lleva casi 20 años persiguiendo. Aprendí mucho de su visión de las cosas y de cómo orientar algunas cosas. Después de firmar el contrato, Jose-Louis asumió nuevas funciones dentro de la editorial y dejó de ser mi editor, dejando en su lugar a Doug Headline. Doug es escritor de novela negra y guionista de BD, de cine y de televisión. Tuvimos una gran sintonía desde el primer día, el guión le encantaba y nunca propuso ninguna modificación. Cada vez que le enviaba páginas respondía con mensajes absolutamente motivadores que eran una inyección de energía para mi. A la hora de traducir los diálogos al francés, su colaboración ha sido esencial, igual que para cerrar la edición francesa. Trabajar a su lado ha sido un auténtico placer, un privilegio.
ZN: El vasto trabajo de documentación es visible desde las primeras páginas ¿dirías que se convirtió en una obsesión para ti? ¿Cuánto tiempo calculas que pudiste dedicar a este proceso?
TV: Uf, no sabría calcular cuánto tiempo he empleado en ello, porque está tan entrelazado con el resto de trabajos de composición del álbum que es casi indistinguible. No creo que haya resultado una obsesión. De hecho, hay bastantes cosas que he hecho «de oído », sin buscar una documentación específica, porque si quieres documentarlo todo todo puedes acabar en una locura absurda que pone en peligro el trabajo productivo y tu salud mental.
Pero había ciertas cosas que sí quería documentarlas muy bien, sobre todo entender qué función tenían entonces, cómo afectaban a la vida. Por ejemplo, qué tipo de vehículos circulaban por la ciudad. Cómo era el metro. Quién lo cogía. Si había autobuses, omnibuses, tranvías. Cómo eran las casas de individuos de diferentes clases sociales. Qué y cómo se comía. Cuáles eran las diversiones típicas, etc.
Por otro lado, la documentación tiene un poder enorme de fascinación. Empiezas buscando una calle con cierto encanto para ambientar determinada escena y cuando te quieres dar cuenta llevas toda la mañana pasando de una foto a otra, observando la moda, los objetos, los pequeños detalles de la vida cotidiana de entonces… Es adictivo.
ZN: ¿Tuviste claro desde el primer momento que la trama principal se desarrollaría en los años 50? ¿Por qué?
TV: Sí, quería explorar un poco ese momento de la historia de España en que los españoles habían asumido que la comunidad internacional no iba a hacer nada contra Franco, que la dictadura iba a quedarse muchos, muchos años. En ese momento, incluso el PCE cambió su estrategia y pidió a sus afiliados que combatieran al régimen desde posiciones constructivas para la sociedad. La gente quería olvidar todo el dolor y la miseria que habían pasado, y luchaban por conseguir una vida mejor y más digna.
Muchos se resignaron a no expresar ideas políticas, pero otros siguieron trabajando contra el régimen en la clandestinidad.
ZN: En las notas del final del cómic citas a Fernando Fernán Gómez. La paz no acaba de llegar, pero se la espera. Vivimos tiempos complicados en los que buena parte de la sociedad prefiere no recordar. ¿Crees que el noveno arte puede poner su granito de arena en la memoria histórica?
TV: Creo que la frase de Fernán Gómez en Las bicicletas son para el verano que dice «no ha llegado la paz. Ha llegado la victoria», define a la perfección lo que supuso la dictadura. Una sociedad en la que los vencidos eran ciudadanos de segunda, los otros. Gente condenada a llevar una existencia silenciosa, a ser invisibles.
Creo que tanto las novelas gráficas como cualquier otro tipo de arte puede tener también una función social y ayudar a conocer ciertos momentos de la historia, eventos determinantes, contribuir a construir el pensamiento crítico de las personas, finalmente.
ZN: Emilio Sanz y León Lenoir me recordaron, salvando las distancias, a la pareja protagonista de La Isla Mínima (Alberto Rodríguez, 2014). Dos personajes en las antípodas, pero cuya búsqueda de la verdad forjaba ciertos lazos ¿Querías tender puentes con su construcción o simplemente buscabas contraste?
TV: Ambas cosas. Si quieres resaltar algún aspecto, tanto de tus personajes, como de ambientes, ya sea en la narrativa o en la técnica del dibujo, nada mejor que utilizar el principio de contraste. Y que ese contraste sea, digamos, flexible, que vaya cambiando. Así, a veces Léon parece más ingenuo porque Sanz es muy amargo, o Sanz parece un periodista más combativo en contraste con Fontana, su director. Pero sobre todo me interesaba mostrar como dos personas contrarias prácticamente en todo (ideología, costumbres, apariencia, edad, etc) descubren, a fuerza de convivir, que tienen más cosas en común de las que creían, que comparten ideales y que para defenderlos están dispuestos a sacrificar gran parte de su bienestar. Eso hará que poco a poco vayan respetándose y al final incluso se sorprendan sintiendo aprecio el uno por el otro.
ZN: Uno de los puntos más interesantes de Contrapaso es que seguimos la investigación desde el punto de vista de dos periodistas de sucesos. Ambos tienen que hacer malabares para esquivar la censura. En tu búsqueda de información. ¿encontraste alguna figura real que consiguiera sortear los obstáculos del Régimen?
TV: En la entrevista que escuché y en algunos artículos que leí después, Juan Rada ya contaba muchas anécdotas sobre la relación que los redactores del Caso habían tenido con la censura, cómo tenían que hacer malabares para contar los casos criminales cuando sólo les permitían hablar de un asesinato a la semana.
También había escuchado entrevistas a numerosos periodistas que sorteaban la censura con ingenio, con titulares de doble sentido o hablando de un tema cuando parecían hablar de otro. La revista de humor La Codorniz sorteó también con ironía e inteligencia la censura.
Es conocido el episodio del secuestro de la edición del Diario Madrid y su suspensión por cuatro meses, más multa de 250.000 en mayo del 68 por un titular que decía “Retirarse a tiempo. No al general de Gaulle”. En un principio habían querido poner simplemente “No al general”, pero no se atrevieron a tanto. Tiempo después bromeaban diciendo que si lo hubieran hecho, les habrían fusilado al amanecer.
ZN: Elvira Lindo realiza un precioso prólogo ¿cómo surgió esta posibilidad?
TV: Para la edición francesa teníamos un prólogo del gran guionista Pierre Christin. Pero cuando junto a Norma Editorial comenzamos a trabajar sobre la edición española, pensamos que sería mucho más adecuado un texto de alguien español, buen conocedor de la realidad de la posguerra y la dictadura. Se lo propusimos a Elvira que aceptó al terminar de leer el álbum, que le gustó mucho. Además de ser un verdadero encanto de mujer, que sólo tuvo buenas palabras para mi trabajo, animándome muchísimo, fue muy generosa en su prólogo. Es un texto largo y sentido, que habla de todos los aspectos de la novela gráfica. La verdad es que no tengo palabras para agradecérselo.
ZN: ¿Qué es lo que más te costó en el proceso creativo y de qué te sientes más orgullosa?
TV: Pues lo que más me cuesta siempre es el dibujo. Escribir me gusta mucho, lo disfruto enormemente. Cuando me pongo a escribir entro como en una realidad paralela, empiezo a vivir la vida de los personajes, a manipular sus destinos… es fantástico.
Pero el dibujo lo disfruto a veces y otras veces es realmente un trabajo forzado, picar piedra. Si algo no me sale bien lo repito y repito y a veces incluso lo tengo que dejar por imposible, y queda ahí para siempre un dibujo que no voy a poder volver a mirar sin sentir un deseo irrefrenable de arrancar la página, jajaja.
Otras veces, sin embargo, entras en la zona y el dibujo fluye, consigues imágenes atractivas, llenas de emoción, que te hacen también disfrutar, pasarlo genial. Solo que dibujando me pasa menos que escribiendo.
Estoy muy orgullosa del tratamiento de color de todo el álbum. Antes de empezar Contrapaso nunca había trabajado un color tan ambicioso. La verdad es que no tenía ni idea de como atacarlo. Empecé a estudiar a varios autores que hacen un color descriptivo, narrativo, con gran protagonismo de la luz, con paletas muy delimitadas y bien elegidas. Así, me puse a analizar los trabajos de Guarnido, Gibrat, Marini, Alice, Ricard Efa, Enrique Fernández, etc, y a estudiar también el tratamiento de la luz y el color en el cine y algunas series de televisión: Mad Men, The Hour, Babylon Berlín, Descifrando Enigma, El Padrino, etc.
ZN: Vayamos con el apartado gráfico. Haces un trabajo soberbio con unas ilustraciones bellísimas en las que queda patente tu bagaje en animación. ¿Estuviste tentada de utilizar un estilo más “feísta” acorde con la historia?
TV: Pues precisamente por venir de la animación en la que siempre tienes que adaptarte a un estilo que viene ya muy descrito, muy destilado, no tenía ni idea de qué estilo me iba a salir. Sabía que quería hacer un estilo semirealista, que pusiera muy en valor la expresividad de la actuación corporal y de los gestos, porque creo que eso sí es una seña de identidad de mi dibujo: la expresividad. Y , comunicar emociones a través de ese tipo de dibujo hace que disfrute especialmente el acto de dibujar. Así que eso sí lo tenía claro. Pero para lo demás tuve que dejarme ir, ir viendo poco a poco qué rumbo tomaba mi dibujo porque nunca había dibujado algo tan largo y exigente. Al final del álbum empieza a verse que el dibujo está ya más depurado, los personajes se han vuelto más sólidos, todo está más entero. Y yo he aprendido a conocerme mejor como artista.
ZN: Antes ya nos has hablado un poquito sobre ello pero, ¿qué más nos puedes contar de la elección cromática?¿Contemplaste la posibilidad de sacarlo en blanco y negro?
TV: No, desde un principio quería asumir el reto de hacerlo en color y además con un color muy presente, muy “de espectáculo”, en el que la luz tuviera una importancia especial.
Yo hubiera querido hacerlo en color directo sobre papel, a la acuarela, pero no tenía una buena formación como colorista para hacer eso, así que preferí hacerlo en digital para poder corregir con menos drama. Aún así, me forcé a trabajar con transparencias y pinceles texturados, en lugar de trabajar con flats y luego texturizar, para irme entrenando en la técnica de la acuarela tradicional, que es una disciplina que me gustaría mucho dominar. Pero vamos, dominarla por capricho, por gusto personal. Es una técnica terriblemente sensual y placentera. Para ser productivo, ir rápido, poder corregir sin sufrir y para beneficiarse de multitud de otras cosas, el digital es maravilloso.
ZN: Comentas en el cómic que es complicado escribir una historia noir cuando no sabes casi nada sobre investigación criminal. Al margen de las ayudas prestadas, ¿qué referentes de ficción tomaste para desarrollar la trama?
TV: Creo que tomo referencias del cine clásico, de las grandes películas de los años 40 y 50, no necesariamente películas de género negro, para construir personajes complejos y sólidos. También recurro mucho a estudiar esas películas para construir los diálogos. Entonces dominaban a la perfección el arte de decir mucho con muy poco, de condensar en una sola frase toda la esencia de una escena o las vivencias de uno de los personajes. Eran capaces de contar mucha información de su pasado en una pequeña conversación, en la que además sabías perfectamente qué estaban sintiendo todos. Eso me fascina. Me sé de memoria algunos diálogos de las películas de Howard Hawks o Billy Wilder y suelo reflexionar mucho sobre cómo contar mucho con muy pocas palabras.
ZN: Afortunadamente, cada vez nos encontramos más cómics firmados por autoras. Echando la vista atrás, ¿qué dirías que ha cambiado desde tus primeros pasos en este mundillo para facilitar la situación actual?
TV: Creo que sobre todo ha habido una explosión de temáticas y formatos que actualmente hacen que el medio sea mucho más variado y que muchas mujeres que antes no sentían atracción por los temas tratados sientan ahora un interés creciente por lo que pueden encontrar al abrir un cómic.
También, todo el trabajo que se ha hecho desde el feminismo para concienciar a la sociedad creo que está dando sus frutos y ahora vemos que una forma diferente de contar historias, con más mujeres en papeles principales que resulten determinantes para las tramas (sobre todo en tramas de género, de entretenimiento) es posible. Todo esto hace que las mujeres se sientan ahora reflejadas de otro modo tanto en el cine como en los tebeos, que se sientan más identificadas con las historias. Y, como consecuencia natural, un mayor porcentaje de mujeres va a sentir la necesidad de contribuir a crear esos contenidos, que ya no les son ajenos. El que aparezcan cada vez más mujeres autoras tiene también el efecto directo de enviar el mensaje de que es algo natural y perfectamente posible para una mujer ser autora de cómic, usar este medio de forma profesional.
ZN: ¿Cuál es último cómic de una compañera que hayas leído y nos quieras recomendar?
TV: Cassandra Darke, de Posy Simmonds es una maravilla. También me gustan mucho Rutu Modan, Ana Penyas, Belén Ortega, Penelope Bagieu, Cristina Bueno… buf, hay tantas, tan buenas, tan variadas en lo que hacen… me es imposible decir solo una o dos.
ZN: ¿Tu idea inicial era realizar una historia autoconclusiva? De haber sabido de entrada que Contrapaso se convertiría en una serie, ¿crees que habrías cambiado algo?
TV: En realidad la idea inicial era realizar una serie y que esta primera historia apareciese dividida en dos tomos, pero tanto a Dupuis como a Norma les pareció que sería mucho mejor cerrar la trama de este primer caso en un solo volumen, y yo también estuve de acuerdo. Hoy día el público prefiere leer una historia que concluye en lugar de esperar más de un año a que salga un nuevo tomo que continúe la trama donde se interrumpió. La verdad es que, como lectora, yo también lo prefiero. Aunque como autora, debo decir, que hemos salido perdiendo y ahora trabajamos mucho más por menos. Es el signo de los tiempos.
ZN: Ya hay confirmado un segundo volumen ¿qué nos puedes contar sobre el mismo? ¿podríamos tener más entregas en un futuro?
TV: Me gustaría hacer al menos tres libros, para poder cerrar la historia de Sanz con el asesino en serie y contar más cosas del pasado de los personajes principales, pero serán las ventas las que lo decidan. Por el momento está asegurado un segundo tomo en el que me gustaría hablar del cine de la época: el enfrentamiento entre el neorrealismo y el cine de entretenimiento, la importancia de los cineclubs universitarios, la llegada de los americanos y el primer rodaje de una superproducción en Madrid, la férrea censura de las películas…
ZN: ¿Crees que este punto marca un antes y un después en tu carrera? ¿Volverías a trabajar con otr@s compañer@s o prefieres continuar como autora completa?
TV: He disfrutado muchísimo trabajando con otros compañeros y compañeras, se aprende un montón y te abre la mente a nuevas formas de hacer las cosas. Pero por ahora creo que voy a continuar como autora completa. Que Contrapaso haya funcionado tan bien de momento me ha dado mucha seguridad para emprender otros proyectos, en los que me gustaría además explorar nuevas formas de narrar, nuevos estilos gráficos… El cómic tiene tantas posibilidades que da pena quedarse demasiado tiempo en un solo lugar.
ZN: Muchas gracias de nuevo. Ojalá que 2021 siga siendo el año de Contrapaso y de Teresa Valero.
TV: Muchísimas gracias a vosotros. Un abrazo.
– Hace años que me cuentas tus casos sabiendo que no los puedo publicar, Casado. ¿Por qué lo haces?
– Porque no los puedes publicar. Y porque cuando no lo hago, luego les grito a mis hijos. Y eso no, Sanz. Eso no.
Un cadáver sobre el río helado, una botella de whisky DYC vacía o un cenicero a rebosar de colillas son los elementos propios del género que sirven como tarjeta de presentación en esta obra que publica Norma Editorial. La dictadura franquista es el escenario propuesto por Valero en una investigación que fusiona crimen y problemática social. La autora pone especial énfasis en la Ley de 1938 que definía a la prensa como un servicio público sometido a la organización, vigilancia y control del Estado y al periodista como un apóstol del pensamiento y la fe de la Nación. De esa forma, la pareja protagonista deberá regatear a la censura para conseguir la verdad. Una verdad que, estando ahí fuera, no puede ser descubierta. No hay peor ciego que el que no quiere ver. La fachada tenía que permanecer intacta puesto que la nación debía seguir mostrándose como Una, Grande y Libre, aunque la realidad se empeñase en demostrar lo contrario. Sin caer en el retrato fácil, Valero realiza una radiografía de la época dotando a la misma de una atmósfera opresiva. El Régimen asfixiante envenenó a una sociedad que acabó enfermando. A pesar de que lo que se cuenta no es real, Contrapaso está basado en hechos reales, en nuestro pasado. Un pasado que duele y que no debemos olvidar si no queremos repetir errores en el incierto futuro que tenemos por delante.
Contrapaso cuenta con una excelente narrativa. La investigación permite descubrir diferentes miserias del país tales como el machismo exacerbado, la opresión de la clase obrera, el abuso hacia la mujer o la persecución homosexual. Valero es capaz de tocar todas estas teclas conjuntamente y que todo fluya a las mil maravillas. Para llevar a cabo esta búsqueda de información contamos con dos personajes que no pueden ser más opuestos. Por un lado, tenemos a Emilio Sanz, un veterano periodista del diario La Capital que apunta diariamente la cantidad de cigarros que fuma, los vasos de whisky que bebe o la cantidad de comidas que realiza. Con un emblema de la Falange en la solapa, el cuadriculado Sanz deberá ejercer de cicerone, muy a su pesar, de Léon Lenoir, hijo de comunistas y novato de profesión. A pesar de sus diferencias, la pareja protagonista se complementa a la perfección. Ambos desean descubrir la verdad y acabarán por sentir cierta empatía el uno por el otro. Léon busca su sitio en la misma planta que trabaja Paloma, prima con la que tuvo un apasionado romance en el pasado y de quien sigue perdidamente enamorado.
Pongamos que hablo de Madrid. Valero recrea con maestría la ciudad del Oso y el Madroño. Gran Vía, Sol, Vallecas, o la cárcel de Carabanchel son algunos de los exteriores escogidos. La publicidad propia de la época de marcas como Martini, Camel, Cinzano, Okal o Sánchez Romate sirve para decorar edificios reconocibles. Salones de baile (Casablanca) o cafés (Fuyma) se postulan como los únicos oasis de felicidad para una población con todo tipo de limitaciones. Para el diseño urbano, Valero contó con la estimable ayuda de Juan Díaz Canales. La capital de España no es la única gran urbe del país que cuenta con protagonismo. Una breve expedición a Málaga servirá para esclarecer ciertos hechos del pasado que conectan irremediablemente con la muerte que tiene lugar al comienzo de Contrapaso.
La trama hilada por Valero es honesta y adictiva. Contrapaso es un cómic hecho con esfuerzo, talento y mucho, mucho cariño. Sin embargo, a nivel visual no se queda atrás. El amplio bagaje de la autora en el mundo de la animación permite presentarnos personajes tremendamente expresivos, cuidando al detalle el lenguaje no verbal. La luz y el color son las dos vigas maestras sobre las que se sustenta la ilustración. Cada una de las decisiones tomadas por Valero ayuda a que la lectura sea completamente inmersiva.
El subtítulo Los hijos de los otros hace referencia a la importancia del legado masculino en aquellos años independientemente de su procedencia. El patriarcado debía seguirse nutriendo con piezas afines que garantizase su estatus de poder. Las clases altas gozaban de impunidad a la hora de realizar tropelías sobre las menos favorecidas. Arriba y abajo. La división estaba justificada por la providencia divina. El poderoso lo era porque merecía serlo mientras que la miseria del pobre procedía de su alma oscura. El analfabetismo y la ignorancia siempre fueron (y siguen siendo) los grandes aliados del fascismo. Contrapaso es uno de los cómics del año y Teresa Valero presenta candidatura a todo. Una gratísima sorpresa que demuestra, una vez más, el inmenso talento del cómic español.
Teresa Valero no da puntada sin hilo en un cómic que tiene absolutamente todo a su favor para triunfar. Una trama adulta que engancha y pone el foco en una de las etapas más oscuras de nuestro pasado. La censura y la represión son solo algunos de los obstáculos que deberán sortear los protagonistas si quieren conseguir la verdad. No era país para soñadores. La investigación pone sobre la mesa temas tan terribles como los experimentos utilizados para curar la homosexualidad o que la paz no llega cuando termina la guerra. En un año en el cual estamos carentes de buenas nuevas, Contrapaso se presenta como el sorpasso de la temporada y Teresa Valero como la artista revelación. La edición de Norma Editorial incluye unas notas finales de la autora que ayudan a valorar más el proceso creativo. Las semillas plantadas por Valero (tanto el asesino en serie que anda suelto, como el pasado de los protagonistas) sirven como avance de lo que esta por venir. Si Teresa comanda la expedición, estaremos encantados de volver a viajar en el tiempo aunque ello signifique encararnos con desagradables fantasmas del pasado.
Lo mejor
• La cuidadísima ambientación permite que nos transportemos a los años 50 con suma facilidad.
• Teresa Valero reivindicándose como una de las autoras a seguir en los próximos años.
• La genial utilización de los demonios de nuestro pasado durante el proceso de invesigación.
Lo peor
• El hecho de ser una historia de género puede alejar a potenciales lectores.
• Algunos convencionalismos propios del noir.
• Su (inevitable) carga política puede hacer sangrar heridas que estén sin cerrar.
Píldoras Nacionales 60: Entrevista a Teresa Valero y Montse Martín, por Toni Boix.
Guión - 8.5
Dibujo - 8.8
Interés - 9
8.8
Contrapaso de Gigante
Teresa Valero da un golpe encima de la mesa con un cómic que sirve para inaugurar una serie con mucho potencial. Tanto la construcción de los personajes como su soberbia ambientación se combinan en una investigación fantásticamente gestada.
Acabo de terminar este tomo de contrapaso, y me ha encantado. Tengo q confesar q no había leído nada de Teresa Valero, pero ya estoy deseando q saque el segundo tomo, y otros a los q ya tenía echado el ojo (sin saber q eran de ella), como gentlemind, y Brujeando (para mi niña, y yo lo leo encantado) tienen muchos boletos para incorporarse en mi librería.
Cuando un cómic me gusta tengo una gran satisfacción, pero si además son autores nacionales, la satisfacción es doble y quedo encantado de hacer mi pequeña aportación comprando sus obras, muchas veces buscamos lejos lo q tenemos muy cerquita