Sábado a las 16:30. Dejamos la comida grupal para correr hacia el stand de ECC. Tienen algo de retraso, lo cual nos hace llegar a tiempo, a pesar de lo ajustado de todo. Una vez conseguimos entrar, vemos a un Janín cómodo, pero Él también ha corrido comiendo y justo después de nosotros tiene una sesión de firmas, con lo que el tiempo del que disponemos es ajustado. A pesar de todo, Janín se muestra como alguien afable y más que dispuesto a hablar de todo. Analizamos con él su ya mítico número cincuenta, su relación con Tom King y nos ayuda a entender cómo funciona el proceso creativo.
Gracias a ECC Ediciones y a Mikel Janín por su amabilidad y por darnos unas más que interesantes respuestas:
Vamos a dividir la entrevista en dos partes. Una más convencional, y en otra nos gustaría que nos analizases el número 50.
Mikel Janín: Perfecto. Así no tengo que volver a contar que soy arquitecto y demás (risas)
Bueno, pues empecemos. Poniendo el foco en el número 50. ¿En qué momento te diste cuenta de que estabas embarcado en un grandísimo proyecto?
Janín: Bueno, cuando hablaron y se mencionó la palabra boda, yo ya sabía que Batman nunca se había casado oficialmente, en la continuidad central. Sí en what ifs y en cosas de estas… Y entonces yo ya sabía que era mucha caña, ¿no? Se mencionó una vez de pasada: bueno, y luego vendrá lo de la boda. Entonces yo ya sabía que la boda iba a ser importante, como realmente fue. Tanto como los preparativos de la boda. En el número 44, me parece que era, cuando comenzó el arco previo a la boda. Y entonces ya hubo el tema del diseño de Joelle del vestido de Selina, empezamos a tocar el tema y ya, bueno… Entonces ahí ya sí que se iba viendo la bola que crecía.
¿Conocías el camino o te iba soltando píldoras Tom?
Janín: Yo no sé nada. Ni sabía entonces ni ahora. Es decir, yo me voy encontrando en cada el episodio, con el guion de Tom. Hay momentos en el que sí se hace cierta, pues digamos, reflexión del arco siguiente. “El siguiente arco va a ser básicamente de esto”, pero ya está. Yo no sé planes ni a largo plazo, ni a medio… Solo se prácticamente lo que pone en el guion y como mucho la sinopsis del arco completo. El arco en el que esté trabajando en ese momento.
¿Cómo lo trabajáis? ¿Te va pasando de páginas a páginas o te manda ya un guion completo?
Janín: Normalmente es el guion completo. Aunque a veces, por fechas o lo que sea, igual me manda cinco páginas o lo que tenga y luego ya el guion completo. Pero no suele ser así. Es muy raro que me lo vayan mandando por fascículos.
Desde fuera parece evidente el recorrido y que tienes que hacer el 50 tú sí o sí. Pero, ¿En su momento tú también lo veías claro?
Janín: Bueno, para empezar, no sabía que la boda era el cincuenta. Pero cuando se acercaba, sí, la boda iba a ser el cincuenta y me dijeron que lo iba a hacer yo. Aun así, tampoco sabía el 100%. Me dijeron: “tú haces el 48, el 49 y del 50 la historia principal”. Yo no sabía que significaba la historia principal. Si eran varias historias… A lo mejor eran ocho páginas y el resto eran historias de dos o de cuatro. No sabía. Hasta que no recibí el guion y vi la estructura en la que había una historia principal y cada dos páginas habría unas splash de diferentes autores… Hasta entonces, no sabía en qué consistiría esa historia principal.
Lees el guion y ¿Qué piensas?
Janín: Pensé que faltaban páginas (risas). Lo miré y volví para atrás… Esperate, ¿Dónde está la escena de la boda? No está. Va a haber un problema aquí… Pensé que cuando se filtró al New York Times que esa era una estrategia para que se pensara que ese era el cómic, incluido yo, y que luego hubiera, por ejemplo, otras páginas dibujadas por otro autor. Luego, en realidad, lo entendí perfectamente y soy de los que piensa que es lo que tenía que pasar. O sea que, cualquier otra cosa, hubiese sido lo mismo pero hecho de otra manera.
Se hubiese perdido el factor sorpresa.
Janín: Sí, incluso, aunque este hubiese terminado bien, a los diez minutos siguientes, tendría que haber venido un villano. No me creo que Batman ahora fuera como Reed Richards y Sue como Selina. La parejita feliz, y siempre con Robin. Nunca me lo habría creído.
Hablando ayer con Carlos Pacheco, nos contó que él sentía que la relación entre guionista y dibujante no debería ser como muchas veces es: uno por encima, otro por debajo… Si no que debería ser más una relación de colaboración entre ambos y que él no está para que el guionista le sorprenda. Querría que fuese más una relación de 50/50 y que ambos sorprendan al..
Janín: Al lector.
Exacto. ¿Tú como lo ves esto?
Janín: Sí, estoy de acuerdo. No es lo que ocurre en la mayoría de los casos. Pero creo que es real. Carlos parte de ahí. ES decir. Esa división entre guionista y dibujante no es automática. Es decir, conocemos el cómic europeo donde es muy frecuente que el cómic sea de un autor. Alguien que cuenta una historia y que sabe dibujar, mejor o peor. Y hay guionistas que dibujan regular, pero que tienen una historia muy potente, o lo contrario. Y esa división, que creo que nace de, digamos… Hay muchos ejemplos de colaboraciones en muchos estilos. No solo de guionista y dibujante. Eso es algo que ha cuajado, yo creo, por el método Marvel. Igual con el entintador. Si hay un entintador, no es porque haya alguien que sabe hacer muy bien las cosas a lápiz, y otro lo repase muy bien a tinta, sino porque hay que dividir el trabajo para llegar a una cierta periodicidad mensual con una determinada calidad gráfica. Lo mismo con el rotulista. En Europa, la gente se rotula su propio cómic, se hace todo… Mientras que en Estados Unidos se hace eso. Y cuanto más especialista, mejor. Es verdad que yo creo que esa división no tiene por qué existir. Y si existe, hay muchas formas de hacerla. Como dice Carlos puede ser al 50… Al final el cómic, es eso. El producto final tiene que estar dibujado. No es un guion que puedas mandárselo a alguien: “¡Venga, aquí está el guion! Ahora que venga alguien y que lo dibuje”. Tiene que ser forzosamente colaborativo. Y, además, los resultados se notan cuando son colaborativos. Cuando alguien recibe un guion, y se lo manda a su editor, y el guionista no está supervisando lo que pasa, pues es como una obra por partes, como a cachos.
Carlos ponía el ejemplo de: “seis páginas dibujando a Lobezno y llego a la página siete de guion y pone: “¡Y Lobezno se saca la katana de la espalda!”. Y él se queda en plan: “¿Y había una katana?” Con lo que tuvo que rehacer esas páginas.
Janín: Sí, esas cosas pasan. Además, yo con Tom… Además, Tom es dado a olvidarse esas cosas. Tom es muy escueto describiendo las cosas y es muy típico que yo le escriba: “vale, tenemos una fuga de Arkham con todos los villanos. ¿Están con uniforme o con traje de presidiario de Arkham?”. “Buena pregunta”, me dice… “Pues como Bane entró en esto y estaban prisioneros, ahora están todos libres. Pues todos de uniforme”. Vale. Pero si no haces la pregunta, pues tienes la duda. Ya uno es perro viejo, y lo busca antes. Pero sí, lo de la katana puede pasar perfectamente.
Ah, bueno, ya que lo dices, en los números previos a la boda, el Joker disparaba en una iglesia y mataba a todo el mundo. Y no sé en qué número, era claro que era una pistola que se había quedado sin balas. Entonces, se sacaba un cartucho lo metía. Y entonces me di cuenta: ¡He dibujado un revolver! ¡Mierda! Y, claro, entonces, en eso la gente se fija. Demasiados disparos para un revolver (risas). Seis, siete, no tiene más. Y, entonces, pues claro. Hay que estar atentos a esas cosas. Es un ejemplo de eso.
Volviendo al cincuenta, tu parte es la troncal. Pero miras la cantidad de autores que participan y es apabullante, ¿no?
Janín: Sí, sí…
Si existe, ¿Cómo gestionas esa presión?
Janín: Claro que existía. Pero lo que pasa es que me pude abstraer porque, primero, yo no vi las páginas hasta que el número salió publicado. Si yo estoy dibujando y me empiezan a mandar páginas de Jim Lee, de Lee Weeks y tal, creo que hubiese saltado por la ventana y ya está. Pero no los vi. Me dijeron que iban a participar muchos artistas, iba saliendo la lista completa en prensa y ves que “y este también, y este también”. Pero bueno…
(Le dejamos en su mano uno de los ejemplares de la boda. Lo ojea cuidadosamente). Si pudieras quedarte con una página, ¿Cuál sería?
Janín: Uy, no sé, vaya pregunta más difícil. A ver… No sé, la verdad que hay muchas muy buenas. ¿Qué te voy a decir? Así como con las portadas había de todo. Creo que había portadas variantes espectaculares y otras no tanto. Pero las páginas, la verdad es que cada una me parece espectacular. Todas, no podría elegir, la verdad. Porque hay muchas, por diferentes temas… Unas por la espectacularidad, otras por quién es… Pero vamos, no puedo.
¿Y de las tuyas?
Janín: ¿De las mías? De este número. A ver si recuerdo en las que salía. (señalando la splash del ojo de pez entre Selina y Bruce), esta gustó mucho, pero no era mi preferida.
A mí me chiflan las dos en las que sale Alfred.
Janín: Ajam. Sí, a ver, las de Alfred.
Y me parece alucinante, esta, la expresión que consigues en esas tres viñetas (página 25)
Janín: Es el único momento en el que Alfred pierde su temple
Correcto
Janín: Le pilla de sorpresa
Todo esto, ¿estaba en el guion?
Janín: La verdad que no me acuerdo. Supongo que sí, de alguna forma, sí. Que se emocionaba y… Recuerdo, por ejemplo, que las palabras finales eran: “se abrazan”. Tom es muy escueto. “Se abrazan. Emoción. Padre e hijo”. Mencionaba padre e hijo. No es su padre, pero sí que es la figura paterna de Bruce. Entonces eso era lo que sí describía. Lo que digo, Tom es muy… Usa siempre las metáforas, es decir, expresa la idea.
Son muy audiovisuales esos guiones, entonces. Más que literarios. Eres escueto, cuentas la trama y dejas que los demás trabajen sobre eso.
Janín: Sí, pero a la vez está todo ahí.
Sí, a nivel argumental.
Janín: Eso es. Por ejemplo, te dice que esto es una escena de padre e hijo. Entonces, tú lo tienes claro y quieres que eso esté.
No sé si es por el dibujante con el que trabaja o porque él se siente más cómodo así. Pero, por ejemplo, con Mitch Gerads, suele usar páginas con muchas viñetas. Quiero decir, que el 3×3 lo usa mucho.
Janín: Sí, él lo tenía desde el principio. Desde el primer guion. Yo, la verdad, es que era un poco enemigo de la página de 3×3. No es porque… Quiero decir, que en algunas obras funciona muy bien. Watchmen y tal. Porque el guion está así. En Watchmen es parte esencial de la obra y su ritmo. Ahí, solamente, con que la viñeta coja el ancho de dos, ya quiere decir algo. A veces es un splash, o coge toda la parte de abajo. Todo tiene un significado. Yo creo que, en el cómic mensual, normalmente no hay tiempo y es más constreñido. Muchas veces, si pasan muchas cosas, es más complicado meter nueve viñetas. Si quieres meter solo una cara hablando, funciona mejor. Entonces a mí me cuesta. En un principio, Tom me las ponía así y yo las cambiaba. Mantenía el número de viñetas, pero hacía una más pequeña, otra más grande… Y sé que a él es una cosa que le encanta hacer y lo ha hecho conmigo, lo ha hecho con todos… Y cuando, digamos, que Tom se adapta al dibujante. Por ejemplo, cuando yo estaba haciendo Grayson y él entró, yo estaba haciendo muchas dobles páginas espectaculares porque venían en el guion. Entonces a mí me da… Por ejemplo, en un número completo de Batman eran todo páginas dobles. Como que te lo daba para que tú hagas aquí lo tuyo. Y con Mitch o con Joelle, que han hecho mucho, aquí voy a hacer la típica… Tiene mucho de adaptación a cada uno.
Ya me di cuenta, de que emplea mucho eso, pero contigo no tanto.
Janín: Sí, son recursos distintos. Él es una cosa que sabe. “Este es para Mikel” y hace una cosa distinta que si es para Joelle.
Arranca el número con Bruce y Selina y no se vuelven a ver hasta la brutal splash. Hay una gran simetría. ¿Nos puedes contar cómo fue trabajar con ella?
Janín: Eso estaba todo en el guion. Porque él lo quería así. Yo podría haber empezado a trabajar sin darme cuenta de la simetría. Pero me avisó que iba a ser así: todo va a ser simétrico y en una página vamos a tener a Selina y en otra a Bruce. Excepto, como tú dices, en la doble, que es simétrica también. Ahí se encuentran. Esto tenía una dificultad. Venían de los extremos hasta el centro, que es donde se encuentran. Para que fuera claro y que funcionara, no me valía figuras del mismo tamaño. Tú lo vas leyendo y matas el movimiento y parecen que van hacia atrás tal y como las lees. Sabía que tenía que ser perspectiva y que se encontraran en medio. Y que estaban en una librería y que se veían. Era la única solución técnica que encontré. No es un mero artificio, tenía que ser una perspectiva circular y tal. Si no, que los dos se estaban mirando, los dos se encuentran en el centro y la perspectiva era forzada por el encuentro. Por el sistema de lectura. Quiero decir, si yo quiero dar claramente la sensación de que esta página se leía de derecha a izquierda, en vez de izquierda a derecha, tenía que mantener esto. Si no se vieran, cada uno podría venir de un lado y verse en el medio, pero como cada uno se estaban viendo, la forma era hacer esto. La perspectiva de ojo de pez en la que se vieran los dos extremos de la habitación desde este ángulo.
La deformación de la librería está muy marcada.
Janín: Sí.
Entiendo que te tendremos mucho tiempo en Batman.
Janín: Sí, en principio sí. Pero todo puede cambiar mañana. Pero yo estuve con Tom el otro día y me dijo: “tú haces el cien”. Y yo: “vale, guay”. Entre el cincuenta y el cien, todavía quedan varios números. Así que calculo que me quedan entre 6 y 12 números en Batman. Después acabará el arco de Tom, su etapa. Y después no sé lo que vendrá. Si yo seguiré en Batman, si Tom seguirá… Podría ser también que Tom haya acabado una historia y luego siga con otra. Pero yo doy por hecho, que se acabará la etapa, que entrará un nuevo equipo creativo… Ni idea.
¿Tienes alguna preferencia?
Janín: No, me lo preguntaron el otro día en DC. No tengo ni idea. No hay nada.
¿Y seguir con Tom King?
Janín: No, no es tampoco mandatorio. Si Tom quiere seguir en Batman, y me ofrece seguir también, encantado. Si me dice que quiere hacer otra cosa y me la ofrece, pues también encantado. Si me dicen que quieren que haga otra cosa, le diré adió a Tom, que espero que nos volvamos a ver y que coincidamos porque con él trabajo muy a gusto y que sin problemas. Que me tiene para lo que quiera y ya está.
¡Muchas gracias!