Entrevista con Xavi Torrents y reseña de Expediente Lindelof

Aprovechando la reseña del libro Expediente Lindelof, hablamos con su autor, Xavi Torrents, sobre la carrera del célebre guionista entre muchas cosas más.

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INTRODUCCIÓN

Quienesquiera que escuchasen el podcast que hicimos sobre Watchmen, sabrán que en el último programa tuvimos invitados de primerísimo nivel. Tres horas analizando con todo lujo de detalles lo que dio de sí la trama y la presencia de Álvaro Ortiz (antes de hacerse mundialmente famoso gracias a El Murciélago sale a por birras y Prdro y Maili), Antonio Runa (director de La Órbita de Endor), Borja Crespo (La Hora Canibal), Manuel Callejo (Destino Arrakis) Javier J. Valencia y Xavi Torrents. Precisamente, fue el ínclito autor de Universo Twin Peaks quien nos recomendó a su colega de El Pájaro Burlón para poner la guinda al pastel que estábamos preparando. ¿Los motivos? El propio Xavi se encontraba finalizando un libro que giraba alrededor de la figura de Damon Lindelof, por lo que su inmersión en la serie de HBO era total. Tanto mis compañeros Jordi T. Pardo, Mònica Rex, Nacho Teso como un servidor guardamos un gratísimo recuerdo de una experiencia que solo podemos definir como mágica. De hecho, si algún despistado aún no ha escuchado el programa en cuestión, al finalizar este artículo podrá solucionarlo con el reproductor que os hemos dejado.

A pesar de que los agradecidos debiéramos haber sido nosotros, los señores Valencia y Torrents (auténticas instituciones en lo suyo) nos dedicaron unas palabras bellísimas en su momento. Gracias, de corazón. No quedó ahí la cosa. Una vez Xavi terminó su libro (Expediente Lindelof) se puso en contacto conmigo para enviarme un ejemplar. No dudé en aceptarlo y le prometí un artículo a la altura de las circunstancias. Esto fue a comienzos de 2020. Desgraciadamente, la pandemia se empeñó en echar todos nuestros planes por tierra, incluida una entrada que ya había creado. Pasaron los meses y me puse en contacto con Xavi. No soy un Lannister, pero siempre cumplo mis deudas. De los cientos de entradas que he realizado en Zona Negativa, esta es una de las que más he disfrutado porque me ha permitido aflorar recuerdos que comenzaban a difuminarse. Gracias, Xavi.

ENTREVISTA A XAVI TORRENTS

Zona Negativa (ZN): Antes de nada, queremos agradecer a Xavi Torrents que comparta con nosotros este ratito. Bienvenido a Zona Negativa, Xavi.

Xavi Torrents (XT): Gracias por invitarme, es un placer compartir este rato con vosotros para charlar sobre todos estos temas.

ZN: Ha pasado más de un año desde la publicación de Expediente Lindelof. Probablemente, el año más raro de nuestra vida. Xavi, a pesar de la pandemia, ¿qué tal acogida ha tenido el libro?

XT: Bueno, desgraciadamente lo extraño y difícil que fue en todos los sentidos el 2020 también afectó a la acogida del libro, y esta no fue del todo muy amplia. Lo publicamos en enero de 2020, y empezamos a hacer la promoción, pero entonces llegó marzo, el confinamiento y ello obviamente afectó al recorrido del libro en los siguientes meses. Aún y con eso, con Dilatando Mentes hicimos toda la promoción posible a pesar de las circunstancias, pero sin la posibilidad de llegar a darle tanta visibilidad como habríamos podido en una situación de normalidad.

ZN: ¿Por qué hacer un ensayo sobre Lindelof?

XT: El motivo nace del hecho de que The Leftovers es una de las series que más me han gustado de los últimos años, y la considero una de las mejores producciones televisivas que existen a día de hoy, así que tenía mucho interés en escribir sobre ella. Pero obviamente a nivel de proyecto pensé que sería más interesante para el lector juntarla con la anterior serie de Damon Lindelof, Perdidos, y ver de qué forma podrían ambas dialogar entre ellas.

Xavi Torrents (derecha) es acompañado por Javier J. Valencia en la presentación de Expediente Lindelof en la Librería Gigamesh

ZN: ¿En qué momento surge Dilatando Mentes Editorial en tu vida y cómo sale adelante este proyecto?

XT: Su editor José Ángel De Dios es un miembro de nuestra web El pájaro burlón, y ya por 2017 Dilatando Mentes y otro de los pájaros burlones –Javier J. Valencia– habían empezado a gestar el que sería el excelente libro de Universo Twin Peaks. Así fue como ya empecé a mantener contacto con José Ángel y le comenté mi interés en escribir un libro sobre Damon Lindelof centrado en Perdidos y The Leftovers. Él me indicó que sería interesante incluir la serie de Watchmen que en breve se iba a estrenar en HBO, por lo que decidimos que empezaría a escribir sobre las dos primeras series y terminaría el libro escribiendo sobre la última en tiempo real a medida que se iba emitiendo. De este modo podríamos publicar el libro casi justo después de que Watchmen se hubiese emitido al completo. Y así lo hicimos.

ZN: ¿En qué orden situarías las 3 series de las que hablas en Expediente Lindelof?

XT: Si te refieres a orden de preferencia, por supuesto que para mí la primera y muy por encima de las otras es The Leftovers. Excelente en todos los sentidos. Después situaría a Perdidos por la increíble experiencia que fue a nivel personal, y por su impacto y relevancia en la historia de la televisión (más allá de lo decepcionante que fue su última temporada). Y por último Watchmen, que me gustó muchísimo más de lo que esperaba que fuese a gustarme, verdaderamente muy disfrutable.

ZN: Brian K. Vaughan, autor de Y: El último hombre, Ex Machina o Saga trabajó como guionista en Lost. ¿Conoces sus trabajos? ¿Identificaste alguna de sus particularidades en la serie?

XT: Conozco los trabajos de Vaughan, pero desgraciadamente no he leído mucho de él, solamente algo de Ex Machina, y por lo poco que leí identifiqué muchas similitudes sobre todo a la hora de estructurar la narrativa y descripción del personaje de Mitchell Hundred a partir de hacer viajar al lector a través de presente y pasado mediante flashbacks al más puro estilo de Perdidos. Aunque si lo pensamos también ello se vincula con Alan Moore y su Watchmen, de quien Lindelof siempre ha sido un total y absoluto fan.

ZN: ¿Consideras que Perdidos cambió nuestra forma de consumir series de televisión? ¿Se puede hablar de un antes y un después?

XT: Sí, totalmente. Fue la primera serie que creó lo que llamamos “fandom” en internet. Y fue en la misma internet, en los foros y redes sociales, donde Perdidos cobró una fuerza imparable. Desde bien empezada la primera temporada, la serie se convirtió en un motivo para llevar a cabo infinitos debates y discusiones sobre ella, formulando teorías y más teorías acerca de sus misterios. Ya habían existido series previamente con un gran impacto en la comunidad fan, pero no al nivel comercial y de “blockbuster” que logró Perdidos. En todo el mundo se hablaba de ella, se teorizaba sobre ella. A partir de entonces ya no se veía la serie, sino que más bien se “consumía”, en el sentido de las altísimas expectativas que despertaba cada vez más en los fans. Y de hecho Perdidos fue una serie que tomó conciencia de ello y durante sus primeras tres temporadas evolucionó en base a “escuchar” a sus fans: personajes como Hurley que no tenían un planteamiento inicial tan protagonista terminaban por tenerlo como consecuencia de que eran amados por el fandom. El impacto de la serie, global y sobre todo simultáneo en todo el planeta, fue algo que cambió para siempre la forma en que entendíamos cómo convivir con una serie. Por supuesto, todo ello hizo que cuando al llegar la última temporada el resultado no fuese el esperado, la insatisfacción que provocó fuese aún mayor.

ZN: ¿Cómo viviste el boom de aquella serie? ¿Tienes alguna anécdota relacionada con ella?

XT: Más que ninguna anécdota concreta, tengo el recuerdo de quedar con mis amigos en el bar y pasarnos horas y horas charlando sobre ella, teorizando y teorizando sin parar… Montándonos unas hipótesis divertidísimas siempre. Me acuerdo también del impactante final de la tercera temporada, con el famoso primer flashforward, ante el que me quedé petrificado en el asiento y automáticamente llamé a un amigo por teléfono para decirle simplemente “¡Uoooooooooooooo!”. Años después, en 2013, estaba viviendo y trabajando en Canadá, y un día paseando por Toronto encontré una pequeña cafetería que estaba totalmente decorada con merchandising de Perdidos, y me despertó ese recuerdo del gran impacto que había tenido la serie, desde una punta a la otra del planeta.

ZN: Leyendo tu libro, me ha sorprendido que el episodio “A través del espejo” (mi favorito) tuvo en Saw 2 su principal referencia. ¿Cómo de complejo y/o tedioso fue el proceso de documentación para llevar a cabo Expediente Lindelof?

XT: La verdad es que fue divertidísimo (risas). Es un proceso largo y al que le dedicas muchas horas, pero es muy gratificante, porque al fin y al cabo estás investigando y documentándote sobre cosas que te interesan mucho, y con las que disfrutas. Y a nivel de entrevistas siempre resulta muy enriquecedor leer o escuchar a Damon Lindelof: no solo es una gran guionista y creador de historias, sino que es también un cinéfilo en toda regla, por lo que le encanta hablar y reflexionar sobre cine y televisión, y sobre la forma y el medio en que ello se realiza. Siempre guardaré un recuerdo muy bonito del proceso de investigación y escritura de este libro, llegando a casa de trabajar y quedándome hasta las tantas ante el ordenador; cansado pero siendo muy feliz mientras lo escribía y lo veía crecer.

ZN: Igual que pasaría años más tarde con Juego de Tronos, varias series posteriores a Perdidos llevaron la etiqueta de “heredera” pero ¿cuál o cuáles crees tú que, realmente, se pueden categorizar así?

XT: Personalmente creo que no hay ninguna serie que pueda equipararse al fenómeno en el que se convirtió Perdidos. Y que conste que no estoy hablando aquí de la calidad en sí de la serie; obviamente ha habido y hay series mejores en cuanto a lo que su excelencia y propuesta se refiere. Me estoy centrando aquí en el fenómeno en sí. Series comerciales posteriores -o que convivieron con ella- tuvieron y han tenido muchísimo éxito, como pueden ser Battlestar Galactica, Los 100, Mad Men, Breaking Bad, Juego de Tronos… Pero la energía y alcance simultáneo del fenómeno de Perdidos es muy difícil de repetir. Estamos hablando de una bomba cuya onda expansiva rompió todas las expectativas y cambió para siempre la forma de ver, analizar y criticar las series, y a su vez la forma de realizar la propia producción televisiva. Quizás anteriormente Expediente X fue una serie que había alcanzado una etiqueta parecida de fenómeno mundial, sobre todo en sus temporadas 4, 5 y 6, pero sin duda Perdidos llevó ese impacto hasta cotas estratosféricas.

ZN: Elige tu personaje favorito de Perdidos, The Leftovers y Watchmen y explícanos los motivos de tu elección.

XT: De Perdidos es sin duda Locke. Siempre fue Locke. Por un lado, debido al actor que lo interpretaba, Terry O’Quinn: un verdadero portento y sin duda uno de los mejores de toda la serie, siempre excelente en su trabajo. Por otro, porque en sí el personaje representa siempre la máxima voluntad del ser humano de querer creer por encima de todas las adversidades y contextos, y eso precisamente es lo que hace que John Locke sea la tragedia personificada en Perdidos: es el elegido número uno, pero quien de una forma irremediable está por el contrario condenado a no ser nunca ese elegido. Locke siempre entiende que debe proteger la isla, sin saber cómo ni por qué, pero lo siente en su interior. Es claramente una de las fichas del tablero que mejor encaja en los objetivos de Jacob de sucederle, pero desgraciadamente el destino le depara un final trágico, del cual será imposible escapar.

En The Leftovers es Nora, interpretada por la magnífica Carrie Coon. El resto de protagonistas de The Leftovers, a lo largo de sus tres temporadas, tratan continuamente de buscar algo que vuelva a dar sentido a su vida, engañándose continuamente por ello. Pero Nora no, ella rompe completamente con eso; se da cuenta de que la realidad nunca volverá a ser la misma y que es imposible volver a darle sentido a su existencia. El personaje comprende eso, y así es capaz de vivir de forma más auténtica en el mundo que ha sobrevivido a la Ascensión, y debido a ello puede igualmente luchar por sí misma para salvarlo y para salvarse a sí misma, aunque para ello quizás deba sacrificarlo todo.

Y en Watchmen, mi preferida es Angela, Sister Night, interpretada excelentemente por Regina King. Es una creación original de Lindelof y se enmarca perfectamente en el universo que hereda Watchmen respecto el tebeo original. Es también un soplo de aire fresco que se adentra en una visión del mundo mucho más actual, abierta y progresista, donde este personaje puede ser una madre de familia, y al mismo tiempo una vigilante agresiva, violenta y fría, y a su vez una mujer que no esconde su sexualidad y la cual necesita de la compañía de su amante. Sister Night es también capaz de cambiar al Dr. Manhattan, de hacerle querer abandonarlo todo para poder vivir una vida feliz y normal junto al resto de mortales.

ZN: Al empezar a hablar sobre la muy filosófica The Leftovers planteas ¿Qué es la realidad? ¿Lo que uno observa o es lo que uno relata? Pero… ¿qué piensas tú al respecto?

XT: Lo cierto es que no tengo una idea total, absoluta y cerrada, sino más bien pienso que la realidad es algo ante lo que siempre estoy en constante y continuo proceso de conocimiento. Creo que uno de los muchos problemas que tenemos como especie es que nos creemos el centro de todas las cosas, cuando la verdad es que somos seres limitados por nuestros sentidos. ¿Cómo poder saber qué es la realidad si al fin y al cabo estamos limitados por lo que nuestros sentidos “nos dicen” qué es ese mundo que nos rodea? El ser humano se planta ante el mundo y dice “la realidad es esto, o aquello, o tal cosa”, pero realmente es nuestra experiencia acerca de todo ello a lo que nos referimos con esas palabras. Creo que hay muchísimas esferas de nuestra existencia que escapan a nuestra capacidad, y eso hace que el proceso de conocer la realidad sea algo que, en el fondo, nunca termina del todo y siempre está en continúo estado de “procesando”. Quizás todos “construimos” de algún modo nuestra realidad, al narrarla, al otorgarle un relato de lo que es nuestra experiencia en ella y con los demás. Tal y como hace Nora en el desenlace de The Leftovers, ante Kevin, narrando su relato, su realidad, su forma de estar en el mundo.

ZN: En Expediente Lindelof “El Punto Omega” tiene un peso muy importante ya que consigues relacionar The Leftovers y Perdidos a través de ello. A modo de trailer, para todos aquellos que aún no hayan leído tu libro, ¿Qué es “El Punto Omega”?

XT: (Risas) Ok, a modo de tráiler: El concepto del Punto Omega da origen con Pierre Teilhard de Chardin, un jesuita, paleontólogo y filósofo francés de mitad de siglo XX, y se termina configurando del todo con el físico estadounidense Frank J. Tipler a finales de siglo XX cuando integra las ideas de Chardin a su modelo teórico de cosmología, en el cual –simplificando mucho las nociones- viene a decir que en un futuro más allá del final de los tiempos surgirá un ser electrónico idéntico en esencia al Dios de Abraham, San Pablo y Mahoma; un Dios informático que, por el hecho de amarnos, reconstruirá cada uno de nuestros seres reintegrando todos los pensamientos y sentimientos que hayamos tenido. En esta muerte del Universo, toda la vida conocida convergerá en un desenlace caótico controlado por esta forma de vida avanzada: este momento más allá del fin es lo que Tipler constata como el Punto Omega. Ese ser más allá del ser nos resucitará por tanto a todos, a través del llamado proceso de emulación: una perfecta simulación computacional en la que, a partir de nuestro ADN particular, este ente futuro tendrá la capacidad de emular a todos los seres que alguna vez han existido y también a aquellos que podrían haberlo hecho. Es decir, generará y hará realidad todas las múltiples realidades que habrían sido posibles y en ellas a todos los seres humanos que existirían. De este modo, para cualquiera de nosotros, nuestra consciencia volvería a existir pero además sería capaz de recordar no solamente toda nuestra vida anterior, sino también todas las posibles vidas que podríamos haber tenido en todas y cada una de las realidades factibles.

ZN: ¿Has notado en algún momento de la pandemia sensaciones similares a las que nos proyectaban en The Leftovers? ¿Crees que los seres humanos tenemos más capacidad de adaptación en la realidad que en la obra de Perrotta?

XT: Durante la pandemia pensé en varios momentos en si estábamos en una situación parecida a la de la serie, sobre todo por su excepcionalidad, pero en The Leftovers eso es muchísimo más radical y absoluto, pues ahí lo que acontece es un evento de máximas proporciones que no tiene explicación alguna. El virus del Covid vamos sabiendo lo que es y cómo ir afrontándolo, pero en la serie de Lindelof no hay nada, no se sabe por qué ocurrió lo que ocurrió ni en qué modo ni a dónde han ido los desaparecidos, ni siquiera se sabe si han ido a alguna parte. La desesperación es la de una situación muchísimo más límite porque no hay ninguna lógica o explicación plausible a la que aferrarse.

ZN: ¿Crees que, en The Leftovers, tuvo algo que ver Thanos con la desaparición del 2% de la población?

XT: (Risas) Me encantaría, porque plantearía un crossover increíble de historias y personajes. Pero no, no lo veo factible. Más que nada porque la intención de The Leftovers siempre fue desde el principio de la serie la de no centrarse en el porqué de la desaparición, precisamente porque ese vacío de sentido, de explicación, es lo que provoca que los protagonistas estén tan absolutamente perdidos en la vida y en su existencia. Un nihilismo total y autodestructivo. Por muy doloroso que fuese el chasquido de dedos de Thanos para los que sobrevivieron, por lo menos sabían el motivo y lo que lo causó, e incluso podían tener y mantener la esperanza de revertirlo. En The Leftovers eso es imposible de plantear o concebir, lo que hace que sus vidas sean aún más desesperanzadoras.

ZN: Max Richter se marca un trabajazo en la partitura de The Leftovers, igual que hizo Michael Giacchino en Lost y como harían posteriormente Trent Reznor y Atticus Ross con Watchmen. ¿Cuál de las tres series crees que perdería más punch sin banda sonora?

XT: Sin duda Perdidos. De las tres series es la que más bebe del espíritu del blockbuster que engendraron Steven Spielberg y George Lucas en los 70 y 80 con Star Wars, Indiana Jones, Tiburón, ET, etc… Ese tipo de película comercial, destinada a reventar taquillas, y en la que la banda sonora se fundamentaba y estructuraba casi como un resorte más que prácticamente obliga al espectador a emocionarse cuando las partituras así lo comandan. Y Perdidos hace exactamente lo mismo. Ciertamente el guion y el arco narrativo de sus personajes tiene mucho que ver con los momentos en que como fans nos emocionamos con la serie, pero su banda sonora tuvo y sigue teniendo un poder inigualable para dejarnos con el corazón en un puño. Y si lo pensamos, Michael Giacchino es llamado habitualmente el heredero espiritual de John Williams, quien fue precisamente el que junto a Spielberg y Lucas cimentaron esta fórmula de blockbuster que tiene una increíble orquesta sinfónica detrás y que a lo largo del metraje va tejiendo y conduciendo la emocionalidad en el interior de los espectadores.

ZN: Volviendo al tema emocional, comentaba nuestro compañero Cristian Miguel Sepulveda al terminar de ver The Leftovers el año pasado que estaba roto en todos los sentidos. ¿Qué sentimientos te dejó su final? ¿Lo consideras como el más redondo de las tres series que analizas?

XT: Es muy interesante porque es una serie que ofrece una experiencia muy personal según cada persona, y creo que eso es lo que la convierte a su vez también en una producción televisiva muy única y especial. En mi caso, The Leftovers, a lo largo de sus tres temporadas, me fue llevando continuamente a estados de tristeza y dolor, en los que lo pasaba muy mal con las tragedias e infortunios de los protagonistas. Sin embargo, su desenlace y, sobre todo, su escena final en la que Nora y Kevin hablan tras su reencuentro, me dejó muy satisfecho y me pareció un final tremendamente bello y feliz. Creo que es una excelente conclusión, una de los mejores que he visto en una serie de televisión, y una de mis preferidas. En este desenlace, y dejando atrás todas las posibles teorías, explicaciones y sufrimientos de los personajes, lo que en última instancia encontramos es a nuestros dos protagonistas frente a frente, mirándose a los ojos, y uno escuchando el relato de la otra, y creyendo en ella. Todos acompañamos a Nora mientras narra su relato. Y su relato construye una verdad, una realidad. Del mismo modo que lo hizo el libro que escribió Matt sobre Kevin. Así como hacía Holy Wayne en su ritual donde abrazaba a las personas para arrebatarles su dolor. De igual manera que llevó a cabo Patti Levin con todos sus Remanentes Culpables. Durante las tres temporadas todos los personajes han estado intentando encontrar un sentido para sus vidas, un propósito por el cual seguir levantándose por las mañanas y seguir viviendo. Nora cree en lo que experimentó al usar la máquina y viajar a la otra realidad. Y Kevin cree en ella. Y más allá de las muchas posibles futuras odiseas psicóticas, espirituales o inter-dimensionales que pudieran suceder, al final de todo, Damon Lindelof y Tom Perrotta nos dejan un sencillo cuadro en el que dos personas se cogen de la mano, mientras llorando y sonriendo se miran tiernamente a los ojos, y creen en la realidad que comparten entre ambos.

ZN: En el libro dejas constancia de que Lindelof ya avisó antes de que comenzase The Leftovers que las grandes preguntas de la serie no iban a ser respondidas. Tras lo ocurrido con Perdidos ¿Piensas que fue a modo de prevención? ¿Crees que ese punto de partida tan atractivo no es sino un gran macguffin para tratar temas como la perdida y, de esta forma, poner a sus protagonistas contra las cuerdas para exprimirles al máximo?

XT: Totalmente. Es así, sin duda. Creo que cuando el libro de Tom Perrotta se convirtió en un éxito y se empezó a mover para que fuese adaptado, Lindelof vio en ello una posibilidad para llevar a cabo una producción que fuese lo opuesto en muchos sentidos a toda la polémica de Perdidos por su desenlace. La baza a la que siempre juega The Leftovers es a que no te va a dar ninguna explicación del evento extraordinario que ha ocurrido, sino que se va a centrar en las consecuencias de dicho evento, y en el profundo dolor existencial de los personajes tras su pérdida. Y sí, a su vez, el hecho que desde el principio Lindelof avisara por activa y por pasiva de que no habría explicaciones al misterio era claramente una prevención a todos los espectadores para dejar bien claro que esto no era Perdidos.

ZN: ¿Cuáles dirías que son las principales virtudes de Lindelof como guionista?

XT: Desde mi punto de vista, Lindelof es, por encima de todo, un creador de historias, un storyteller. Eso es lo que se le da verdaderamente bien, es en lo que es excelente. Es decir, por un lado, el crear el mundo en el que viven los personajes, su contexto, sus situaciones, de dónde viene todo y hacia dónde va; y por otro, la elaboración de la cosmología de personajes, tanto los más protagonistas como los más secundarios, y la confección de sus arcos narrativos. En eso es un genio. E hilvanado con todo ello, es un maestro a la hora de confeccionar las tramas y trasuntos de sus historias con temáticas tremendamente espirituales, teológicas y filosóficas que profundizan muchísimo en lo que significa el ser humano y vivir en este mundo. Y lo que más me encanta de ello es que los temas y conceptos que plantean dichas narrativas siempre acostumbran a enraizarse en una profundidad temática, espiritual e incluso poética que conlleva un estímulo y una invitación a abrir puertas. No se trata de una voluntad de convencernos de algo o convertirnos a nada, sino apelarnos a cuestionar aspectos e ideas que podemos pensar o creer, de las cuales podemos estar plenamente convencidos, pero no para llevarnos a su terreno, sino para abrir nuestra mente, y entender que pensar en absolutos, en maniqueísmos y en opuestos radicales no suele tener una correspondencia con lo que nos encontramos en la vida.

ZN: ¿Y sus principales defectos?

XT: En ocasiones peca de querer combinar demasiado un tono y formato de profundidad narrativa y estructural como el de The Leftovers con un halo más comercial y de puro estilo blockbuster. Eso provoca que a nivel de trama y coherencia narrativa, y por culpa de querer establecer un ritmo más espectacular y comercial, se dejen poco trabajados varios detalles que terminan por ensuciar ligeramente lo que podría haber sido un resultado excelente en muchos momentos. Es como si después de crear el mundo de los personajes, sus cimientos y los arcos narrativos de los protagonistas, cuando ese universo ya vive y existe, a Lindelof en ocasiones le entran las prisas por resolver algunas tramas demasiado rápido, o con un aura excesivamente gratuita y comercial, que se aleja mucho de lo bien que había fundamentado todo en un inicio. Perdidos obviamente tiene muchísimo de eso en su última temporada, y el último episodio de Watchmen también peca de ello.

ZN: Aunque gracias a sus trabajos en televisión, Lindelof tenga legión de fans, lo cierto es que en sus proyectos cinematográficos la cosa ha sido muy diferente ¿Por qué?

XT: Creo que el motivo principal está relacionado con lo que te comentaba en una respuesta anterior, y es el hecho de que Lindelof es excelente en crear un universo temático, argumental y de personajes, dándole forma a nivel de cosmogonía. Crear el mundo en el que viven los personajes, su contexto, sus situaciones, de dónde viene todo y hacia dónde va. Y ello es precisamente mucho más idóneo de hacer en una serie de televisión. En ese medio televisivo, la creación del mundo de la historia abre muchas más posibilidades de profundización, por la extensión, duración y metraje correspondiente que se le va a otorgar. A fin de cuentas, una película tiene una duración limitada, donde dicha labor de creación de la historia y el arco de los personajes no va a contar con tantas oportunidades de dedicación. A pesar de ello, pienso que Lindelof en alguna ocasión sí que ha participado en proyectos cinematográficos que han conseguido éxito y reconocimiento crítico, como por ejemplo Star Trek: En la oscuridad, en la que ejerció de productor y guionista, y la película resultó ser un más que notable blockbuster espacial. Pero sí, ciertamente Lindelof se mueve mejor y más cómodo en el medio televisivo, sin duda.

ZN: ¿Cómo llegas a la serie de Watchmen? ¿Eres fan de la obra original? ¿Te daba miedo lo que podíamos encontrarnos?

XT: Soy un gran fan del cómic original de Alan Moore y Dave Gibbons. Creo que para cualquier aficionado a los cómics, es claramente una obra de cabecera por antonomasia. Y en cuanto a la serie de HBO, lo cierto es que llegué a ella y me interesé por ella a través de Damon Lindelof. Como te decía antes, la serie de The Leftovers me encantó y se convirtió en una de mis producciones favoritas, por lo que estaba muy expectante ante cuál iba a ser el próximo proyecto de Lindelof. Y ya desde las primeras entrevistas que él concedió al respecto, dejó claro que no iba a ser un remake y que la idea era hacer algo nuevo pero planteando la novela gráfica original como los cimientos en los cuales se iba a fundamentar. Tal como él decía, el tebeo original iba a ser el Antiguo Testamento, y esta serie iba a ser el Nuevo Testamento. Por lo que tuve mucha confianza en que iba a ser una serie muy interesante.

ZN: Comentaba nuestro compañero Igor Álvarez Muñiz que su mayor problema con Watchmen es que la obra original es muy conceptual y la serie está vacía en ese sentido ¿Estás de acuerdo con esta afirmación?

XT: Pues la verdad es que no. Creo que a nivel conceptual, la serie de HBO contiene una profundidad temática muy potente, quizás diferente a la del cómic de Moore, y seguramente mucho menos compleja, pero en absoluto diría que esta serie está vacía en ese sentido. Hay una profundización temática muy poderosa en cuanto a cuestiones como el racismo y los discursos de odio resultantes de ideologías supremacistas, alrededor de los cuales se teje la trama y el arco narrativo de los personajes. Se construye así una historia que quiere reflejar ese tipo de temas de nuestro mundo actual, de la misma manera que Alan Moore lo hizo en el cómic original con el contexto histórico y político de aquel momento. Y a su vez, la serie nos cuenta una historia de superhéroes que lleva a cabo una deconstrucción de la figura del héroe de cómic, de igual modo también que lo hacían las viñetas originales. ¿Es conceptualmente diferente a la novela gráfica original? Sí, por supuesto, son obras distintas en muchos sentidos. Pero eso no quiere decir que, conceptualmente, la serie de HBO esté vacía, en absoluto.

ZN: ¿Cuáles consideras que fueron los principales aciertos de esta miniserie?

XT: Lindelof quería mantener como canon fundamental el cómic original, pero a su vez arriesgarse a recorrer un mundo nuevo para poder forjar una personalidad única y propia. Y desde mi punto de vista, lo consiguió con creces. La serie es una secuela notable, valiente e inteligente, que logra respetar el espíritu original compuesto por Moore y a su vez consigue crear algo nuevo y diferente partiendo de ese Antiguo Testamento como base, pero sin necesidad para ello de alterar el material original, sino conformando una relectura muy interesante del cómic, y muy arriesgada, llevando el espíritu original al lenguaje televisivo actual, y también al contexto social y político del momento, poniendo en primer plano cuestiones fundamentales como el racismo y los discursos de odio supremacistas. La serie plantea estas cuestiones, se posiciona ideológicamente en ellas, y refleja nuestro mundo actual de la misma manera que Moore reflejaba en el cómic original el contexto histórico y político de aquel momento, logrando configurar un nuevo universo que dialoga con pasado y presente de la novela gráfica pero también con nuestro propio pasado y presente.

ZN: ¿Te gustaría que hubiese una segunda temporada?

XT: Sí, me gustaría, si fuese Lindelof u otra persona que tratara de continuar el universo que la primera temporada confecciona. Pero, a su vez, creo que es una temporada notable y que, si se queda así, es genial también. Un final abierto, y se baja el telón. Quién sabe, quizás dentro de unos años llega alguien con una idea muy interesante para proseguir lo que se ha hecho ahora. Si algo tiene el universo de Watchmen es que se pueden hacer relecturas muy válidas y que permitan crear historias muy relevantes para ser contadas.

ZN: Eres un apasionado de la ciencia ficción, recomiéndanos una peli, una novela y un cómic de este género que no sean demasiado conocidos.

XT: Bueno, no sé si serán poco conocidos o no para vosotros o para vuestros seguidores (risas). En cuanto a películas, recomiendo muchísimo Primer, dirigida por Shane Carruth en 2004. De novelas, hace unos meses me leí Las estrellas mi destino, de Alfred Bester, que nunca la había leído y que mis compañeros de El pájaro burlón siempre me la habían recomendado. Y es una obra maestra sin duda alguna. También recomiendo mucho La guerra interminable, de Joe Haldeman, y La señora de los laberintos, de Karl Schroeder. Y en cuanto a cómic, la verdad es que siempre que me piden recomendación de un cómic digo el mismo: toda la saga de Starman de James Robinson, inconmensurable.

ZN: Vudú y Terror Rural y Paganismo son los títulos que varios miembros de El Pájaro Burlón habéis realizado sobre El ocultismo en el cine. ¿Hay posibilidades de que veamos un tercer volumen?

XT: Por supuesto, ya estamos trabajando en él de hecho. Se titulará Lucifer, pacto fáustico y posesión demoníaca, y como su nombre indica estará centrado en la figura del Diablo en la historia del cine, lo que nos llevará a analizar un gran número de películas de décadas varias: Häxan, Fausto, El hombre que vendió su alma, El fantasma del paraíso, El corazón del ángel, The Devil Rides Out, Satán mon amour, Pactar con el diablo, La novena puerta, La Pasión de Cristo, La semilla del diablo, La profecía, El príncipe de las tinieblas, El día de la bestia, El exorcista, Posesión infernal, Ángeles y demonios, entre muchas y muchas más.

ZN: Para terminar, háblanos un poquito de tus próximos proyectos.

XT: Bueno, actualmente mi próximo proyecto es precisamente ese tercer volumen de la colección de El ocultismo en el cine. Sobre todo porque en este tercero me encargo yo de coordinarlo, así que es en lo que estoy trabajando actualmente. Tras ello, nos centraremos en el cuarto volumen también. Y por otro lado, me gustaría volver a escribir y publicar relatos de ciencia ficción y fantasía, durante el próximo año o así si es factible. Veremos qué tal va todo y si es posible.

ZN: Te damos las gracias de nuevo y mucha suerte con lo que esté por venir (ya sea con Lindelof o sin él)

XT: ¡Muchas gracias a vosotros por invitarme!


Reseña de Expediente Lindelof

Edición nacional/ España: Expediente Lindelof. Dilatando Mentes Editorial.
Autor: Xavi Torrents.
Portada: Octavi Segarra.
Páginas: 324.
Formato: Rústica.
Precio: 18,95€.

«Eran… felices. Y entendí que ahí en ese lugar, ellos eran los afortunados. En un mundo lleno de huérfanos, todavía se tenían los unos a los otros. Y yo era un fantasma… Yo era un fantasma que no pertenecía a ese lugar» Nora Durst

El barcelonés Xavi Torrents Valdeiglesias nació en 1985. Cualquiera que vea su curriculum vitae, entenderá que estaba destinado a sacar el bisturí para diseccionar unas series con tanta miga como Perdidos, The Leftovers y Watchmen. Las tres con un denominador común: Damon Lindelof. El autor catalán fue licenciado en Humanidades por la Universidad Pompeu Fabra de Barcelona y cursó estudios de Filosofía Contemporánea, así como también de Teoría y Crítica Cinematográfica. Cofundador de El Pájaro Burlón, Torrents publicó en 2015 el libro de relatos Gotas de lluvia quebradas. Con semejante bagaje, Expediente Lindelof se antoja como la evolución natural de un autor que tiene mucho que contar.

Por su parte, Damon Lindelof nació en Teaneck hace 48 años. Además de las series tratadas en el libro editado por Dilatando Mentes, Lindelof ha participado tanto en la escritura como en la producción de películas vistas en salas de cine. Cowboys & Aliens, Prometheus, Star Trek: En la oscuridad, Guerra Mundial Z o La Caza son algunos de los títulos más relevantes. Sin embargo, el reconocimiento global viene dado por sus trabajos en la pequeña pantalla con productos capaces de sorprender y emocionar a partes iguales.

Una vez engullido Expediente Lindelof, lo primero que debemos decir es que su digestión no ha sido para nada pesada. Lejos de abrumar al lector con infinidad de datos, Torrents acierta con la tecla gestando un relato para todo tipo de público. Su virtuosa accesibilidad solo se topa con un obstáculo: las obras seleccionadas. Quienquiera acercarse a esta recomendable experiencia, debe pasar primero por un peaje audiovisual. En mi caso no fue necesario puesto que son, por diferentes motivos, tres de mis series favoritas. Si fuese preciso, todo tiene solución. Perdidos puede verse en Amazon Prime/Disney +, mientras que podéis hacer lo propio en HBO con The Leftovers y Watchmen. El precio a pagar vale muy mucho la pena.

Como si de una máquina de recolectar recuerdos se tratase, Torrents hace las veces de guía en un entorno que conocemos bien, pero que aún nos sigue sorprendiendo. Aunque haga un repaso por los diferentes eventos clave de dichas producciones y los ordene cronológicamente, Xavi no se limita a quedarse ahí. Expediente Lindelof no es un resumen, ni una disertación académica. Más bien, el autor nos plantea diferentes cuestiones para que nosotros, como lectores, tomemos parte, convirtiéndonos en agentes activos. Siempre desde el máximo respeto, Torrents se moja cuando considera que debe hacerlo y busca enfoques con perspectivas desconocidas pero igualmente interesantes.

Todas las herramientas intelectuales y filosóficas al alcance de Torrents son utilizadas en una narración tan absorbente como atractiva. Cada elemento crucial es abordado al detalle sin llegar a abrumar al lector, proponiéndonos reflexiones que despiertan nuestra atención y manifiestan la riqueza de las tres series analizadas.

El viaje de Torrents no es excesivamente largo, ni corto. Dura exactamente lo que tiene que durar. El ensayo viene acompañado de algunas fotografías, grabados e ilustraciones que se comportan a modo de estaciones de servicio antes de continuar el viaje. En la larga marcha, que diría Stephen King, nos acompañan Jack Sheppard, Sister Night, Nora Durst, John Locke, Kevin Garvey, Doctor Manhattan y un largo elenco de inolvidables personajes que perdurarán en la eternidad. El viento sopla a favor para el autor catalán que con paso firme avanza explorando cada rincón de tres producciones que bien pueden considerarse historia de la televisión.

¿Qué? ¿Quién? ¿Cuándo? ¿Cómo? ¿Dónde? Preguntas que Xavi se anima a responder una vez reposado el visionado de todos y cada uno de los episodios que componen las diez temporadas que formarían entre las tres series. Javier J. Valencia, fiel compañero de viaje, es el encargado de escribir un precioso prólogo y ceda el testigo a Torrents para que este ponga el foco sobre Damon Lindelof, verdadero macguffin de esta historia. Porque, si bien al comenzar estas líneas subrayábamos la capital importancia del guionista de Nueva Jersey como motor del libro, lo cierto es que cada capítulo del mismo trasciende a un plano superior. La criatura pudo con su creador. Perdidos, The Leftovers o Watchmen son series de culto que han provocado acalorados debates y a día de hoy siguen generando controversía. Algo tendrá el agua de Jarden (Texas) cuando la bendicen. La misma bendición que merece Xavi Torrents y su estupendo libro Expediente Lindelof. Una obra que, como las series que analiza, no tiene fecha de caducidad.


TENEMOS QUE HABLAR DE DAMON, POR SERGIO FERNÁNDEZ ATIENZA

Tal y como he comentado en varias ocasiones a lo largo de esta entrada, la lectura de Expediente Lindelof ha posibilitado que mi memoria trabajase un poco más que de costumbre. Probablemente, Damon Lindelof nunca leerá estas palabras, pero si así fuera… millones de gracias. Como explicaré a continuación, cualquiera de las tres series significa mucho para mí y aún sabiendo que Lindelof estuvo muy bien acompañado en la concepción de todas ellas, es inevitable percibir un ADN propio. Esas señas de identidad fueron las que cambiaron mi concepción de consumir productos televisivos.

Perdidos marcó un antes y un después en mi vida, resultando ser una completa adicción. Gracias a la serie de J.J. Abrams comencé a ver ficciones en versión original y por culpa de Jack, Kate, Locke y compañía pasé largas noches en vela, realizando maratones imposibles. Perdidos hizo que me llevara un pequeño portátil de vacaciones para ver el capítulo pendiente con mi pareja y fue la causa de que tuviera una pequeña bronca en un bar de fiesta. Cuando todavía no existían las plataformas streaming, el pirateo era la única manera de igualar condiciones con el otro lado del charco. De esta guisa, lo primero que hacía nada más levantarme cuando colgaban un capítulo era ponerlo a descargar para que, raudo y veloz a la vuelta de la universidad lo devorase, incluso, antes de comer. Acto seguido entraba en la web de Lostzilla para que las distintas teorías elaboradas por el recién nacido fandom, me volasen la cabeza.

En mi última gran cena familiar, con casi 30 miembros sentados, tan solo mi abuela y mis padres no seguían dicha serie. El hecho de que tí@s y prim@s que jamás se habían acercado a géneros como el fantástico o la ciencia ficción discutieran sobre “la escotilla” o los viajes en el tiempo me resultaba deliciosamente surrealista. Todo lo bueno se acaba. El último esfuerzo supuso madrugar para despedirme de la serie de mi vida. Después, el vacío. Un vacío que he ido rellenando con series como The Leftovers, la cual me parece una de las más especiales del presente siglo.

Adaptando el libro de Tom Perrota y manteniendo el misterio de Lost, Lindelof canjea aventura por el más desgarrador de los dramas. The Leftovers es un absoluta obra maestra no apta para todos los paladares. Por último llegó Watchmen. La serie secuela de mi cómic favorito. Casi nada lo del ojo. Como ocurriera con Perdidos, el visionado de esta producción de HBO se convirtió en una experiencia cuasi religiosa. Inesperadamente, formé parte de un poker de locos que semanalmente analizaba lo que había dado de sí cada episodio. Lindelof afianzó mis lazos de amistad con quienes ellos ya lo saben. Gracias, Damon, por tanto. Gracias (de nuevo), Xavi, por recordármelo en tu maravilloso libro.


UNIVERSO LINDELOF, POR ZONA NEGATIVA

Cristian Miguel Sepúlveda: Si Lost es un excelente ejercicio de narrativa coral y una de las responsables de la edad de oro de las series que estamos viviendo ahora mismo, en Leftovers, lo verdaderamente interesante no es el misterio con el que comienza la historia, sino la forma en que nos expone lo mejor y lo peor del ser humano ante las mas trascendentales preguntas, con una narrativa que pone las emociones del espectador a flor de piel.

Gustavo Higuero: Perdidos es la serie que amalgama en su seno todas las filias de una sociedad obsesionada con la información y el miedo a lo desconocido.

Igor Álvarez Muñiz: Un anuncio fue lo único que necesité para apuntarme en la cabeza la fecha del estreno de Perdidos. Un avión que se estrellaba en una isla fue suficiente para ponerme delante de la televisión y ver de qué iba aquella serie. Recuerdo perfectamente ese primer capítulo, unos personajes atractivos en una misteriosa isla y un episodio maravilloso ya me tenían dentro, pero admito que fue el ruido del final y el movimiento de los árboles lo que me hizo querer volver una semana después. Lo que no sabía es que eso se repetiría durante años. Perdidos me supuso un gran viaje. Pura historia de la televisión.

Jordi T. Pardo: Perdidos es el kilómetro cero de la ficción televisiva moderna. Es la serie que ha inspirado a multitud de creadores posteriores. La que ensayó nuevas narrativas que estaban destinadas a romper con la linealidad de las historias anteriores. La que dejó a un lado la monotonía de los procidementales y tuvo la valentía de plantear ciencia ficción para el gran público. Es la producción que llevó la relación con el espectador a un nuevo nivel. La historia que nos atrapó con sus misterios insondables, sus carismáticos personajes y su atractiva mitología. Y también es la que que nos mostró como nunca hay que concebir el final de una serie.

Juan Luis Daza: Como si de un elseworld alternativo de la obra maestra en viñetas de Alan Moore y Dave Gibbons se tratase Damon Lindelof consigue capturar en Watchmen la esencia sociopolítica del que es considerado el mejor cómic de superhéroes de la historia. Con una precisión milimétrica en la puesta en escena, un guión de solidez inapelable y personajes repletos de claroscuros el racismo se convierte en el centro neurálgico de un proyecto que hace palidecer la encomiable, pero efectista, versión cinematográfica del endiosado Zack Snyder.

Mónica Rex: Personalmente, Watchmen me reconcilió con el ritmo episódico en las series para plataformas. Además de permitirme hacer algo diferente a lo que venía haciendo en el podcast, un formato muy libre, donde todas las locuras creativas tenían espacio.

Nacho Teso: Watchmen me confirmó que el formato semanal es el que más disfruto. Además, es tan buena que me hizo revalorizar el cómic original (de hecho, me gusta más que aquel). Redondear eso con la experiencia de grabar un podcast por episodio con compañeros sensacionales no hace sino confirmarme que es una de las experiencias televisivas más especiales que se pueden disfrutar.

Raúl Gutiérrez: Antes, mucho antes del chasquido de Thanos en Infinity War, Leftovers nos ayudó a imaginar como sería un mundo en el que de la noche a la mañana, una parte considerable de su población se esfuma sin dejar rastro. El 2% de la población de la Tierra dejaba a muchas familias y amigos huérfanos de los suyos, desembocando todo ello en un mundo muy distinto al que los desaparecidos habían dejado y en el que Damon Lindelof supo tratar el trauma de la pérdida de los seres queridos, y el de la culpa del superviviente, mejor que el más profesional de los terapeutas.

Samuel Secades: La odisea de Kevin Garvey y Nora Durst es el gran viaje catártico que necesitaba la televisión del siglo XXI para hablarnos del dolor y la pérdida, del duelo y la reconstrucción del alma. La obra más íntima y a la vez más épica y trascendental de Lindelof. En mi opinión, su obra maestra.

Luis Javier Capote: Algún día tendría que ponerme a ver Perdidos. 25-05-2020


Enlaces de interés

¿Qué tal el final de Perdidos?, por José Torralba.

La visión de Lindelof de Watchmen, por Víctor José Rodríguez.

Reseña de Love is Love, por Juan Luis Daza.

Crítica deTomorrowland: El Mundo del Mañana, por Samuel Secades.

Reseña de Ultimate Hulk vs. Lobezno & Iron Man, por Alejandro Ugartondo.

Universo Twin Peaks de Javier J. Valencia, por Juan Luis Daza.


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Linkin Boy
Linkin Boy
Lector
28 abril, 2021 21:12

Perdidos es, para mí, LA SERIE. Volví a verla el año pasado tras 10 años desde la última vez y, vista del tirón, gana muchísimo. Eso sí, volví a llorar con el último capítulo como la primera vez que lo vi. Ninguna serie me ha calado tanto y, probablemente, ninguna me calará así.