Hoy desde nuestra casa entrevistamos a uno de nuestros colaboradores de la sección de DC; Pablo Menéndez. Esto es debido a que tras mucho trabajo ha logrado meter un pie en el mundo editorial, quien junto a Guillermo Galeote en el apartado gráfico, de manos de la editorial Cascaborra, publica este 14 de abril su primera obra en el mundo del cómic, La fortaleza del tiempo. Antes de meternos con la entrevista veamos un pequeño resumen de su vida y obra.
Pablo Menéndez (Madrid, 1997) es escritor y guionista. Estudió Cómic y Diseño Gráfico en ESDIP, donde formó parte del colectivo Mito-ilógicos junto a Aitor Aguileta y Guille Galeote, con quien ganó el premio a mejor cómic en la segunda edición de la Mostra´t Gandia (2018). Como escritor, ha publicado las novelas Otro Mundo Azul (Imágica, 2020) y La Realeza (Imágica, 2021). Con Guille Galeote al dibujo, presenta La fortaleza del tiempo (Cascaborra, 2022).
Guille Galeote (Madrid, 1992) es dibujante y diseñador gráfico. Estudió Bellas Artes en la Universidad Complutense de Madrid y más tarde Cómic en ESDIP, donde conoció a Pablo Menéndez. Como dibujante también ha publicado el libro infantil La increíble historia de un buñuelo de viento sin relleno junto Iraida Azuara López. También trabaja como diseñador intercalando proyectos de ilustración.
Ahora os dejo una sinopsis de la obra facilitada por los autores:
Madrid, 1855. El gobierno liberal de O´Donnell intenta dirigir un país atenazado por siglos de dominación católica, herido por las guerras contra franceses y carlistas, y sacudido por los espadones de los generales. En esta tesitura, el doctor Pedro González de Velasco busca la ayuda de amigos influyentes. Tras sus viajes por Europa y el África negra, Velasco quiere fundar un museo antropológico.
Es la época en la que la filosofía se divide en ramas autónomas del conocimiento, algunas de las cuáles son aceptadas como ciencias “auténticas”. Si el museo antropológico representa la luz de Velasco, su museo de freaks articula su oscuridad. Es la era de P.T.Barnum, de Ella Harper (la chica camello), de Myrtle Corbin (la mujer de cuatro piernas), de Fiódor Yevtishchev (el hombre con cara de perro) y Joseph Merrick (el hombre elefante). Velasco es un hombre de ciencia en tiempos convulsos, un investigador de lo oculto en años oscuros. Su ambición hará que lo pierda todo y a todos los que ama.
La fortaleza del tiempo explora el siglo XIX, una época poco transitada en la ficción de género española, a través de una figura histórica real: Pedro González de Velasco, fundador del Museo Antropológico de Madrid y protagonista de una de las leyendas más macabras de la capital. Junto a él aparecen personajes de la historia (Isabel II, Alfonso XII, Agustín Luengo Capilla) cuyos rostros dibujan el fresco de una era que se debate entre las alucinaciones de la razón y los sueños de la pasión, entre la luz apolínea y la oscuridad dionisiaca.
Entrevista a Pablo Menéndez y Guille Galeote
ZN- Ya con las presentaciones hechas, y teniéndoos aquí, podemos empezar contigo mismo Pablo. Para comenzar, háblanos de la obra. ¿Por qué esta historia? ¿Dónde surgió la idea y la inspiración; algo que confesar?
PM- El germen de La Fortaleza del tiempo surgió en una clase de guion impartida por Laura Bermejo. Nos pidió escribir un guion a partir de una noticia que encontrásemos en el periódico. Yo me topé con la leyenda del Doctor Velasco… y ahí empezó todo. El título, por cierto, proviene de las últimas frases de Soy Leyenda, el libro de Richard Matheson: Soy un monstruo surgido de la fortaleza del tiempo. Soy leyenda. Monstruos del tiempo también es una expresión que utilizan algunos mitólogos para referirse a los obstáculos que debe superar el héroe antes de alcanzar la apoteosis. Como se me olvidó incluir la cita en la tripa del cómic ahora tengo que explicarlo.
ZN- Entrando en los personajes que aparecen, ¿son todos reales, o cuánto has ficcionado la realidad?
PM- Todos son reales y todas las cosas que les ocurren son verídicas… excepto por lo que se refiere a personajes inventados con vivencias ficcionadas.
ZN- Cuéntanos un poco sobre tu trabajo a la hora de enfrentarte a la escritura de un guion. ¿Cuál es tu forma de trabajar al respecto, y qué peso tiene el ilustrador en ese proceso?
PM- Soy un poco especial en este aspecto. La mayoría de novelistas y guionistas, tanto de cómic como de televisión, que conozco recurren a lo que yo llamo “el proceso de la poda”; escriben una sinopsis, un tratamiento, una escaleta, un guion sin diálogos y después un guion con diálogos. Como resultado, suelen quedarse con un borrador al que le sobra mucho contenido y que deben cortar. Aunque he recurrido a veces al “proceso de la poda”, considero que es un error, porque no dejas que la historia crezca orgánicamente. Más bien la diseñas y luego la mutilas si no te gusta. Es un poco como la eugenesia. Prefiero enfrentarme al guion como un todo desde el principio, escribiendo directamente, un intento de, una versión definitiva. Lo llamo “proceso expansivo”, porque siempre acabo con un borrador muy escueto que es necesario engordar. En el caso de La fortaleza del tiempo, escribí el último acto en primer lugar y se lo mandé a Guille. A partir de ahí, iba pasándole las páginas a medida que las escribía.
ZN- Háblanos del mundo editorial desde tu perspectiva, ya que has transitado por el de la literatura y el del cómic. ¿Los ves comparables, y son un lugar agradable por el que circular, o hay que ir mirando por los retrovisores?
PM- Algunos tramos del trayecto son agradables como una plácida tarde de sol, y otros tramos quieres despeñarte como una cabra. Vamos que hay cosas buenas y cosas malas.
ZN- Ahora vamos a meter un poco de tensión, que te veo muy relajado ¿Cómo ha sido tu experiencia con Cascaborra, mullidos paseos al sol, o agrestes escaladas bajo la lluvia? ¿Un poco de ambas quizás?
PM- Lo cierto es que el trabajo con Cascaborra empezó con el guion ya terminado, y fue Guille el que tuvo que librar esa batalla. Lo único que me gustaría decir es que el cómic está primorosamente editado y que le agradecemos a Julián que nos diera esta oportunidad, publicando además un cómic que se sale de la línea habitual de Cascaborra.
ZN- Respecto al futuro, ¿cuál es tu siguiente parada? He escuchado a las malas lenguas hablar sobre un ensayo que estás preparando, cuéntanos algo de él y de los demás proyectos que se vislumbran más allá.
PM- Ese ensayo que mencionas ya está acabado, pero prefiero no dar más detalles (ahora estoy mirando por el retrovisor). Pero antes de que se publique, Alberto, el editor de Imágica, quiere dar prioridad a mi siguiente novela. Ya está acabada, pero tengo que dejarla engordar orgánicamente. O sea, que tengo que leer tanto sobre fútbol como para poder escribir de forma natural sobre el tema. Por otro lado, estoy escribiendo mi segundo largometraje como profesional y Guille y yo ya tenemos una idea para nuestro siguiente trabajo. Se titulará El monstruo de las galaxias que ataca la tierra, y tratará sobre un notario de Badajoz que es ciego.
ZN- Pues con el título y la premisa prometen. Por último, ¿puedes ofrecer un consejo para quienes quieran iniciarse en este mundo, más allá de la perseverancia o de la soga y la viga?
PM- Sobre todo, cuidado con el ego. El tuyo y el de los demás. Vivimos en una sociedad; ya sé, ya sé… en la que el reconocimiento y la fama pesan más a la hora de decidir convertirse en escritor que la necesidad de contar algo o la pasión por la escritura. A la larga, esto puede generarte muchos problemas, sobre todo si tú o la gente que te rodea queréis ganar millones, el Nobel y retiraros antes de que acabe la semana. Ah, y niños, no empecéis a escribir porque os sentís/queréis demostrar cómo de diferentes sois. Sorpresa, los mejores escritores son personas que encuentran la belleza en lo cotidiano y humilde.
Más allá de eso leed mucho, escribid cuentos cortos y terminad los libros y cuentos que empecéis. Solo se aprende terminando.
ZN- Gran consejo el de terminar las cosas que se empiezan, un hábito no muy frecuente. Pero ahora le toca el turno a Guille, que ya me está mirando con cara de me has hecho venir aquí para oír hablar a Pablo, y ya le tengo más que escuchado. Antes de meternos en el apartado gráfico, cuéntanos qué tal fue trabajar con alguien como Pablo, que para los que le conocemos bien, es alguien nada obsesivo, ni meticuloso.
GG- Tranquilo, conque hoy pagues tú la comida todo arreglado. La verdad es que ha sido una de las grandes aptitudes de Pablo que no le he llegado a decir aún y con la que quedé muy sorprendido, así que se lo digo ahora. Muchísimas gracias por haberme dado una gran cobertura creativa y artística. Es verdad que antes de La Fortaleza del Tiempo ya habíamos trabajado en otros proyectos sin rumbo y siempre ha habido feedback por parte de los dos a la hora de desarrollar la historia para saber siempre que los dos nos encontrábamos cómodos trabajando; pero ha sido con este trabajo donde he podido desarrollar orgánica y fluidamente cada página de una manera realmente cómoda. Ha habido una gran comunicación por parte de ambos y eso ha sido la clave que ha hecho que esto saliera adelante.
ZN- Ya entrando en tu trabajo, ¿pensaste la obra en blanco y negro con grises, al leer el guion la viste así, o fue algo que construiste a posteriori?
GG- En un principio la obra iba a ser desarrollada solamente en acabado en tinta, solo línea, sin escala de grises ni nada. Fue a raíz de empezar a hablar con nuestro editor que nos sugirió hacerlo a color, así que le envié un par de páginas a color en verano. Esto iba a ser un poco faena para mí, ya que soy daltónico, pero sé apañármelas. Así que cuando nos volvió a mandar un email sugiriendo de nuevo que las páginas funcionaban mejor en escala de grises me quité un peso de encima tremendo. De todas formas a raíz de este método de trabajo he aprendido muchísimo más a manejar los pesos de la página, a situar las luces y las sombras y a incluirlas sobre la página para enfatizar el dramatismo o la escena de lo que estuviera ocurriendo en ese momento.
ZN- Sabiendo esto, y dejando pasar lo de que eres daltónico, ya que cómo lidiar con ello daría para una entrevista entera, ¿has hecho todo el trabajo en digital, o eres de los que aún apuesta por hacer parte del trabajo en analógico?
GG- Me gusta abordar la página siempre de una manera orgánica y analógica. Me siento mucho más suelto, y siento que voy más rápido a la hora de abocetar, de esta manera puedo crear más opciones y decantarme por la mejor. Tengo la sensación de que trabajando sobre lápiz y papel voy de una forma mucho más dinámica y fluida. Así que sobre el papel ya dispongo de toda la información de la página abocetada, aunque solamente la entienda yo, si viene alguien, se volvería loco y vería un papel lleno de manchas; de esta manera cuando tengo algo sólido y convincente lo escaneo y ya empiezo a trabajar en digital. Lo difícil ya está hecho, solamente queda pulir y traducir el boceto a un acabado final.
ZN- Ya sabemos de dónde han salido los personajes de Pablo. ¿Pero a nivel fisiológico, están basados en personajes reales, conocidos tuyos, o de ficción?
GG- Ha sido necesario tener que utilizar referencias cercanas a la hora de desarrollar los personajes menos conocidos. Es obligatorio tener referencias siempre a la hora de dibujar. Son los pequeños detalles, como la forma de una nariz, o una peca en la cara, la forma de mover al personaje, el acting, etc… lo que hace que el lector pueda diferenciar a unos personajes de otros, y aun más importante, el que cada personaje tenga un lenguaje corporal propio y único. Si no queda todo demasiado inorgánico.
ZN- Ya has podido tener la obra en tus manos, has podido oler ese perfume tan característico del cómic nuevo, que a los lectores nos vuelve locos. ¿Estás contento con el resultado, con el acabado de la edición, y de la maquetación? ¿Ha salido tal y como esperabas?
GG- Ha salido incluso mejor. Debido a los parones que hubo desde el inicio de la obra hasta el final, cambié muchas veces los formatos que ha tenido que pagar el Guille del futuro junto con Daniel Torrado, el maquetador del cómic. El resultado final es increíble, es una obra que se lee bastante rápido si solo lees el diálogo, pero es necesario ir examinando panel a panel para saber qué quieren decir los personajes incluso cuando no hablan. En ese sentido me ha recordado a una de mis influencias que es Bastien Vivès. Así que me alegro que sea del mismo formato que sus obras, un formato mas sencillo y portable pero que para equilibrar hemos tenido la libertad de poder incluir al final material extra como bocetos, diseño de personaje y procesos de páginas.
ZN- Ya nos acercamos al final, y si me permites, como le he hecho a Pablo, te voy a poner en un compromiso, ya sabes, sin ninguna malicia, más allá de la que podría tener un amigo. Como autor novel, ¿qué tal ha sido el trato con la editorial?
GG- Siempre voy a estar agradecido al editor por habernos dado la oportunidad de producir y contar esta historia.
ZN- Por último, cuéntanos cómo se proyecta tu futuro, hacia dónde te diriges. ¿Nuevos proyectos, nuevas ideas cociéndose en la olla, o el mundo tu destino?
GG- Siempre hay nuevas ideas, ya antes de terminar La Fortaleza del Tiempo surgieron como dos ideas nuevas, las cuales estoy deseando de empezar a abordar en cuanto me sea posible. Como proyectos personales, siempre me ha gustado hacer mis propios proyectos de ilustración e ir sumándole el estilo, la metodología de trabajo de las disciplinas que voy aprendiendo a lo largo de mi carrera. Me gustaría aprender a modelar en 3D para poder desarrollarme en diseño de personajes. Creo que sería un gran complemento para el siguiente proyecto que nos gustaría empezar.
Y con esto nos despedimos, ahora al parecer me toca invitar a comer, pero a cambio de un ejemplar de La fortaleza del tiempo, creo que salgo ganando.