“Una vez más, he de empuñar la espada negra.
Una vez más, como ya fue, es tiempo de sangre y hierro… ”.
Una vez más, como ya fue, es tiempo de sangre y hierro…
Esta sorprendente novela gráfica publicada por primera vez en 1979 en la colección Heavy Metal Books, está protagonizada por John Daker/Erekosë/Urlik Skarsol que es una de las numerosas encarnaciones del Campeón Eterno, un concepto esencial en toda la obra de Moorcock. Dentro del ciclo de Erekosë, Espadas del Cielo, flores del infierno se sitúa cronológicamente en tercer lugar tras las novelas The Eternal Warrior (1970) y Phoenix in Obsidian (1970), también conocida como The Silver Warriors en Estados Unidos. Posteriormente, Moorcock escribió The Dragon in the Sword (1987) que completará la saga. Se trata, por lo tanto, de una rara avis dentro de la producción del creador de Elric de Melniboné puesto que es una novela gráfica inscrita de pleno derecho en uno de sus ciclos literarios más canónicos.
Los principales protagonistas, los paladines primordiales dentro del Multiverso de ficción creado por el escritor londinense se agrupan bajo el concepto novedoso y recurrente del Campeón Eterno, un héroe que adopta múltiples encarnaciones para realizar sus peligrosas y trascendentales misiones. En este caso Urlik Skarsol se transforma en un caballero llamado Lord Clen de Clen Gar, un paladín que deberá defender su tierra del ataque de los habitantes del inhóspito territorio llamado Infierno, que pretenden asaltar definitivamente el Cielo. Los Márgenes del Sueño, la nación de Lord Clen, siempre ha defendido a los poderosos habitantes del Cielo. Su situación estratégica, entre los dos territorios en conflicto ha servido de barrera que, hasta el momento, había sido insalvable para los desorganizados asaltantes infernales. Pero ahora están desesperados por el acoso de unos seres alados llamados Ángeles y han decidido organizarse para la ofensiva definitiva, pasando por encima del hogar del caballero protagonista. La defensa de las escasas tropas de Márgenes del Sueño es valerosa y numantina. Por su parte, Lord Clen es el encargado de pedir ayuda a los privilegiados habitantes del Cielo. Una misión que le revelará que el frágil equilibrio en el que se basaba su mundo era algo completamente ficticio y destinado a desaparecer.
Erekosë se distingue del resto de los Campeones Eternos porque es el único que es consciente de sus múltiples reencarnaciones y el único que recuerda sus misiones pasadas. Además posee una Espada Negra que se alimenta de las almas de sus víctimas.
Todo el relato tiene una atmósfera trágica derivada de la consciencia que Urlik Skarsol tiene de sus múltiples misiones y de la insoportable carga que esto representa. La renuncia del amor es una de ellas.
La condición de crónica fronteriza emparenta esta odisea de Erekosë con las famosas novelas de aventuras de autores del pasado tan influyentes como Nathaniel Hawthorne o James Fenimore Cooper, también nos recuerda a uno de los mejores relatos de Conan el bárbaro, escrito por Robert E. Howard y titulado Más allá del río Negro o nos parece estar asistiendo a un pase de la película Los Inconquistables de Cecil B. DeMille.
Espadas del Cielo, flores del Infierno fue en su tiempo una obra diferente, publicada en los márgenes de la industria convencional del cómic norteamericano. La editorial independiente HM Communications, Inc intentaba encontrar su lugar en el mercado publicando la revista Heavy Metal, llena de contenido europeo, y lanzando una colección de novelas gráficas que combinaba lo mejor de la producción de los Humanoides Asociados con obras autóctonas como ésta, que quedó algo olvidada entre otros productos más en boga y que han resistido peor el paso del tiempo.
En Espadas del Cielo, flores del Infierno hay un buen puñado de conceptos fantásticos muy atractivos, plasmados en el papel de forma original e imaginativa por Howard Chaykin. El principal es el de los Ángeles; unos seres voladores, multicolores, con una forma animal muy parecida al de los rajiformes, popularmente conocidos como rayas. Estas criaturas son temidas y despreciadas por los salvajes moradores de Infierno que intuyen que son los causantes de sus males, aunque no de la manera que ellos creen.
El arte de Howard Chaykin es espléndido. En 1979, el creador de American Flagg! está en la parte inicial de su carrera. Acaba de realizar para la revista Star Reach su primera gran obra titulada Cody Starbuck donde da rienda suelta a su necesidad de experimentar con la narrativa, el formato y el color, creando páginas monumentales sin el límite impuesto por las viñetas y donde a menudo usa la doble página como base para sustentar la narración. En Espadas del Cielo, flores del Infierno, un magistral Chaykin usa el mismo esquema de página y compone una serie de planchas que aúnan espectacularidad y rigor narrativo. Sus personajes presentan rostros de conocidos actores como Burt Lancaster y Sofía Loren, la ambientación es suntuosa, llena de conceptos imaginativos y el uso del color es realmente llamativo y diferente. En su paleta predominan diferentes tonos del rosa, naranja, violeta y marrones que combinados con el negro conforman una paleta entre onírica y fantasmagórica. Con una clara inspiración operística, Chaykin se centra en las acciones principales, eliminando los tiempos muertos y los detalles superfluos. Su escena final, de una asombrosa y melancólica belleza, se mueve entre la pesadilla y la magia para erigirse como uno de los momentos artísticos más hermosos de una carrera plagada de grandes aciertos.
La edición de esta novela gráfica a cargo de Yermo Ediciones es incluso superior a su original norteamericana. Comparados los dos tomos; el de la editorial española es algo más grande, tiene un papel más grueso, satinado y está impreso con la misma calidad. Además, incluye todos los extras de la edición de Titan Comics, entre los que destaca el mordaz y apasionante prólogo de Michael Moorcock realizado en 1979 para la publicación original. El precio es muy razonable.
Espadas del Cielo, flores del Infierno es una obra imprescindible para los seguidores del Multiverso de Michael Moorcock y para los amantes del arte de Howard Chaykin. Presenta, también, numerosos alicientes para el aficionado a las historia de género fantástico y para los amantes al buen cómic en general. Su aliento trágico y melancólico, combinado con el espectacular trabajo de Chaykin la convierten en una obra extrañamente hermosa, llena de conceptos imaginativos y de un arte maravilloso.
Es curioso cómo funciona el mercado de cómics en España. Hace poco más de cinco años, varios comentaristas de esta/vuestra página se quejaban de la mala suerte editorial que tenía Howard Chaykin en nuestras librerías, lo decían en esta entrada dedicada a la magnífica Satellite Sam que por supuesto no se publicaba en castellano. Se quejaban de que varias obras fundamentales de su producción como La Sombra; Cody Starbuck; Time2; Las estrellas, mi destino; Dominic Fortune o esta que nos ocupa no estuvieran disponibles, también que American Flagg! no tuviera aún una edición completa o que sus nuevas producciones nos llegaran en cuentagotas. Ahora, en 2020, Satélite Sam está publicada en una colección dedicada exclusivamente al autor y podéis leer una gran reseña de esta obra aquí, a cargo de Edu Sesé; sus obras actuales llegan de manera bastante inmediata de la mano de diversas editoriales y Espadas del Cielo, flores del Infierno por fin está editada, además de manera excelente. En algo hemos mejorado. Solo nos queda cruzar los dedos y esperar que siga la fiesta.
Salut!
Guion - 8.5
Dibujo - 9
Interés - 9
8.8
Cautivadora
Una esplendida edición de una obra fantástica muy original y de hermosa factura
Gracias por reseñar este tipo de obras, Tristán. La etapa inicial de Howard Chaykin es la que más me gusta, tal vez porque conocí al autor gracias a la Historia de los Comics de Toutain donde se le brindaba mucha atención a Coddy Starbuck (que ojalá aparezca en esta revalorización de Chaykin en el mercado español). Además, felicitaciones a Yermo por la calidad del producto ofrecido, brindando un ejemplo a las editoriales más grandes
Nippur,
gracias por leernos y comentar.
A mi también me encanta el Chaykin inicial. Esperemos que ahora se editen obras como ‘Cody Starbuck», ‘La Sombra’ o ‘Las estrellas, mi destino’. Entre otras.
Salut!
Hola, Tristán:
gracias por la reseña, y por prestar atención a este tipo de obras, acto muy necesario en medio de la ingente cantidad de material que se publica.
Aprovecho para preguntarte si el tamaño elegido (19×26 cms.) para la reciente edición de Evaristo te parece adecuado.
Un saludo, y gracias de nuevo por tu trabajo.
Montaigne,
gracias por tus palabras. Chaykin es básico e imprescindible. Y queda tanto por editar…
Sobre ‘Evaristo’, si se confirma lo que comentas me parece algo pequeño. Por poner algunos ejemplos: la edición argentina de Colihué mide 22×31 cms y la reciente francesa de Éditions iLatina – ¡Absolutamente maravillosa! – mide 22’5×30 cms. Veremos la parte impresa… Lo contaremos aquí. No lo dudes.
Salut!
Mucha nostalgia hay aquí. La historia es simplona, como todas las de Moorcock, sólo que aquí el mundo donde transcurre es bastante vulgar, y Chaykin está norma, sus mejores trabajos vienen después. Bien es cierto que ver a los autores en portada me hizo abordar la lectura con altas expectativas. Mejor cualquier novela del Campeón Eterno.
Que alguien me corrija si me equivoco, pero «Cody Starbuck» nunca ha sido publicada en nuestro país de forma completa, más allá de su serialización en las páginas de COMIX o 1984, no recuerdo qué revista. ¿Es así? ¿Hay alguna buena edición en inglés de esta obra?
ipso_facto,
en castellano solo puedes encontrar los fragmentos publicados en Comix Internacional, Zona 84 y en La Historia de los Comics. En inglés no hay ningún recopilatorio – si no estoy equivocado – solo las 11 entregas publicadas en Star Reach, Heavy Metal y otros one-shots.