Escuadrón Suicida: Desde las cenizas.

 

Edición original: Suicide Squad: Raise the Flag USA .
Edición nacional/ España:ECC Ediciones.
Guión:John Ostrander.
Dibujo:Javier Pina, Jesús Saiz, Robin Riggs .
Entintado:Robin Riggs.
Color:Jason Wright.
Formato:Cartoné, 200 págs. A color.
Precio:19,95 €.

 

Todo el que se acerque a este tomo recopilatorio lo hace bajo el prisma de la nostalgia, ya que no en vano se trata de la recuperación de muchos de los personajes clásicos del grupo, así como el retorno de su mejor guionista hasta la fecha, John Ostrander. Estas dos razones son suficientes para justificar la compra y lectura de esta miniserie, que se publicó entre los años 2007 y 2008, en la que se recupera parte de la gloria y el estilo que se marcó en la colección de 1987.

Con el Escuadrón en boca de todos gracias a su reciente estreno cinematográfico, no es de extrañar que desde ECC se recuperen trabajos que habían quedado relegados al olvido, siendo esta miniserie una muy buena elección a la hora de usar el tirón mediático que tiene actualmente el cine entre el público. También hubiera sido interesante empezar a recuperar la etapa inicial muy destacable por su calidad, por mucho que su dibujo pueda parecer no estar a la altura, donde la labor del propio Ostrander es soberbia en cuanto a como teje las tramas, relacionando a los personajes para ir generando historias de misterio, espionaje, traición y muerte. Una lástima porque está prácticamente inédita en nuestro país.

Desde la Cenizas nos sitúa en un momento muy concreto donde Rick Flagg es dado por muerto. Ostrander arranca en este punto y sobre esta premisa construye una historia donde el paso del tiempo es determinante para observar la evolución de una trama llena de secretos, mentiras y traiciones, en la que el grupo acabará reforzando sus lazos bajo la estricta tutela de una Amanda Waller implacable.

La misión que Ostrander propone es bien simple: infiltración en una isla de Dubai y eliminación de los activos pertenecientes a una corporación que experimenta con virus letales. Algo no demasiado depurado ni original, pero con lo que Ostrander va desarrollando lo que de verdad hace interesante esta historia, los personajes. Cada uno de los miembros clásicos: Amanda, sin la que el grupo carece de sentido, Tigre de Bronce con su característica personalidad conciliadora y Deadshot, más siniestro que nunca, se unen a nuevos miembros que buscan condonar parte de sus penas de cárcel sirviendo en esta fuerza suicida. Este choque entre lo clásico y lo nuevo genera las fricciones necesarias para que la serie sea fiel a sí misma. Ostrander vuelve a jugar con lo impredecible dejando abierta la posibilidad de que cualquiera de sus miembros pueda morir, aunque si se le nota cierto desgaste y la intuición del lector podrá deducir, con mayor o menor fortuna, quien es un posible candidato a caer en acto de servicio.

El escritor tiene muy claro quién es el personaje que lo cohesiona todo y no deja de pivotar sobre Amanda Waller a la hora de ir desarrollando la trama. Una mujer intensa, despiadada, paranoica, extrema en sus métodos, capaz de intimidar al más duro de los villanos con los que trabaja y más convencida que nunca de su labor como coordinadora del Escuadrón. Ostrander la dosifica bien, dejando que sus apariciones sirvan para empujar hacia delante la historia al ser ella quien se encarga de exponer los planes y seleccionar a los miembros del Escuadrón. Pero es tan profunda la labor del guionista que no deja pasar la oportunidad de desarrollar la relación entre el nuevo Capitán Bumerang y Deadshot o Tigre de Bronce y Rick Flagg, en las que se disfruta al ver como las diferentes personalidades entran en conflicto, bien sea por temas personales o por la simple forma de ser de cada uno de los citados. Y en este caso, Ostrander, está en plena forma.

Si en la serie de 1987 Ostrander no tenía a su lado a un dibujante lo suficientemente contundente como para plasmar sus intensos guiones, en esta miniserie ha contado con el trabajo de tres excelentes narradores, Javier Pina, Jesús Saiz y Robin Riggs. El peso de toda la miniserie recae en Javier Pina que, con su estilo de trazo redondeado, dibujo suave y orgánico, narra a la perfección de forma muy sencilla las tramas descritas y diseñadas por Ostrander. Su trabajo resulta muy ajustado a lo propuesto enriqueciendo todo el conjunto. Jesús Saiz y Robin Riggs tan solo apoyan a Pina en un par de números, imaginamos que por las fechas de entrega, logrando, sobre todo Saiz, mimetizar su estilo con el de Pina de forma que la transición entre ellos no resulte traumática para el lector. Por tanto, aquí sí que se puede decir que Ostrander recibe el apoyo que merece.

Un tomo para los nostálgicos, para los completistas, para los que nunca han leído nada del Escuadrón, no importa cuál sea la razón para acercarse a este recopilatorio, la calidad del mismo, sin llegar a ser algo rompedor y original, convence absolutamente por su sencillez y eficacia, por sus tramas centradas en los personajes y en lo que les ocurre precisamente en esas interrelaciones. Ostrander logra en ocho entregas hacer un retrato claro y cambiante de los personajes, dotándolos de una tridimensionalidad fascinante. Un trabajo de la vieja escuela que resultará interesante a la inmensa mayoría de lectores.