Especial 50 números DC: Superman #50

Reseña del número 50 de la colección regular de Superman, que pone fin al arco orquestado por Gene Luen Yang, con Howard Porter a los lápices.

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Edición original: DC Comics
Guión: Gene Luen Yang
Dibujo: Howard Porter
Entintado: Patrick Zircher, Ardian Syaf
Color: Hi Fi
Formato: Grapa, 48 páginas
Precio: $4.99

 

Si a un prácticamente desconocido en la industria del cómic como Gene Luen Yang le ofrecen escribir el penúltimo arco de la colección del superhéroe más famoso y poderoso de todos los tiempos, ¿Cómo podría uno negarse? Debe ser el sueño de cualquier guionista de cómic ya no solo estadounidense si no del mundo entero. ¿Un buen experimento verdad? Poner a un “novato”, al menos en superhéroes, al frente de una cabecera a la deriva que se intentó resucitar con el todopoderoso Geoff Johns y una leyenda como John Romita Jr., que no consiguió su objetivo, era una jugada arriesgada. Bueno, realmente no tenían nada que perder después de tanto desastre, quién sabe si un guionista que viene del comic book juvenil indie podría darnos una etapa gloriosa ¿verdad? Pues no, experimento fallido. Supongo que es en buena parte culpa del editor, no puedes ponerte muy gallito con él cuando acabas de aterrizar en DC y vienes de escribir los cómics de “Avatar The Last Airbender”, así que tienes que tragar con lo que te digan. No te culpamos Gene.

He aquí entonces, la reseña del último número de la última etapa hasta el momento de Superman. Y tras toda esa verborrea/bilis, que he echado antes, os estaréis preguntando seguramente ¿Por qué se ha caracterizado esta última etapa? Pues básicamente por una deconstrucción del personaje. Le han pasado muchas cosas y muy malas a Superman, así de claro. Se reveló su identidad civil al mundo entero, perdió buena parte de sus poderes tras un choque a lo “Dragon Ball” con su Vegeta particular: Ulises, rompió con Wonder Woman (¡¿cómo osas miserable…?!), etc. Veíamos por lo tanto, a un Superman sin rumbo en la vida, triste, deprimido, arrastrándose como un alma en pena cual Bruce Banner por todas las colecciones relacionadas con él, acabando finalmente de luchador de “pressing catch” en una especie de liga de dioses “gaimanianos”. Una deconstrucción del personaje que a priori sonaba interesante, y que prometía unas consecuencias y una reconstrucción que podrían dar mucho que hablar. Porque, seamos sinceros, Superman no podía permanecer mucho tiempo así, aunque muchos lo deseáramos, tenía que volver a recuperar sus poderes. ¿Y cómo lo han resuelto entonces? Convirtiendo su mayor debilidad en su mejor fortaleza: la Kryptonita. ¡Hala, toma vuelta de tuerca¡. Tanto es así que vemos a Superman varias veces “consumir” kryptonita para sanarse y recuperar sus poderes. Sí, sí, ahora la kryptonita le devuelve sus poderes, le cura, e incluso le vuelve más fuerte. Es, y cito textualmente, “como una quimioterapia para sus mutadas células”, desafortunado símil donde los haya, sin duda. Entonces, ¿veremos algún día al hombre del mañana consumiendo kryptonita como un yonki? En una colección así estilo Vertigo quedaría de lujo. Quién sabe, podrían tomar como referencia aquella última página del número 48, en la que Clark está literalmente tirado sobre un montón de esta droga verde suya, con una cara de drogadicto que no puede con ella. “Quiero más, pero me está matando, lo necesito”, algo así decía. En fin… Dejemos los chistes aparte.

Nuestro querido Clark necesita ayuda psicológica..
Nuestro querido Clark necesita ayuda psicológica..

El interés en este número 50 por lo tanto, básicamente radica en ver la conclusión de este confuso arco, que prometía consecuencias importantes para el personaje y que sin embargo se han quedado en prácticamente nada. El extraño villano Hordr_root que ha elaborado en realidad todo el plan maligno para su padre, Vandal Savage, que ahora viene a llevarse todo el mérito el “caradura”, fue borrado de un plumazo muy estilo “deus ex machina” en el brillante número 49, traicionado por su propio padre, quedándose éste solamente con su otro hijo “robótico”: Puzzler. Algo interesante que prometía estos números finales, es el desenlace de la batalla con los chetados y sectarios descendientes de Vandal, que en realidad la hemos visto en “Action Comics 50”, así que ni eso. Solo nos quedaba por lo tanto, la batalla final entre Vandal y Superman, que es el corpus central de todo el número. Bien marrada gráficamente por Porter, e interesante el cambio de rumbo final de uno de los personajes, que espero que tenga presencia en el futuro de la colección, e incluso del Universo DC en general. Lo que no ha estado tan bien es la autoreconciliación final de Superman. Tantos números arrastrándose cual alma en pena y martirizándose por todos sus problemas, la forma de recobrarse de todo esto, recuperar el autoestima, y resolver el problema final que le plantea Vandal Savage, no me ha convencido en absoluto. Apelar a los típicos recuerdos de su padre y las frases legendarias que intentan trascender y enseñarnos algo, suponen para mí un recurso excesivamente utilizado. Algo muy manido también es por cierto, el plan maligno para “vencer” a Superman, y salirse con la suya. ¿En serio creías que iba a funcionar eso, Vandal? Por Dios, no tiene ningún sentido. Claro que la culpa es del guionista y el editor, obviamente, no del pobre Vandal.

Hablemos del apartado artístico. En los últimos números, Romita Jr. le dió el relevo a Howard Porter, dibujante que personalmente no me gusta demasiado. Me había acostumbrado a Romita Jr., y le he echado de menos, os lo juro, a pesar de que no está en su mejor momento. Hasta ese punto me disgusta Howard Porter. Y sin embargo, debo decir que en este último número ha estado brillante, nos ha brindado un par de viñetas de acción trepidantes muy bien conseguidas, y un diseño final de Vandal Savage, como comentaba antes, bastante atractivo. ¿Será que también me estoy acostumbrando a él? Me estoy volviendo conformista, aunque también es cierto que yo personalmente no suelo ser excesivamente crítico con los dibujantes.

El diseño de Howard Porter es espectacular
El diseño de Howard Porter es espectacular

Para terminar, he de decir que aunque es cierto que los números finales, incluido por supuesto el 50, han sido mucho más entretenidos que la mayor parte de la etapa de Yang, y que arreglan un poquito el cómputo global de ésta, debo decir que en términos generales no ha sido un buen arco. Prometía cosas interesantes, y la forma de resolver ciertas tramas francamente ha sido muy desafortunada. Empezando por la recuperación de los poderes de Clark, siguiendo por la invasión del villano detrás de todo que manejaba el cotarro, que más que nada ha sido un ataque relampágo, y terminando por la sanación mental express de Superman mientras le daba para el pelo a Vandal, que no convence a nadie. En realidad, lo más interesante de toda esta etapa es la revelación al mundo entero de su identidad civil, que debería cambiar un poco el “status quo” del personaje en el futuro. “Debería”, a ver en qué queda todo eso.

Bueno, ahora a esperar la “Superleague” y el encuentro de los Superman, Supermen, o como diantres se diga. Aunque os parezca lo contrario por esta reseña, estoy esperando con un enorme “hype” ese encuentro, de verdad…

Especial números 50 DC Comics
  • Green Lantern #50, de Robert Venditti, Billy Tan y Vicente Cifuentes
  • Detective Comics #50, de Peter Tomasi, Fernando Pasarín y Scot Eaton
  • Catwoman #50, de Frank Tieri, Iñaki Miranda, Dan Panosian y Steve Pugh
  • Action Comics #50, de Greg Pak, Aaron Kuder, Aaron Kuder, David Messina, Javi Fernández, Bruno Redondo y Vicente Cifuentes
  Edición original: DC Comics Guión: Gene Luen Yang Dibujo: Howard Porter Entintado: Patrick Zircher, Ardian Syaf Color: Hi Fi Formato: Grapa, 48 páginas Precio: $4.99   Si a un prácticamente desconocido en la industria del cómic como Gene Luen Yang le ofrecen escribir el penúltimo arco de la colección…
Guión - 5
Dibujo - 8
Interés - 5.5

6.2

Necesita mejorar

Un entretenido número final, que arregla el conjunto de los aburridos números anteriores, pero que sin embargo no funciona como conclusión de un arco que al principio prometía mucho. Tramas resueltas mal y rápido, y todo muy manido. Apenas se pueden rescatar dos o tres cosas interesantes, entre ellas, el dibujo de Porter. La colección principal de Superman debería tener más nivel, y no estar por debajo de otras secundarias.

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Primedot
Primedot
Lector
18 marzo, 2016 13:51

«Entonces, ¿veremos algún día al hombre del mañana consumiendo kryptonita como un yonki? En una colección así estilo Vertigo quedaría de lujo.» Pagaría cualquier cosa por leer eso jaja.
Por cierto, hay una errata: «Apelanr a los típicos recuerdos de su padre…»

mac
mac
Lector
19 marzo, 2016 5:00

Porter aprendió a dibujar en JLA de Morrison (yendo de menos a más), pero desde hace años yo lo veo bastante bien como dibujante en comparación a esos 90s pseudo iniciáticos.

«Una deconstrucción del personaje que a priori sonaba interesante»… ufff… interesante para quienes no leyeron, no leen y no leerán jamás historias de Superman. Es básicamente como hacer un comic de Mad Max yendo de compras en un centro comercial de la actualidad. Menuda deconstrucción. Seguramente sale una historia genial, pero no es Mad Max.

Pero el problema no es de la premisa. El problema es que sólo fue una premisa. Ni Gene ni nadie en DC tenía pensado hacer algo con eso. Esta historia hizo parecer a la Muerte de Superman -vaya deconstrucción del personaje fue esa: matarlo directamente-, una obra de Shakespeare.

En aquél momento mataron a Superman esencialmente como movida de marketing, pero luego hicieron un sensiblero (pero interesante) funeral en el que se exploró bastante bien el impacto y las consecuencias de la muerte de un ícono mundial (historia válida para Superman, o para algún ícono real, pero también metatextualmente), y un regreso cuya función fue crear dos personajes nuevos (con un éxito bastante innegable: 100 números uno de ellos y película el otro) e impulsar el siguiente gran cambio en DC (el de Jordan/Parallax).

Aquí revelaron la identidad de Superman como movida de marketing, pero luego no hicieron nada de nada, ni la historia llevó a nada, ni sucedió nada de impacto en el universo DC (perdón, en el no-universo DC… digo, nu-universo DC).

De todas formas, lo peor no es eso. Lo peor es seguir haciendo historias de Superman con enemigos cuyo objetivo es eliminar a Superman. ¿Nadie sabe hacer historias donde el enemigo amenace a alguien más, al mundo, a un grupo de niños, al Papa, a quien sea, y meter a Superman para detenerlo? Volviendo a la Muerte y el Regreso, ni Doomsday, ni Mongul, ni Supercyborg querían hacerle nada a Superman (OMG! Deben haber sido los mejores y más revolucionarios guionistas de la época!!!).

En fin… ojalá tras Rebirth este penosísimo Superman versión ’11 deje de existir, porque simplemente ha dado vergüenza ajena número tras número en cualquiera de sus colecciones (era Morrison incluída, pese a que al menos se podía leer sin sufrir convulsiones).

Está claro que el Superman para batmanianos y marvelitas ha fracasado, quizás sea hora de volver a las raíces. 5 años es mucho tiempo.

Saludos!

Pedro Pascual Paredes
14 abril, 2016 13:59

Tras la lectura del Superman 51 de Tomasi (se ha reconocer el complicado intento de establecer una continuidad entre series, al menos para Superman) y Janin (fantástico nuevamente) y lo que supondrá este arco (crossover) titulado «The final days of Supeman», me he preguntado si habrá reseña en ZN.
No es un número 50, ni el rebirth, pero tiene toda la pinta de ser la unión perfecta entre ambas. Cómic sencillo, nada aburrido y que deja con ganas de leer su 2parte de ocho en Batman/Superman.
Cristian, Tomas, ¡animaros hacer la reseña!

obnose
obnose
Lector
En respuesta a  Pedro Pascual Paredes
14 abril, 2016 14:53

Tienes toda la razón, tanto Superman 51 como Batman-Superman 31 son bastante potables. Aunque ya conocemos el final de este crossover puede terminar saliendo una buena historia.

Pedro Pascual Paredes
En respuesta a  obnose
14 abril, 2016 17:43

Leído el Batman/Superman 31, me ha parecido un cómic inferior al Superman 51, eso sí, me ha hecho muchísima gracia encontrar a Titus y a la batcow. A ver si en el Action cómics 51 progresa más la historia (aunque me da que todo estará preparado para el Superman 52)