El 17 de Abril de 1938 se publicó el Action Comics #1. El 80º aniversario dio el pistoletazo a una serie de especiales en Zona Negativa dedicados al universo Superman. Empezamos con un repaso a los números Action Comics #1-100-200-300, a los números Action Comics #400-500-600-700-800-900 y finalmente, un Especial Action Comics #1000 donde reseñábamos el número milenario así como un análisis de sensaciones por parte del resto del Equipo DC. Ya hemos reseñado el Man of Steel #1 (miniserie semanal de 6 números), el Action Comics #1001 y el Superman #1, todos ellos a cargo de Brian Michael Bendis. No sólo de reseñas vivimos, por ello sacamos el Especial Kryptonita Parte I y recientemente publicamos el Especial Kryptonita Parte II. El tercero y último está en camino.
También tuvimos Nuestras historias favoritas de Superman, donde contamos con la colaboración de autores del mundo del cómic. Para Lois Lane, decidimos que queríamos hacer algo similar pero a la vez distinto. Obviamente que los hombres pueden escribir, ilustrar, hablar, etc… sobre cualquier mujer. Y las mujeres lo mismo por igual con los hombres. Y como hemos hecho en el pasado y haremos en el futuro, cualquiera de los redactores de Zona Negativa podría haber escrito un artículo, celebrando el 80º aniversario de Lois Lane.
Sin embargo, también podían ser las mujeres quienes hablasen sobre el primer, y posiblemente más importante, personaje femenino en el mundo de los cómics de superhéroes. Bien es cierto que la redacción vamos escasos de presencia femenina, pero no en la blogosfera del cómic nacional. Y por ello, nuestra compañera Mònica Rex, el dúo de redactoras del blog Avocadon’t y Mavi Fernández, directora jefa de Mundo Superman. Cada una de ellas nos dará una voz femenina, tan distinta como necesaria, para hablarnos sobre los 80 años de Lois Lane.
Mònica Rex
Cuando los compañeros de la sección de DC me invitaron a participar en esta iniciativa no dudé en aceptar. Me gusta la idea de que voces femeninas hablen sobre un personaje femenino de un universo superheroico, principalmente, masculino. En un primer momento, pensé en advertirles que no iba a ser complaciente respecto a mi opinión. Pero no lo hice. Visto el artículo que continúa tras esta introducción, quizás debería haberlo hecho. Como dicen las abuelas, nunca es tarde, si la dicha es buena, por tanto, aviso ahora a todos aquellos que empecéis a leer este artículo: seguramente, no voy a ser complaciente respecto a vuestra opinión.
No sabría decir cuando fue mi primer contacto con la franquicia de Superman, ni con el Universo DC. En gran parte porque, junto con otros grandes nombres del cómic mainstream americano como Spider-Man y Batman, Superman forma parte de la cultura popular de los años noventa con la que me crie. Aun así, no recuerdo haber visto la serie de animación, ni las películas de los años ochenta del personaje. Aunque quien sabe, quizás sí, pasaron por mi vida, pero la memoria es caprichosa. Lo que sí puedo asegurar es que en mi pre-adolescencia fue cuando Smallville llegó a todos los salones de España, también al mío. Los más aficionados diréis que esa serie era mala, absurda y que no hace justicia a los personajes. Tenéis razón. Pero su éxito en los años dos-mil fue innegable. Allí fue, donde de manera consciente y activa conocí a Lois Lane.
No quiero empezar a hablar del personaje de Lois Lane basándome en la versión de una serie de televisión de dudosa reputación. Pero tampoco puedo hacer una retrospectiva por todas las etapas del personaje analizando cómo ha sido pensada por cada guionista que ha pasado por las series de Superman. Por tanto, siguiendo las palabras del maestro peripatético que decía aquello de ‘en el punto medio está lo justo’, tomaré tres cómics de Superman, de tres épocas y contextos distintos, y veremos qué pasa con Lois Lane en ellos.
Action Comics #1
Ahora ya sí, empecemos por el principio: Action Comics #1. Como todos ya sabéis, porque habéis leído los artículos que en Zona Negativa hemos dedicado al aniversario de este cómic, en 2018 se ha cumplido la friolera de ochenta años de la publicación del primer cómic de Superman.
En esta primera historia de Superman, Jerry Siegel y Joe Shuster ya esbozan los elementos principales de las historias del superhéroe. Su origen extraterrestre, su crianza por una pareja terrícola y su trabajo como periodista en el Daily Star. De esta manera, todo empieza con la representación de un hombre adulto con unos poderes extraordinarios que mantiene en secreto a sus compañeros de redacción. Los autores sólo nos presentan a dos personajes secundarios: Lois Lane y el jefe de ambos. ¿Cómo introducen a Lois en la historia? Clark acaba de llegar a la redacción después de cubrir un caso de malos tratos en el cual ha intercedido como Superman frenando al agresor. Con la confianza que da hacer el bien, se acerca a la mesa de Lois y la invita a salir esa noche. Ella acepta, pero a regañadientes: “Supongo que te podría dar una oportunidad… para variar.” Con esta frase tan escueta, los autores nos dan dos mensajes. Por una banda, Clark Kent no es sólo la coartada de Superman, es una persona diferente. Mientras que el superhéroe es fuerte, valiente y exitoso, el segundo es sentimental, cobarde y un perdedor. Por otra banda, Lois Lane es una mujer moderna, trabajadora y orgullosa. Pero también es esclava de su tiempo: no quiere salir con un perdedor, cobarde y sentimental. Quiere un macho alfa, un hombre de éxito, capaz de proveer y proteger. Quiere un Superman. Estas dos ideas se desarrollan en las últimas páginas, al final de la noche, cuando un desconocido se acerca a Lois para bailar con ella y Clark no hace nada para evitarlo. Como respuesta, Lois se marcha dedicándole unas duras palabras que podéis leer en la imagen siguiente. Pero, con la mala suerte que el hombre de la fiesta y sus colegas, secuestran a Lois. Dejando la acción en un punto perfecto para que llegue Superman y la rescate.
Por tanto, como siempre, la mujer debe ser salvada por el héroe en el giro final de la trama. Por mucho que esta mujer se haya mostrado fuerte e independiente a lo largo de la historia. Qué idea tan carca, qué mensaje tan sobado, qué pereza continuar comentándolo. Como último apunte antes de pasar al siguiente cómic, he dejado una idea en el tintero que voy a seguir desarrollando en el siguiente bloque: la cuestión sobre la masculinidad de Superman vs. Clark Kent.
El origen de Superman
Ahora daremos un gran salto en el tiempo, hasta 2013 cuando DC Comics publicó la historia de Geoff Johns y Gary Frank titulada El origen de Superman. Esta historia nos presenta dos momentos clave de la vida de Clark Kent. En su juventud, cuando descubre su verdadera identidad como Kal-El y conoce a Lex Luthor en Smallville; y de adulto cuando llega a Metropolis para trabajar en el Daily Planet. Es en esta segunda parte donde aparece Lois Lane, con una presentación muy parecida a la de Action Comics #1. La primera imagen que tenemos de la reportera es una mujer de carácter fuerte y sólidos ideales que se encara contra un director editorial sobrepasado por la mala situación económica del periódico. Pero, a lo largo de toda esta historia, veremos que su actitud hacía Clark es muy diferente. De hecho, Johns y Frank son mucho más benevolentes con el personaje que sus autores originales. En esta ocasión no se habla de Clark como un cobarde, sino más bien como una persona un poco torpe (seguramente por influencia de la versión de Superman de las películas de Richard Donner). Ahora bien, Lois no tarda muchas páginas en subrayar que se ha dado cuenta de que ese rasgo de su personalidad no es auténtico. El desprecio de la periodista por su compañero no existe. Hay una clara diferencia en el trato que Lois brinda a Clark, y como consecuencia, hay una gran diferencia en la construcción del personaje de Lois.
¿Por qué? Bien, quizás esta idea no es fácil de desarrollar, pero vamos a intentarlo. Cuando la primera Lois rechazaba la imagen del Clark Kent pusilánime y abrazaba la idea del héroe super humano, indirectamente estaba alabando un tipo de masculinidad. Como la mayoría de los lectores de Zona Negativa sois hombres, dejad que os explique una cosa que, quizás, no sabéis. A las mujeres se nos enseña culturalmente a desear, querer y apreciar el arquetipo que representa Superman. Del mismo modo, que a vosotros se os enseña a desear, querer y apreciar a mujeres atractivas, delicadas, dóciles, familiares… Por tanto, por mucho que la propuesta del carácter de Lois en 1938 fuera valiente para la época, en lo más profundo de su interpretación había una esquirla de machismo. Seguía mandando un mensaje: a las mujeres les gustan los hombres valientes, fuertes y protectores. Pero, ojo, este mensaje no iba dirigido a ninguna mujer o niña, iba dirigido a vosotros, hombres o niños. El mensaje está claro: tenéis que ser atrevidos, valientes y fuertes, porqué de lo contrario las mujeres os despreciaran. Tenéis que ser como Superman. Tenéis que ser más que hombres. Un segundo, ¿Más qué hombres? ¿Cómo podéis ser más de lo que sois? He aquí la exigencia sociocultural de una masculinidad inalcanzable.
Espero que, a estas alturas, aún quede algún lector. Vamos a intentar dar un calado histórico a la disertación anterior. Recientemente, Dibbuks ha publicado la biografía en formato cómic de Joe Shuster titulada, Joe Shuster, una historia a la sombra de Superman de Julian Voloj y Thomas Campi. En esta obra, los autores nos presentan a una compañera de instituto de Shuster y Siegel llamada Lois. Siegel está tan enamorado de ella que decide escribirle un poema que publica en el diario del instituto. Cuando se publica, sus compañeros se burlan de él y Lois continua sin mostrar interés. Esta anécdota, en particular, y la biografía, en general, nos sirven para darnos cuenta de un importante detalle: Shuster y Siegel eran todo lo contrario al personaje que crearon, pero eran muy parecidos a Clark Kent. En definitiva, lo que hicieron fue retratar el ideal de masculinidad de la época (representado en Superman) contraponiéndolo a lo que ellos mismos eran (Clark Kent). Gracias a su experiencia con Lois, crearon un personaje femenino que reproducía la relación que las mujeres de la época tenían con ambos tipos de masculinidad. Una relación machista basada en la necesidad de protección y la certeza de la superioridad del hombre sobre la mujer.
Conclusiones
Ahora, volvamos a Smallville un momento. Con la Lois Lane interpretada por Erica Durance aprendí algo que muchas otras mujeres del cine, la televisión y los cómics también me han enseñado. En primer lugar, a tratarme a mí misma como un fin. En segundo lugar, a no tratar a los hombres como un objeto. Yo, como mujer, y todas las mujeres en cuanto a personas, merecemos aspirar a cumplir nuestras expectativas y sueños. Quizás a muchos os parece una banalidad, pero cuando eres mujer hay un día que tienes que verbalizar algo que a los hombres nunca les preguntan. Tienes que decir, en voz alta, que no quieres ser ama de casa. Quieres estudiar en la universidad, trabajar en un empleo cualificado y, al acabar la jornada, preocuparte por las tareas del hogar. Ese día, las mujeres de tu familia que oyen esa afirmación pueden reaccionar de dos maneras. Puede que se alegren porque tienes la oportunidad de hacer algo que ellas no pudieron, pero también pueden sentirse atacadas porque, en el fondo, rechazas el estilo de vida que ellas llevaron. Lois Lane ya en 1938 era un ejemplo de mujer con estudios y un trabajo cualificado. Por desgracia, sus siguientes representaciones graficas van a tener que seguir siéndolo, porque lo que ella representa aún no es la norma en un imaginario colectivo donde el patriarcado aún está en vigor.
En segundo lugar, a no tratar a los hombres como un objeto. Hay una idea que me gusta pregonar y que necesito citar para desarrollar esta conclusión: hay tantos feminismos como feministas. Nótese que no hay género en esta frase, porque el fin último del feminismo debería ser abandonar la dicotomía “hombre/mujer”, para simplemente hablar de la unidad “personas”. Como mínimo según mi feminismo. Por tanto, si no considero que las mujeres debamos ser un electrodoméstico del hogar, tampoco quiero que los hombres tengáis que ser unos esclavos del “deber”. Como ya hemos ido esbozando, en la construcción social de géneros y roles, vosotros también tenéis una misión asignada. En este sentido, tenemos la teoría de las tres p que dice: el hombre como construcción social tiene el deber de proteger, proveer y procrear. Tenéis que salir al mundo exterior y volver con el dinero suficiente para mantener la familia y darle un estatus social. Pero sin olvidar jamás que la vuestra mujer e hijos necesitan de vuestra protección, ya sea comprada o ejercida físicamente. Finalmente, debéis procrear porque si no, no hay familia a la que proteger ni proveer. Son tres tareas que configuran un prototipo de masculinidad que cree que la mujer le debe algo. Cuando en Action Comics #1 Lois rechaza a Clark porque es un cobarde, rechaza su masculinidad por no ser protectora. Cuando se decanta sutilmente por Superman, abraza el arquetipo del macho alfa. Lois, querida, el macho alfa que un día te protege, al siguiente puede ser tu amenaza.
Mucho más sana me parece la relación de pareja que Dan Jurgens representa en sus historias de Lois y Clark previas al regreso del Superman clásico pre-new 52 al actual universo DC. En ellas se ve como ambos personajes comparten vida familiar, a la vez que mantienen su espacio personal y laboral. Lois y Clark han encontrado un equilibrio entre el individuo, la pareja y la familia, creando un modelo de familia moderna. Aunque claro, dada la historia en sí, no podemos entrar a juzgar si hay un trato diferente por parte de Lois entre Superman y Clark. Aunque se sobreentiende en varias ocasiones por como Lois habla de cuando se conocieron o de su vida en el anterior universo. Un ejemplo de cómo retratar a una mujer moderna que puede ser trabajadora, madre y esposa, sin que eso vaya en detrimento de ninguna de las tres esferas.
En definitiva, de personajes femeninos como Lois Lane, aprendí dos cosas: (1) qué arquetipo de feminidad quería para mí: fuerte, atrevida y trabajadora; y (2) con qué tipo de arquetipo de masculinidad quería relacionarme. Aprendí que ningún villano iba a poder conmigo y que, para ello, no necesitaba la ayuda de ningún super-hombre. Sólo a un compañero que me apoyara en los momentos decisivos, y al cual yo ayudara cuando él lo necesitara. Porque feminismo, son dos personas ayudándose mutuamente sin pedir nada a cambio.
Avocadon’t
Lois Lane, la Supernovia
Si Superman es el prototipo de superhéroe, Lois Lane es el prototipo de interés romántico. Pero también es mucho más que eso. Ha sido un prototipo de mujer independiente y empoderada, una reportera incansable en su búsqueda de la verdad, desde sus inicios. Entender a Lois Lane simplemente como la novia de Superman es un error garrafal, aunque en ocasiones incluso en los propios cómics se le redujo a esto. En estos 80 años, Lois ha cambiado con la sociedad que cambiaba a su alrededor, ha sido pionera en la lucha de los derechos de las mujeres y ha sido usada como un estereotipo infantil e inocente de lo que significaba ser una mujer. Es poniendo en contexto la historia de un personaje y los cambios que vamos encontrando a lo largo del tiempo, cuando podemos conectar el mundo en el que existe el personaje y en el que existe el lector y así evaluar su importancia.
Desde su primera aparición en 1938, es el personaje femenino con más recorrido en este medio. Lois Lane es una reportera brillante, implacable, centrada en su carrera y con varios premios a sus espaldas. Aún así, a pesar de este perfil de mujer autosuficiente , en los cómics Lois siempre ha estado en los brazos de Superman, metafórica y literalmente, normalmente mientras este la rescataba del último lío en el que se había metido siguiendo una historia importante. En los años 50 y 60 tuvo su propio cómic, e incluso superpoderes, pero muy temporalmente o Clark no hubiese podido seguir batiendo a Lois en la lucha por la primera plana. Además, ella descubre la identidad de Superman, se casa con él e incluso adoptan a un niño. Lois Lane ha sido un icono desde su creación y sigue siéndolo para muchas.
En los cómics de superhéroes, el héroe debe de representar unas virtudes a las que el público debe aspirar, y los conflictos que se presentan en sus páginas deben resolverse de formas compatibles con las creencias de los lectores, y este es el caso de Superman y Lois Lane. Lo que queremos decir es que los valores culturales de la sociedad en la que se publica un cómic se encuentran de forma implícita en los cómics, y a medida que estos van cambiando, irá cambiando también el medio.
Lois Lane como personaje
Hasta cierto punto, Lois es Superman sin superpoderes. No es más rápida que una bala, ni puede parar un tren, pero están tan comprometida con la Verdad y la Justicia en su trabajo de reportera, como lo está en poner su vida en peligro por ayudar a alguien. Lois es temeraria en el mejor de los sentidos, y aunque a veces esto significa meterse en problemas, sólo hace que la audiencia se enamore aún más de ella. Para los que crecimos leyendo sus cómics y viéndola en películas, animadas y live-action, Lois Lane es un modelo a seguir.
Sin embargo, esta imagen es la de Lois Lane en sus mejores momentos y, como hemos comentado antes, esto no se ha visto siempre reflejado en sus apariciones en los cómics. Como una persona normal es un mundo de superhéroes, escritos y dibujados mayoritariamente por hombres, Lois ha estado sujeta a todo tipo de estereotipos de género que debilitaron su imagen de tenaz reportera. En su historia encontramos dos modelos contrapuestos: el de una mujer independiente y progresista y un concepto muy limitado de lo que significa ser una mujer.
En su encarnación original, Lois aparece como un ejemplo del primer modelo de mujer que el público de los años 40 admiraba tanto como temía. Por un lado, la heroínas que eran mujeres trabajadoras reflejaban el lugar de las mujeres en el mundo laboral durante la Guerra (aunque estas profesiones solían ser más glamurosas que las de la gran mayoría de las mujeres de la época). Por otro lado, el movimiento de las mujeres hacia oficinas y fábricas creaba ansiedad sobre cómo o sí podría la sociedad volver a los roles existentes antes de la Guerra. Para las lectoras, en este contexto, Lois era un símbolo poderoso, uno cuya ambición tenía que mantenerse a raya si tenían la intención de mantener el status quo.
Al principio, Lois era una reportera en el Daily Star (que se convertiría en el Daily Planet durante los años 40), eso sí, como sob sister, una periodista que se dedicaba a escribir historias de tipo sentimental y dramático, relegada a una columna romántica, pero con la ambición de encontrar una historia que la llevase a la primera plana. Tanto su editor, George Taylor, como su compañero, Clark Kent, se comportan más como obstáculos que como una ayuda real, pero Lois no se dejaba arrastrar. Pelea por cada encargo que le dan y acaba siempre en secuestros, incendios y explosiones mientras persigue una primicia. Action Comics y sus spin-offs vendían millones de copias cada mes y Lois Lane se convirtió rápidamente en una estrella.
Las primeras versiones de Lois se habían añadido a la historia de Superman en algún momento de 1935. Las películas con mujeres reporteras eran bastante populares en este momento y Siegel y Shuster claramente encontraron en ellas inspiración. Era en este género el único en que las mujeres podían representar papeles en un nivel igual al de los hombres, y muchos icónicos personajes femeninos salieron de estas películas. Tenían además mucho en común con Lois: Margaret Banks, de Big News (1929) era también una sob sister, Ellen Garfield en Front Page Woman (1935) trabajaba en un periódico llamado Daily Star, qué coincidencia.
En concreto, Torchy Blane es una influencia importante en Lois y el propio Siegel lo dijo en entrevistas años después. Una incansable reportera que no dejaba que nada ni nadie se interpusiera en su camino. Torchy saltaba a trenes en movimiento para hacer entrevistas, conseguía acceso a las escenas del crimen y siempre iba un paso por delante de su prometido, que era policía, mientras investigaban los mismos asesinatos.
En lo que se refiere a su desarrollo en los cómics, podemos encontrar varias etapas: La primera es la que empieza con la publicación de Action Comics en 1938 y continua en la Segunda Guerra Mundial, hasta 1947. La segunda etapa comienza en 1948 y llega hasta 1967, donde el concepto original de Lois Lane como una reportera independiente y dinámica se diluye. Se da más importancia a su vida personal, sus intentos de conquistar a Superman y llevarlo al altar y la intervención de este en su trabajo. En estos dos períodos, la imagen básica del personaje cambia, pero su situación se mantiene constante. En las siguientes dos etapas, sin embargo, hay una progresión narrativa que afecta a las circunstancias del personaje. En la tercera etapa, que va desde 1968 a 1982, vemos un cambio importante en la relación de Lois y Clark/Superman. A pesar de que Lois sigue haciendo sacrificios en su intento de encontrar un novio, todo se resuelve cuando él le corresponde. La cuarta era comienza en 1982 y la marca el fin de la relación de Lois con Superman y Clark. Finalmente, tras la miniserie Man of Steel (1986) y el cambio en el canon del personaje de Superman, podemos ver una vuelta a la esencia de la primera etapa del personaje, un cambio que se extenderá durante los noventa y hasta llegar, finalmente, al Nuevo 52 y Renacimiento.
Primera Etapa: 1938 a 1947
La primera aparición de Lois resaltaba la ambición que se convertiría en el núcleo del personaje durante los siguientes 80 años. Harta de leer dramas y dar consejos para el mal de amores, en cuanto le llegan rumores de una buena historia, se abalanza sobre ella, a pesar de las advertencias de un superhéroe que termina sudando un poquito tras luchar contra una banda de matones. Daba igual, Lois quería llegar a la primera plana.
Siegel y Shuster le dieron a Lois el potencial para alcanzar su sueño, poniéndola en una situación atípica para las mujeres en el ámbito laboral en 1938. Las mujeres trabajadoras seguían siendo una rareza y representaban menos de un cuarto de la mano de obra. Y aún así, la mayoría de estas mujeres estaban en puestos que les daban pocas esperanzas de avanzar, como por ejemplo las secretarias. Lois pudo haber comenzado escribiendo una columna sentimentaloide, pero escribía para un periódico importante y tenía acceso a un editor al que presentarle nuevas historias. Desde su primera aparición, Lois aprovechó cada oportunidad de ascenso.
En cierto modo, Lois y Clark tienen en común una doble identidad: Lois se ve a sí misma como una gran profesional , pero los demás sólo ven en ella a una reportera de lagrimón fácil. Mientras que la vida de Lois es una frustración tras otra, la vida de Clark es mucho más fácil. Adelanta a Lois en cada historia, usando sus superpoderes para robarle historias que había encontrado ella para empezar: Lois saltaba de cabeza a situaciones peligrosas, normalmente abandonando a Clark para hacerlo, el único problema es que siempre acaba necesitando ser rescatada. Y cuando por fin llega al Daily Star, Clark ya está allí, con la historia en la mano, gracias a su supervelocidad. Vaya, podemos decir que al principio, Clark no caía particularmente bien a Lois.
En esta primera etapa, la relación entre Clark Kent y Lois Lane refleja la misma falta de confianza entre hombres y mujeres en la vida real. En los años 40, Lois se presenta como una mujer que se considera individualista y con el control sobre su vida. Es uno de los muchos personajes que se crean con el estereotipo de “chica trabajadora” en mente, cuyas victorias se derivan de su ambición y un sentido de la aventura, más que por el deseo de romance. Ella es quien decide cooperar con Clark o competir con él por una historia, basándose en lo que le conviene más a ella. Aunque claramente se siente atraída por Superman, en las historias de estos primeros años Lois persigue primicias, no al hombre de acero. Su energía, talento y aspiraciones hacen de ella un símbolo particularmente fuerte de la mujer autosuficiente durante esta etapa.
A pesar de que el triángulo amoroso Superman-Lois-Clark aparece desde las primeras historias, no siempre es el centro de la atención. Lois era un personaje digno de admiración, caracterizado por su confianza en sí misma, siguiendo sus instintos en su trabajo y persiguiendo de forma incansable descubrir la identidad secreta de Superman. Aunque fue el único personaje femenino estable en la serie, Lois jugaba un papel central.
Segunda Etapa: 1948 a 1967
En la América de después de la Segunda Guerra Mundial encontramos a Betty Friedan y su Feminine Mystique (1963). Según Friedan, las mujeres conseguían desarrollarse como individuos básicamente a través del matrimonio, la maternidad y el ser ama de casa. Por supuesto, Lois no puede casarse con el hombre de sus sueños, dejar su trabajo y mudarse a un chalet a las afueras de Metrópolis a cuidar superbebés, sin cambiar radicalmente elementos que, a estas alturas, son nucleares para la serie de Superman. Sin embargo, Lois comenzará a repetir más a menudo su deseo de casarse para recordarle a los lectores que, en el fondo, Lois Lane también quiere lo que otras mujeres menos apasionadas por su trabajo quieren. Mientras que en su primera década de Superman, este deseo apenas aparecía, en esta segunda etapa se nos recuerda constantemente que Lois no será feliz hasta que consiga casarse con el Hombre de Acero.
Las formas en las que esta concepción original se altera a través de las siguientes etapas señalan los valores implícitos en el texto. Entre 1948 y 1967 Lois se presenta como un personaje bastante ingenuo. Mientras que las historias mantienen su papel como una reportera competente, la obligan a encajar en el modelo de The Feminine Mystique. Lois se convierte simplemente en “la novia de Superman” y las historias pasan a centrarse en su deseo de casarse con Superman.
Un importante cambio en esta caracterización ocurre en 1968 cuando Superman admite abiertamente que está enamorado de Lois. Tras esta declaración, los cómics empiezan a incluir subtramas que remarcan los sentimientos de la pareja. Mientras que el trabajo de Lois no sufre y, se supone, valora tanto su trabajo como su relación con Superman, sus habilidades como reportera pasan a ser algo que el cómic nos cuenta, más que mostrarlo.
Al fin y al cabo, Superman no puede estar enamorado de una mujer mediocre. Lois, aun con el talento y la inteligencia que se mantienen en esta etapa, no vuelve a su caracterización original y se convierte, básicamente, en parte de una pareja.
Superman’s Girlfriend, Lois Lane
Este spin-off de las aventuras de Superman estuvo en el Top 5 de los cómics más vendidos durante los años 60 con más de 550,000 copias por número en 1965. Estos números de ventas no estaban lejos de los del propio Superman y solía vender más que títulos como Batman, JLA, Superman’s Pal Jimmy Olsen e incluso Action Comics.
Además de ser un éxito en ventas, Superman’s Girlfriend Lois Lane fue un logro en lo que se refiere a representación femenina en los cómics. Cuando empieza a venderse en Marzo de 1958, sólo el 18% de los cómics que habían salido ese mes tenían una protagonista femenina. Y más del 60% de estos personajes venían de cómics románticos que habían ganado popularidad durante 1958.
En el género de superhéroes, sólo Wonder Woman y Lois Lane encabezaban sus propias líneas. Mientras Wonder Woman estaba pasando por una etapa dura en la Edad de Plata, era sin duda una compañía prestigiosa, a la que batió en ventas durante casi 10 años.
Este proyecto de Lois Lane es importante porque refleja el movimiento feminista de Segunda Ola que surgió como respuesta a The Feminine Mystique. La cultura de la América postbélica en los años 1950 estaba firmemente anclada en el concepto de “familia nuclear” con la imagen de familias de clase media y blancas como la norma.
Ya no era necesario que las mujeres dejasen el hogar para traer un sueldo a la familia, ahora podían centrarse en ser amas de casa y en cuidar de los hijos. Los años 50 vieron a las mujeres devueltas a los roles que se entendían como esenciales para la familia y la sociedad americana en general. Y, como respuesta, también empezaron a surgir aquellas mujeres que no estaban por la labor de conformarse con esta vuelva al pasado.
Así, esta Lois Lane, que aún con sus problemas como los que hemos mencionado, no abandona su trabajo para dedicarse a una familia, es un ejemplo de la mujer liberada que el movimiento feminista quería difundir.
Tercera Etapa: de 1968 a 1982
Veremos como Lois trabaja con Superman de vez en cuando, e incluso a veces le rescata, como en The Revenger of Steel o The Man Who Stole Superman Eyes. Su relación se presenta como un ideal, con muchas historias hablando de cuánto se quieren. El énfasis en el deseo de casarse de Lois desaparece durante un tiempo y parecen estar satisfechos con su relación tal y como es. Lane sigue siendo “la novia de Superman” y poco más. Su relación sigue teniendo más importancia que su carrera, formando parte de una tradición en la que el amor heterosexual representa la mayor aventura para las mujeres y la que más les satisface como personas. La dedicación a su trabajo o a una causa son secundarias y, en todo caso, poco usuales para las mujeres. Lois no se distrae tan fácilmente de su trabajo, pero sus decisiones profesionales sí que están guiadas por Clark y su relación.
A partir de 1983, Lois rechaza su rol previo, decide que está cansada de cargar con el peso de la relación para que esta sigue funcionando. Empieza con la declaración de que no piensa esperar para siempre a que Superman pueda encuadrarla en su agenda y apoya su decisión saliendo del país por un trabajo importante. De esta forma, cuanto más se esfuerza Lois en encontrarse a sí misma, más crítica al hombre que ha sido la figura dominante en su vida. Su gran aventura, su trabajo y su desarrollo como persona se convierten en su nueva vida, una en la que se siente libre para no estar de acuerdo con Superman en cómo usa sus poderes, por ejemplo. Sin embargo, paga un precio enorme por esa libertad. Su independencia y crítica abierta a Superman la separan de sus amigos y trabajadores, que se ponen de parte de Superman.
Cuarta Etapa: 1982, Nuevo 52 y Rebirth
Durante los 90 el personaje de Lois cambia bastante, así como el origen y la historia de Superman casi totalmente. En esta nueva versión, Lois vuelve a ser una reportera fuerte y con opiniones, que raramente necesita que la rescaten.
Una diferencia importante es que en esta ocasión, Lois no se enamora de Superman (aunque obviamente le gusta, porque es Superman). Es importante el cambio en la relación Superman/Clark Kent, a diferencia de la Edad de Plata, Superman era la identidad que se escondía tras Clark Kent.
En este nuevo concepto, es Clark quien vive una vida en que la actividad de Superman es secundaria, hasta cierto punto. Mientras que Lois comienza odiando a un periodista novato que consigue la historia de Superman como su primera noticia, cuando ella había estado intentando conseguir esa misma entrevista, acaban convirtiéndose en buenos amigos y compañeros.
Es a principios de esta década de los 90 en la que casi vemos a Lois y a Clark pasando por el altar, en 1993 en concreto, pero por contradicciones con el proyecto televisivo que estaba a punto de comenzar, DC decidió que era mejor que Superman muriese en los brazos de Lois tras una batalla contra Doomsday. Después de un tiempo, Superman volvió a la vida y a su relación con Lois, aunque no sin problemas. Lois termina cogiendo un trabajo en el extranjero a causa de la sobreprotección de Clark, ¿nos suena de algo?
En 1996, cuando la serie de televisión “Lois and Clark” lo permitió, aunque no sin problemas, Lois y Clark finalmente se casaron en un especial de Superman, que recogió el trabajo de prácticamente todos los artistas que habían trabajado en Superman hasta el momento.
Con el Nuevo 52 volvemos básicamente al principio, Lois y Clark son sólo compañeros de trabajo y amigos, no han estado nunca juntos y menos aún casados. En lo que respecta al personaje de Lois, mientras que muchos de los cambios en otros personajes no fueron particularmente celebrados por los fans, la vuelta de Lois a la independencia y con una vida propia y personalidad más allá de su relación con Clark sí lo fue. Por primera vez después de mucho tiempo volvemos a ver a la periodista ganadora de un Pulitzer de nuevo en acción.
Finalmente, con Renacimiento, DC ha redoblado sus esfuerzos en presentarnos a la Lois que nos merecemos, y lo decimos literalmente, ya que ahora podemos encontrar a dos versiones de Lois: Superwoman, una Lois que adquiere sus poderes pre-Renacimiento a la muerte de Superman y la Lois Lane a la que recordamos desde Crisis en Tierras Infinitas. Si queréis saber el por qué de esta duplicidad, os dirigimos a los números de Superman y Superwoman para no hacer este artículo más eterno de lo que es.
En tanto que Superwoman, deberíais saber a estas alturas que Lois Lane no es alguien que necesite tiempo para adaptarse a sus poderes, es más, todo lo contrario. Reconociendo la necesidad de llenar el vacío que Superman deja tras su muerte, asume inmediatamente sus responsabilidades como Mujer de Acero.
Pero tampoco es que a Lois le haga falta tener poderes para ser la caña. Ahora en el papel de madre, no podemos decir que la maternidad haya suavizado en nada a Lois. Si durante alguna de las primeras etapas del personaje esperaban que la maternidad domesticase a Lois, no podían estar más equivocados. Es más, no sólo cuida de un pequeño superbebé, sino que continúa con su trabajo de investigación en busca de la verdad bajo un alias (de nuevo, es muy interesante, ¡id a leer los cómics si no los habéis leído!).
Conclusión
Parecía imposible, pero hemos llegado al final. 80 años de historia no se repasan en un ratillo, pero esperamos haber hecho justicia al personaje para aquellos que ya la conocéis y que os hayamos dado una nueva perspectiva a aquellos que acabáis de llegar o quizás no le habéis prestado toda la atención que se merece.
Mavi Fernández – Mundo Superman
En 1938, el mundo cambió para siempre cuando un héroe disfrazado y con capa apareció en la portada del primer número de Action Comics. Pero mientras Superman asombraba a los lectores con hazañas de fuerza y heroísmo, otro personaje se levantó de las viñetas para dar más sentido al Hombre de Acero. Lois Lane apareció al mismo tiempo, saltando de la página y entrando en acción junto a su heroico homólogo, en una batalla muy diferente a la que enfrentó el kryptoniano — una batalla por una historia de primera plana. Aunque Lois ha cambiado y evolucionado mucho a lo largo de sus tres cuartos de siglo, ciertas cosas siguen siendo las mismas. No importa en qué posición la pongan sus escritores, o cuántas veces tuvo que ser salvada por Superman, Lois ha permanecido obstinada y sin miedo en su búsqueda de la verdad, la justicia y los titulares más grandes del Daily Planet.
Es una periodista inteligente, intrépida, valiente y ambiciosa y siempre va tras la noticia. Lois Lane es mucho más que la novia de Superman y es hora de dejar de lado su famoso interés amoroso, para hablar de lo que ella es y representa.
Uno de los héroes más famosos de los cómics no es de otro planeta. No puede esquivar o repeler las balas. No tiene súper fuerza. ¿Vuela? Tampoco. ¿Habilidades de lucha ninja? En absoluto. De hecho, no tiene ningún súper poder. Y aún así, ha sido uno de las heroínas más perdurables de la cultura pop desde su primera aparición en 1938.
No es difícil enumerar todo lo que hace de Lois Lane ser Lois Lane – calificativos que se remontan a cuando apareció por primera vez junto a Superman en Action Comics #1.
Originalmente, su apariencia física estaba basada en una modelo contratada por Shuster y Siegel llamada Joanne Carter, e inspirada por la reportera ficticia Torchy Blane y Nellie Bly.
Lois es una periodista resuelta y con mucha fuerza de voluntad, ambiciosa y rebelde con tal de conseguir su gran historia periodística. Corre de cabeza hacia el peligro, lo que en muchas ocasiones hace que Superman tenga que salvarla (también salva rutinariamente el mundo, así que no hay que reprochárselo). Lois odia las injusticias y los matones.
Si lo primer que dijiste al leer su nombre ha sido, «Oh, Lois, la novia de Superman», no eres el único o única. Cuando Lois protagonizó su propio cómic de 1958 a 1974, llevó como título, todo muy original, «Superman’s Girl Friend Lois Lane» (La novia de Superman, Lois Lane). Es obvio que su estado de interés amoroso de Superman vino antes, como si fuera lo más fundamental y primordial del personaje. La relación de Lois Lane con Superman/Clark Kent es importante, eso está más que claro; en el mejor de los casos, la suya es una verdadera sociedad de iguales, en la que cada uno hace al otro mejor. Pero Superman – le guste o no – nunca ha sido lo que hace a Lois un personaje tan importante.
Mi primer encuentro con Lois Lane es uno compartido con millones de personas: el ingenioso, agudo y sincero retrato de Margot Kidder frente a Superman, de Christopher Reeve en “Superman: La Película”. ¿Quién era esa reportera rápida, graciosa y valiente que discutía con su jefe? Como Clark Kent, me encantó en el momento en que la vi. Vi una mujer profesional segura y competente. Sin embargo, ahora que soy adulta, nunca había visto a una mujer retratada de esta manera en la pantalla por aquel entonces.
Pero no todo ha sido Pulitzer y empoderamiento en lo que concierne a Lois. Sus destractores tendrían la misma facilidad de encontrar una lista de rasgos negativos que podrían decir que la definen. El historiador de cómic Tim Hanley publicó un trabajo que examina la trayectoria de Lois, «Investigating Lois Lane: The Turbulent History of the Daily Planet’s Ace Reporter» (Investigando a Lois Lane: La Turbulenta Historia de la Reportera Estrella del Daily Planet). En la introducción, señala las versiones cambiantes de Lois a lo largo del tiempo y observa que ella «encarna el progreso y las luchas de las mujeres estadounidenses, un ciclo continuo de avances y retrocesos».
En el cómic que protagonizó, a Lois le enseñaban lecciones de Superman con frecuencia, a quien perseguía sin piedad con la esperanza de conseguir que le pusiera un anillo. En otras historias ha rivalizado con mujeres definidas como rivales románticas, como es el caso de Cat Grant o Lana Lang. Pero otros escritores han dicho de ella que es inolvidable, y sus muchas encarnaciones en los medios de comunicación son muy queridas. Erica Durance, Terri Hatcher y Margot Kidder comandan ejércitos de admiradores por sus interpretaciones.
En las últimas películas del Universo Extendido de DC, Lois Lane es interpretada por Amy Adams. Amy Adams es un ejemplo perfecto de las formas en que cada época es reflejada en sus Lois.
Una mujer de su tiempo, con ese impulso a descubrir y saber más, una mujer totalmente independiente y activa. A su vez muy femenina y sensual. Un personaje que con el paso de los años se ha ido amoldando al cambio social, pasando de la típica reportera con vistas a «ama de casa» a ser un todoterreno independiente que ni el mismo Superman es capaz de detener.
Sin ella, mi personaje favorito, Superman, no sería quién es. Es como quitarle una parte de su cuerpo y su alma. Muchos fans prefieren que Wonder Woman sea la pareja del Hombre de Acero, por todo lo que conlleva, pero hay una cosa que marca la diferencia entre Lois y Diana, y no son los poderes, sino su humanidad. Lois aporta a Clark la humanidad que le hace ser quién es, por eso es tan importante en su vida, no sólo porque sea su pareja o la madre de su hijo. Sin Lois, el mundo de Superman quedaría huérfano. No me imagino un mundo sin ella.
En una época en la que rutinariamente vemos a personajes femeninos mediáticos emboscadas en la pregunta de si son feministas o no, Lois Lane es más relevante que nunca. Creo que su respuesta sería: «Sí, ¿tú no?» Es un personaje que nos habla a todas nosotras, simples chicas y mujeres humanas, un personaje que nos dice que podemos hacer o ser cualquier cosa, que podemos tenerlo todo, por mucho que el mundo intente interponerse en nuestro camino.
Por último, también buscamos más allá de los círculos habituales del cómic. Cómo ha quedado más que claro, la profesión, el pilar, la esencia de Lois Lane es el periodismo. Y por ello extender estas voces femeninas también a las periodistas nacionales. Finalmente, por distintos factores, en esta ocasión únicamente hemos podido incluir la opinión de la periodista Marta Roqueta. La visión de Marta Roqueta es una visión diferente, tanto por forma como sobretodo en el medio en el que se centra, que complementa las voces femeninas hablando sobre Lois Lane. Al igual que al resto de compañeras, extendemos el agradecimiento por haber decidido colaborar, así como el resto de compañeras de distintos ámbitos que finalmente no han formado parte de este Especial.
Marta Roqueta
En el caso de las pocas películas de Superman que he visto, Lane me pareció el típico personaje femenino aquejado del Síndrome Trinity. Es decir, la presentan como una mujer muy competente en su trabajo -incluso más que el héroe- , pero su rol en la película no va más allá de ser el interés romántico del héroe, así como su apoyo emocional, y es puesta sistemáticamente en peligro para que el héroe la salve. En este sentido, siempre me han interesado más personajes como Jean Grey o la Bruja Escarlata, que tienen que lidiar con los problemas de tener un gran poder, a pesar que la resolución de muchas de estas cuestiones suela estar marcada por imaginarios de género bastante sexistas.
Como mujer y periodista, la representación de Lane me parece muy problemática. No solamente porque se vuelve a caer en representaciones sexistas para introducir las mujeres en la trama, sino porque es un insulto a las periodistas. La carrera de periodismo está altamente feminizada, y, aún así, las periodistas tienen más dificultades para abrirse paso en las redacciones, que ya de por sí son ambientes duros, con jornadas laborales largas y mucha presión. Cuando lo consiguen, están en situaciones más precarias y tienen muchos problemas para llegar a puestos de dirección. A ello, hay que sumarle el acoso sexual que viven dentro y fuera de las redacciones. Supongo que es por todo ello que el personaje no me ha interesado mucho. Aunque si hubiera algún cómic o serie de televisión protagonizada por el personaje que narrara sus aventuras, como hizo Marvel con la Agente Carter, me interesaría mucho. A lo mejor ya existen, y por mis malas experiencias anteriores con el personaje no me he molestado siquiera en buscarlos, ¡podría ser!
El Especial 80 Aniversario Lois Lane termina con estas líneas, pero puede continuar con vuestras opiniones – tranquilos, hay libertad de género para opinar, siempre que se haga desde el respeto -, vuestras anécdotas, vuestra versión preferida de Lois Lane, todo aquello que queráis también compartir con todos nosotros, pues 80 años dan para mucho.
Mi más sincera enhorabuena por este artículo. En primer lugar, a todo el equipo DC por la cantidad de artículos que se están preparando sobre Superman y el cosmos que lo rodea. Es increíble lo que puedo llegar a disfrutar estos artículos y lo que aprendo con ellos.
En el caso del artículo que nos ocupa, me encanta la visión que habéis dado de Lois, la visión que cada una tenéis del personaje, siendo todas ellas ciertas. Y es que, a menudo tendemos a pensar que machismo sólo es maltratar a una mujer, insultarla, negarle la libertad. Y no. Está claro que eso es machismo, nadie lo duda, pero hay otro machismo, el machismo silencioso, ese que no se ve, el que está arraigado a la educación y a las instituciones… y el que rodeaba a la Lois de tiempos pretéritos. Una mujer muy moderna para su tiempo pero que como bien explica Mònica, no deja de encarnar ese deseo de las mujeres de encontrar el hombre perfecto, el superhombre que representa Kal El como máximo fin de su existencia y el deseo de los hombres de ser como Superman y de despreciar todo lo que no suponga ser «masculino».
Para mí Lois ha sido y es el claro ejemplo de historia de la mujer en el mundo del cómic. A través de los años, de las décadas, podemos ver como el personaje evoluciona, como se va a adaptando a los tiempos y a las exigencias ideológicas y culturas de la época en la que se enclava, sin jamás perder su esencia, pero desde luego, demostrándonos que Lois Lane siempre fue mucho más que «La Novia de Superman».
Muchísimas gracias por tu comentario, Raúl! 🙂
Magnífico artículo. De lo mejorcito de ZN en mucho tiempo. Por lo demás, me sigue apasionando la Lois Lane de Byrne. Independiente, con gran rencor hacia Clark o Superan por anularla como periodista y como persona. Ese mítica escena donde Lois le dice a Superman que no quiere que la lleve volando a ningún sitio y que prefiere ir andando, con los pies en el suelo.
Muchas gracias, alienigena100. ¡Es un placer contar con lectores como tú!
Buen artículo, le faltó un poco de heteronormatividad; patriarcado y brecha salarial, pero buen artículo.
A veces me pregunto si siquiera vamos a poder reproducirnos una generación más con la versión distorsionada de lo malo que son los roles de género tradicionales, 200000 años de evolución no van a cambiar la biología y la búsqueda de pareja ideal por mucha ingeniería social y perspectiva de género que quieran imponer en todos los ámbitos de la sociedad.
No veo nos hagan temblar las piernas el Mario Vaquerizo ni la Rachel Maddow de turno, pero bueno.
Que le deis bola a Marta Roqueta que considera cosificación que llamen a una mujer «guapa», es de traca.
Los roles de género tienen que ser abolidos. Además, estás confundiendo género con aspectos biológicos. El sexo de una persona es la parte biológica, sus genitales. El género es una construcción social que divide a las personas en «hombre» o «mujer » según sus genitales, y a partir de esa diferenciación es que comienzan los estereotipos de género que tanto daño han hecho y que tanto daño siguen haciendo. Y llamar «guapa», «preciosa» o lo que sea a una mujer (o cualquier persona, pero las mujeres son quienes más viven esto) es acoso, ya que estás opinando sobre la persona en público sin su consentimiento, le estás incomodando. Y seguro que a tí no te gustaría que te lo hagan. Marta Roqueta, yo sí te apoyo.
Bastante de acuerdo en la definición de sexo y género, al menos a nivel general, digamos. Lo de los piropos depende del contexto. Normalmente, las mujeres no consideran un piropo algo negativo si se hace en buen tono y en el ámbito privado. El problema es cuando se utiliza para intimidar o acosar por las calles o cuando se es consciente de que estás molestando y sigues sin embargo erre que erre. Aunque también es cansino el hecho de que siempre piropeen tu físico y no otros atributos, a veces incluso independientemente del contexto. Ahí ya es algo más complejo, porque una persona puede ofender incluso con buen tono e intención si la otra está cansada de que siempre alaben su físico, pero vamos igualmente esto es una cuestión de empatía que mucha gente, muy especialmente los hombres, no acaban de comprender.
Por supuesto, Christian. Con lo de los piropos y el acoso, me refiero al ámbito de la calle más que nada. Todo el mundo ha visto como una mujer pasa y uno o más hombres profieren varias palabras que lejos quedan de lo que conocemos como piropo. Esos hombres saben que la mujer no quiere oír eso, saben que la están incomodando, pero aún así siguen, para reírse entre ellos. Solo me refiero a este tipo de acoso. Para piropear otros aspectos, hay que conocer a quien se quiere piropear, pero ahi ya no seria acoso porque hay cierta confianza.
Totalmente de acuerdo MartinSawyer, toda esta guerra de los sexos que nos quieren meter desde los medios ya cansa y aburre. Para los que minimizan todo lo biológico bastaría con recomendarles el visionado del primer episodio de un documental noruego llamado «Brainwash» en el que se contrapone la visión de varios científicos con la de un par de «ideólogos del género», tristemente, a sueldo del estado noruego. La frustración y el cabreo de estos últimos por el hecho de que la ciencia desmonte sus postulados resulta hilarante, ya que les lleva directamente a reprochar a los científicos que se interesen por esos temas (¡!). Un ejemplo: un científico llamado Simon Baron-Cohen (primo del actor) cuenta cómo los niños de un día de edad se fijan mucho más en objetos mecánicos mientras que las niñas fijan más su atención en los rostros. Pero bueno, alguno dirá que un día le basta al «patriarcado» para establecer su influencia. Se han hecho experimentos similares con simios dando los mismos resultados. Es lo que tiene la ciencia, no entiende de ideologías y dogmas impostados. Luego hay quien se queja de que le llamen «guapa», en fin, si yo dijese todo lo que me han dicho a mí (cosas bastante más soeces que no reproduciré) y, oye, considero que soy un tipo bastante normal, pero a ciertas edades y si las chicas van en grupo y tu vas solo se pueden escuchar auténticas burradas.
Determinadas conductas influyen en los propios genes, creando disposiciones genéticas que sin embargo, pueden manifestarse o no, puesto que la influencia es mínima. No obstante, la socialización, que es lo que más influye en la personalidad de un individuo, empieza a muy temprana edad. Yo también he visto experimentos de niños que discriminan juguetes por su color de piel, rechazando los que tienen piel oscura, muchos de ellos incluso sin ser caucásicos. Según tu teoría, esto significa que los seres humanos son racistas por naturaleza.
¿Mi teoría? Discútelo con la lista entera de los científicos que pululan por el documental y con la propia ciencia si quieres. ¿Entonces según tu teoría esos niños y niñas del experimento al que se refiere Simon Baron-Cohen han sido condicionados por el entorno en menos de 24 horas? ¿Incluso los simios? Y por cierto, el documental Brainwash versa en ese primer episodio sobre la llamada «paradoja noruega» o cómo el intento del estado noruego por hacer que las mujeres se implicasen más en campos profesionales «tradicionalmente masculinos» acabó derivando en, exactamente, el efecto contrario. Claro que el entorno influye, pero la «pérfida» biología también y por eso hombres y mujeres, considerados como conjuntos, somos tan distintos en muchos aspectos. Eso también es diversidad y me parece bastante más hermoso y emocionante que querer convertir a la sociedad mediante ingeniería social en una masa uniforme de seres al estilo de los alienígenas de Mars Attacks! No confundamos la igualdad de oportunidades, que es un bien indiscutible como sociedad, con querer imponer la igualdad de resultados.
¿De verdad este es el tema de discusión? En lugar de comentar y hablar del texto que se presenta, llegáis a los comentarios a hablar de vuestras cosas, vuestra fobias y filias. Da la sensación de que ni habéis leído el artículo, que os importa bien poco lo que se está diciendo. ¿Sois conscientes de que estáis menospreciando el trabajo de otros? ¿o, simplemente, os da igual?
Detrás de este artículo hay el trabajo de muchos compañeros y de tres personas invitadas que merecen un respeto. A las que aprovecho para agradecer su participación y decirles que estoy muy contenta por haber compartido espacio de reflexión con ellas.
El texto me ha parecido más de lo mismo en ZN y hubiese entrado encantado a comentarlo como he hecho otras veces, pero repetidas experiencias pasadas en esta web me han convecido -una y otra vez- de que es imposible desarrollar aquí un debate simétrico en cuanto a las condiciones de los unos y los otros, por eso mi primer comentario fue dirigido a alguien afín, para evitar entrar en un bucle que ya me conozco y en el que acabo recibiendo insultos directos, yo me resisto a entrar en ese juego, pero no recibo ningún tipo de satisfacción por ello, ya que jamás he visto que nadie de cierta cuerda fuese baneado por esas actitudes y sí he visto caer a algún usuario como Katar por expresar libremente una opinión.
Y por cierto, considero que el comentario del usuario MartinSawyer guarda estrecha relación con el texto, ya que representa perfectamente la visión que muchos tenemos sobre ciertas ideas que revolotean por gran parte del artículo. Otra cosa es que en 2018 la disidencia sobre la «opinión publicada» (que no «pública) sea considerada todo un pecado en el sentido más eclesiástico de la palabra.
Pues imagino que debes llevar relativamente «poco» por Zona Negativa para lanzar semejante afirmación, que no puede ser más irreal. Y dada la falsedad de tal afirmación, y quienes firman el artículo, agradecería que si pretendes seguir justificando el omitir totalmente el tema del artículo para intentar imponer tu ideología, al menos dejes de tomar al resto por estúpidos. Si pretendes que se te respete, empieza de una vez a hacer lo mismo con los demás.
Llevo bastante y en ese tiempo, por ejemplo, te he visto a ti meterte en alguna que otra bronca perdiendo las formas por bastante como, a bote pronto, demuestra el tono agresivo en el que te acabas de dirigir a mí («imponer ideología», «tomar por estúpidos»). He tenido en esta web una paciencia de santo para aguantar insultos directos de otros usuarios y no vas a lograr tú que te entre al juego con provocaciones como las ya mencionadas o tu última frase. Cuando escribes un artículo en internet (con su texto y su subtexto) y habilitas comentarios te expones a que te manifiesten tanto acuerdo como desacuerdo, en mi caso manifiesto esto último haciendo uso de algo tan «molesto» como la libertad de pensamiento y expresión. «Imponer ideología» es, precisamente, no permitir la disidencia respecto al ideario propio.
O mentir y manipular los datos para hacer creer que los de tu cuerda – haré servir tus mismas expresiones, ya que al parecer eres el único aquí que se expresa de forma «no agresiva» – sois los únicos que tenéis razón, y quien os lleva la contraria intenta censuraros, en vez de usar la misma libertad de expresión. Y para paciencia de santos la nuestra, así que por última vez, por respeto a las articulistas – quien en el comentario «amigo» al que dabas coba, tampoco mostraba -, deja de hacerte la víctima.
Y como no soporto que se me tache de mentiroso he realizado una búsqueda rápida de momentos en los que se me ha insultado de manera directa en esta página sin ningún tipo de llamada de atención para la persona en cuestión. Obviamente, no recordaba los títulos de las entradas por lo que no era una búsqueda fácil y aún así he encontrado esto: https://www.zonanegativa.com/esta-pasando-comic-americano-42/
Este hilo acaba con una serie repetida de ataques dirigidos, en general, hacia todos los que osamos discrepar, pero ya antes de eso me encuentro ataques directos hacia mi persona como este de un usuario con amplia trayectoria en la materia: «A Luca Torelli se le puede aplicar tanto la parte del odio del Klan como la parte de “Monger”.
Sí, son insultos, no, no moderasteis de ningún modo, ni en esta ni en otras ocasiones. Ya ves, esa es la «falsedad» de la que me acusabas alegremente. Por eso prefiero en mi libertad dirigirme a un usuario afín antes que criticar de manera directa algunos pasajes del artículo que me parecen bastante desacertados.
¿Tienes alguna aportación interesante que ofrecer sobre qué te parece el personaje de Lois Lane, que es el objetivo y el tema de este artículo?
Cierto que Lois es el tema a tratar y tanto mis primeros comentarios como el de MartinSawyer se ciñen totalmente al artículo. Diría que es aplicable a lo expuesto por todas las autoras y, en especial, a la parte de Mónica. Lo que no tengo tan claro es si tu comentario sobre el tema de los piropos, que además data de un día antes que el primero de los míos, tiene algo que ver con el tema (EJEM, EJEM). ¿Algo que decir sobre esto? ¿Tal vez que se puede «colindar» sobre el tema según quién lo haga y en qué dirección opine? Porque eso parece.
Ahora entro en materia, ya que de alguna manera me lo has pedido. Podría citar muchos extractos como ejemplo de la idoneidad de mis primeros comentarios, pero me quedo con este: «A las mujeres se nos enseña culturalmente a desear, querer y apreciar el arquetipo que representa Superman. Del mismo modo, que a vosotros se os enseña a desear, querer y apreciar a mujeres atractivas, delicadas, dóciles, familiares…». No, no estoy de acuerdo en que esos ideales provengan únicamente de lo que se nos enseña desdeñando completamente la influencia de la biología. En una búsqueda rápida por internet cualquiera se puede encontrar múltiples artículos que explican el deseo masculino y femenino en base a factores afines a la evolución. Es completamente normal que una mujer prefiera a un hombre protector por las ventajas que ello conlleva: «Estudios de la Universidad de California confirmaron que las mujeres se sienten más atraídas por hombres con músculos definidos. Prefieren a alguien de mayor constitución física que ellas, con hombros anchos y de mayor estatura. Esto tiene relación con la vida en las cavernas cuando ellas buscaban a hombres protectores y con el rol de cazadores-recolectores. Estar en forma y cuidar su aspecto físico indica que su salud y bienestar está entre sus prioridades, una fuente de excitación cuando se quiere tener relaciones sexuales».
Y, desde luego, no comparto el mensaje que subyace en esta frase: «Cuando se decanta sutilmente por Superman, abraza el arquetipo del macho alfa. Lois, querida, el macho alfa que un día te protege, al siguiente puede ser tu amenaza». Cierto, pero amenaza puede ser el macho alfa, el beta o el omega. Establecer una relación directa entre la posibilidad de violencia hacia la mujer y protección me parece una barbaridad. Podría escribir mucho más, la verdad, porque me llaman la atención bastantes aseveraciones del artículo, pero en lo relativo al mismo prefiero dejarlo aquí.
¿Mi opinión sobre Lois? Es un personaje que nunca me ha gustado demasiado porque -sirva la expresión- lo noto «incómodo consigo mismo». Demasiado oscilante en su trayectoria entre la sumisión y la búsqueda de lo discursivo y ejemplarizante y eso choca un poco con la evasión que espero en un cómic de pijamas. Pero la versión que no soporto es la de Amy Adams, sobre todo en esa primera película en la que tiene el don de teletransportarse para chupar cámara en todo momento y en la que, para mí y gente de mi entorno, dejó un instante tan ridículo que aún a día de hoy constituye una broma privada. Me refiero a cierto momento en el que suelta de manera MUY gratuita un: «Soy Lois Lane, ganadora del premio Pulitzer». Ese «empoderamiento» tan forzado, tan de «hay que colar esta información como sea», la hermana directamente con Cristiano Ronaldo y sus delirios de grandeza («la gente me tiene envidia porque soy guapo»). Es lo que tiene forzar a un personaje para convertirlo en un símbolo en lugar de dejar que fluya de una manera más natural. Y ahí estoy de acuerdo con una de las autoras, no recuerdo cual, que criticaba que en cierta etapa de Superman se contasen más que se viesen sus logros profesionales, eso sí, sin perder de vista que el protagonista de los cómics de Superman es… Superman. Sea como sea, esa frase de Lois la seguimos utilizando cada vez que alguien se tira el rollo de comentar una virtud o logro personal que no viene a cuento de nada.
¿Algo que decir sobre que se le llame mentiroso a un usuario por asegurar que se le ha insultado sin mediación alguna por parte de la web y éste haya demostrado con pruebas que así ha sido? ¿No? Tampoco lo esperaba.
Estamos contigo, Luca Torelli!
Luca, ni en el comentario ni en los primeros tuyos, mencionáis siquiera a Lois Lane. No, no se ceñían al artículo, eran una desviación del hilo hacía otras cuestiones. Así que reconduzcamos el debate, aunque sea simplemente por respeto a las autoras. Y esto va también para el resto de comentaristas. Por favor, no es tan difícil comentar con un mínimo de respeto a los autores.
Gracias.
Lo siento, pero está perfectísimamente explicada la relación entre el tema de la ideología de género y el análisis de Mónica con frases totalmente consonantes a esta ideología como la primera que he entrecomillado. Un análisis, por ejemplo, sobre Apocalypse Now puede ser incluso brillante sin mencionar el título de la película, eso no sería más que un aspecto azaroso. Es como si se escribe un artículo sobre un cómic con reminiscencias expresionistas y se estima impertinente mencionar El gabinete del doctor Caligari. El respeto no lo he faltado en ningún momento, a no ser que se estime que el hecho de no estar de acuerdo con el artículo es una falta de respeto en sí misma. En cambio, yo me llevo en la mochila una nueva falta de respeto: que se me haya llamado mentiroso y ya estoy bastante harto. Y ya espero que no estimes que mi anterior comentario no versa sobre el tema de Lois Lane porque he aludido hasta a aspectos concretos del texto.
En el propio artículo se hacen, por ejemplo, menciones cinematográficas e históricas para apoyar el análisis o se aportan experiencias personales para refrendar las tesis que se defienden, querer eliminar esos elementos solo derivaría en un empobrecimiento de las múltiples posibilidades y enfoques desde los que se puede realizar un análisis. Una cosa es caer en el off topic y otra bien distinta es estrangular el debate estableciendo enfoques prohibidos.
Sé que no soy bienvenido desde hace tiempo porque soy muy crítico con la «línea editorial» y que eso me cuesta el desgaste de enfrentarme siempre a lo mismo, pero me queda la tranquilidad de que hay más gente leyendo esto y que siempre puedo hacer una captura de pantalla que atestigüe lo que aquí se va escribiendo para que no se ponga «en mi teclado» lo que yo no he escrito. No creo en «espacios seguros» sino en el valor máximo que como sociedad tiene la confrontación de ideas.
Gracias Rasputin, me consta que somos muchos los que disentimos con los subtextos imperantes en los análisis de esta web y creo que estamos en nuestro perfecto derecho de poder discutir con esos otros muchos que los defienden.
Luca, en caso de conflicto, somos moderación la que decidimos según las normas de la web. Nos parece muy bien que tengas tus criterios y opiniones, pero nosotros aplicamos las normas según los nuestros. Si a alguien no les gustan estos criterios o no se siente cómodo, piensa que coartan su libertad, nadie le obliga a comentar ni a estar en esta web a disgusto. Pero si está, hay que asumir que las normas las aplica la web, no los comentaristas. Y, por favor, no desviemos más el hilo siguiendo con este tema. Las normas no son objeto de debate. ZN es para hablar de cómics, cine o libros, no para enzarzarse en debates que claramente dejan de lado el tema principal para hablar de otras cuestiones para las que hay otros foros y lugares.
Hombre, que el criterio lo decidís vosotros está clarísimo y cuál es también está igual de claro tal y cómo he reflejado recogiendo el link con un ejemplo de las muchas ocasiones en que se me ha insultado en la web sin ningún tipo de apercibimiento por vuestra parte. Viendo estas condiciones en los últimos tiempos había pasado de comentar a, simplemente, responder a alguien afín para no verme en las situaciones de siempre, lo cual es un fracaso gigantesco de las condiciones de debate. Comprobando que también esta postura es inviable me limitaré a acotar un poco más mi libertad de expresión de tal modo que pondré un «+1000» o algo igual de escueto y expresivo a los comentarios que me gusten al igual que hacen otros usuarios. Espero que esta «disidencia pasiva» sí se permita y ya expresaré mis puntos de vista en otras webs más abiertas al intercambio de ideas.
Cambiando de tema…me tragué todas las temporadas de Smallville y no me arrepiento.
Terri Hatcher es mi Lois preferida en sus primeras temporadas.
«el primer, y posiblemente más importante, personaje femenino en el mundo de los cómics de superhéroes»
1) ¿es anterior Lois Lane a Diana Palmer? ¿Taquiones?
2) ¿es más importante Lois Lane que Wonder Woman? ¿en qué sentido exactamente?
Normalmente me agrada oír opiniones de chicas a las que les gustan los cómics. Tener las típicas discusiones friquis de quién gana a quién, hablar sobre los autores preferidos, sobre personajes preferidos, cosas de las que los fans de cómics nos gusta hablar.
Por desgracia creo que voy a empezar a saltarme los artículos de ZN en los que traigáis invitadas, porque cuando lo hacéis son para que cuelen historias de feminismo de género. Sinceramente, ya lo que os falta es llamar a Leticia Dolera para que os escriba un artículo.
Y sigue pasando lo mismo, entras aquí para hablar de vuestras filias y vuestras fobias. Pero no dices nada sobre el artículo, tu sólo te quejas de que haya mujeres escribiendo en la web.
Revisa el mensaje que has escrito, porque das a entender que sólo te gusta hablar, oir y leer a mujeres cuando hablan de cosas banales como qué superheroe ganaría a cual.
Si las mujeres tenemos la necesidad de hablar de estas cosas y expresar estos pensamientos será por cosas como las que estamos viviendo hoy aquí.