Peter David ya era un veterano en Marvel Comics cuando se hizo con la cabecera de Amistoso Vecino Spiderman. Sin embargo, pese al gran trabajo que hizo en esta cabecera, quedó totalmente eclipsado por J. Michael Straczynski y John Romita Jr. en su etapa en El Asombroso Spiderman. Muestra de este pequeño lastre es el comienzo de la etapa con la saga El Otro, orquestada desde la serie principal. Afortunadamente esa saga tampoco fue un desastre y estuvo bien. La saga en cuestión solo cuenta con el guion de Peter David en su número 1. Como mero reclamo nostálgico, el comienzo de esta etapa y colección, fue el punto de partida de la actual serie de Spiderman que publica Panini Cómics.
Me atrevería a decir que es una de las mejores etapas de El Trepamuros en su larga historia. Se caracterizó, sobre todo, en tramas secundarias que se perfilaban como un activo muy positivo que incluso superaban a la parte puramente super heroica. Flash Thompson, villanos como El Hombre de Arena, Misterio y El Buitre fueron magistralmente definidos. Para aquellos que estén deseando que Sony lleve a la pantalla el famoso spin off de Spiderman, El Muerto, que dios se apiade de sus almas, es en esta colección donde hace su primera aparición de la mano de nuestro protagonista de hoy.
Peter David consiguió agregar una profundidad considerablemente mayor a lo que hasta la fecha se venía viendo en las series arácnidas. Los lectores pudimos retroceder a la infancia de algunos personajes, e incluso se reforzaron pilares básicos en la conversión de personajes en villanos.
El gran problema, sin ser una crítica, fue que tuvimos en medio Civil War. Este evento difuminó el espíritu que Peter David intentaba impregnar en la serie. A pesar de ello, no sentó mal al conjunto poder disfrutar del famoso traje rojo y dorado proporcionado por Tony Stark, o el traje negro de la década de 1980, así como la revelación al mundo entero de quién estaba tras la máscara de Spiderman.
El buen trabajo de Peter David quedó reforzado por los magistrales lápices de Mike Wieringo que dibujó e interior de los números del 1 al 5 y del 8 al 10 así como las portadas de las diecinueve primeras entregas (menos los números 14 al 16 que las dibujó Scott Eaton). Además, un primerizo Todd Nauck desarrolló su arte en esta colección en un buen puñado de entregas, en concreto números del 11 al 13 y 17 al 23. Ambos autores consiguieron darle ese toque fresco que el aclamado guionista de Hulk había en su momento plasmado en las páginas del gigante esmeralda. Frescura, buen tratamiento de los personajes, diálogos fluidos y creíbles, todo ello con un dibujo que encajaba a las mil maravillas.
En definitiva, teníamos delante ese Spiderman con corazón, cercano, y con una vida personal que tenía igual peso que el típico enfrentamiento con Misterio, El Buitre, o El Hombre de Arena. Siempre me han gustado más ese tipo de historias para mi héroe favorito. Es más, creo sinceramente que si Peter David hubiese sido un guionista de los que llevaban las riendas de las cabeceras más punteras, hubiese llegado a convertirse en ese guionista referente de Spiderman. Sin embargo, el autor de la mítica saga de La muerte de Jean Dewolff se desenvolvía muy bien en colecciones secundarias o, como fue el caso de Hulk, levantando los cimientos de personajes que estaban a punto de caer derribados. Demostró con El Amistoso Vecino Spiderman, Spiderman 2099, y La Telaraña de Spiderman que era un guionista que comprendía a Peter Parker, y además que sabía manejar al personaje entre paredes y tejados balanceándose con frescura y maestría.
Esperemos que Panini Cómics decida en formato Marvel Saga volver a editar esta estupenda colección que hará las delicias de muchos jóvenes lectores que en su momento no pudieron acceder a la colección. Peter David, es y será, siempre, un reclamo de calidad y buen hacer.