Especial Peter David – El caso de la Piedra Gehenna

Las aventuras de Lobezno Jones

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El caso de la Piedra Gehenna es una saga escrita por Peter Allen David, uno de esos guionistas que tanto me gustan, un escritor de oficio, siempre solvente y dispuesto a lanzarse a cualquier trinchera que le permita llevar a cabo la profesión que tanto ama. Aunque nunca ha gozado del estatus de superestrella en Marvel ni DC, somos muchos los aficionados al comic de superhéroes que lo tenemos en alta estima, porque hemos crecido con sus historias y sabemos que leer un cómic guionizado por él es sinónimo de garantía para disfrutar un buen rato.

Si echo la vista atrás, son muchos los comics escritos por PAD que me han acompañado a lo largo de distintas fases de mi vida y que, a día de hoy, aún me producen una gran alegría cuando vuelvo a leerlos, como si me reencontrase con un viejo amigo al que hacía mucho tiempo que no veía. Sus etapas en Peter Parker, The Spectacular Spider-Man, The Incredible Hulk, Spider-Man 2099, Captain Marvel, X-Factor, Supergirl o Young Justice se cuentan entre las mejores de cada uno de esos personajes o grupos, pero para esta ocasión tan especial me apetecía escribir sobre esta breve saga, uno de esos comics que de niño y adolescente releí mil veces y por los que guardo mucho cariño.

Los mejores en lo que hacen

El personaje de Lobezno y el propio Peter David tienen en común que, en principio, no estaban llamados a ser los grandes protagonistas en el contexto al que pertenecían y en el que llevaban a cabo su actividad, pero que, a raíz de su carisma y el desarrollo de sus habilidades, iniciaron una fulgurante carrera que les proporcionó una sólida y creciente base de seguidores.

El mutante canadiense debutó en The Incredible Hulk #180 y fue introducido como miembro de la remozada Patrulla-X en Giant-Size X-Men #1, donde se planteaba un interesante misterio sobre su pasado y comenzó a dar muestras de una personalidad atractiva para los lectores, a pesar de que en un principio tendría menos protagonismo que otros miembros del grupo. Fue a partir de la llegada de John Byrne a la cabecera y de aquella inolvidable viñeta en las alcantarillas bajo el Club Fuego Infernal cuando su fama despegó, hasta hacerse imparable y convertirse en el personaje sobreexplotado que conocemos hoy en día.

Por otra parte, el guionista de Maryland comenzó a trabajar en el mundo del cómic en el departamento comercial de Marvel Comics, hasta que a mediados de los 80 consiguió su ansiada oportunidad para trabajar como guionista, ocasión que no desaprovechó para convencer a los más escépticos a causa de su anterior ocupación y que le sirvió para conseguir encargos de mayor responsabilidad a posteriori. Su gran trabajo al frente de los guiones de The Incredible Hulk, probablemente el que más renombre le ha otorgado, le sirvió para establecerse definitivamente como un escritor solvente y obtener nuevas propuestas de trabajo, tanto de la casa de las ideas como de la distinguida competencia.

La popularidad cosechada durante una década por el personaje de Lobezno lo llevó a conseguir su propia cabecera en solitario, al margen de sus compañeros de la Patrulla-X. El responsable inicial de la misma fue, como no podía ser de otra manera, Chris Claremont, el patriarca mutante, responsable de haber llevado a este grupo de superhéroes a la cima de la editorial. Su etapa al frente de la nueva serie, reseñada por mi compañero Pablo Sánchez-López y recopilada junto a los números que aquí nos ocupan en Marvel Gold Lobezno 1. Noches de Madripur, introducía al personaje en los bajos fondos de Madripur, la ciudad capital de un pequeño principado insular situado al sur de Singapur.

Allí se presentaba una serie de nuevos personajes, a la vez que aparecían algunos viejos conocidos, y Logan asumía la identidad de Parche para protagonizar historias en las que se combinaban la acción, la aventura y el noir, en las que el mutante usaba sus garras para defender a la población oprimida por los jefes de las mafias y sus numerosos lacayos carentes de escrúpulos o luchar contra poderosos supervillanos. El número 9 de la serie serviría como toma de contacto de Peter David con el personaje, al que ya había visitado su Mr. Fixit en números anteriores, mientras que Claremont se despediría en el número siguiente, concediendo a PAD la oportunidad de relatar su famosa saga de seis números.

La historia

La incorporación de PAD como responsable de los guiones de la serie supuso un soplo de aire fresco, gracias a un estilo de escritura más fluido y consciente de la necesidad de apoyarse más en la labor de los dibujantes para mejorar el dinamismo narrativo, una renovación de los géneros desarrollados mediante un pronunciado viraje hacia la aventura y un protagonista que daba rienda suelta a una vena socarrona que, todo sea dicho, acaba resultando cargante debido al abuso de la misma y la falta de chispa.

David planteó El caso de la Piedra Gehenna como un arco de seis números (Wolverine Vol. 2 #11-16) que se caracterizan por estar muy bien planificados, ya que durante la lectura no sobran acontecimientos y el desarrollo argumental está en continua progresión, sin padecer innecesarias dilataciones, con cada uno de los números ofreciendo una entidad propia y una lectura completa, a pesar de ser parte de una saga.

La historia comienza con una escena en la que dos hombres misteriosos se internan durante la noche en el Museo de antigüedades de San Francisco, a fin de robar una piedra, pero son sorprendidos por el guardia de seguridad y se desvela que su objetivo ha sido sustituido por una falsificación. Mientras tanto, en Madripur, Archie Corrigan pide a Logan que lo acompañe a dicha ciudad de la costa oeste americana a visitar a su hermano Burt, quien heredó toda la fortuna familiar y tiene que hacer frente a una solicitud de su tía, la cual desea que lo declaren incapacitado y tomar el control de sus bienes, ya que sufre un trastorno de personalidad.

A ellos se une Jessica Drew, quien aprovecha la ocasión para regresar a su antigua ciudad y tomar una decisión definitiva acerca del futuro de su oficina. Tras visitar a Burt en su domicilio, se desvela que es quien guarda la joya original y se identifica a los asaltantes del museo como vampiros a causa de sus colmillos. El primer número concluye con la tardía irrupción de Burt en el juicio en el que se determina si está en plenitud de sus capacidades, ataviado como Indiana Jones, montado a caballo y perseguido por una legión de monstruos.

La persecución se salda con la derrota de la horda de no muertos y el posterior traslado de los protagonistas a Madripur, mientras se muestra en penumbras al misterioso ser que envía a los llamados vampiros a por los fragmentos de piedra que restan para completar el orbe. En el camino, Burt les explica que se trata de Ba’al, el líder de Gehenna, el que en tiempos antiguos fuera el sitio más vil del mundo, situado al borde de Jerusalén y donde seres perversos cometían atrocidades y rituales en los que se sacrificaban humanos. El fin de los crímenes que allí tenían lugar llegó gracias a la Mano de Dios, un guerrero feroz que casi acabó con la vida de Ba’al. Sin embargo, en sus estertores de muerte este introdujo su ser en una brillante joya preparada por sus acólitos, que finalmente fue destruida por la Mano de Dios y cuyos fueron dispersados.

Iracundo y ansioso por completar la piedra y restaurar todo su poder, Ba’al perseguirá a los protagonistas hasta Madripur, donde el resto de secundarios habituales de la serie tendrán un papel en la historia y tendrá lugar un enfrentamiento con Lobezno, en el que se producirá una revelación sobre el mutante.

Un equipo creativo a la altura

Como fue el caso de Claremont, Peter David estuvo acompañado por un equipo creativo estable, que compartió la responsabilidad de que esta saga estuviese correctamente realizada. El dibujo siguió en manos del genial John Buscema y, a pesar de no tratarse de su mejor trabajo y entregar páginas con menor cantidad de detalles a los que nos tenía acostumbrados, se identifica su buen hacer gracias a la fluidez de su narrativa secuencial y las decisiones adoptadas para destacar elementos clase y presentar a los nuevos personajes.

El entintado de Bill Sienkiewicz en los seis números contribuye a mantener una continuidad visual durante toda la saga mediante un uso de líneas finas, aunque resulta más discreto que el realizado en los números anteriores por Al Williamson, mientras que el coloreado de Mark Chiarello, Glynis Oliver y Greg Wright cumple correctamente un cometido de ambientación y generación de diferentes atmósferas, a pesar de las limitaciones de la época.

Al igual que en el caso de PAD, no se puede decir que la labor artística sea sobresaliente ni especialmente memorable, pero sí que se trata de un trabajo eficaz, que cumple su cometido de ofrecer unos números divertidos que se ajustan bien a las características de una historia de aventuras y garantizan una amena lectura y un grato momento de evasión.

¿Merece la pena leer El caso de la Piedra Gehenna?

El Universo Marvel tiene ya más de 60 años de historias a sus espaldas y en todo este tiempo se han producido historias de diferentes cotas de calidad, además de que el paso del tiempo no ha sentado bien a algunos planteamientos muy arraigados a la época y el lugar en la que fueron concebidos. Por ello, los nuevos lectores que se vayan incorporando a este vasto cosmos de ficción pueden encontrarse desconfiando de la recuperación de historias con enfoques más antiguos, argumentos desechados de la continuidad por la propia editorial y fórmulas narrativas alejadas de lo acostumbrado en tiempos más recientes, por lo que cabe preguntarse si la inversión de tiempo, dinero y/o espacio que requiere la lectura de estos números está justificada o está reservada a los lectores más veteranos que rememoran con ilusoria nostalgia sus días de niñez.

En mi opinión, no se trata de una lectura que vaya a cambiar la vida de nadie ni vaya a resultar especialmente estimulante, pero sí creo que garantiza unos mínimos de calidad, que resiste bien el paso del tiempo y que asegura un entretenido rato de lectura para aquellos que no le exijan una gran profundidad y disfruten de sus evidentes referentes. Peter David lleva a cabo un buen trabajo, en el que se identifican las destrezas propias de un escritor sólido, como la capacidad para secuenciar adecuadamente los acontecimientos de la historia a lo largo de sus seis números, conceder espacio a cada uno de los personajes utilizados para que sean relevantes en la trama y garantizar el objetivo de estos comics, que siguen siendo una buena muestra de género de aventuras con dosis de fantasía, que no requiere ningún tipo de exigencia con los lectores y ofrecen una lectura amena y divertida.

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Fer García
Abandoné la Logia Negra y llegué a la ciudad de Málaga en 1984. Mis primeras lecturas fueron los clásicos francobelgas y los cómics de un ratón y unos patos que, años más tarde, gobernarían un vasto imperio. Devoré tiras de prensa, hasta que un niño con cola de mono apareció en mi televisor buscando unas bolas mágicas y el manga me atrapó. Pasé años en blanco y negro, pero los superhéroes llenaron mi vida de mallas y capas de colores. Sobreviví a la Era Hiboria en compañía de un bárbaro y su espada salvaje. A finales de los 90 sentí vértigo, el arenero me llevó al mundo de los sueños y caí en los oscuros abismos del underground. Viajé en el tiempo a través de la banda de Moebius, desde el salvaje Oeste al Largo Mañana. Un mago de Northampton me contó grandes historias y su hijo calvo me dio setas alucinógenas. En Italia probé el fumetto y un marinero maltés me llevó hasta la Pampa argentina, donde tuve mi último recreo antes de conocer al hombre eterno. He estado en Camelot en los días del Rey Arturo, en el planeta Mongo y en las letras del Oceáno Atlántico. En mis aventuras siempre estuve acompañado por un asombroso grupo de profesionales españoles. Los escritos del maestro Eisner me revelaron los secretos de un nuevo lenguaje y ahora solo veo el mundo en viñetas... Cómic camina conmigo.
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Justiciero Desmesurado
Justiciero Desmesurado
Lector
28 julio, 2023 20:40

PAD no goza de status de estrella porque en su día quizá no supo venderse como tal, por trabajar en series de ¿segunda? , o porque las editoriales no hicierón por venderle como tal.

Pero su trayectoria ahi está (resumida en este mismo artículo) y finalmente es que es dificil encontrale trabajos malos y facil encontrar tantod tán disfrutables como el de esta reseña.

Estrellón es lo que es PAD.

Justiciero Desmesurado
Justiciero Desmesurado
Lector
En respuesta a  Fer García
28 julio, 2023 22:13

Y fijo que somos muchos. Porque en el género superheroico es que tiene trabajos que van de lo bueno a la leyenda.

sparkyal
sparkyal
Lector
29 julio, 2023 20:12

Ya les gustaría a muchos autores «estrellas» tener la calidad y cantidad de obras y etapas buenísimas que tiene Peter David.