Especial Peter David – Supergirl

A finales del siglo XX, Peter David ya era un autor ampliamente reconocido. Su larga etapa en el Increíble Hulk le había proporcionado el suficiente nombre como para ser uno de los escritores free-lance más cotizados de los años 90. Aunque por aquella época sus trabajos en Marvel eran más conocidos (no digamos ya en España), David también había colaborado con DC en éxitos más de crítica que de público como Las Crónicas de Atlantis y Aquaman. En 1996, y junto con Gary Frank y Cam Smith, el guionista iba a lanzarse a un nuevo proyecto, uno de los más osados y diferentes de su carrera: Supergirl.

Para los aficionados de DC, decir Supergirl era hablar de la prima de Superman, Kara Zor-El. Sin embargo, el personaje había fallecido en Crisis en Tierras Infinitas y en la nueva DC post-crisis, la editorial había decidido que Superman se deshiciera de toda la parafernalia y elementos kryptonianos como Kara, Krypto o la ciudad embotellada de Kandor. La idea era hacer un Superman más “real”, o mejor dicho, más Marvel. Aún así, cerca del final de la etapa de relanzamiento comandada por John Byrne, se introducía en la serie a la clásica Supergirl (o eso pensaron los lectores). En realidad, esta Supergirl, a la que se conocería como Matrix, era un alienígena cambiaformas, un ente sin historia ni desarrollo que vagó como elemento secundario en las series de Superman escritas por Roger Stern o Louise Simonson. No sería por intentos en DC de darle cancha al personaje: Matrix se iría a vivir con los Kent adoptando el nombre de Mae Kent, tuvo una relación con Lex Luthor y formaría parte de una breve versión de los Titanes.

A pesar de ello, Matrix/Mae era un personaje al que le faltaba sustancia y Peter David creía tener la idea perfecta para relanzarla en una nueva serie. Recuperando elementos de la mitología clásica de Superman, el guionista funde en un solo ser a Matrix con la joven Linda Danvers, a priori secuestrada por una secta satánica dispuesta a sacrificarla. Y digo a priori porque las sorpresas con relación a la propia Linda serán múltiples ya que nada es lo que parece en lo que respecta a esta joven. El nombre Linda Danvers, por cierto, es el de la identidad civil de Supergirl en la Silver Age, convirtiendo David por hacer el símil, a Clark Kent en un personaje independiente de Superman. La nueva Supergirl, con dos personalidades dentro de sí, se instalará en la pequeña ciudad de Leesburg para la que David creará toda una serie de personajes secundarios que van desde los padres de Linda (Fred y Sylvia) como su novio (Fred) o su mejor amiga (Mattie). Sin olvidarnos de ese extraño antagonista que es Buzz, el demonio/amante cuya relación con Supergirl irá evolucionando constantemente a lo largo de los números.

Los primeros 50 números de la serie suponen uno de los experimentos más arriesgados de la carrera de David. Una colección con un personaje muy desconocido para el gran público, en un entorno inventado sin relación con ningún otro héroe (los Kent acabarán llegando pero otras referencias o presencias del Universo Superman se harán de rogar y siempre aparecerán con cuentagotas) y tocando temas más adultos de lo normal en un cómic de superhéroes. Porque esta primera mitad de la serie es una exploración de temas como la fe, la redención o la ¿necesaria? cohabitación entre el bien y el mal. Las historias tenían un toque “serio” que casi podrían calificarse como Vertigo light. David no tenía problema en plantear cuestiones espinosas sobre la amistad o el amor que era casi imposible encontrar en ningún otro cómic mainstream. Supergirl acababa desarrollando incluso unas alas de fuego y era “nombrada” un ángel en la tierra, llegando a un enfrentamiento, en el #50, de proporciones bíblicas contra el primer vampiro.

Esta primera parte de la serie es excelente, con números fantásticos como el #8 con la cena que comparten los Danvers y Buzz o el #48 centrado en una brutal crisis de fe de Supergirl que termina con la preciosa revelación de que Kara es su ángel de la guarda. Aunque Leonard Kirk hace un trabajo más que correcto, el aficionado no puede sino preguntarse qué hubiera sido del título si Gary Frank hubiera aguantado más de los nueve números que dibujó…

Con el #51 llega un cambio de estatus, con Matrix desaparecida y la personalidad de Linda tomando el control de una Supergirl con poderes menguados (no puede volar, solo saltar muy alto, como el Superman de los años 30). También renovará su vestuario y aparecerá ahora con un traje más alejado del clásico con ese color blanco tan característico y que tiene como inspiración la Supergirl del Universo de animación DC de finales de los 90/principios de los 2000. En la búsqueda de Matrix, Linda tendrá que aliarse con Buzz, y se inicia una especie de road movie con los dos personajes como coprotagonistas. Esta parte de la serie es algo más floja, con los personajes buscándose a sí mismos y dividiendo el foco entre ellos y los que quedan en Leesburg. Cuando finalmente encuentren a Matrix, Linda y ella no se volverán a fusionar quedando Danvers como la única Supergirl. ¿La única?

Más de 5 años después de su estreno, la serie de Supergirl tenía problemas de ventas. David y DC planearon un nuevo cambio de estatus en la saga «Varios Regresos Felices», en la que Linda hace team-up con Kara, la Supergirl original. Dibujada por Ed Benes, aquí David recupera el pulso de la serie y entrega un auténtico regalo para los fans del personaje, en una historia en la que Linda tiene que enseñar a Kara lo que significa ser un superhéroe. Aunque las ventas subieron, la colección ya estaba sentenciada y cerró en 2003 en el #80. La idea original de David, que quedó frustrada por la cancelación, era convertir a Linda y Kara en una especie de «Aves de Presa» superpoderosas, a las que en el futuro se uniría Power Girl. Otro “lo que pudo ser”.

Y aún así, en 2003 la misma DC lanzó El Ángel Caído, escrita por Peter David y dibujada por David López. De nuevo teníamos un enfrentamiento entre ángeles y demonios pero con un toque más abiertamente oscuro. Las preguntas de los fans sobre si El Ángel Caído era una continuación de tapadillo de Supergirl no tardaron en llegarle a David, quien se dedicó a echar balones fuera hasta que la serie cambió de editora y acabó en IDW (la serie era creator-owned). Entonces David reconoció de forma clara que muchas ideas en El Ángel Caído estaban basadas en su Supergirl e incluso, con lo publicado en IDW, se podía interpretar sin mucho problema que ambos cómics estaban conectados.

En España, Planeta publicó una edición completa de Supergirl en 4 tomos entre 2009 y 2010 dentro de la colección “jibarizada” Universo DC. Desgraciadamente, no tiene pinta de que vayamos a tener una reedición a corto plazo a tamaño comic-book. 20 años después, Supergirl sigue siendo un ejemplo no solo del talento de Peter David sino de su capacidad para contar historias adultas sin necesidad de utilizar trucos baratos o violencia gratuita. Supergirl es una lectura fantástica y animo a todos lo que no la conozcan, que se lancen a su lectura. No se arrepentirán.