Su primera intención se cumple con creces y leer este álbum publicado por Desfiladero Ediciones supone para el lector una experiencia dura pero esclarecedora. La segunda parte no está tan bien resuelta porque el autor adopta un tono demasiado monótono, demasiado atado al testimonio, demasiado lineal que lastra el resultado final.
Esperaré siempre tu regreso narra las penalidades que sufrió el combatiente republicano Paco Aura Boronat como refugiado y prisionero de guerra tras la Guerra Civil española. Nos explica su exilio a Francia, su estancia en campos de refugiados del país vecino y finalmente su reclusión en el campo de concentración alemán de Mauthausen, uno de los más terribles.
Con Aura, asistimos horrorizados a los detalles más reveladores del tratamiento inhumano que el régimen alemán había diseñado para eliminar totalmente a judíos, izquierdistas, gitanos, homosexuales, opositores y demás colectivos considerados enemigos de la ideología nacionalsocialista.
El soldado republicano se sorprende por la inusitada crueldad con la que los carceleros nazis martirizan a sus prisioneros y por su habilidad y práctica en todo tipo de torturas físicas y psicológicas. Paco Aura comprende pronto que no son hechos puntuales debidos a la maldad de las personas encargadas de custodiarlos sino que todas las atrocidades que padecen responden a un plan perfectamente urdido y fanáticamente ejecutado para doblegar, humillar y aniquilar al mayor número de prisioneros posibles. Un plan que solo en Mauthausen supuso el asesinato de más de 150.000 personas, 7.000 de ellas españolas.
Los mejores momentos de Esperaré siempre tu regreso son aquellos donde la narración histórica se toma una pausa y afloran las secuencias vividas. Como cuando en un encuentro entre supervivientes Paco Aura se cruza con un prisionero que ejerció de carcelero en su campo (un “kapo”), un colaborador que ahora se hace pasar por una de las víctimas. El rechazo tanto humano como social que le prodiga el protagonista al colaborador de los nazis es el momento clave de la obra. Aura se siente orgulloso porque él no ha tenido que perder su dignidad moral para sobrevivir en el campo de exterminio de Mauthausen. Mantuvo su decencia intacta y a pesar de las monstruosidades padecidas sobrevivió sin traicionar ni perjudicar a sus compañeros de cautiverio. No colaboró en ningún momento con los torturadores. Es su triunfo frente a tanta barbarie.
Otro momento escalofriante de la obra es cuando el campo de exterminio es liberado por los aliados. Los supervivientes no se atreven ni siquiera a sonreír. No hay gritos de alegría, ni abrazos, ni lágrimas de felicidad. Solo pasividad y recelo. Lentamente los liberados volverán a caminar con normalidad, a relacionarse con los demás y finalmente, ya pasados unos días, les surgirá la risa.
El dibujo de Jordi Peidro es sencillo y eficaz. Estructura normalmente su página con tres tiras de tres viñetas casi todas iguales. Sin embargo no duda en alterar este esquema cuando la secuencia lo requiere. Peidro domina las escenas dialogadas y las de acción. Su diseño de personajes es bueno y se nota que el trabajo de documentación ha sido intenso y exhaustivo. Sin embargo sus planos generales, especialmente los que incluyen multitudes, son algo esquemáticos lo que resta espectacularidad al resultado final.
Jordi Peidro Torres, nacido en Alcoi en 1965, ha realizado varios ábumes como El ojo del africano (1992) y La bahía del ahogado. Colaboró con la revista Xiulit con la serie Contes i llegendes y realizó en 2010 el álbum titulado San Francisco Borja. Es autor teatral y ha escrito una novela titulada La herencia del mar.
La edición que Desfiladero Ediciones ha realizado de Esperaré siempre tu regreso es meritoria. El álbum tiene un tamaño suficiente para leerse con comodidad, el papel es excelente y la impresión a color es también muy buena. Además, el libro cuenta con varios textos de familiares y profesores de historia que añaden otros puntos de vista al expresado por el protagonista principal.
Es evidente que la dolorosa experiencia de Francisco Aura Boronat merecía ser contada. Casi la primera iniciativa que los supervivientes del campo de exterminio de Mauthausen organizan una vez liberados es prometer solemnemente que explicaran a todo el mundo su experiencia con la esperanza de que un horror parecido nunca vuelva a producirse. Para ello redactan un manifiesto muy conmovedor y consagrarán parte de su vida a la denuncia y divulgación de la barbarie nazi. La dramática injusticia que padeció durante algo más de 4 años Paco Aura no ha caído en el olvido y para ello Jordi Peidro ha realizado con Esperaré siempre tu regreso un álbum muy didáctico y muy necesario, lástima que le falte algo de pasión y atrevimiento artístico para que el resultado sea más redondo y más atractivo para el lector.
Guión - 6
Dibujo - 6.5
Interés - 8
6.8
Testimonial
Un álbum necesario y conmovedor