Ante el reciente estreno en Netflix de la versión televisiva de este cómic me decidí, con buen ánimo, a hacer la reseña del tebeo creado por el mismo autor de The End of the Fucking World. Confiaba en Charles Forsman, ya que tal cómic era notable, y aún más su adaptación a la pequeña pantalla. Pues bien, el resultado aquí ha sido francamente decepcionante.
Sin entrar a valorar la serie producida por 21 Laps Entertainment (los mismos de Stranger Things) y emitida por Netflix, el cómic de Forsman pese a repetir ciertos esquemas y lugares comunes de The End of the Fucking World, no consigue su cometido, o por lo menos no conmigo. Es decir, donde allí era todo aciertos y virtudes, aquí se queda a medio camino; no acierta en dar en la diana.
Una vez más, los personajes de la obra son jóvenes desarraigados (en este caso, en vez de tener una pareja protagonista, todo el peso recae sobre un solo personaje, Sydney). Se muestra cierta problemática juvenil, pero ni se profundiza mucho en todo esto, ni siquiera tampoco en los personajes, que no consiguen transmitir lo mismo que sí hacían Alyssa y James; esos Bonnie & Clyde posmodernos. La comparación entre ambas obras le hace un flaco favor a Forsman que pasa de gran tebeo a uno de los cómics más fríos y que menos me han dicho en mucho tiempo. A pesar de todo esto, y dejando a un lado la estructura episódica que tenía The End of the Fucking World, comparte con éste su rapidez e inmediatez en la lectura, pero la gran diferencia es que, si bien ambas son lecturas ágiles, la primera sí que dejaba un poso una vez cerrado el tomo; en cambio, con
Hay algo que no consigo llegar a entender, puesto que, y salvo que el motivo sea la fiebre “contemporánea” por adaptar casi cualquier cómic a la pantalla (grande o pequeña), no le veo mucho sentido realizar una adaptación a un material tan pobre, y que transmite tan poco. Puede que se vea favorecida por la corriente de sacar superhéroes y superheroínas hasta de debajo de las piedras, si hacemos la lectura de que Sydney, que más bien parece salida de la maravillosa película Scanners de David Cronenberg, es una superheroína, pero creo que es algo muy cogido por pinzas. Y repito, soy incapaz de apreciar las virtudes a este cómic, pero parece ser que otras personas sí que las han visto.
Con respecto a la parte gráfica, hay una especie de hibridación de referencias. Evidentemente, sigue estando ahí Charles M. Schulz muy presente, pero esta vez le acompaña E. C. Segar, puesto que la protagonista, Sydney, es una clara reinterpretación física de Olivia, la novia de Popeye. Si a nivel de guion
Pese al poco interés que me ha generado este cómic, sí que espero que gran parte de la obra que queda por publicar de Forsman en nuestro país por fin vea la luz. En este sentido, Sapristi es la editorial nacional que ha apostado por este autor publicando tanto The End of the Fucking World como
Sinceramente, espero que ustedes puedan apreciar mejor esta obra que un servidor, y puede que sea así, e incluso les parezca un excelente cómic. Por lo pronto, sí que recomiendo encarecidamente The End of the Fucking World tanto en su versión en viñetas como en su versión catódica. Por el contrario, no puedo pronunciarme sobre la adaptación televisiva de
Guion - 4
Dibujo - 4
Interés - 5
4.3
Frío
Forsman decepciona en este nuevo retrato (fallido en esta ocasión) sobre la problemática de ser joven.