Qué está pasando en el cómic americano (+39)

Buenas tardes de nuevo. Bienvenidos al repaso semanal de lo que se cuece en USA. Este es el Qué está pasando en el cómic americano 39. Un día más tarde que de costumbre lo se. Pero se han cocido demasiadas cosas este fin de semana a las que mejor era concederles espacio. Por no hablar de que me terminaron pudiendo los compromisos personales. Eso y que al final me enganché a Puño de Hierro, por lo que esto se me quedó un poco descolgado. Sí, me declaro culpable. La cuestión es que esta semana se han publicado varios comics de no poca relevancia, entre ellos el epílogo de la gran macro-historia de 12 números de Ta-Nehisi Coates para la presentación de su Pantera Negra. ¿Qué se puede decir del mismo?

Pues en general que muchísimo mejor que el número anterior. Principalmente por estar más centrado en el fuerte de Coates -la retórica dialéctica- que en el apartado de la acción de superhéroes, donde no se maneja también. Dentro del primer aspecto (su fuerte), toda esta saga atesora una interesantísima visión sobre el estado como ente en continuo movimiento. Un ente que necesita amoldarse a las situaciones de su gente y las diferencias entre los diferentes colectivos que lo componen. Nunca al revés. Si lo aplicamos a la situación actual de España con sus comunidades autónomas, propuestas de independentistas, la Constitución de 1978 y otras muchas cosas relacionadas con la idiosincrasia propia de nuestro país, ofrece ideas bastante interesantes en contraposición a nuestra imagen rígida e inamovible del estado.

Quizás haya quién esté de acuerdo con las ideas que vierte aquí Coates a través de las diferentes facciones en conflicto por el futuro de Wakanda, y quien no lo este. Pero lo que no se puede negar es que son ideas cuando menos interesantes a las que convendría dedicar un mínimo de tiempo para digerirlas y sacar conclusiones propias. Aunque solo sea para replantearnos la imagen que tenemos del gobierno, la nación, y de nosotros mismos como parte de los mismos. A dónde ira Wakanda y su monarca tras este primer acto de doce entregas es ya el misterio. Pero de momento parece que Coates le ha cogido gusto a esto de los comics, y que su Pantera Negra va a continuar en un viaje que desde su país de nacimiento promete extenderse en busca de su herencia a lo largo del globo. ¿Algo más antes de entrar en materia?

Bueno, sí. Que no esperéis nada de Superman Reborn. Ya lo cubrieron los compañeros del área de DC, y así me ahorro darme un trabajo doble. Todo son facilidades en este Qué está pasando en el cómic americano 39.

Nueva serie del Arma Inmortal de K’un-L’un. No es la continuación del Arma Viviente de Kaare Andrews como muchos hubiéramos querido, pero Ed Brisson tampoco es manco. Ni Mike Perkins. Ya tocará disfrutar más adelante de Rand formando a la nueva Puño de Hierro. Esperemos.

Hasta entonces, vayamos al lío. ¿De que va esta nueva serie? Pues a ver, ¿sabéis eso que tanto se comenta de que el sexto episodio es el mejor de la serie Netflix protagonizada por el personaje? Al que dirige RZA con la prueba de Madame Gao me refiero. Pues un poco eso, salvo que trasladado al territorio de Mortal Kombat / Bloodsport / The Quest. O en otras palabras

Nuevo arco de los Jóvenes Titanes con el regreso del segundo Aqualad. Vuelve el hijo de Black Manta. ¿Que como lo hace? Con homenaje a una de las cintas marítimas más memorables de todos los tiempos. Y sí. El responsable de esta portada es Khoi Pham. Ese Khoi Pham.

Ya hablamos de la sorprendente similitud entre el arte de Juann Cabal y el de Frank Cho. Un número después, casi sería conveniente afirmar que su versatilidad y dotes narrativos hacen gala de un futuro mucho más interesante que un mero imitador.

Plus, ¿qué se puede decir del contenido gráfico? No gráfico de dibujo, sino de violencia, sexo y gore. ¿Es la serie de la asesina Marvel con sello Disney para todos los públicos?

Nueva serie de Fabian Rangel Jr y Warwick Johnson Cadwell para IDW. ¿De que va? Mujeres fatales, futuros cyberpunks a lo peli de Super Mario Bros y Cocheslocos.

A falta de un par de capítulos para que termine la etapa / saga de Matthew Rosenberg y Jorge Coelho, podemos asegurar una cosa. Que no tiene pinta de que Mapache Cohete vaya a ser muy bienvenido en la Tierra en próximas visitas

Felicidades a DC Comics, por haber publicado el primer cómic con algo mínimamente parecido a idioma normal. Por cortesía de Priest, claro. Cómo podría ser de otro modo.

Si fuisteis de los que disfrutasteis de los Guerreros Secretos de Jonathan Hickman, el último número del Steve Rogers de Nick Spencer os va a traer muyyy buenos recuerdos.

Con la nueva Madame Hydra -cuya naturaleza parece conectar directamente con las raíces de la organización anteriores a la II Guerra Mundial- reclutando a una nueva cúpula para liderar la organización, entre sus nuevos integrantes tenemos

Ya que hace nada se celebró el veinte aniversario de la serie de Joss Whedon protagonizada por Sarah Michelle Gellar -dedicando nuestro compañero Juan Luis Daza un fantástico artículo a la serie de televisión- que menos que echar un vistazo al estado actual de los comics. Comics que -para quien no esté al tanto- añadir que son continuación directa del original.

Alcanzada su decimoprimera temporada, la serie sigue haciendo gala de su habilidad para reiventarse a si misma con premisas potentes. En esta ocasión, nuestra cazadora Buffy Summers se ha visto atrapada de lleno en una situación digna de los Estados Unidos del Acta Patriótica, el actual mandato de Donald Trump o la crisis de refugiados, con la práctica totalidad de demonios y seres sobrenaturales del territorio americano encerrados en una gigantesca reserva / campo de concentración. ¿A quien le tocara ejercer de Sheriff de Babilonia? ¿A quién lidiar con un gobierno que busca la más mínima escusa para bombardear la reserva y los monstruos acorralados que amenzan con revelarse con un alzamiento de armas? Sobra decir que a…

Dos series Marvel de la última hornada que concluyen. Dos protagonizadas por sendos personajes eternamente condenados al mismo cajón de sastre del que salieron los actuales Guardianes de la Galaxia y por los que Marvel sigue apostando, intentando sacar algo de provecho de ellos. Que no se diga que se limitan a tirar de los mismos personajes de siempre. Más allá de acabar en ambos casos como mini-series, sus responsables se las han ingeniado para darles un final más que digno elevándolas por encima de la media. Algo especialmente sorprendente en el caso de la serie de Sean Ryan.

Que sí. El dibujo de Javier Saltares y Jamal Campbell era tan bueno que ojala no tardemos en verlos en otra serie. Pero en lo que respecta al contenido, no parecía sino ser relleno ligado a la Conspiración Clon. La última entrega le otorga un cariz completamente diferente. Uno, que invita a replantearse la figura de estos eternos don nadie con máscaras y superpoderes. Don nadies que durante años han continuado dándolo todo para estar a la altura. Que aun a sabiendas de que nunca estarán a la altura de las grandes ligas han seguido esforzándose al máximo al menos no descolgarse del pelotón. Esfuerzate todo lo duro que puedas, sacrifica todo lo que esté en tu mano y al final tendrás tu recompensa, ¿no? Al fin y al cabo es el sueño americano.

Pudiéndose interpretar como un cuento de advertencia contra esa actitud y cómo puede acabar haciendo que toda tu vida pase ante tus narices como un suspiro mientras continúas golpeándote año tras año contra el mismo muro, podría hablarse de la mini-serie como una necesaria reivindicación de la retirada estratégica. De que en ocasiones rendirse frente a una meta inalcanzable no solo no tiene nada de indigno, sino que probablemente sea la opción más sensata.

En lo que respecta al Exterminador de Tontos la sorpresa no puede decirse que haya sido tan sonada. En parte porque lo de Max Bemis ya lo sabíamos. O al menos cualquiera que se haya leído su Oh, Killstrike y su mini-serie del Peor X-Men de la historia. El tipo básicamente viene a ser el relevo natural de Nick Spencer. Que dibujase Dalibor Talajic nunca puede ser algo malo. Ni contar como un personaje como el creado por Steve Gerber como protagonista. O al menos si se sabe aprovechar bien. Que ha sido el caso. Con todo esto y la premisa del psiquiatra de villanos en proceso de redención que alivia sus propios demonios dando caza a sus pacientes lo difícil era que no saliera una mini-serie mínimamente interesante. Y una vez leído su final podemos afirmar que

Tanto tiempo discutiendo que si la Harley Quinn de Bruce Timm o al de Amanda Conner, y resulta que el eterno debate ha quedado zanjado en un solo número. Y de la forma más contundente posible. La Harley Quinn de John Romita Jr. El resto que haga el favor de guardar silencio. Aquí solo cabe la humildad y la admiración.

Final de la mini-serie que ha traído de vuelta al Thor original. Y como no podía ser otra manera, ha sido uno de los comics de la semana. Tanto que ya se ha debatido largo y tendido sobre el mismo, por lo que no nos pararemos demasiado en él. A señalar, Jason Aaron ha resuelto el misterio de las palabras que Nick Furia pronunció a Thor para que este y el resto de su estirpe dejaran de poder levantar el Mjolnir de una forma inesperadamente coherente respecto a todo lo que viene contando en su etapa, y con una revelación de consecuencias sísmicas para el orden jerárquico del universo Marvel. No se podrá decir desde luego que el escrito carece de valentía a la hora de cuestionar lo incuestionable en estos tiempos interesantes que se vienen a la franquicia.

Si a ello sumamos el dar pie a una alianza tan lógica que parece mentira que no se le haya ocurrido a nadie antes y el regreso de quien tiene todas las papeletas de ser uno de los personajes más clásicos de la franquicia para otorgarle un nuevo lugar en el universo de Thor, desde luego no se puede decir que la mini-serie de cinco números no haya dejado consecuencias. Pero a lo que respecta al protagonista en si mismo y el tratamiento que le de Aaron, si respeta la historia de Thor, si su Thor tiene grandeza o lo está destrozando y no tiene ápice de grandeza -más todo el habitual debate que se suele crear alrededor de su persona- pocas páginas pueden hablar de forma más incontestable

Puede que creas que moles mucho. Pero asúmelo. Nunca molarás tanto como la competición de Roller Girls entre sasquatchs y leñadoras.

Poco se está hablando de la que seguramente sea una de las mejores series de superhéroes del mercado actual. Sucesora espiritual de las Secret Wars de Jonathan Hickman, Al Ewing está creando junto a dibujantes de la talla de Kenneth Rocafort, Christian Ward y Travel Foreman una obra única que prácticamente se sale del territorio habitual de los enmascarados con superpoderes y se mete de lleno en el del horror cósmico.

Horror cósmico y dentro de una categoría que excede cualquier cosa que haya dirigida por Ridley Scott. Solo con la revelación de la identidad del gran villano que ha mantenido sometido a este nuevo universo Marvel desde su renacimiento… Digamos que a más de un habitual de Jim Starlin podría estallarle la cabeza. Pero además, su serie engloba una aproximación interesante al transhumanismo dentro del ámbito de los superpoderes. Un aspecto donde el guionista parece tener planes sumamente interesantes para Monica Rambeau. Probablemente el primero del que pueda decirse esto desde que la abandonase Roger Stern.

La pregunta que convendría hacerse en este aspecto es hasta dónde -cuando entramos en el territorio de superpoderes que nos hacen trascender a nuestra forma física y llevan nuestra percepción de la realidad hasta límites próximos al infinito- un humano puede seguir considerándose humano en lugar de algo más. ¿Sigue siendo un ser lumínico sin forma física tangible real clasificable como humano por mucho que transmita el espejismo de seguir teniendo una forma humana? Mejor no hacer estas cuestiones si no estás preparado para conocer la respuesta, pero si alguien se había preguntado cómo es la forma física real de Monica Rambeau desde que se convirtió en un ser de energía pura, mejor olvidarse de la afroamericana de Nueva Orleans en torno a los treinta y tantos con pelo trenzado de color moreno / castaño oscuro y comenzar a pensar más bien en

No entra exactamente dentro de la categoría de horror cósmico, pero sí que desde luego también tiene unos conceptos muy locos, y al igual que los Ultimates de Al Ewing hace mes a mes unas oposiciones muy serias para ser la mejor colección grupal de superhéroes del mercado actual. Todo por cortesía de Gerard Way. Mr. Chemical Romance.

No exagero si digo que prácticamente podría hacer una sección entera de WTF dedicada únicamente a este cómic. Pero como tampoco se trata de acaparar ni de destriparos todo el cómic, mejor limitarse a una pequeña selección. Ya sea por el mejor leit motive heroico de los últimos tiempos o por uno de esos punchlines

Hablando de horrores -aunque en este caso no cósmicos, sino mucho más mundanos, ligados al trauma y su capacidad para consumir las vidas de los que afecta-, nunca se podrá destacar lo suficiente el trabajo que esta haciendo Mariko Tamaki tanto en su reinvención de los orígenes de Supergirl como con esta nueva etapa de Jennifer Walters como Hulk.

Pero estas historias sobre traumas personales y su poder para minar poco a poco todo lo que nos define hasta transformarnos en copias retorcidas y monstruosas de nosotros mismos siempre requieren una habilidad especial por parte de los autores. Al menos, si se quiere plasmar toda la angustia, infierno interrior y el abismal terror a la que pueden condenar al afectado tales situaciones. En ese aspecto, ¿están consiguiendo Tamaki y Nico León que su primer arco argumental para la serie sea suficientemente perturbador, absorbente y malsano?

Enhorabuena para todos los amantes del verdadero arte. Tom Scioli está de vuelta con la adaptación de la versión cinematográfica del mejor cómic del año pasado de la puta historia. Que por supuesto la película ni existe ni se la espera, pero eso no es razón para que el no pueda hacer su adaptación en cómic. Si Marvel y Warner pueden, ¿por qué el no? Que además, sabe que siempre habrá una película de su Transformers vs G.I. Joe en nuestros corazones. Con mucho Kirby. Y mucho slow-mo.

Por lo demás, ¿que nos ofrece este nuevo crossovers entre los joes y los coches convertibles de Cybertron? Pues un poco lo que cualquier gran historia

Fin de las etapas de Soule y Lemire al frente de Inhumanos y X-Men. No os despidáis demasiado del primero que en breve salta a los segundos. Jeff si parece que no tardará demasiado en decir adiós a su etapa Marvel. Y aunque ya tocará hacer balance respecto a sus respectivas etapas -o si Lemire ha dejado huella en Marvel o ha pasado con más pena que gloria- ahora mismo centrémonos en las despedidas de cada uno de los dos.

En el caso de Soule, deja claro quienes han sido sus favoritos. Que por más aprecio que le pueda tener a Medusa y Rayo Negro, aquí los que de verdad le ha molado escribir han sido Maximus, Linaje, el Innombrable y el resto de su panda. Divertidísima historia la que se marca con los malotes inhumanos con el estatus de Tritón y aquel Handsome Groot hindú -no me hagáis hacer buscar el nombre- de por medio. Tanto, que prácticamente eclipsa el relato final con patriarca y matriarca de la familia real, en la que ni siquiera falta splash page haciendo balance de toda la etapa. Terrigenesis mundial. Nuevo Attilan. Lash. Evil Black Bolt. Linaje. Ahura. La Antorcha Humana. Los pináculos espaciales investigados por Crystal y su equipo. Y la guerra por Iron Man. Todo hasta conducir al Inhumanos vs Patrulla-X que acabamos de concluir.

Por lo que a la Patrulla de Jeff Lemire respecta, vergüenza de sus ojos que no haya resuelto la tensión sexual no resuelta entre Jean Grey y Glob Herman. Eso y lo que ha hecho con Cerebra. Copón, dos de las mejores aportaciones de su etapa y acaban como acaban. En todo lo demás, un poco lo que ha venido a ser esa pugna entre lo nuevo y lo viejo de su etapa. Pugna en la que nunca ha parecido tener del todo claro si optar por lo uno o por lo otro y que no podía acabar de otra forma que con

Cosas del directo. Para una vez que iba a descansar de hablar de Flash… Que iba a darle un tiempo por la trama esta intrascendente… La trama del Capitán Bumerang. Entonces van y

Más conclusiones. En este caso, el del cruce entre la Spider Gwen de Jason LaTour y Robbi Rodriguez con el Miles Morales de Brian Bendis. Abriendo la puerta al apasionado amor entre ambos, la saga concluye con un hasta luego, que nos deja una estampa tan adorable como esta.

Por lo demás, el crossover no es que haya supuesto ningún tipo de revolución para el medio, más allá de una historia sin demasiadas complicaciones en la que los fans de la serie de Miles han podido disfrutar del peculiar cosmos habitual de la de Gwen, y los de Gwen del cosmos particular del universo de Miles. Sobra decir que con intención a algo más. De hecho a mucho más, porque puede que con estos dos tengamos a la parejita del año. Y más les vale cruzarse en próximas aventuras teniendo en cuenta

Sin más terminar este Qué está pasando en el cómic americano 39 con varias menciones especiales. La primera de ellas para la Invencible Iron Man de Brian Michael Bendis, por un tema del que iba a hablar con el número anterior, pero que por falta de tiempo acabé dejando a favor de temás que me parecían más relevante. Decir a estas alturas que el guionista de Cleveland tiene varios tics habituales es algo que probablemente no vaya a descubrir la rueda a nadie. Pero hay uno del que no se habla lo suficiente, y que resulta un tanto molesto por la forma que devalúa las peleas de superhéroes. ¿Os habéis fijado en las peleas grupales que suelen darse en la mayoría de sus comics? Me refiero a esas en las que un suphéroe o grupo de superhéroes se enfrentan a un grupo de esbirros.

Da igual si son soldados de Hydra. O ninjas. Puede que incluso supervillanos montoneros. Pero al final se ven relegados a masillas genéricos, solo buenos para servir de saco de golpes. ¿Resultado? Situaciones tan absurdas como la de la última entrega, donde los sicarios de la villana -dos docenas de ninjas con mejoras cibernéticas- no hacían morder el polvo en el acto a una antigua asistente / CEO que como mucho habrá podido recibir lecciones de defensa de algún afiliado a Tony Stark, y una cría de 15 años que no ha salido de su ciudad natal. Y no, Bendis y otros. Vale que con esta entrega medio que lo enmiendas un poco más por la gracia que por arreglar algo, pero basta ya de ignorar la escala de poder y habilidad de los personajes. Si son ninjas, son ninjas. Da igual lo genéricos que sean, que o los protas se lo curran de alguna manera, o por lógica de habilidad, equipación y ventaja numérica deberían salir ganando.

Mentar ya de paso al cruce de Moon Girl y el Dinosaurio Diabólico con la Patrulla-X. En la serie de la primera, claro. Lo cual incluye a la Patrulla-X dibujada por Natacha Bustos, algo que solo se puede interpretar como bien. Tampoco olvidar a Batgirl y toda su movida con los pingüinos. O que si bien hasta el momento no he tenido ningún problema con la recuperación de ideas, conceptos y demás de los noventa como lo que Venditti hizo con The Warrior en Hal Jordan y los Green Lantern Corps, lo que ha hecho ahora con Kyle Rayner no tengo demasiado claro si me convence. Señalar también Gamora y Detective Comics por razones que ahora mismo no recuerdo. Y Wonder Woman, claro. ¿Por qué? Pues porque aunque ese clifhanger no se lo cree nadie, molar, lo que es molar, siempre mola. Ante la duda, confíen en Rucka.

En lo que respecta a la encuesta de la semana pasada, la perdida de Bernie Wrightson y Chuck Berry fue lo que más afectó a nuestros lectores, consiguiendo una primera posición por delante del resto. Las únicas que llegaron a hacerle algo de sombra fue dos opciones tan contrapuestas como la que lamenta que nos encontramos ante el fin del cómic autoral y el imperio de la creatividad dentro de las grandes, y la que reclama más sagre, sexo, gore y violencia. Villarriba y Villabajo.

¿Quién se hará esta semana con el podio? Vosotros decidís con la encuesta que da cierre a este Qué está pasando en el cómic americano 39.

Vosotros opináis

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