Qué está pasando en el cómic americano (+51)

Bienvenido una semana más al repaso de la actualidad de lo que es está cociendo en las editoriales americanas. Esta semana, en el Qué está pasando en el cómic americano 51, no vamos a hablar demasiado de DC Comics, ya que buena parte de lo publicado por la editorial gira en torno a Dark Days, y los compañeros ya le han dedicado un post especial a todo lo que ha ocurrido de momento en los comics ligados a este ambicioso proyecto de Dan Didio y Jim Lee. Y ya podéis estar seguros que no son pocas cosas. Muchas sorpresas para el futuro de DC Comics.

Eso sí, alegraos porque Mefisto finalmente ha sido atrapado y puesto a buen recaudo. Se acabaron sus actividades delictivas.

Dicho esto, entramos en faena que parece que este año va a tardar en llegar el calor. Que va a tardar en llegar a los 58 grados centígrados, sigo. Así que mientras nos derretimos entremos en faena con el Qué está pasando en el cómic americano 51:

Fin de la etapa de Greg Rucka. A falta del epílogo. Y solo me puedo quitar el sombrero. Chapeau. Que buen momento de salud está viviendo la amazona en la actualidad.

Estimado Brian Michael Bendis. Y todos aquellos que no son Brian Michael Bendis, ya de paso. Ya que Matthew Rosenberg también se ha entregado a esta cada vez más extendida costumbre, con el regreso de cierto mutante que estaba bastante muerto en sus Guerreros Secretos. El caso es que sí, todo aquello de Claremont y Byrne del estaba muerto, pero me puse mejor tuvo su coña en su momento. Incluso se aceptó barco cuando aprovecharon para traer a varios personajes que llevaban muertos desde hace tiempo. Sobre todo porque Al Ewing se molestó en dar cierta coherencia a los regresos de personajes como Trillador Nocturno, Ares o Stick, con una fórmula que probablemente también sea aplicables a los Leonard Samson o Eco que han aparecido aquí y allá.

Pero la cuestión es, ¿no se está frivolizando demasiado el tema de la muerte, hasta el punto de que con tantos regresos por la cara sea difícil tomarse buena parte del Universo Marvel en serio? Sobre todo cuando se trata de personajes que lo mismo no necesitaban ser resucitados, y que para colmo llegan tan cambiados frente a cualquier diseño previo -del cómic o cinematográfico- que uno se pregunta porque no han optado por el clásico del hijo de como hizo Matt Fraction con Ezequiel Stane, o una nueva encarnación del mismo, como se ha hecho en tantas ocasiones a lo largo de la historia. En esta, el afortunado en volver del otro lado siguiendo -aparentemente- los patrones del tipo de los teclados en la mini-serie de la Chica Muerta es

Por lo demás, muy prometedor arranque que vuelve a recordar lo bien que se maneja el guionista en estos entornos urbanos. Entre esto y el espectacular de Marquez, la serie a la que ojalá los Defensores de Netflix se parezca. Plus, que el dúo siga tirando de experimentos narrativos, dándole una nueva vuelta de tuerca a aquellas viñetas de George Perez que servían para mirar atrás y hacer retrospectiva con el pasado de los personajes.

Es lo que pasa cuando estas en los Titanes. Que por rápido que creas ser, siempre

Estados Unidos. La Unión Soviética y Rusia tras su división. Canadá. Gran Bretaña. Francia. China. Japón. Arabia Saudí. La Unión Europea… Algunas de las grandes comunidades mundiales que hemos visto erigir sus propios grupos de superhéroes a lo largo de la historia. Pero, ¿qué pasa de la comunidad negra? La misma que dio pie a agrupaciones como los Panteras Negras, y que estuvo representada por líderes como Martin Luther King y Malcolm X.

Prosiguiendo con su fusión de historia real y ficción, Ta-Nehisi Coates continúa abordando en cómo habría sido la lucha por los derechos de los ciudadanos de color del mundo si se hubiera dado en un universo de superhéroes como el de Marvel. Orquestado todo en torno a esa figura de referencia dentro de Harlem que es Ezra Miller, no se puede negar que está dando una suerte de trasfondo a la historia negra de Marvel que da una suerte de cohesión global a series como las de Pantera Negra, Miles Morales, Sam Wilson, la Patrulla-X de Chris Claremont, Luke Cage, los Defensores de Brian Michael Bendis, Iron Man, Halcón Nocturno o Vengadores Indignados, siendo una auténtica lástima que vaya a terminar tan pronto. Sobre todo cuando en su última entrega nos ofrece

Popurrí de mutantes, que sigue decididos a demostrar el buen momento de forma que viven actualmente. En esta ocasión, con regresos. Muchos regresos. Regresos en Lobezna. Un regreso que además le otorga medalla extra a Tom Taylor por todo lo que citábamos arriba. Porque sí, la serie de la que parte su estatus fue una decepción muy importante. Pero esa no era razón para ignorar los eventos que tuvieron lugar en ella como parecía estar haciendo todo el mundo. Y ahora sí, he’s back. La jauría de nuevo unida.

La que tiene lugar en el Arma X de Greg Pak sin embargo es muy diferente. Tanto, que puede quedar como otra más, de las tantas aleatorias que estábamos señalando arriba, como de golpe de genio si el guionista tiene en cuenta lo que ocurrió en cierta saga que pasó bastante desapercibida, pero que podría dar pie a una situación muy interesante si lo utilizan para dar una imagen mucho más compleja del perfil de personaje que suele representar. O dicho de otra forma, si se trata de la encarnación del antaño universo 616 o la de la Era de Apocalipsis. Si se trata de la última, aplauso a dos manos, Greg.

En lo que respecta al resto de series, Generación X de Christina Strain sigue siendo una pequeña joya. Una, que destaca especialmente por la cuidadísima caracterización de protagonistas y secundarios. John Hughes meets X-Men en su más glorioso esplendor. Y si a ello sumamos que la guionista ni de lejos se está limitando al elenco central y -entre profesores y alumnos- tenemos Nuevos Mutantes, Generación X, New X-Men, Young X-Men e incluso personajes olvidados sacados de novelas gráficas de Lobezno no demasiado conocidas (no premio de la semana para el que sepa identificar su procedencia). En otras palabras, un must para el seguidor de cualquiera de estos grupos que los eche de menos. Especialmente de los Gen X y los New X-Men y derivados. No os va a cambiar la vida. Pero desde luego esta siendo una lectura agradable con la que reencontrarse con los personajes y seguir viéndolos crecer.

En lo que respecta a El Viejo Logan, debut de Ed Brisson y Mike Deodato Jr. Y tras quedar el estatus actual del protagonista asentado con el final de la etapa Lemire, los nuevos responsables de la serie nos vienen con una de esas propuestas que tarde o temprano tenían que ocurrir, de esas tan potentes que se venden por si solas. Tanto, que ojala no hubiera planes para traer de vuelta a la versión clásica de Bruce Banner. Porque esta suerte de Michael Parks en Red State al frente de una guerrilla clandestina… Sobre todo tras suceder lo que sucedió en Civil War II y cómo reaccionaría alguien como él a dichos eventos. Lo dicho, un shut up and take my money! de libro.

Pero la joya de la corona sigue siendo X-Men: Blue. Cullen Bunn sigue recuperando elementos mutantes perdidos de los rincones más inesperados de la franquicia, y a congregarlos de forma tan creativa e insólita que cuesta adivinar por donde va a estallar todo esto. Y si en el último número descubrimos que la llegada del nuevo Lobezno venía con el regreso de otros personajes como premio, ahora descubrimos quien está detrás de todo

Cosas que ocurren en el one shot con el que arranca el ambicios proyecto de Dan Didio y Jim Lee

Entramos de lleno en la crónica de Imperio Secreto. El régimen impuesto por el Capitán América en sobre los Estados Unidos continúa afianzando su poder, mientras sus partidarios continúan procediendo a la purga de todo material asociado a lo que llaman la gran mentira. Sí, eso. Lo del negacionismo. Ya sabes.

Aquí encontramos desde partidarios que se han unido alegremente al nuevo régimen de Hydra o los que no han tenido más remedio que hacerlo de forma más bien poco alegre, hasta el sufrido reducto de héroes que ha decidido hacerles frente, pasando por los que se encuentran un poco en mitad de todo. En este último grupo podríamos incluir a Masacre, que podría ganarse el título a mejor padre darwinista si no fuera por los problema que está provocando a la relación con su hija Ellie el haber decidido pasar por el aro de Hydra (por todas esas cosas por las que los padres estarían dispuestos a cortarse un pie y cuatro de los vecinos si con ello aseguran la seguridad de sus retoños).

Con el regreso de ilustres a los que ya echábamos de menos para sumarse a la lucha contra el régimen de Steve Rogers e Hydra, tampoco puede decirse que las cosas demasiado bien en el vecino estado de Nueva Tian. Que sí, en él humanos y mutantes conviven. Eso nos se les puede negar. Pero digamos que la convivencia en el reino de Xorn no es tan idílica como cabría esperar. Y sí bastante más próxima a aquello de los oprimidos se convertirán en opresores. Con los conflictos entre humanos y mutantes afectando a Nueva Tian con un claro favoritismo por parte de las autoridades a la hora de tener claro a que lado de la balanza beneficiar con la justicia, esto nos deja en una situación sumamente interesante a los mutantes que ojalá tenga consecuencias más allá del evento, con los herederos de los X-Men divididos en tres facciones. O cuatro si nos ponemos.

Así tenemos por un lado la Patrulla-X de Kitty Pryde. Verdaderos herederos del sueño de coexistencia de Xavier. Junto a la División Unidad de los Vengadores, claro. También podríamos citar grupos anexos como los alumnos de Generación X. Pero de una forma u otra, lo relevante es que actualmente todos los citados están atrapados en Nueva York. El vórtice de la Dimensión Oscura ha sumido la ciudad en un domo del que no hay escape posible, y poco pueden hacer para combatir a Rogers. Por otro lado, tenemos la Patrulla-X de Magneto. Operando en Madripoor, con el quinteto original y su nuevo Lobezno bajo su tutela.

Del amo del magnetismo y su rol de cara al Imperio de Steve Rogers ya hablamos hace poco, así que centremonos en la tercera y cuarta facción. El Reino Mutante de Nueva Tian, en calma tensa con los Estados Unidos de Hydra, y los disidentes que no parecen muy contentos con la vecindad con una nación que no permite la existencia de mutantes en sus fronteras, y que saben podría atacarles en cualquier momento. Entre los principales integrantes de Nueva Tian -vistos tantos en Secret Warriors como el especial Unidos– encontramos a

En lo que respecta a otros tie-ins, arrancan los Imposibles Vengadores de Jim Zub. Con Kim Jacinto a los lápices. Protagonistas, la División Unidad encabezada por Pícara. Con la Avispa original, la segunda Antorcha Humana Johnny Storm, el Hermano Vudú y Singularidad acompañándole. Mercurio no. El hermano de Wanda está al otro lado del domo de Nueva York. Luchando junto a la resistencia por salvar a su hermana de las garras de Hydra.

Sobra decir que para los atrapados dentro de Nueva York la situación es de lejos mucho más complicada. Están aislados del resto del mundo. Alejados de cualquier rastro de luz del día. Carecen de recursos y están rodeados por las monstruosas criaturas de Dimensión Oscura. Tal y como hemos podido ver en la serie del Doctor Extraño. La suerte es que no están solos. Y aunque esto también implica que tienen mucha gente a la que ayudar, también les proporciona alguna que otra ayuda inesperada.

En lo que respecta a los Secret Warriors, problemas muy serios para el equipo encabezado por Daisy Johnson. Y para la serie de Sam Wilson, tenemos a Joe Bennett acompañando a los lápices a Nick Spencer. Lo cual siempre es buena noticia. El dibujante de los mejores arcos de la serie del Capitán América y El Halcón de Christopher Priest siempre es bien recibido. Más allá de esto, y de volver a marcarse un trabajo ejemplar de arqueología comiquera recuperando cabos sueltos de la etapa Kirby, Spencer nos muestra para nuestro horror una de las peores atrocidades del nuevo régimen de Hydra

Pero basta de tie ins. Entremos directamente en materia de lo que ocurre en la cuarta entrega de la saga. Que ya estamos a un número de alcanzar el ecuador. Ahondando en misterios como qué le ha pasado a la Bruja Escarlata -con una explicación más que coherente- y a Thor (con el que aun queda mucho por explicar), la nueva entrega de la saga de Spencer tiene a un invitado excepción que es la gran estrella de este número. Pero antes de nada, como diría Scott Summers en cierta saga Marvel: Dos equipos. Y ahora sí, démosle la bienvenida de vuelta a

Algo está cambiando en Marvel. Bueno, muchas cosas en realidad, que el Legacy está a la vuelta de la esquina. Pero en lo que a los eventos respecta, algo parece estar cambiando en Marvel y esta nueva saga de Ms Marvel parece ser buena muestra de ello. Porque con el arranque de su nuevo arco argumental (Meca), el cómic básicamente es un ABC de cómo meterse en el entramado de Imperio Secreto sin hacer ninguna mención a los eventos de Imperio Secreto.

Que lo cierto es que tampoco es algo nuevo. Ya que -a pesar de los cruces con Secret Wars o Civil War II-, G. Willow Wilson siempre ha tratado de hacer la serie lo más autónoma posible. Pero en esta ocasión es llamativo, que a pesar de tener una trama en la que una moción de censura a través de cambios administrativos ha propiciado que el representante político de Hydra se haya hecho con la alcaldía de Nueva Jersey -con la sinergia de todo esto con los eventos de Imperio Secreto y Secret Warriors– no haya ninguna mención ni al Capitán América ni a nada que tenga que ver con la saga de Nick Spencer de por medio. Más allá de alguna insinuación muy, muy velada.

El cómic ni siquiera viene acompañado por un banner de Imperio Secreto. Ni nada por el estilo. Pero el escenario es exactamente el mismo. Un escenario en el que Hydra se ha hecho con el poder. Uno, en el que está dando validez a todas esas voces de odio y represión en contra de cualquier tipo de cesión a la integración, y que a veces están mucho más cerca y son más numerosas de lo que pensamos. Es inevitable preguntarse por tanto si la editorial ha reculado de alguna forma. Si esta saga estaba originalmente planificada para formar parte de Imperio Secreto, pero viendo toda la controversia que estaba rodeando al evento y el abuso de los mismos, finalmente decidieron eludirlo.

Eso, si no es que están optando por una forma menos agresiva de cohesión, donde si uno sigue varias series sea capaz de ver la conexión entre las tramas de ambas, sin que te los tengan que vender con luces de neón como tie-ins o similares. De una forma u otra, la cuestión es que la saga se adentra en las tradiciones de Kamala y su familia con la celebración del Eid al-Adha, a la par que aborda en el brote de fobia respaldada por el gobierno contra inhumanos, mutantes y metahumanos que se apoderado de la ciudad. Una situación aterradora en la que, de un día para otro, los vecinos con los que convives y te saludan alegremente cada mañana se quitan sus máscaras, descubriéndose como terribles déspotas llenos de odio, decididos a machacar, erradicar y expulsar de su comunidad todo lo que representas. Una situación desgraciadamente familiar, y que sobra decir

Alan Moore y Kevin O’Neill se vuelven a marcar el número más brillante de la semana. En este caso, zambulléndose en el clásico de los niños detective que investigan misterios, con un relato que pasa de lo perturbador al desorine más cabrón y absoluto, en cuanto uno se da cuenta de que va el tema.

Terminado el repaso, concluyamos el Qué está pasando en el cómic americano 51 con algunas menciones. Menciones como a la serie de Gwenpool. La serie de Jonathan Hastings sigue explorando como Gwendolyne comenzó a atravesar la cuarta pared que la arrojó a Marvel. Y aquí habría que añadir que cuesta entender porque la editorial no da tiempo a Gurihiru a encargarse de todos los números. Porque el salto de calidad entre dibujante oficial y los sustitutos es más que palpable. Y dado que lo que está haciendo el guionista con la chica sin duda nos está ofreciendo una interesantísima adición al universo Marvel, cuesta entender porque no le han permitido una estabilidad gráfica similar a la de Moon Girl y el Dinosaurio Diabólico o la nueva Avispa.

Añadir también que si queréis seguir Dark Days no os perdáis The Flash. Eso, o el chanante crossover entre el Detective Marciano y Marvin el Marciano. Si a ello sumamos como Hulk de Mariko Tamaki sigue ahondando en el estrés postraumático o la introducción de Venom en Renueva Tus Votos, no se puede decir que haya sido una mala semana.

En lo que respecta a la encuesta de la semana pasada, la opción que abogaba porque los cómics de superhéroes juveniles se vuelvan más atrevidos y menos paternalistas obtuvo el top. Tras esta, Tom King y Ta-Nehisi Coates. Y acto seguido, pedir más sexy time en el cómic americano. El hype por Superman y la petición de una JLI de Mark Russell continuaban una lista que continuaría el cálido adiós al Doctor Extraño de Jason Aaron y Chris Bachalo.

Con Cíclope, Nova, la nueva serie de los Guardianes y la petición de que Marvel acabe la trilogía de Mefisto de una vez como siguientes opciones, ahora os toca a vosotros decidir quien triunfa en este Qué está pasando en el cómic americano 51. Por no despedirnos sin dejaros con algo de música, esta semana un poco de sonidos de Detroit.

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