Con un tándem creativo formado por Dan Slott y Michael Allred y con Estela Plateada como protagonista todos esperábamos por parte del guionista una historia de corte clásico y muy respetuosa con las raíces del personaje, y por parte del dibujante un dibujo pop desatado cercano al del creador gráfico del personaje, Jack Kirby, y claro está, aventuras en el espacio infinito, razas alienígenas nunca antes vistas, y por supuesto, en algún momento, la entrada en escena de Galactus. Todo esto y mucho más se cumple en este segundo volumen pero hay mucho más detrás de esta etapa, y es que en ella se esconde una maravillosa historia de amor.
Cuando entró en escena la protagonista de esta etapa, Dawn Greenwood, rápidamente nos encariñamos de ella, de su desparpajo, de su osadía, de su chispa, y claro está de la alegría que desprendía, y no me refiero sólo por lo animado de su indumentaria, sino porque con sus entradas en escenas poco a poco iba robando pedacitos de nuestros corazones, lo que no intuimos es que ese viaje hacia el descubrimiento espacial que inició junto a Norrin Radd les llevaría a ver que con sus muchas diferencias se habían encontrado dos almas gemelas.
Lo curioso es que esta historia de amor que Slott nos cuenta se encuentra entrelazada con las aventuras cósmicas que nos explica, se trata de pequeños detalles pero que sirven para marcar los distintos pasos por los que suelen pasar las relaciones, primero la amistad, luego ese pequeño detalle que nos hace ver que junto a esa persona podremos vivir momentos espaciales que si no fuese junto a ella nos habríamos perdido. Es en ese momento en el que te das cuenta que el mayor de los miedos es perder a esa persona que tanto quieres y claro está, buscas ese compromiso, ese detalle que os una para siempre. Todos estos detalles los vivimos casi sin darnos cuenta, y de primera mano vemos como alguien como Estela Plateada se convierte ante nuestros ojos en alguien con sentimientos, una persona que perfectamente se puede enamorar, una imagen muy alejada de esa que transmite, quizás por esa piel plateada que le cubre o por ese gesto casi inmutable de su cara, todo cambia cuando a quien tiene delante es a Dawn y hasta busca consejo en su tabla para tener un detalle con ella. Aunque quizás, el punto que más me ha gustado sea el más evidente, el momento de la decepción, es decir, cuando Dawn descubre el mayor de los secretos de Norrin, esa vergüenza con la que carga desde hace años y que en buena medida tanto marca su forma de ser. Sencillamente brillante.
Me atrevería a decir que por muchos motivos esta quizás sea una de las mejores etapas de Estela Plateada, no sólo por lo bien que el guionista ha sabido integrar a un ser humano en la serie robándole protagonismo, sino porque es capaz en una misma página de mezclar a la perfección algo tan cotidiano como el nacimiento de una relación con aventuras cósmicas imposibles en mundos nunca antes imaginados y conceptos geniales que podrían valer para desarrollar largas tramas, por ejemplo, el interesante planeta Prime y todo lo que rodea a la idea de el mejor en cada área o labor y cómo gestiona esa pequeña crisis Dawn de una forma muy inteligente salvando a Estela. O el segundo episodio en el que Dawn es secuestrada en pleno espacio y guionista y dibujante dan un recital de cómo en veinte páginas contar una docena de historias diferentes, o lo que es lo mismo, una carcajada enorme contra todos aquellos que no encuentran otra forma de narrar historias que no sea el dichoso decompressive storytelling, vamos estirar una única historia con el único objetivo de que quepa en un volumen para su posterior reedición. Aunque si tuviese que quedarme con una historia seria con la más extensa en tres partes en la que Estela y Dawn llegan al planeta Newhaven que resulta ser un mundo poblado por los últimos supervivientes de los mundos que Galactus devoró. El debate moral que se genera, la forma en la que Slott lo gestiona, y sobretodo cómo afecta a la relación de Norrin y Dawn le dan una importancia capital no sólo en este volumen sino en el enfoque que tendrán los próximos capítulos. Permitidme ser críptico al respecto pero es que se trata de una historia tan bien ejecutada como lo fue la primera llegada de Galactus a la tierra en Los 4 Fantásticos y por tanto no han de contártela, has de leerla.
Si hay que alabar el trabajo de Dan Slott por su desbordante imaginación, su capacidad para contar historias clásicas pero sin que desprendan olor a naftalina, y sobretodo, por ofrecernos una visión del personaje que pocos se han atrevido siquiera a acercarse, lo mismo o más habría que decir de Michael Allred, el autor que le acompaña. No me cansaré de decirlo, todo trabajo en el que se ve envuelto este autor rápidamente adquiere el título de obra de culto, supongo que tiene mucha parte de culpa en que junto a él los guionistas que le acompañan saque su mejor versión y se impregnen de ese puntito de locura que envuelve su dibujo. Esas composiciones de página imposibles pero perfectamente legibles, ese estilo popero que pocos o ninguno ha sabido emular, esa sensación que desprenden sus viñetas de que estamos ante una inmensa obra de arte. Es cierto que Allred no es del agrado de todo el mundo, pero aquellos que nos consideramos su fans aplaudimos cada nuevo proyecto en el que se envuelve sabedores de que no nos va a defraudar. De su mano Galactus luce mejor que nunca, y la batalla que tiene lugar entre el que fue su heraldo y el gigante morado es sencillamente alucinante. Las páginas completas y páginas dobles no están al servicio de la espectacularidad, ya sabemos cómo luce una viñeta enorme, si existe es porque ese es el recurso que hay que utilizar en ese momento, es como si a nivel gráfico todo estuviese perfectamente medido para que nada desentone. Y claro está, no podemos hablar de Michael sin hacerlo de Laura, su pareja y colorista, aquella que entiende como nadie cuales son los mejores colores que puede aplicar en cada momento, juntos forman uno de los mejores tandem creativos de la industria del cómic americana.
Hablar de esta etapa de Estela Plateada es hacerlo de una de las mejores series que se están publicando actualmente, por desgracia, como todo lo bueno tiene fecha de caducidad y en Estados Unidos ya han anunciado que este volumen se cerrará en el decimoquinto número quedando tan sólo cinco episodios para concluirlo, una pena porque se nota que tanto Slott como los Allred están disfrutando tanto o más que nosotros leyéndolo.
Grande la reseña de este loable cómic, Raúl.
Un personaje con el que cuesta conectar y que en manos de Slott y Allred se acerca al lector como nunca antes lo había hecho. Una lectura amable, entretenida, llena de imaginación y escrita con un cariño envidiable.
A revindicar a los cuatro vientos.
Lo de Allred es un espectáculo, qué gran elección. La serie está bien y, aunque no enamora como debería, se la va a echar de menos.
Pues servidor se ha enamorado solo con el primer tomo.100% Marvel.Lo que firma el matrimonio Allred hay que echarle un vistazo siempre.
Totalmente deacuerdo con el redactor,sacan lo mejor de los guionistas,Milligan y Fraction son buenos ejemplos.
No podría estar más de acuerdo con tu reseña Raúl. Me parece una serie excelente con un toque tierno que la distingue de otras series actuales. Y eso que yo soy de los que prefieren la versión de Stan Lee del personaje, pero precisamente por haber sido un personaje solitario durante tanto tiempo encontrar una pareja de viaje como Dawn me parece todo un acierto. Y la aportación de Allred a la serie me parece imprescindible, no me imagino a otro dibujante encargándose de estas historias
Toda la razón. Qué gozada de tebeo, madre. Ningún problema que sean sólo 15 entregas (o tres tomos de Panini) con semejante nivel de calidad.
Pues por lo que dicen de la protagonista huele mucho a #manic_pixie_girl.
Comentario de prueba
Voy a pecar. Pero este Silver Surfer es para matarse de aburrimiento.
El guión está bien, el dibujo es bonito. Pero no pasa de ser un cómic más de todos los que se hicieron del personaje, no hay un cliffhanger que me haga saltar de la silla de felicidad al leerlo, es más al tercer número me quedé dormido jajaja.
Trata de ser un homenaje al Surfista de Stan Lee y John Buscema con una historia de amor entremedio. Para eso compro un cómic romántico.
Es más al lado de la etapa de Jim Starlin y Ron «espantoso» Lim me quedo con la de fines de los ochentas porque no sabía que iba a pasar. Hasta Thanos daba miedo entonces.
Para mi Galactus debieran de vetarlo en las series de Estela, es que el universo es tan grande que sería imposible que se toparan una y otra vez. Parece como si la relación entre ambos fuera como el hijo que nunca se quiere ir de casa y cuando lo hace va todos los fines de semana a almorzar y lavar la ropa donde sus padres.
Algún día espero ver a un guionista con cojones y que haga una historia a la altura de Silver Surfer. Sigo pensando que desde que De Matteis dejó la serie que hizo con Ron Garney, el personaje vive de su propio mito.
En fin aún me queda el disco de Satriani el que de seguro (espero) nunca realice una segunda parte para destruir obras maestras…
Que linda es esta chica Dawn….