El envoltorio es el de un cómic europeo, pero el corazón de esta obra es la de la mejor de las BD francobelgas. Ether, que llega en este tomo a su final ha sido una de las grandes sorpresas del comic-book independiente americano de los últimos años, editado originalmente por una Dark Horse que sin Conan, Star Wars, Alien o Depredadores que vender no deja de ofrecernos grandes obras, confiando en el ya sempiterno Mignolaverso y en grandes autores de cómic independiente como Jeff Lemire, Matt Kindt o David Rubín, que ya trabajaron juntos, aunque no a la vez en Black Hammer, y que volverán a hacerlo, esta vez al unísono en el esperadísimo Cosmic Detective.
En Ether 3, cuyos dos primeros tomos ya fueron reseñados en el caso del primero por mi gran compañero Diego García Rouco aquí, y por servidor aquí, conocíamos la historia de Boone Dias un científico que un buen día descubrió la existencia del Ether un mundo paralelo al nuestro donde la magia campa a sus anchas y en el que Boone ejerce de investigador paranormal que trata de pasar por un filtro racional y empírico cada muestra de magia con la que se encuentra.
En las anteriores entregas, descubrimos que por cada minuto que Boone pasaba en el Ether muchos más transcurrían en la tierra, lo que hacía que poco a poco Boone envejeciera y perdiera todo lo que le retenía en su mundo natal, lo que hacía que cada vez se refugiara más y más en el Ether, lugar donde no solo era un héroe, si no en el que no estaba solo, un lugar al que, paradójicamente, para poder llegar hay que estar dispuesto a perderlo todo.
Ether 3, titulado la Desaparición de Violeta Campana por el nuevo caso que debe de resolver el bueno de Boone Días es en ese sentido, mucho más dramático que sus predecesores, y es que, con cada número las risas y el entretenimiento van cediendo poco a poco el paso a una oscuridad que enternece al lector a la paz que aflige el corazón de Boone, un complicado personaje que por muy egoista que nos parezca no deja de hacer que nos compadezcamos de su drama particular.
Como hemos apuntado antes, al comienzo del tomo, el hada Violeta Campana desaparece en extrañas circunstancias, por lo que Boone deberá ayudarla, misión que emprende teniendo en cuenta que el resto del reina de las hadas lo odia por el daño que involuntariamente Boone les hizo hace muchos años en una de sus primeras investigaciones.
Por supuesto, no solo de Boone vive Ether 3, y es que, por ahí veremos a Glum que vive su propio drama particular y que ya no resulta tan gracioso como antaño, y claramente a Ubel, ese villano en la sombra, pero oculto a plena luz que por fin aquí se desvela como el gran personaje que es.
David Rubín, como siempre nos deslumbra y nos deja atónitos con su estilo de dibujo, tan propio y particular pero tan perfecto para la obra e indisoluble de la historia que cuenta Matt Kindt, que en manos de otro artista, resultaría muy inferior a lo que tenemos entre manos.
Una puesta de sol narrativa y gráfica tan agridulce como espectacular. Compra obligada.
Guión - 7.9
Dibujo - 9
Interés - 8.5
8.5
Maravilloso
David Rubín y Matt Kindt ponen el broche de oro final a la trágica y a la par divertida epopeya de Boone Dias.
Hace meses que lo tengo, peeo aún no lo he leido. Quiero esperar a tener tiempo y releerme los dos anteriores y enlazrlos con este.
Yo lo leí hace poco, me leí los 3 tomos del tirón, y este es con diferencia el más flojete. Aún así, el mundo creado por Kindt y Rubín bien vale comprarlo.