Año nuevo, series nuevas. Hasta cuatro nuevas cabeceras Marvel han aterrizado en esta primera semana de cómics USA, con registros, protagonistas y estilos diversos y para todos los gustos. Actualemente, dada la diversidad de estilos en las distintas cabeceras del catálogo Marvel de Axel Alonso es imposible no encontra alguna que le guste a cualquier lector. Esta tendencia ya se observaba con la incorporación de series recientes como Ms. Marvel, She-Hulk, Caballero Luna, Ghost Rider, Estela Plateada o Viuda Negra, pero es que con el debut de estas nuevas cabeceras (con especial énfasis en la de las Ant-Man y Squirrel Girl) o las esperadas como Howard El Pato, Marvel está ofreciendo a sus lectores pequeñas joyas que, alejadas del ruidoso mundo de los NO-omnipresentes eventos, hacen de la Casa de las Ideas una de las ofertas más interesantes del mercado USA actual.
A los editores de Marvel les encanta hablar del concepto de la sinergia, algo que en el contenido de los cómics se traduce en incorporar elementos provenientes del universo cinematográfico y aprovechar el tirón de los últimos estrenos para lanzar productos con los mismos personajes. Sucedió con los Vengadores, sucedió con Thanos, sucedió con los Guardianes de la Galaxia… y ahora le toca a Peggy Carter. Coincidiendo con el estreno de la miniserie televisiva protagonizada por la Agente 13 y Howard Stark, esta semana se ha puesto a la venta el primer número de Operation: S.I.N., una miniserie protagonizada por Peggy Carter y Howard Stark, además de Woodrow McCord, personaje creado en el evento Original Sin.
Independientemente de cómo y por qué fuese gestado el proyecto, Operation: S.I.N. es un buen cómic. La guionista Kathryn Immonen construye un primer episodio a modo de presentación. Conoceremos a Peggy Carter en los años 50, durante la Guerra Fría y después de abandonar el frente de batalla. Vive una vida placentera como agente del gobierno hasta que su otrora compañero de batallas Stark le ofrece un trabajo mucho más atractivo que requiere de su presencia en la Unión Soviética. No he visto ni un solo minuto del primer capítulo de Agent Carter, ni he sentido que hiciera falta ver la miniserie para entender qué sucede. Tampoco es necesario haber leído Original Sin para saber quién es McCord. La historia es perfectamente accesible para todo tipo de lectores. La caracterización de Stark bebe mucho de la versión cinematográfica a la que Dominic Cooper da vida, pero al mismo tiempo no deja de ser lógica si tenemos en cuenta que el papá de Iron Man todavía no ha vivido muchos de los momentos que los lectores conocemos. Realmente, el mayor problema de Operation: S.I.N. a nivel de guion es ceñirse al esquema de presentar los personajes antes de que empiece la acción de verdad. La historia de momento es intrigante e invita a leer el siguiente episodio.
Al frente de las tareas gráficas tenemos a Rich Ellis, cuyos lápices se corresponden con el tono exigido por la historia. Dibuja sin dificultad alguna todo lo que Immonen le exige. Pocas pegas se le pueden poner excepto el diseño de los protagonistas. Ellis dibuja el rostro de la protagonista con unos rasgos muy… curiosos. Quizá opine esto porque estoy acostumbrado a que todas las mujeres de los cómics de superhéroes sean dibujadas como auténticas bellezas, pero en más de una viñeta el rostro de la Agente Carter se parece al de un hombre. Su versión de Howard Stark rompe con las anteriores representaciones del personaje, acercándose a la versión cinematográfica, pero sin atreverse a coger las proporciones de Dominic Cooper. Parece más Stephen Extraño en su época de universitario que el papaíto de Tony Stark.
Operation: S.I.N. es un cómic, que con todos sus pequeños defectos, sabe aprovechar el universo cinematográfico para narrar una historia interesante y bien integrada dentro del universo Marvel.
Este cómic es un experimento. Así califican sus autores Unbeatable Squirrel Girl en el (falso) correo de su ejemplar de lanzamiento. Y no podíamos estar más de acuerdo. Un divertidísimo, extraño e inclasificable experimento cuyo objetivo primordial es que los creadores y los lectores se lo pasen bien. Uno de esos cómics que las grandes editoriales tendrían que hacer más y en los que Marvel se ha especializado en algunos de sus últimos lanzamientos, tales como Estela Plateada de Dan Slott, la nueva Ms. Marvel o el próximo Howard the Duck. Y es que si Ryan North, responsable de la tira web Dinosaur comics y Hora de aventuras, llamaba a la puerta de Marvel solo podía ser con algo así. Un cómic de autor que nos retrotraen a otra época, y que, por desgracia, nadie puede predecir qué público puede llegar tener. Hace solo unos años, por ejemplo, se hubiera conformado con ser parte de la antología Strange Tales.
Pero ¿quién demonios es la Chica Ardilla? Con mucha sorna, cachondeo y gusto, Dan Slott logró en sacar en 2005 a Doreen Green, creada por Steve Ditko y Will Murray para Marvel Super-Heroes 8, del ostracismo. La joven con sangre de ardilla, perspicaz e inocente, se unía al mejor equipo parodia de Marvel, los Vengadores de los Grandes Lagos, en la infravalorada GLA. Cada una de sus apariciones eran estelares. Cada una de las palabras de su compañera ardilla Tippy-Toe era irrepetible. De eso a saltar a los Vengadores, solo hay un paso. Después de enamorarse locamente de Speedball y derrotar a Thanos, MODOK o Fin Fang Foom, en 2010, Brian Michael Bendis recuperó al personaje para convertirlo en la niñera de la hija de Luke Cage y Jessica Jones. Su versión, sin embargo, era más descafeinada y nunca logró recuperar aquellas añoradas carcajadas. Pero North tira ahora de una mezcla ganadora para su primera serie en solitario, que podría ser material de una buena sitcom de éxito: colocar a la poderosa superheroína a la Universidad, con profesores cargantes, compañeros de habitación raritos, fiestas y borracheras. Un ritmo que deberá aguantar mientras lidia con su identidad secreta y amenazas como Kraven o Galactus.
Unbeatable Squirrel Girl sigue la senda que en su día marco un cómic como Deadpool (a la que no esconde sus referencias). En el epicentro tenemos a un personaje tan carismático como aquél. Capaz de hacer frente a cualquier amenaza posible con buena cara y holgura y muchas dosis de adorabilidad. La personalidad que Slott dio a Colleen Green vuelve a ser aquí el verdadero éxito de la propuesta. Un dibujo simplista y casi cartoon de Erica Henderson hace el resto.
De momento, como episodio piloto es un éxito, y si se lo siguen pasando igual de bien que en el primer número, el equipo creativo podría tener ideas de sobra para contar durante años. El reto será sobrepasar la broma inicial y conseguir forjarse un sub-universo propio, salpimentado con personajes secundarios con algo que decir y algún elemento de continuidad no meramente transitorio. Exactamente como ha hecho Ms. Marvel. El problema es, por supuesto, si las ventas acompañarán al experimento más allá del primer y publicitado número. ¿Quién no tiene la cancioncita pegada en la cabeza?
Era inevitable. Los universos superheroicos en cómic siempre se pliegan en mayor o menor medida ante sus adaptaciones en otros medios más populares, esto no es nuevo. Desde la Kryptonita en la serie radiofónica de Superman a una SHIELD en la que Phil Coulson parte el bacalao como en la televisión, los ejemplos son casi innumerables. En el caso que nos ocupa hoy, dado el próximo estreno de la película Ant-Man protagonizada por Paul Rudd se ha creído conveniente darle serie propia a un personaje que si no hubiese sido por eso probablemente nunca la hubiese llegado a tener. Pero lógicamente, habrá que capitalizar en papel el interés que el Hombre Hormiga genere a través del cine, y de tal oportunista manera, Marvel ha puesto a nuestra disposición esta cabecera protagonizada por Scott Lang. Y resulta que su primer número es fantástico.
Podíamos intuir que dado que a bordo del equipo creativo se encontraba Nick Spencer, a juzgar por sus resultados usando personajes secundarios de Marvel en la nunca suficientemente reivindicada Superior foes of Spider-Man, la cosa estaría bien, pero claro, dado la naturaleza claramente de encargo de la serie, uno nunca sabe. Casos como los de Jason Aaron, Rick Remender, Original Sin y Axis hacen estar con la guardia levantada. El caso es que, aunque estando Spencer más comedido que en la citada cabecera de villanos liderados por Bumerang, ha salido un muy buen número uno. La extensión que se ha dado al tebeo además permite que se cuente una historia más o menos autonclusiva, que hace un repaso de la historia y circunstancias del personaje, y le pone en el punto de partida de su nueva vida. Lo cual, la verdad es que hace más sencillo reseñarlo que a otros debuts, ya que a menudo uno tiene que juzgar al elefante entero habiendo tocado solo la pata, estando expuesto a mayor margen de error. Aquí no hay que esperar al quinto o sexto número para haber leído en su totalidad una historia que puede empezar genial pero arruinarse al final o viceversa: con que la colección siga la dinámica del primer número, que podría perfectamente haber sido un especial dedicado al personaje si no hubiese habido serie, esto pinta bien.
Ramón Rosanas (que nos recuerda un tanto a veces a Chris Sprouse) ilustra el libreto de Spencer en el que Scott Lang se presenta a un proceso selectivo para un trabajo como jefe de seguridad en Industrias Stark. Es en la entrevista personal donde se aprovecha muy inteligentemente para que el protagonista nos cuente él mismo su pasado y presente. Pero Tony Stark, mas engreído y miserable que nunca gracias a los sucesos descritos en Axis, quiere que los varios aspirantes superheroicos al puesto le demuestren hasta qué punto son dignos del mismo. Y así, el Hombre Hormiga deberá ingeniárselas para competir con Prodigio, Víctor Lanza y la nueva y aparentemente reformada Escarabajo que Spencer ya tratase en la comentada Superior Foes of Spider-Man. Scott necesita el trabajo, no solo por el dinero, sino para dar algún rumbo a una vida algo apagada que carece de dirección, cosa que los tonos que aporta el colorista Jordan Boyd transmiten sutilmente. Solo parece ofrecerle un objetivo por el que seguir adelante el mantener alguna relación con su hija adolescente, a pesar de no entenderse perfectamente con ella. Pero no es fácil, ya que su ex-esposa Peggy está preocupada de que Cassie se vuelva a ver arrastrada a la superheroica vida de Scott que causó la muerte de ambos (y posterior resurrección) en momentos distintos de la intrincada cronología Marvel.
La atención a los detalles resulta de agradecer: que Scott ponga nombre a cada una de las hormigas que le ayudan en sus tareas superheroicas, la discusión con Cassie sobre Battle Royale y Los Juegos del Hambre, que no se caiga en la trampa fácil de dejar a Peggy como la mala por su lógica preocupación, la nueva naturaleza algo bocachancla del protagonista que a pesar de venir impuesta por la versión cinematográfica tan bien llevada está, el imaginativo uso de los poderes…todo contribuye a que estemos ante un debut refrescante que ha ganado que apetezca mucho volver el mes que viene a seguir con las aventuras del hombre que sustituyó a Henry Pym en su primera identidad superheroica. Quien nos lo iba a decir hace no mucho.
Parece que fue ayer cuando despedimos a Lobezno ¿para siempre? del Universo Marvel. Pero no, no fue ayer. Fue en Septiembre/Octubre. Desde entonces, Marvel Comics en general y Charles Soule en particular nos han vendido miniseries y especiales varios dedicados al “día después” de tan trágica pérdida. Por un lado, en Death of Wolverine: Logan’s Legacy, el propio Soule y una ristra de autores de DC Comics que Mike Marts se ha traído debajo del brazo han centrado las aventuras en un grupo de spin-offs de Wolverine actualmente capturados por unos misteriosos captores. Es decir, han explorado cómo se sienten ante la muerte de Lobezno el resucitado Daken, la omnipresente Mística, un Dientes de Sable pre-AXIS, la sosainas de X-23 y una Lady Deathstrike venida a menos. Y aunque hay días que parece que ni un solo villano se alegre de la muerte de Logan (que sería lo suyo), la miniserie se dejaba leer más o menos. Paralelamente en Death of Wolverine: The Weapon-X Program, Soule y un Salvador Larroca que vuelve a demostrar que dibujando héroes con máscaras si es bueno (atentos a su Darth Vader), han narrado las aventuras de un nuevo grupete de personajes (¿no decían que ya no era rentable crear nuevos personajes mutantes para que los use la FOX? Pues aquí van cinco) de nombre lamentable y proyección no mucho mejor. Ex-capturados (y experimentados) por el Programa Arma-X, aprovecharon el caos generado por Lobezno en su último día para escapar, no mucho antes de darse cuenta de que (convenientemente en lo que respecta al argumento) su adn está configurado para explotar el día menos pensado. ¿Su plan? Salvarse, claro está. Y aquí es donde se desveló que ambas miniseries estaban íntimamente ligadas, ya que los ex-capturados de Arma-X son los que han capturado a los ex–enemigos de Arma-X. ¿Un lio? Nah, tampoco es para tanto. En resumidas cuentas, Shogun, Neuro, Endo, Skel y Junk han capturado a Mistica, Creel, X-23, Daken y Lady Deathstrike para que les ayuden, vuelta a Arma-X mediante, a liberarse de la maldición genética que tienen. Y como doce números para contar todo esto no es suficiente, pues han decidido lanzar una nueva serie semanal para seguir explorando las consecuencias de un Mundo sin Lobezno.
Todo esto puede parecer interesante a primera vista. Pero nada de esto pasa en este nuevo cómic semanal de Wolverines, donde las explicaciones ya vienen dadas de antemano y aquí nos encontramos directamente con la acción resultante de la incursión de los diez personajes mencionados en Paraíso, no sin antes un premonitorio flashforward a dentro de seis meses de escaso interés por el momento. Nuestros protagonistas deberán enfrentarse a la Pandilla de Demolición en unas páginas con muchos bocadillos donde Charles Soule procura mencionar cada vez que puede el nombre de sus nuevas creaciones, por si a la quinta o sexta vez se nos quedan grabados sus nombres. Una disputa por aquí y el esperado/esperable “encuentro” catárquico de DAken y X-23 con su “padre” son algunos de los puntos altos de esta entrega, quedando como momentazo el regreso de cierto personaje al que echábamos de menos y cuyo nombre no diremos para mantener el suspense (de todos aquellos que no hayan visto la portada del segundo número). Quizás sea el carisma de este personaje (no tan desgastado como el de Dientes de Sable o Mística, que últimamente se dejaban ver en tres o cuatro series Marvel sin rumbo fijo) o quizás una oculta fe ciega en Soule, por mucho que haya pinchado por primera vez con las miniseries anteriores, pero de momento el conjunto nos hará seguir leyendo, algo a lo cual la periodicidad semanal ayudará bastante. Tampoco voy a obviar que me interesa echar comprobar cómo Soule tiene que gestionar el status actual de Dientes de Sable en el escenario global del Universo Marvel…
En el apartado gráfico tenemos a un Nick Bradshaw. Un excelente dibujante que corre el riesgo de quedar diluido entre la plantilla de talentos Marvel actuales si no se queda quieto en un mismo sitio durante un tiempo, porque por momentos parece que adolece del mismo síndrome al que alude Tony Stark sobre Scott Lang en el primer número de Ant-Man. Sí, brilló (y mucho) en Wolverine & The X-Men. Intentó hacerlo con los guiones de Bendis en los Guardianes, fracasando por el camino. Y ahora lo va a intentar en Wolverines, donde se alternará inevitablmente con otros tantos dibujantes (ya ocurre en este número, en el peor momento posible, todo sea dicho de paso). El talento lo tiene. Y las capacidades también. El perfil de los personajes le viene como anillo al dedo pero no deberá perderse por el camino si no quiere quedar en el olvido.
He leído el Ant-man y está cojonudo: muy buen dibujo con montones de viñetas por página, grandes diálogos y una buena historia muy bien contada rematada con una última viñeta antológica. Viñeta en la que aparece bien grandote un Samsung en vez del omnipresente Ipad, algo que me ha llamado mucho la atención.
Es que estas colecciones me llaman mas que las majors. El otro día vi que salían los primeros números de Ciclope, y la premisa me llamo la atención. Pero por lo visto sale en febrero.
Sí, estoy con Oci, el de Ant Man tiene mucho texto y un buen dibujo, y tiene pinta de ser una nueva serie Hawkguy style, como ya fue la de Foes, del mismo guionista, Spencer.
Sergio, he de manifestarte mi sana envidia por haber sido el encargado de la reseña del Ant-Man de Spencer y Rosanas. Aunque para mi ha sido un cómic impecablemente redondo, siendo el número #1 más fascinante que he leído en bastante tiempo.
No se como será la película de Peyton Reed ni lo que tenía pensado Wright, pero no creo que nada de lo que se haga en el cine con el personaje pueda ser mejor que lo que Spencer monta en estas 30 páginas. En mi caso este ha sido un cómic que cuando lees, sientes como se te dilatan las pupilas, descubriéndote algo que todavía no sabías que querías leer, pero que cuando conoces en lo único que puedes pensar es que no puede haber aproximación más perfecta para ese personaje (sin entender como a nadie lo había hecho antes).
Algo equiparable a lo que sentí con el Daredevil de Waid, el Ojo de Halcón de Fraction y Aja, la Wonder Woman de Azzarello y Chiang o la Batgirl de Stewart y Tarrs, y que vuelvo a vivir aquí con total intensidad. Y mira que me encanta el Irremediable Hombre Hormiga de Kirkman o los FF de Fraction y los Allred. Y mira que me encantan los Enemigos Superiores de Spider-Man del propio Spencer. Pero lo de este cómic, la forma tragicómica y a la vez inspiradora con la que el guionista plasma la idea de ser pequeño, condensando todo -todo- lo que define a Scott Lang, el Hombre Hormiga me parecen palabras mayores.
Ya sea por la entrevista de trabajo, todo lo relativo a su entorno familiar, el desastroso orden de prioridades de un tipo que dispone de un uniforme de alta tecnología con el que ejercer de superhéroe pero que apenas puede llegar a fin de mes, cómo se ve denostado en un mercado atiborrado de jóvenes altamente cualificados -donde un divorciado de treinta y tantos que ha sido incapaz de atesorar nada que se considere socialmente meritorio en su vida se mira como algo molesto e incómodo- o la forma en la que se muestra a Lang como último (i)responsable de sus propias desgracias me parece una maravilla. Todo para rematar con un final en el que -desde el momento en el que entra en la tienda- te es imposible apartar la sonrisa de tu rostro con esa exaltación irresistiblemente heroica de a más absoluta mediocridad.
La verdad es que me cuesta imaginar que pueda escribirse una historia del Hombre Hormiga mejor que la que nos ofrecen en este número Spencer y Rosanas, y que tan sublimemente encarna lo que siempre he defendido del heroismo de las pequeñas cosas de la vida. Lo único que se me ocurre en consonancia a este cómic, es aquella maldita genialidad de número de los Ultimates de Millar y Hitch que acababa con Pym, desnudo y diminuto frente a la inmensidad de Nueva York a través de la ventana, soltando aquello de “Creo sinceramente que he alcanzado el punto más bajo de mi vida”. Un cómic con el que este Ant-Man tiene tanto en común, que uno solo puede soltar elogios por lo que nos ha ofrecido Marvel, porque el nivel ha quedado muy alto para el resto de cómics del año
Lo malo de este Ant-man es que no es un one-shot sino un número 1. Y claro, a ver quien es el guapo que mantiene el nivel el mes que viene.
Pues justo lo estaba pensando, Oci. Que lo más difícil a partir de ahora va a ser mantener el listón que ellos mismos se han dejado puestos. Viendo lo que ya hizo Spencer en su anterior trabajo tampoco hay miedo. Con que resulte algo a la altura de la serie de Boomerang y compañía me conformo.
Pero es que para colmo este Ant-Man es un cómic que te encuentras el mismo día que sacan otra delicia como La Imbatible Chica Ardilla. Que mira que siempre he tenido a North como a un tipo ingenioso, pero ni en los cómics de Hora de Aventuras ni en sus anteriores trabajos para Marvel terminaba de convencerm. Hasta aquí.
La Chica Ardilla y Erica Henderson es lo que necesitaba para brillar del todo, en un cómic en el que todo lo que rodea a su protagonista es puro amor. Desde su desparpajo hasta el entusiasmo casi desquiciado -muy a lo Finn el Humano- con el que la plasman guionista y dibujante, hasta ese colosal pandero que deja en la cuneta a la Johansson.
Sin embargo, hay otra cosa que me fascina todavía más, y es el hecho de que -para plasmar su imbatibilidad- no se hayan limitado a que le sacuda una galleta a los malos y a tomar viento, sino que busque soluciones que podríamos definir como disparatadas, usando una suerte de pensamiento lateral que implican resolver los problemas más allá del intercambio de tortas. Es algo que me parece muy muy interesante, y que bien usado podría dar muchísimo juego.
Resumiendo: Que Ant-Man y La Chica Ardilla han sido los mejores regalos de Reyes que nos podía ofrecer Marvel. Ahora que el resto de 2015 siga en la misma línea. ¿Operación SIN y Lobeznos? Se dejan leer. Con el primero no acabo de tener muy claro que dos americanos puedan entrar tan líbremente en la Moscú de 1952, y con el segundo sigo teniendo problemas con ciertas libertades de caracterización que se están dando en la II Era Marts, pero por lo demás son cómics con su interés.
Ahora bien, entre ellos y los de Scott Lang y Doreen Green hay un mundo de distancia.
Tomo buena nota de ese Hombre Hormiga, caballeros.
Bueno, es un tebeo normal, nada raruno como Hawkeye o Caballero Luna. Lo que nos ha gustado es que está bien contado, que cuenta muchas cosas, y que el dibujo no cae en efectismos retuercecolumnas y culoenpomperos.
Daredevil, vamos.
De hecho, a mí ya desde la previa me recordó al Daredevil de Waid, y la lectura me lo medioconfirmó. Incluso el tono es similar, y desde luego el enfoque lo es, aunque tiene algún otro tic de Spencer. En otras palabras: toma el Daredevil de Waid, pero no lo copia. Todo bien. Eso sí, también percibí que es un one-shot genial, pero no sé por dónde va a tirar.
«Y me interesan tanto su serie como la de Chica Ardilla, desde el All New Marvel Now podéis decir lo que queráis, pero yo lo estoy pasando pipa con las series de secundarios que están saliendo, mejores en su gran mayoría que el resto de Marvel, que en estos momentos da un poco de penica en su universo “principal”.»
Creo que es el sentir general. Un poco esquizofrenico todo.
Daredevil, vamos
Más o menos, aunque tampoco exactamente.
Hay un detalle muy interesante del cómic que no hemos mencionado y es que, en todas las escenas que ocurren en tiempo real, Scott Lang aparece con el uniforme de Hombre Hormiga, y sin embargo prácticamente todo lo que hace son acciones cotidianas. La sensación, acudiendo a aquella primera aparición de Hank Pym en El Hombre de la Colina de Hormigas, es la de un superhéroe que ha menguado tanto que ha sido integramente asimilado por la colonia humana.
Pero ojo, no me refiero a pelear con villanos de corte urbano como Daredevil ni erigirse como vecino guardián del hombre de a pie como Ojo de Halcón. Me refiero a que la mayoría de lo que le vemos a hacer -siempre con su traje de superhéroe- es acudir a entrevistas de trabajo, hacer la compra, tener desencuentros con su ex-mujer, viajar en metro, preocuparse porque no llega a fin de mes, lavarse los dientes, etc.
Y aunque sí, tiene mucho del Daredevil de Waid y Samnee, no dejo de pensar que Spencer tenía en mente al Z de Woody Allen en Antz, para enfocar el relato de presentación del Hombre Hormiga como la tragicomedia de un individuo que es incapaz de encontrar su lugar dentro del colectivo.
El extra de ir embutido en su colorido e impoluto traje de superhéroe mientras relatan sus miserias del día a día, potencia todavía más ese sentimiento de alienación que otorga al cómic un aire de surrealismo cotidiano clásico bastante singular. Quizás no muy diferente a la impresión que tendríamos al ver a este Lang cercano a los 40 durmiendo en una cama con forma de coche de carreras o llevando ropas molonas de adolescente.
No deja de ser un cómic de superhéroes -tampoco esperarse nada rollo underground tipo Clowes-, no deja de ser un cómic Marvel y no deja de ser un cómic de corte clásico y luminoso dentro de la tendencia de las series citadas más arriba, pero con sus buenas gotas de personalidad
Pues me interesa desde ya esa serie del Hombre Hormiga, quién me lo iba a decir.
En cambio,The Wolverines… Es que es ver esa portada y mucho no me llama, la verdad…
http://vegaoficial.com/wp-content/themes/vegaoficial/_img/wolverines-portada.jpg
A ver si vamos a crear un hype innecesario con el hormiguita y luego vienen los chascos. Es un tebeo que se lee solo y que te deja razonablemente satisfecho, pero tampoco creo que sea algo que vaya a ganar enecientos premios. Es solo que leer algo que empieza y acaba, que a pesar de hacer referencia a muchos sucesos anteriores se entiende perfectamete, y cuya lectura dura mas de lo habitual se ha convertido en una excepción.
Gustará al que eche de menos los tebeos que se hacían antes.
A ver si vamos a crear un hype innecesario con el hormiguita y luego vienen los chascos
Ups. Cierto es.
Compensemos dándole algo de hype a la Chica Ardilla también http://goodcomics.comicbookresources.com/2015/01/05/she-has-no-head-unbeatable-squirrel-girl-1-is-criminally-cute/
Por lo demás, más allá de lo que cita Oci, la forma más directa de resumir Ant-Man es que si te gusta el Daredevil de Waid y te molaron los Superiores Enemigos de Spencer, lo más probable es que esta te mole también. Lo demás es bucear en el gusto
«Gustará al que eche de menos los tebeos que se hacían antes.»
Presente
Me ha gustado mucho. Nada de efectismos, un tebeo la mar de divertido en el que cualquiera que lo lea le cogerá cariño al bueno de Scott Lang, incluso sin conocerlo de antes.
Superhéroes con superproblemas, vaya.
Wolverines me ha gustado también, aunque menos que Ant Man. Nada del otro mundo pero hay dinámincas entre los personajes que podrían dar mucho juego. Al que veo flojo es a Nick Bradshaw, que estaba muy bien en trabajos anteriores, pero aquí resbala. Además su estilo no pega nada con una serie que va de personajes malotes y debería tener un tono algo más oscuro.
$17 cuestan en conjunto estos 4 cómics. Marvel estará creando cómics para distintos públicos (que no para todos los públicos), pero cada vez los pone más lejos de su alcance.
Me esperaré a alguna oferta con el Ant-Man, que de éstas es la única que me interesa, más aún por lo que estáis comentando.
Para mi sorpresa, el de Wolverines es el que menos me interesa (y mira que lo de Original S.I.N. me interesa poco o nada). Por saturación del personaje, que es incluso más pesado muerto que vivo, pero sobretodo porque la serie semanal cuesta $4 el ejemplar y no llega ni a las 20 páginas de contenido.
Marvel ya puede hacer su catálogo tan diverso como quiera, pero como siga a este ritmo raro será que alguien les preste atención. Excepto los que se los descargan gratis, claro.
A mi lo que me choca de ese al que eche de menos los tebeos que se hacían antes, es que normalmente suele ser chavalada que lleva relativamente poco tiempo los que reivindican este tipo de series, mientras te encuentras una buena legión de lectores hard boiled con muchos años de cómics a sus espaldas quejándose del dibujo de Pulido en Hulka, de que Waid haya pervertido la esencia natural del Daredevil de Frank Miller, de la serie de Ojo de Halcón, etc, etc…
Porque si estas series son las que les molan, tanto a zagales modernitos como los de toda la vida, no cuadra que luego sean todos los Batman Eternal y Original Sin los que encabecen las listas de ventas, así que imagino que entre un estrato y otro habrá toda una legión de lectores en plan «lector blanco de entre 25 y 49 años. Marvel y DC me ofrece todo lo que quiero sin importar lo grimm, gritty and crossover que sean mis preferencias»
p.s.: Pues parece que Ant-Man está siendo uno de los cómics más vendido de la semana en Comixology. Si lo sumamos a la recepción bastante favorable que ha tenido va a ser verdad que no solo deben haber hecho un buen agosto, sino que -cómo comentaban por ahí- puede ser lo mejor que han hecho para promocionar la peli tras la sosez del trailer publicado
Será que hay gustos para todos, Daniel, con chavaladas y hard boileds decidiendo qué les gusta sin que los iluminados les digan qué es lo único bueno. Porque supongo que lo que acabas de decir es por conocimiento de causa, porque tienes localizada esa chavalada y esos hard boileds que tienen todos el mismo buen o mal gusto.
No será posible que sea una cuestión de gustos, no, tendrá que ver con el tiempo que uno lleve leyendo… Pero bueno, siempre es más fácil clasificar y poner nombres, eso está claro.
Será que hay gustos para todos
Y así es Terrific.
De hecho es justo lo que pretendía señalar con la coña de ese hipotético estrato medio según la máxima de Homer Simpson, a costa de esa etiqueta que había usado Oci de cómic de para el que eche de menos los tebeos que se hacían antes. Es decir, que si resulta que estos son los cómics que busca el lector de toda la vida y resulta que también son los cómics que buscan la chavalada modernita, debe ser que los eventos y las series de cualquier otro perfil se compran solas.
Vamos, que no dejaba de ser una sorna / coñita a costa del postulado dicotómico del compa Oci de los tebeos que se hacían antes para encasillar toda esta movida neoclásica que tanto nos mola a algunos a pesar de pertenecer a estratos de edades completamente diferenres, frente a lo que imagino serían los tebeos de ahora como cajón de sastre para definir lo que no mola.
O dejándome de rodeos y segundas lecturas, ¿que es lo de los tebeos que hacían antes? ¿Historias unitarias como la de los tiempos de Stan Lee? ¿Historias que saltan de una serie a otra con constantes retruécanos organizativos como en los tiempos de Roy Thomas? ¿Historias río como las de Claremont? ¿La saga Korvac? ¿Born Again? ¿La Encrucijada? ¿Onslaught? ¿Alias? ¿La Civil War? ¿Los Secret Six de Gail Simone? Porque todos técnicamente son tebeos que se hacían antes, y será por estilos que ha habido a lo largo de la historia del cómic.
Y sí, conozco bastante chavalada para los cuales este tipo de cócmics son la leche, frente a otros ya talluditos para los que son la peste y buscan más algo tipo Geoff Johns, Jim Lee o Robert Kirkman*, porque considera que esto son los tebeos de superhéroes de toda la vida… De la misma forma que también conozco bastantes chavales a los que les molan los cómics con hostias y acción, considerando todas las Hulkas, Silver Surfer de Slott y Allreds moñadas. Moñadas que por otro lado también nos mola a gente que vamos de los 20 y tantos a los 60 y quien sabe. En resumen: Que no existe algo como una estratificación de gustos por edades, ni algo que se pueda definir como «de antes» o «de ahora», puesto que las tendencias son cíclicas y en mas de 75 años de historia ha habido de todo.
* Sobra decir que lo de Johns, Lee y Kirkman no lo he dicho de forma despectiva, puesto que a pesar de no ser mi estilo favorito, los dos tienen obras que me molan bastante como la JSA o el Irremediable Hombre Hormiga
En su momento había pensado escribir algo tipo «para el que eche de menos los tebeos que se hacían antes, o los tebeos que cree que se hacían antes», pero no acabo de encontrar la forma de redactar la frase.
Me explico. Es como si a alguien le gusta mucho una serie actual que le remite a El coche fantástico o McGiver y escribe «una serie tan buena como las de antes». Pero claro, ves ahora una serie de aquellas y se te cae el mito a los pies. A lo mejor esas series no son tan buenas.
Total, que a lo mejor tendría que haber escrito «un tebeo tan bueno como el recuerdo que tenemos de los que se hacían antes», pero es demasiado enrevesado.
No, si por vago que me pareciera el concepto inicial para definirlo te tengo que dar la razón, Oci. Es un cómic fresco, pero que a la vez remite a un montón de cosas, todas buenas. O lo que burdamente podría llamarse un tebeo de puta madre, vamos. Pero bueno, y habra tiempo de engolarla, que tampoco sería la primera serie que arranca con un cómic muy majo y luego se desinfla. Ahora a ver que nos tienen preparado para el resto del mes, que la semana que viene toca Star Wars
Yo es que no veo esa diferencia tan clara, Daniel, entre los que consideras unos (más o menos) recién llegados a quienes atribuyes el buen gusto por lo «bueno/auténtico» y los que consideras de la vieja escuela a los que pintas de cascarrabias. Será que los habrá, nuevos y viejos, a los que el dibujo de Pulido (tomando prestado tu ejemplo) simplemente no les guste. Será que exista quien considere, entre los nuevos y viejos lectores, que el Hawkeye de Fraction no es la leche; y no por eso se estén «quejando» ni pidan que se cancele. Y será que habrán lectores, entre los nuevos y los viejos, que disfruten de un cómic de Lobdell. Será también posible que entre esos mismos lectores habrá a quiénes el dibujo de Pulido les mole, la forma de escribir de Soule generalmente les encante y que tengan interés en el personaje She-Hulk, pero simplemente no les gusta el tipo de historias que cuenta la nueva serie.
Lo fácil es decir que el lector nuevo está a la última y que el lector viejo es un nostálgico, cuando en realidad lo que ocurre, como ocurre de toda la vida, es que nuevo o viejo cada uno tiene sus gustos y no todos los cómics están hechos para todo el mundo. No hay una norma universal que diga que los cómics de Jim Lee son basura, ni que los cómics de Fraction son la leche, aunque algunos pretendan predicarlo constantemente.
Ant man y la chica ardilla, tienen todo para romperla este año, esperemos así sea