Explorando Marvel NOW! Avengers Arena

Durante los últimos quince años, Marvel Comics ha acumulado una población de superhéroes adolescentes tan extensa que, aunque la editorial perdurase otros cincuenta años y dispusiera de suficientes estabilidad para mantener un centenar de títulos, sería imposible darles cabida a todos. El que las ventas de estas colecciones hayan mostrado una tendencia a la baja en un mercado en el que las series de perfil discreto cada vez tardan menos en flirtear con la peligrosa cifra de las 20.000 unidades ha hecho especialmente difícil mantener las colecciones centradas en superhéroes adolescentes en el mercado, por lo que se antojaba necesario encontrar una premisa con gancho que permitiese rebajar la edad media de los protagonistas de la editorial y darles continuidad a los alevines de la casa.

Para ello, Marvel ha recurrido a una base tan antigua como la vida misma, reuniendo a un grupo de dieciseis jóvenes superhéroes cuya edad ronda entre los catorce y los veintipocos años en una extraña isla en la que serán obligados a luchar a muerte por obra del villano Arcade. Con este punto de partida, las comparaciones con obras como Los Juegos del Hambre o Battle Royale eran ineludibles. De hecho -lejos de ocultar estas referencias- la editorial decidió festejarse en estas referencias inspirando sus portadas en las imágenes icónicas de cualquier obra medianamente popular que haya podido tener una premisa mínimamente parecida (desde El Señor de las Moscas hasta Survivor, pasando por los videojuegos de lucha en la línea de la saga Street Fighter).

Y es que como bien argumentara el guionista de la serie Dennis Hopeless en una de sus entrevistas, el enfrentar a los jóvenes y virtuosos para el deleite de la sociedad es una tradición que se remonta más allá del tiempo, siendo los cimientos sobre los que se sostienen acontecimientos tan festejados como las Olimpiadas y la práctica totalidad de las competiciones. No solo eso, sino que además puede antojarse como la base intrínseca de cualquier ficción que nos permita adentrarnos en la vida de sus protagonistas y compartir con ellos sus victorias y decepciones.

En ese sentido, Avengers Arena va directa al grano y renuncia al espíritu acomodaticio de las últimas colecciones de superhéroes adolescentes para volver a demostrar que cuando el invento comienza a estancarse, lo mejor es removerlo llevándolo al territorio de lo impredecible (fórmula que ya empleada por Christopher Yost y Craigh Kyle con los cadetes de los mutantes en New X-Men con notable éxito). El cómic arranca con un flashforward en el que tiene lugar el encarnizado enfrentamiento entre X-23 y Tóxica que pudimos ver en la previa. La última se encarga de llevar el peso de la narración mediante una secuencia de cuadros de texto con los que nos introduce vagamente en la situación mientras se da a conocer a los lectores y unos rótulos nos dan a entender que han pasado 29 días desde el comienzo de estos macabros «juegos».

En medio de un frondoso bosque, con los restos de una estructura metálica ardiendo en la lejanía mientras la muchacha parece luchar por sujetar sus intestinos y su ajada escafandra proyecta las emanaciones tóxicas de su cuerpo, la escena alcanza una demoledora sinergia entre dibujo y texto, potenciada cuando la clon de Lobezno entra en escena como una fiera saltando sobre su presa, dando lugar al brutal enfrentamiento. El poderío gráfico de Kevin Walker se apodera irremediablemente del lector mediante un juego de miradas que capta endiabladamente la combinación entre angustia, miedo e ira.

La disposición superpuesta de unas amplias viñetas de bordes gruesos vira hasta un orden más caótico y desordenado que resalta todavía más la intensa visceralidad de la escena hasta que el fondo blanco de las páginas nos arrastra irrebocablemente a un fundido en negro en el que lo último que vemos es el amenazante cráneo de X-23 envuelto en llamas, dirigiendo unas cuencas oculares vacías y unas fauces descarnadas hacia una aterrorizada Tóxica, mientras resuenan unas demoledoras palabras. Llega la nada, y -acto seguido- títulos de crédito. Bienvenidos a Avengers Arena.

«Deja que te coma esos morritos»
«Ok. Solo espera que recuerde dónde los he puesto»

Antes de seguir, puntualizar que bajo el punto de vista del que aquí suscribe, estas páginas y las que le siguen componen una de las mejores secuencias de arranque que haya podido leer durante los últimos años. Con una precisión tan quirúrgica como salvaje, la serie pone sus cartas sobre la mesa sin ningún tipo de tapujos, exponiéndonos con toda claridad cuales son las reglas del juego mientras se plantea el enigma de como se ha podido llegar a dicha situación.

Acto seguido, Hopeless nos traslada al inicio de la historia, emplazándonos en el día en pleno centro de la Academia Vengadores. Sabiendo que su colección es en cierto modo la continuación de la serie de Christos Gage, el guionista hace bien en reordenar los papeles empezando por un escenario familiar. Es el día anterior a Navidad y apenas hay habitantes en el centro, lo que le permite al guionista dedicarse a reintroducir a los personajes que formarán parte de su historia, dedicando una especial atención a Tóxica y su novio Temple.

Moviéndonos desde los exteriores de la Academia hasta la intimidad del dormitorio de la muchacha, el guionista continúa la historia de los protagonistas desde donde la dejó su predecesor, regalándonos una entrañable escena en la que se muestran en toda su humanidad. De nuevo Walker se vuelve a convertir en su mejor aliado demostrándo que más allá de su habilidad para las secuencias de acción adrenalínica, el dibujante sabe brillar brillar en cualquier tipo de escena, logrando que sus personajes transmitan un mar de sensaciones sin necesidad de mediar palabra. El que un chaval con una fisionomía tan particular como la de Temple resulte expresivo refleja perfectamente el alcance de su talento, sirviendo para apaciguar la historia antes de devolvernos a los infiernos cuando se hace la luz.

Siete páginas con un tempo narrativo exquisito, a las que sigue una inquietante escena en la que vemos a los dieciseis muchachos reunidos en torno a una extraña máquina mientras son observados por su «enigmático» captor. Hopeless presenta vagamente a los elegidos manteniendo el foco de atención sobre Tóxica. Entre ellos vemos a su novio así como a sus compañeros de la academia Joston Seyfort, Reptil y X-23 (presentados a través de la secuencia anterior) más los Runaways Nico Minoru y Chase Stein, Darkhawk y la anniquiladora Cammi más un puñado de desconocidos.

Muchos reprochaban el absurdo que puede suponer introducir a un puñado de nuevos personajes en una serie que parece creada para despejar el superpoblado fondo de armario de superhéroes adolescentes de la editorial, pero -aparte de ser una completa malinterpretación del objetivo de Avengers Arena– Hopeless demuestra que ha sido una jugada ganadora por varios motivos. En primer lugar, le sirve para dar cabida a los personajes que había concebido para proyecto en torno a la Academia Braddock. Pero sobretodo, con su incorporación evita que el lector se relaje enfrentándolo a la incertidumbre de lo desconocido.

Es decir, si has estado siguiendo Marvel durante los últimos años probablemente conozcas a los muchachos de la Academia Vengadores y los Runaways como para saber como van a reaccionar ante una situación como esta. Sin embargo, a sus compañeros de apuros no los conocemos de nada, lo que los convierte en comodines impredecibles que pueden hacer explotar la historia en una dirección u otra según le interese al guionista.

Entre estas siete cartas veladas tenemos a un tal Kid Briton, una ¿nueva? Cuervo Rojo, un Bloodstone, una Deathloket de nombre Ryker, a un tipo armado con un hacha que recuerda vagamente al dios de la guerra (Anacronismo) y a dos chicas (Apex y Nara) que básicamente podrían ser cualquier cosa. El que otros como Darkhawk o Cammi (de esta tampoco sabemos prácticamente nada, dado que sus apariciones se limitan a tres miniseries antes de desaparecer en las profundidades del espacio en compañía de una de las Hadas de Thanos) lleven tanto tiempo desaparecidos que resulta imposible predecir de que palo van o como actuarán ante una situación tan extrema como esta.

Acto seguido, tenemos la entrada en escena de Arcade, quien abandona su aspecto clásico a la imagen del bufón de la revista MAD para apostar por algo más cercano al Haymitch Abernathy de Los Juegos del Hambre. Presentándose ante los chavales mientras expone sus aviesas intenciones, Arcade canibaliza el resto del número sirviendo para que Hopeless asiente las reglas del juego mientras vemos a sus cautivos afrontando la situación de forma diferente.

Haciendo gala de un nivel de «poder» extrañamente alto para lo que solía ser el personaje, la secuencia de presentación del villano me ha echo darme cuenta de lo mucho que bebe esta historia de las Guerras Secretas de Jim Shooter y Mike Zeck, más allá de cualquier similitud o parecido que queramos buscarle con cualquier moda fílmica o literaria de turno. Sin embargo, es en este punto donde el número tropieza viendo entorpecido su ritmo hasta el punto de recordar a aquellos «míticos» episodios de Dragon Ball donde los personajes secundarios se limitaban a ejercer como espectadores inmoviles en torno al espectáculo narcisista del villano.

No han sido pocos los que han alabado el discurso de Arcade, pero bajo mi opinión este sobrepasa la frontera entre «villano amenazante» y «attention whore«, con momentos tan ridículamente pomposos como su «No soy el villano aquí…». No es que rompa del todo con la actitud habitual del desquiciado psicópata, pero creo que a Hopeless le hubiera funcionado mejor si se hubiera ahorrado un par de líneas de diálogo tan supérfluas como gratuitas (como la mención a la obra de Suzanne Collins, eso ya esta más que sobreentendido) sino que debería haberlo distribuido dicha información entre posteriores números para evitar sobrecargar al lector.

Arcade’s speech in Avengers Arena #1 is one of my favorite scenes of all the Marvel NOW books.

— Jason Aaron (@jasonaaron) diciembre 12, 2012

El número concluye con toda una declaración de intenciones en forma de un golpetazo sobre la mesa que, no por lógico resulta menos impactante. Pero aunque ya fue filtrado por varios medios el día antes de la publicación del cómic, mejor hablemos de ello en SPOILER, no sea que alguien prefiera no destriparse la sorpresa antes de llegar al cómic.

Aviso de Spoiler Como era de imaginar, para que alguien se tomase mínimamente en serio la premisa de la colección, Hopeless no podía terminar de otra forma que con -al menos- una muerte. Una cuota necesaria en forma de sacrificio ritual para dejarnos bien claro que este no es el enésimo plan disparatado de Arcade llamando «trampa mortal» a un excéntrico parque de atracciones con menos tasa de muertes que los de Disney Studios. Su elección se antoja perfecta en varios sentidos ya que: 1) Potencia el sentimiento de interconexión entre Avengers Academy y su serie. 2) Designa a un personaje por el que tanto el lector «veterano» como el que se acaba de incorporar ha tenido tiempo de desarrollar apego, siendo una muerte significativa en lugar de algo gratuito. 3) No solo es un gran final a la trayectoria del personaje, sino que tiene utilidad como motor de cambio para varios de ellos (especialmente para uno en concreto). 4) Se trata de un personaje relativamente querido pero que no es icono al que vayan a «resucitar» por medio del clamor popular, por lo que se antoja una muerte palpable y dolorosa. 5) Que tenga lugar en un gesto de marcado heroismo y con uno de los personajes más consolidados del grupo, deja en una franca situación de vulnerabilidad tanto al lector como a los personajes (sensación en la que también participa la naturaleza de sus poderes). A partir de ahora cualquier cosa puede pasar y ninguno está a salvo. Vamos, que difícilmente se me podría haber ocurrido una opción mejor. Y aunque personalmente recomendaría esperar al cómic para saber quien ha sido el desafortunado elegido, si alguno le pierde una necesidad imperiosa por conocer su identidad, aquí podréis descubrirlo por cortesía de MTv Geek. p.s.: Como curiosidad, el cómic cumple dos de las principales leyes del slasher. El primer personaje en morir no solo ha sido el chico de color, sino también el que tiene sexo a lo largo del número.

En definitiva, Avengers Arena confirma las sospechas revelándose como un sólido comienzo para una serie que promete regalarnos horas y horas de disfrute mediante la angustia y el sufrimiento. A medio camino entre la citada Secret Wars de los ochenta y los estimulantes New X-Men de Yost & Kyle, resulta francamente inspirada tanto en términos de guión como dibujo, teniendo muchas papeletas para acabar convirtiéndose en una de las novedades más frescas de Marvel NOW!. Si no tenéis estómago para las emociones fuertes o para sufrir viendo como algunos de vuestros personajes favoritos sufren o son brutalmente masacrados, será mejor que os mantengáis alejados de esta serie. Como postre, os dejamos con una previa del número dos a todo color:

Y por si no sois de los que os gusta esperar, podeis estar de enhorabuena, porque este saldrá a la venta la semana que viene junto a un aluvión de nuevas entregas de los títulos de Marvel NOW! (Capitán América, Indestructible Hulk, X-Men Legacy, Journey Into Mystery, Avengers Arena, Cable & X-Force, Thunderbolts, Avengers, FF, All New X-Men, Thor: God of Thunder… Make mine Marvel NOW!). La nueva entrega de la serie de Hopeless y Walker estará especialmente centrado en los alumnos de la Academia Braddock, ofreciendo nuevas complicaciones a la situación de los muchachos y, posiblemente, una nueva baja:

Aviso de Spoiler