Explorando Marvel NOW! Indestructible Hulk

 

Edición original: Noviembre 2012.
Guión: Mark Waid.
Dibujo: Leinil Francis Yu.
Entintado: Sonny Gho.
Color: Sonny Gho.
Formato: comic-book.
Precio: $3,99.

 

Mark Waid y Leinil Francis Yu, el tándem creativo del penúltimo antepenúltimo origen del Hombre de Acero (Superman: Birthright) vuelven a unir sus esfuerzos para narrar las aventuras del Coloso Esmeralda en el escenario Marvel NOW!. El primer número sienta los cimientos sobre los que se va a edificar el título, en un episodio autoconclusivo (nada de primera parte de una saga que acaba en coitus interruptus) donde todos los elementos de un buen número uno están presentes. Sólido debut.

Y es que se nota, claramente, que Mark Waid no siente ningún vértigo a la hora de afrontar este número uno y prescinde totalmente de la necesidad de un cliffhanger. Donde otros autores, obsesionados hasta el extremo con mantener el mayor número de lectores entre los números uno y dos, condicionan la lectura del primer número al cliffhanger final, aquí tenemos a un guionista seguro de sí mismo ejecutando el sota-caballo-rey de cómo debe escribirse el número uno de una nueva colección: personaje principal, secundarios, premisa, amenaza y mirada al frente en veinte páginas. Y con algún que otro guiño a potenciales espectadores de la película que se acercan a un comic por primera vez. La armadura (y su justificación) y el orbe volador lo dejamos para siguientes episodios.

No hay que olvidar Mark Waid es perro viejo en el mundo del comic. De hecho, es el único guionista desde los tiempos de Stan Lee y Roy Thomas que ha guionizado tanto a los X-Men, Los Vengadores y a Los Cuatro Fantásticos (Mark Millar ha hecho lo mismo pero con sus versiones Ultimates). A estas etapas han que sumarles sendos periplos al frente del Capitán América, Spiderman, El Doctor Extraño y Daredevil. Por tanto, Tras su recién comenzada andadura en la colección del Increible Hulk, de las creaciones de los primeros tiempos Marvel tan solo le queda cumplir en las cabeceras del Dios del Trueno y del Hombre de Lata (descontando al Hombre Hormiga), una oportunidad que le llegará más tarde o temprano, firmando así un repoker de ases a la altura de muy pocas personalidades del medio, lo cual demuestra la valía innata del guionista.

El planteamiento de la serie que nos propone Waid parte del éxito reciente de Daredevil. La serie de Matt Murdock había anidado etapa tras etapa siempre con un enfoque noir. Desde los tiempos inmemoriales de Frank Miller, todos aquellos guionistas que tomaban las riendas de la colección de Dan Defensor trataban de, a su estilo, imitar la atmosfera oscura de su predecesor. Incluso, hasta tiempos recientes, Kevin Smith, Brian Michael Bendis o Ed Brubaker han imprimido este carácter al título, desgastando inconscientemente al saturado lector. El aire fresco, aventurero y sin sombras, con el que Mark Waid comenzó el actual volumen de Daredevil ha resultado ser todo un acierto de crítica y ventas. Por tanto, el guionista quiere repetir la jugada y alejar la dinámica Bruce Banner/Hulk del círculo vicioso en el que se encontraba durante los últimos tiempos. Por tanto, la nueva serie de el Increible Hulk irá en dirección contraria al 90% del resto de series Marvel NOW!, donde sus respectivos guionistas tratan de colar el mayor número de veces la palabra “oscura” o “violenta” en las entrevistas como si regalasen puntos oro canjeables en la gasolinera.

A partir de ahora (y esta vez va en serio) Bruce Banner y Hulk han dejado de un lado sus diferencias. Una epifanía, mitad envidia por el intelecto superior de Reed Richards o Tony Stark y mitad momento de claridad para dejar un futuro mejor que el presente, provoca que Bruce Banner considere que ha llegado el momento de dejar atrás rencillas psicológicas y mirar al frente. Para ello, se auto-propone como… agente de SHIELD. Si, señores. Lo habéis oído/leído bien: Hulk, Agente de SHIELD. Tras innumerables superhéroes que en un momento u otro han formado parte de la organización (desde Pájaro Burlon hasta Kitty Pryde pasando por… Masacre), ha llegado la hora de que el Coloso Esmeralda se aliste en el bando de los “polis buenos”. A cambio, SHIELD concederá a Banner los recursos y la autonomía para fabricar sus diseños y sistemas con los que poder ayudar al mundo y limpiar su nombre. Y, a partir de ahí, comienza la serie.

Sin duda alguna, la caracterización cuasi-perfecta que de Bruce Banner hace Mark Waid y los diálogos que pone en su boca, así como su enfrentamiento continuo con Maria Hill (personaje que tiene toda la pinta de ser permanente en el reparto de la serie), son el fuerte de este primer número, donde la acción brilla por su ausencia (no es necesaria) más allá de la peleílla de trámite a la que asistimos con escaso interés. Hay que reconocer, al menos, que Waid se esfuerza por enfrentar a Hulk a enemigos no habituales de la serie (fórmula también empleada en Daredevil).

El dibujo corre a cargo de Leinil Francis Yu. Y el resultado es, ni más ni menos, que lo que esperábamos de él. Sus detractores tendrán los mismos motivos que en sus últimos trabajos independientes con Mark Millar (o, si echamos la vista atrás, a su etapa mutante con aquellos lamentables Neo…). Cumplidor en la narrativa, recargado en los acabados, arriesgado en algunas perspectivas, motivado en las escenas domésticas y un tanto inexpresivo en su interpretación de Hulk. El tio se curra todas y cada una de las viñetas (nada de copypastes o splash-pages con los bordes despejados) e intenta hacerlo lo mejor posible. El hecho de que Waid haya pedido a este dibujante debe hacernos confiar en él, aunque sigue haciéndose raro ver a Waid rodeado de un dibujante con una dinámica completamente opuesta a la de Rivera/Martin/Samnee.
En definitiva, un debut sólido y convincente (quizás el segundo mejor tras el Thor: God of Thunder de Jason Aaron y Esad Ribic de la semana pasada) que nos deja a todos con ganas de comprobar cuales son los siguientes movimientos en los que respecta al Coloso Esmeralda. ¡¡Bien, Waid, bien!!

Ahora os toca a vosotros, los que ya hayáis disfrutado de este primer número de la serie, valorar que os ha parecido y si os anima a seguir leyendo más o por el contrario no conectáis con lo que nos ofrecen Waid y Yu:

Daniel Gavilán: Dejando de lado el tira y afloja entre Bruje Jones y Peter David a mediados de la década pasada, el coloso esmeralda lleva unos cuantos años viviendo una etapa más que interesante cuyo comienzo podría fijarse en el inicio de la trama Planet Hulk. Desde entonces hasta nuestros días, hemos podido disfrutar de tramas como World War Hulk, la alambicada trama de los Hulks de colores, ver al coloso cargando con la responabilidad de una familia de monstruos o incluso la más encarnizada guerra que jamás hayan tenido Banner y su alterego.

Con sus más y sus menos, las principal virtud de estas etapas era estar encaminadas a hacer crecer tanto al personaje como a su universo, por lo que la principal preocupación era que la llegada de un nuevo equipo creativo supusiera la perdida de todo lo construido durante estos años para volver a retratar al personaje de la forma que actualmente están haciendo en Avenger Assemble.

Guonista de la vieja escuela, Mark Waid parece saber lo que se hace, y aunque la idea de poner al coloso esmeralda al servicio de SHIELD podría antojarse como una marcianada completamente fuera de lugar, sabe plasmarla haciendo que encaje como anillo al dedo con la esencia del personaje. Desde esos agentes rastreando cada milímetro del medio oeste en busca del paradero del drestructivo coloso, hasta ese Bruce Banner al más puro estilo de El Fugitivo tratando de convivir con su alterego, las primeras páginas del cómic son puro Hulk.

Mucho ayuda en este aspecto ese fresco espíritu innovador que parece haber invadido a Waid desde su regreso a la erditorial (con recursos narrativos tan bien empleados como la conversación entre María Hill y el Agente Coulson), pero sobre todo, un portentoso Leinil Francis Yu que supera con creces cualquier trabajo que haya firmado dentro del Universo Marvel tradicional.

Disfrutando de espacios amplios y un relato más cercano a las tramas de corte paramilitar que a los superhéroes, el dibujante se mueve como pez en el agua brindándonos un puñado de viñetas para el recuerdo. Desgraciadamente, el cómic pierde bastante interés en cuanto deja de lado el intercambio de palabras de sus protagonistas para centrarse en la acción propiamente dicha. Una acción por todo lo alto, pero a la que le falta esa dosis de cercanía que nos haga implicaenos en ella.

En resumen, un arranque sobrio pero prometedor, que hace pensar que Waid ha sabido dar con la tecla a pesar de no ser ni de lejos tan brillante como su debut en Daredevil. Todavía es pronto para valorar del todo, eso sí, siendo especialmente importante si el guionista mantendrá la voz del coloso esmeralda empleada por sus predecesores o si lo sometera a una regresión en sus habilidades para la comunicación. Hasta entonces será mejor que le demos el beneficio de la duda con la esperanza de que haya optado por la primera opción.