Explorando Marvel Now! La Batalla del Átomo

 

Guión: Brian Michael Bendis, Jason Aaron y Brian Wood
Lápices: Stuart Immonen, David López, Chris Bachalo, Giusseppe Camuncoli, Esad Ribbic
Tinta: Jay Leisten
Color: Frank D’Armata
Portada: Arthur Adams
Editorial: Marvel Comics
Contiene: Battle of Atom, #1-10
Formato: Grapa, 21 páginas
Precio: 3,99 $
Valoración:

 

Están locos estos mutantes. Tras diez semanas de carreras, peleas, engaños y medias verdades, termina la Batalla del Átomo, allando el terreno para el nuevo escenario de la franquicia en su zambullida en All-New Marvel Now!. El viaje del quintero clásico hasta nuestro tiempo plantó los cimientos sobre los que se ha desarrollado el penúltimo evento de la línea, en el que se han unido los rumbos de La Nueva Patrulla-X, X-Men, La Imposible Patrulla-X y Lobezno y Patrulla-X como viene haciéndose desde tiempos del Proyecto Exterminio.

Durante los meses que precedieron al evento, la llegada de unos imberbes y piernilampiños X-Men originales al agitado entorno post Vengadores Vs. Patrulla-X fue el tema estrella de la franquicia, mientras veíamos a Cíclope, Bestia, Ángel, El Hombre de Hielo y Jean Grey intentar asegurar su futuro, cambiando conforme el mundo cambiaba a su alrededor. La llegada de Brian Michael Bendis como nuevo guionista estrella junto a Jason Aaron coincidía además con el reinicio de la natalidad mutante y el recrudecimiento de la escisión entre dos facciones enfrentadas.

Con una desbordada SHIELD en mitad de todo, Cíclope se convertía en el hombre más buscado del planeta mientras se coronaba como una suerte de líder revolucionario al frente de los X-Men disidentes, a la par que Lobezno auspiciaba a un bando integracionista bajo la autoridad de los Vengadores. Con Brian Wood como cuarto hombre al frente de una colección protagonizada por las mujeres del Instituto Jean Grey, La Batalla del Átomo llega para marcar un punto de inflexión en la estancia de los X-Men originales en nuestro tiempo, poniéndola en tela de juicio a través de una nueva facción venida desde el futuro.
Barra libre de viajes en el tiempo en un crossover repleto de cuestiones morales, actitudes cuestionables, tensiones de difícil solución, guiños al pasado y -sobre todo- enfrentamientos entre mutantes. Pudiendo ser uno de los eventos más caóticos y extraños de los últimos años, pasamos a desglosarlo de forma pormenorizada para analizar su significado dentro del universo Mutante y las consecuencias que deja para el mismo.

La Responsabilidad de Ser Mutante

Todos los fanáticos anti-mutantes que durante años han perseguido a los X-Men llevaban razón. No se trata de que sean diferentes o que posean una dotación genética que les haga más aptos en términos evolutivos. Es que realmente son una amenaza para la humanidad y el mundo en el que vivimos.
Esta es la moraleja que puede extraerse de La Batalla del Átomo. Tomando como punto de partida la abucción de la Patrulla-X original, la historia ideada por Brian Michael Bendis, Jason Aaron y Brian Wood nos presenta una trama de viajes en el tiempo en la que -libres de la persecución, el rechazo de las masas y la promesa de extinción- los mutantes muestran su verdadero rostro. Lo que vemos… no es agradable.
Cuando no están haciendo frente al final de su mundo tal y como lo conocemos, históricamente las preocupaciones fundamentales de los mutantes se han reducido a: 1) pelearse entre ellos, 2) imponer sus gónadas sobre la mesa de forma inconsciente y temeraria. De la combinación entre ambas rara vez suele salir algo bueno, pero ¿pensar en las consecuencias? Ya nos echaremos las manos a la cabeza tras ver la que hemos liado o -mejor aún- apelaremos al victimismo acusando a los humanos que no nos entienden.

Durante años, guionistas como Grant Morrison han intentado buscar una respuesta exógena a esta constante, mientras que otros como Ennis o David han terminado rindiendose a la evidencia de que es algo intrínseco de la naturaleza mutante. Detrás de las bienintencionadas palabras de convivencia de los X-Men se esconden unos camorristas pendencieros, egoistas y peligrosamente pagados de si mismos.

El grado de irresponsabilidad, hipocresía y falta de mesura al que asistimos a lo largo de los diez números de La Batalla del Átomo difícilmente sería digerible si no fuera por la autoconsciencia de la propia historia (siempre que no esté demasiado ocupada en la mele metahumana de turno). Cuando hace 33 otoños Kitty Pryde y Rachel Grey conchabaron para viajar al pasado y alterar la vida de millones de personas con el primer retcon masivo del universo Marvel, lo hicieron por una razón de peso. Hoy, la orgía de viajes en el tiempo iniciada por Bestia es tan gratuita y demencialmente inconsciente que la única justificación para sus acciones es… porque pueden.

Si el hecho de traerse a los X-Men de los años 60 al presente para que a Cíclope le entrasen remordimientos y dejase de juntarse con Magneto ya debió bastar para prohibirle a Bestia el acceso a cualquier aparato con más tecnología que un reloj Casio, su versión del futuro no da señas de haber aprendido la lección, personándose en nuestro tiempo junto a un grupo de X-Men para asegurarse de que el quinteto clásico sean enviados a su época y dejen de dañar la línea temporal… boicoteando involuntariamente los planes de los X-Men del presente de enviar a Cíclope, Jean y compañía a su tiempo.

A partir de dicho detonante lo que encontramos es un disparatado Camarote de los Hermanos Mars en el que los X-Men tres épocas pelean por ver quien impone su criterio sobre el resto (a guantazo limpio, por supuesto), a la vez que continúan causando un daño irreparable en los pilares de su mundo y el de todos los demás. Más cerca de una versión para todos los públicos de The Boys que de lo que uno pueda esperar de nuestros héroes de toda la vida, el principal defecto de La Batalla del Átomo es sumarse a la actitud de sus protagonistas, regodeándose en los mismos Royal Rumble sin sentido que trata de denunciar.

Esto lo convierte en un relato irregular y excesivamente alargado que no termina de funcionar ni como catarsis superheroica, ni como crítica a la intransigente comunidad buscabroncas e indolente en la que se han visto reducido los mutantes. Por un lado, resulta imposible empatizar con esta pleyade de egocéntricos que no tienen respeto por nada más allá de ellos mismos, y que se enzarzarían en sus interminables vendettas personales antes de entrar en razón o pensar en las respercusiones de lo que están haciendo. Por otro, los momentos más lúcidos del relato se pierden engullidos entre una vorágine de combates en masa salpicados con un guiño a X-Men #1 por aquí, o La Saga del Fénix Oscuro por allá.

Los X-Men en su momento más bajo como bien señala Kitty Pryde en una de las viñetas más agudas del conjunto. ¿Odiados y temidos? No sin razón, teniendo en cuenta como en estas páginas parecen dispuestos a barrer con todo lo que se interponga en su camino aunque ponga en entredicho cualquier rastro de sentido común. Proteger la corriente temporal alterándola todavía más, salvaguardar tu futuro poniendo en peligro tu pasado o tratar de imponer tu voluntad a una panda de muchachos por algo que es responsabilidad tuya… actitudes que lindan con el radicalismo más irracional y que los mutantes de la Batalla del Átomo se asumen con total libertad.

La escena en la que la directora de SHIELD María Hill se ve al borde de un ataque de nervios mientras relata una pesadilla recurrente en la que los X-Men destruyen accidentalmente la Luna podría ser el perfecto reflejo de lo que debe sentir los habitantes de un mundo en el que los dioses del átomo campan a sus anchas, borrachos del poder que les confiere su condición de mutantes y su propia megalomanía.

La preocupación por los efectos de la contínua transgresión de las barreras del espacio tiempo vista durante la La Edad Heroica y La Era de Ultron continúa explorándose, viendo los primeros detalles de como se han visto afectadas las leyes del viaje en el tiempo. Con un discuso fácilmente extrapolable a la explotación descontrolada de los recursos naturales y en el que se muestra como nuestra propia obcecación puede llevarnos a corromper incluso aquello que amamos, La Batalla del Átomo es un evento con mejores intenciones que resultados, en cuyas flaquezas se encuentran sus principales puntos de interés.

Incómodo y terriblemente anárquico, el lector recién llegado probablemente se sienta tan perdido como si acabase de aterrizar en una fiesta patronal con la promesa de música, festejos y gente simpática, para encontrarte una turba de gente peleándose por ver quien es más sensato de todos. Si llevas algo de tiempo instalado entre los títulos de la franquicia, te toparás con un escollo de calidad respecto a los meses anteriores, más fácilmente superable si abordas su lectura de un tirón.

De los implicados, son Bendis y Wood los que más destacan entre enfrentamientos verbales y deriva de personajes, frente a un Aaron cuyos números se pierden en el exceso de peleas sin mucho sentido, cuyo único objetivo parece dejar unas cuantas imágenes de cara a la galería. Lo fuera de lugar que resulta Giusseppe Cammuncoli en comparación con Stuart Immonen (o David López) tampoco ayuda demasiado, contibuyendo a finalizar el evento con un sabor agridulce rematado con un último número en el que el pastiche de dibujantes a medio gas se les va de las manos, haciendo de la presencia de un Esad Ribic que pasaba por ahí algo meramente testimonial.

En resumidas cuentas, La Batalla del Átomo ha sido un evento a medio gas y con repercusiones más bien tibias, que podía haber dado bastante más de sí pero que se pierde en la indecisión de sus responsables por apostar por un tono concreto. Bastante más disfrutable en su relectura una vez completo que semana a semana su irregularidad hace de él un trámite más interesante como rareza de cara a los lectores habituales de la franquicia que para aquellos que puedan sentirse atraídos a incorporarse al barco a partir de él.

Habiendo necesitado de dos o tres números menos, o algo más de sustancia con la que enriquecerlos, se antoja algo endeble en comparación con otros eventos recientes o -sobre todo- el último año de las colecciones mutantes. Abriendo un nuevo panorama para la franquicia, ahora solo deseamos que los títulos vuelvan a recobrar su brío por medio de la libertad y que La Batalla del Átomo quede como un episodio más dentro de la odisea de los X-Men del Pasado Futuro y ester extraño mundo en el que les ha tocado aterrizar.

• Lo Mejor: Kitty Pryde, alma y consciencia de los X-Men. La caracterización de Jean Grey y el quinteto original. Stuart Immonen y David López. Lady Xorn. El número centrado en el futuro. Algún giro inesperado. La habilidad para moverse a través de tonos grises y plantear debates morales de interés.
• Lo Peor: Bestia. El excesivo espacio que ocupan peleas y conversaciones frívolas que no aportan nada al conjunto. Sobran dos o tres números. La impresión que queda de los mutantes como unos marrulleros desaprensivos que solo saben resolver sus problemas por medio de la violencia y luego tirar del victimismo. Que Monica Geller no interprete a María Hill en el cine.

A continuación, pasaremos a analizar las consecuencias del evento, así que mucho ojo si todavía no lo habéis leído porque entramos en territorio de SPOILERS

Cómo ha cambiado La Era del Átomo el Universo Marvel

Pasamos a desglosar una a una las consecuencias más importantes que ha tenido el evento para el futuro del universo mutante. No ha sido crossover que reinvente por completo la imagen de la Marvel que hemos conocido durante los últimos años, pero ha introducido nuevos argumentos y marcado un punto y a parte en diversas cuestiones. Como hemos indicado más arriba, cuidado que a partir de aquí entramos en territorio de spoilers:

• Animax: Con la llegada de Inumanity se tiende a olvidar que de nuevo vuelven a nacer mutantes por todo el mundo. La nueva incorporación del evento es una villana con el poder de propiciar homenajes a Inferno y que Frank Cho dibuje monstruos. Una villana de transición con un futuro más que dudoso, pero con un historial claro en apenas unas páginas.

Aviso de Spoiler

• Nuevos gadgets: Los X-Men estrenan una serie de nuevos aparatos patentados, incluyendo un nuevo jet que actualiza al Pájaro Negro (La Paloma), el Beep-Beep de Shogo (una suerte de bola de hamster basada en los poderes de Armadura) y los Pico-Cerebro (píldoras que funcionan como versiones portátiles -y digestibles- de Cerebra).

Aviso de Spoiler

• Los X-Men del mañana: El viaje de los X-Men del pasado a nuestro tiempo ha generado un futuro completamente nuevo desde el que llegan varios visitantes. En dicho futuro, el quinteto original habría permanecido en el presente hasta crecer y labrarse una nueva vida. Sin embargo, únicamente tenemos constancia de la supervivencia de Jean Grey, quien actúa bajo la identidad de Lady Xorn y parece sufrir serios problemas de naturaleza desconocida con sus poderes. El sueño de coexistencia por el que tanto ha luchado la Patrulla-X a punto esta de consumarse, pero un incidente terrible -supuestamente provocado por uno de los miembros del grupo original- ha terminado con la muerte de la presidenta Alison Blaire y los sueños de integración con ella. De nuevo escindidos, los X-Men quedan bajo el mando de Coloso, el Amo del Hielo, Lobezno (Jubilo) una nueva encarnación del Fénix (Quentin Quire), Wiccan (convertido en el nuevo Hechicero Supremo), Centinela X (Shogo) y Kimera (hija de Tormenta y Pantera Negra); mientras que la anciana Bestia, Lady Xorn, el nieto de Charles Xavier, Masacre, Molly Hayes, un Hulk de Hielo y Raze (hijo de Lobezno y Mística) forman una nueva Hermandad. Tras años de conflictos entre ambos equipos, el segundo decide viajar al pasado para devolver a los X-Men originales a su tiempo y asegurarse que su mundo nunca llegue a suceder.

Aviso de Spoiler

• ¿Qué le ocurre a Jean Grey?: Aparte de recobrar su interés por Cíclope -primero por interés, luego por las hormonas adolescentes- a la pelirroja parece esperarle un futuro no demasiado agradable, viéndose su versión futura obligada a vivir embutida en una armadura de contención para no convertirse en una bomba genética. Sin Fénix de por medio -en esta nueva línea la entidad habría elegido a Quire sobre ella- el misterio de lo que ocurre con el crecimiento exponencial de sus poderes sigue abierto. En la continuidad original, estos fueron los que le conectaron con el Fénix. Ahora, todo es posible.

Aviso de Spoiler

• ¿Qué ocurre con Magik?: Otra incógnita sembrada por los X-Men del futuro es que ocurrirá con Illyana. La mutante demoníaca que alberga la dimensión del Limbo en el interior de su cuerpo parece jugar una rol clave para el futuro que Bestia y los suyos tratan de prevenir, aunque nadie se atreve a hablar claramente de ello. Solo sabemos que en el futuro le entregó su espada a su hermano, y que por alguna razón terminó quitándose su propia vida.

Aviso de Spoiler

• El origen de los Centinelas: Desde que las series mutantes se integraron en Marvel Now!, varias oleadas de robots cazamutantes les han estado persiguiendo sin que nunca supiésemos de su origen. El ataque de la Hermandad contra La Ciudadela del Cabo sirve para arrojar algo más de luz al asunto, descubriéndose que SHIELD esconde arsenales de Centinelas preparados para ser usados contra los mutantes disidentes. La paranoia antigubernamental vuelve a extenderse entre los X-Men, y el miedo a lo que podrían hacer con semejantes armas da paso a una situación tensa entre la organización de defensa y la comunidad mutante.

Aviso de Spoiler

• Las Nuevas Reglas del Viaje en el Tiempo: En el universo Marvel, cada vez que viajas al pasado se genera una nueva realidad alternativa, dando lugar a una bifurcación espaciotemporal. Sin embargo, la Era de Ultron ha hecho que los pilares del espaciotiempo empiecen a desmoronarse como un castillo de naipes y el universo trate de recuperarse como buenamente puede. Esto ha desencadenado una paradoja en la que la línea en la que los X-Men originales fueron extraidos de su tiempo y la original siguen unidas. ¿Que implica esto? Que si uno de los X-Men originales muere, también desaparecería su versión presente. Por alguna razón todavía desconocida tampoco es posible reenviar al quinteto clásico a su época, por lo que viven atrapados en el presente con la incertidumbre de como afectará su estancia a su mundo y a ellos mismos.

Aviso de Spoiler

• Nueva Alumna: El Instituto Jean Grey tiene una nueva alumna. Con parte de la Hermandad del futuro escondida en nuestro tiempo, la hija de Tormenta y Pantera Negra ha decidido permanecer en nuestros días para dar caza al nieto de Charles Xavier y su equipo. Así que en este nuevo curso, la institución dirigida por Lobezno tiene un nuevo fichaje llegado directamente desde el futuro.

Aviso de Spoiler

• Cambio de chaqueta: La mayor consecuencia del evento ha sido la renuncia de Kitty Pryde, hastiada por la hipocresía de sus compañeros del Instituto Jean Grey, para unirse al bando de Cíclope. Sin embargo, no se va sola, sino que la acompaña el resto de los miembros del quinteto original. Así que a partir de ahora, los X-Men tendrán dos colecciones a cargo de Jason Aaron con base en el Instituto Jean Grey, y dos colecciones a cargo de Brian Michael Bendis con base en el nuevo Instituto Xavier.

Aviso de Spoiler

• Lobezno Vs. Cíclope: Este evento supone además un nuevo cara a cara entre la facción del canadiense y la de Scott Summers, en la que -a pesar de que ninguno sale muy bien parado, con la Jean del futuro culpándole a ambos de corromper todo lo que significaba su vida- Cíclope vuelve a mojarle la oreja al canadiense.

Y esto es básicamente todo lo que ha dado La Batalla del Átomo de sí. Seguro que cada uno tenéis vuestra propia opinión sobre el evento con todo lo que os haya gustado y lo que no. Animándoos a que dejéis vuestra valoración en los comentarios, os traemos de paso la encuesta de rigor, para hacer una estimación general de como ha funcionado el evento entre vosotros. Ahora, a disfrutar del nuevo entorno que nos ofrece el universo mutante. Mañana… más.

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