Explorando Marvel NOW! New Avengers

 

Edición original: Enero 2013.
Guión: Jonathan Hickman.
Dibujo: Steve Epting.
Entintado: Rick Magyar.
Color: Frank D’Armata.
Formato: comic-book 24 pags.
Precio: $3.99.

Valoración:

 

El primer número de Nuevos Vengadores de Jonathan Hickman se ha puesto a la venta esta semana, tras meses de espera desde que se anunciara en el veraniego mes de Julio. Jonathan Hickman, como él mismo ha reconocido en numerosas, es un autor a la vieja usanza y no muy partidario de adelantar tramas y subtramas antes de que el comic se ponga a la venta, más allá de la mercadotecnia intrínseca del mercado ante la que se debe plegar si desea seguir cobrando a final de mes una suculenta porción de la tarta que ha ayudado a cocinar. Por ello, el secretismo en torno a la cabecera de los Nuevos Vengadores ha elevado las expectativas. Tan solo era conocido el reparto protagonista de la serie, que girará en torno a los Illuminati, el particular y todopoderoso Club Bilderberg Marvel que Brian Michael Bendis se sacó de la manga (con más pifias que aciertos) hace ya un lustro y al que Jonathan Hickman, partidario de todas aquellas aventuras que le dejen tejer su propia red de conspiraciones y manipulación (para muestra, un botón: Guerreros Secretos), ha sabido ver el potencial. Futuras portadas, evocadoras de similares realizadas por la Distinguida Competencia en gloriosos tiempos pretéritos en los que el Multiverso era protagonista mes sí y mes también, han hecho que los aficionados vengativos un tanto hartos de las aventuras de corte urbano que han inundado la franquicia hasta antes de ayer veamos con buenos ojos el futuro de esta colección mensual. La confianza en el ex–guionista de Los Cuatro Fantásticos es plena y estamos seguros de que nos ofrecerá una complicada y ambiciosa epopeya cósmica a través del Universo con consecuencias fatales no solo para nuestra Tierra sino para todas las alternativas que le surjan de su prolífica mente. Además, este terreno no es inexplorado para Hickman, quien ha aprovechado sus independientes Red Wing y Manhattan Projects además de su corta etapa en Ultimate Comics: Ultimates como caldo de cultivo para esta aventura (con matices diferentes, pero una temática de fondo muy similar) Pero, ¿qué nos ha ofrecido el primer número?

El primer número es más bien un prólogo de lo que está por venir, sentando las bases de la amenaza principal y, sobre todo, una sincera declaración de intenciones por parte de Jonathan Hickman de cuál va a ser su personaje fetiche en esta serie: Pantera Negra. Poco disimulado por su parte en las contadas entrevistas que ha concedido, evidenciado en el protagonismo de las propias portadas e intensamente enfatizado en su desternillante cuenta de Formspring (entre vacilada y vacilada a sus seguidores), a pocos le quedan dudas a estas alturas de que al bueno de T’Challa le aguarda un futuro brillante en manos de Hickman, quien supo sacar lustro a personajes encasillados y milenarios como Nick Furia, Johnny Storm o Reed Richards.

Cualquier conato de apiadarme de todos aquellos lectores que poco o nada de interés encuentran de interés en el primer superhéroe negro de La Casa de las Ideas acaba súbitamente con un “¡Qué les den!”. Un servidor ha tenido que sufrir (aunque no precisamente en silencio) durante interminables años en la colección vengadora el favoritismo con el que Bendis ha escrito a su predilecto Luke Cage, el otro superhéroe negro por excelencia de Marvel, así que ha llegado la hora de que sea yo el que disfrute. Y con un “verdadero” vengador, desde los tiempos de Roy Thomas. Al menos estoy seguro de que Hickman no le va a aumentar la fuerza a Pantera convenientemente y sin explicación alguna… La única duda que me asola es si el patrón protagonista negro/volumen de New Avengers será una constante en el futuro. En ese caso, ¿podemos soñar con un Night Thrasher/Fabian Nicieza? ¿Volverá Kurt Busiek a contar las aventuras de ese gran personaje que es Triatlon? ¿Conseguirá convencer Dan Slott a sus editores para que le dejen escribir un grupo vengador liderado por Cardiac (ay, los noventa, cuanto daño hicieron…)?

El resto del reparto lo componen los Illumiati que están vivos hoy en día (aunque la ruleta de muertes y resurreciones hará que esto cambien inevitablemente en futuros meses): Capitán America, Doctor Extraño, Namor, Reed Richards, Iron Man y Rayo Negro. Tan solo este último no es considerado vengador de pleno derecho, ya que los otros seis miembros sí lo son. Seis que serán siete en futuras entregas. No es ningún secreto que La Bestia se unirá a este peculiar grupete, tomando la «vacante» que ha dejado El Profesor Xavier, aunque nada le impidió participar en una de las reuniones (la de las gemas del infinito, New Avengers Illumianti #2) a pesar de encontrarse medio-convaleciente en la otra punta del espacio con su amada Lilandra por aquel entonces (en uno más de los innumerables errores de continuidad de Bendis en la serie). En definitiva, nadie podrá achacarle a Bendis que está usando la cabecera vengativa como publicidad engañosa para contar su historia.

En cualquier caso, a Hickman también le lloverán palos por este número. Y no, no me refiero por los cansinos que predican hasta la saciedad su rechazo a las alineaciones formadas exclusivamente por hombres. Me refiero a que los mismos que criticaron que el primer número de Vengadores pecaba de exceso de personajes, criticarán ahora que tan solo un personaje sea el protagonista en el número uno (como si no hubieran leído el primer número de Los Ultimates de Mark Millar y Bryan Hitch, centrado a modo de flashback en el Capitán América, uno de los mejores primeros números que se hayan publicado este siglo). Posiblemente, también le criticarán la similitud entre las premisas de ambos primeros números (héroe/grupo de héroes sobrepasado por una amenaza decide reunir a un grupo de héroes en las últimas páginas). Evidentemente, esto es así, pero el tono que imprime Hickman es radicalmente distinto. Si bien el primero (Avengers #1) tiene un carácter inspirador y esperanzador por parte del Capitán América a la hora de reunir a la nueva hornada vengativa mientras se cambia de traje (una transición que muchos despistados lectores no han sabido interpretar, cosa que no les ha impedido criticar a los cuatro vientos una supuesta inconsistencia imperdonable en el relanzamiento Marvel NOW!), el segundo tiene una tonalidad mucho más oscura, conspiranoica y, definitivamente, da mal rollete. La primera reunión es una tradición, la segunda es una excepción: ¿Qué será aquello tan terrible por lo que La Pantera Negra, enemiga de este tipo de sociedades secretas, no ha tenido más remedio que claudicar?”. Y es que se “And the Devil himself” de Pantera Negra refiriéndose a Namor (más teniendo en cuenta la destrucción que Namor-Fénix causó a Wakanda durante AvX) augura grandes tardes de disputas y peleas, al estilo Marvel. Y todo ello por si las gemas del infinito o el Multiverso no fueran suficiente.

Al hilo del Multiverso (atentos, que viene un inciso), a estas alturas conviene hacer una reflexión, aunque solo sea para poder pronunciar el satisfactorio “Os lo dije” cuando llegue el momento. Desde una perspectiva de un lector que se haya leído todos los números publicados de Los Vengadores (y releído varias veces, como es mi caso, enamorado de la serie desde crio), es inevitable hacer una asociación con el culmen de la etapa de Bob Harras a mediados de la última década del siglo XX: La Saga del Proctor. Sin querer extenderme mucho, aquella saga trataba de un misterioso enemigo venido de un universo alternativo a destruir el nuestro (matando a Sersi). Proctor tenía su propio grupo de villanos formado por versiones alternativas de Los Vengadores, como La Visión o El Espadachín. De hecho, al final se desvelaría (en una vuelta de tuerca magnífica que no supe ver venir) que el propio Proctor no era más que Caballero Negro corrompido de otra tierra. But I digress… ¿A qué viene todo esto? Pues bien, el concepto de tierras alternativas está claro que a Hickman le pone. Cuál fue mi sorpresa al comprobar que uno de los secuaces de la mala malísima de la historia se llama Manifold, que es el mismo nombre clave que el último fichaje del grupo, el teleportador aborigen de los Guerreros Secretos. Sin embargo, al revés que en la carretera UM-Ultimate, este personaje es de color blanco (en vez de negro), aunque eso sí, porta el mismo uniforme. Así que, si bien las pistas son escasas, ya empieza a haber ciertas coincidencias con la etapa Harras que puede que den que hablar, máxime si tenemos en cuenta que el debate con la comparativa entre la etapa de 4F de Hickman y la de Tom DeFalco (también de los noventa) es algo que ha surgido ya en numerosas ocasiones. ¿Tanto le marcaron aquellos años a Hickman?

Precisamente, coincidiendo con aquella etapa de Los Vengadores, encontramos otro punto común (estaríamos ciegos, literalmente, si no lo hiciéramos). Estamos hablando del dibujante: Steve Epting. Más de veinte años separan ambas etapas del dibujante, un hecho impresionante, aunque hay que admitir que no se trata de algo completamente inaudito, ya que otra leyenda como John Buscema también revisitó el título vengador con veinte años de diferencia, para delicia de los lectores. Como decía, Steve Epting estuvo cuatro años y cuarenta números dibujando Los Vengadores y sagas tan importantes como Tormenta Galáctica, Lazos de Sangre, La Obsesión por Coleccionar o aquel número tan chulo donde Ares se quería cargar a Hércules y a todo un hospital de niños huérfanos (un número que, aparentemente, Bendis pasó por alto en su supuesta documentación para prepararse a la hora de escribir Dark Avengers((Ok, prometo ya dejar de darle palos a Bendis). Y, por supuesto, la saga del Proctor. Sus chaquetas y cazadoras de cuero todavía se recuerdan con altas dosis de nostalgia por los lectores de aquella época. Eso sí, su estilo ha cambiado radicalmente desde aquellos tiempos, en los que Tom Palmer le acababa los lápices y le coloreaba los dibujos. Actualmente y desde su trabajo en El Capitán América de Ed Brubaker, Steve Epting es considerado uno de los mejores dibujantes del medio. ¡Y con razón! Su estilo realista es equiparable al de sus innegables y confesas influencias: John Buscema, Jose Luis Garcia-Lopez, Alex Raymond o Jim Holdaway… Si bien se aprecia un mayor uso de viñetas más grandes de lo habitual, es de suponer que esto viene marcado por el guión. La colaboración con su nuevo entintador, Rick Magyar, se resuelve de forma eficaz y los colores de su inseparable Frank D’Armata son tan añorados como bienvenidos. En cualquier caso, la secuencia de pelea entre Pantera Negra y enemigos supone todo un despliegue de agilidad y tecnología punta de lo más creíble gracias a sus dibujos. Marcando estilo, si bien tiene difícil llegar al nivel de calidad sostenida que exhibió en la cabecera de Steve Rogers (con quién aquí se vuelve a reecontrar) esta etapa promete ser memorable y un punto álgido en su carrera. Además, dada la antelación con la que se anunció esta serie y la rapidez de Jonathan Hickman (con quién ya colaboró en algunos números de Los Cuatro Fantásticos) a la hora de firmar los guiones, no podemos sino desear que Epting sea capaz de cumplir con las doce entregas de 2013. La calidad está asegurada.

En definitiva, estamos ante una colección que mezcla ambiciosas historias, un reparto diverso, tensión a raudales, mundos alternativos, nuevos villanos, conspiraciones secretas, un dibujo soberbio y, en un futuro no muy lejano, las gemas del infinito. Estamos ante una colección completamente distinta al resto de series Marvel NOW!, con un caracter diferenciador (al igual que Uncanny Avengers, FF, Fantastic Four, All-New X-Men, Avengers… todas tienen su propio sentido de existencia y ninguna se solapa entre si) que se puede disfrutar de forma independiente o combinada con la cabecera madre vengativa. Una lectura disfrutable y de lo más recomendable. Una gozada disfrutar de una época dorada para Los Vengadores. Yo lo estoy disfrutando al máximo. ¡Bien, Hickman, bien!