Explorando Marvel NOW! Uncanny Avengers

 

Edición original: Uncanny Avengers #1.
Guión: Rick Remender.
Dibujo: John Cassaday.
Color: Laura Martin «DePuy».
Formato: Grapa, 22 páginas.
Precio: $3,99.

 

Desde sus comienzos, la franquicia mutante se ha erigido como una parcela hermética y esquiva, casi siempre reacia a la hora de interactuar con el resto del Universo Marvel. Y aunque es fácil ver en dicha actitud un reflejo de la naturaleza subersiva de sus personajes, lo cierto es que no han sido pocas las ocasiones en las que se ha mostrado como algo perjudicial.

Para paliar dicho problema y evitar que se desmadrasen canibalizando al resto de su producción, la editorial ha intentado en numerosas ocasiones integrarlos con el resto de su universo de ficción. Sin embargo, los mutantes parecían muy cómodos en su guetto frustrando descorazonadoramente cualquier timorato ademán de devolverlos al redil.

Claro que la situación del Universo Marvel actual no es la que teníamos en los noventa, y a pesar de que la franquicia X continúa siendo uno de los principales pilares de la casa de las ideas, esta ha logrado alcanzar cierto equilibrio aupando a los Vengadores a su rol natural en la cúspide de su entramado editorial. Así que aprovechando el inicio de una nueva etapa tras la conclusión de Avengers Vs X-Men, Marvel ha decidido apostar fuerte por un hermanamiento entre ambas franquicias integrando a héroes y mutantes en el arranque de un nuevo episodio de su historia que tendrá como estandarte una nueva cabecera bajo el título de Uncanny Avengers.

A cargo de los guiones tenemos a Rick Remender, entintador reconvertido en guionista que -tras labrarse cierto renombre en el panorama independiente con obras como Fear Agent o Sea of Red – regresaría a Marvel para convertirse en el chico de moda de la casa gracias a trabajos como Punisher o Veneno. Claramente influenciado por la lóbrega atmósfera de finales de los ochenta y principios de los noventa, con cierta tendencia al lado más pulp del underground norteamericano o las revistas de ciencia ficción europea que vieron la luz bajo el sello Metál Hurlant, Remender se aleja del gusto por la provocación de los enfant terrible mostrando una predilección por los grandes dramas humanos dentro de ambientes sórdidos repletos de casquería y con grandes dosis de humor negro.

Una suerte de híbrido entre John Carpenter y Chris Claremont al que le gusta planificar sus historias al milímetro y que durante los últimos años ha hecho las delicias de los seguidores de la franquicia mutante con su andadura al frente de Imposibles X-Force. Junto a él tenemos a un John Cassaday que ya hizo sus primeros pinitos en Marvel con obras como Union Jack y a quien muy probablemente recordéis por su trabajo en Planetary.

Responsable gráfico de los Astonishing X-Men de Josh Whedon, Cassaday tampoco es precisamente un novicio en lo que a mutantes se refiere. Así que básicamente tenemos a los responsables de dos de las etapas más laureadas de la franquicia X de esta última década a cargo de un nuevo título de los Vengadores con el que la casa de las ideas da pistoletazo de salida a la iniciativa Marvel NOW!. ¿Qué nos ha parecido su primer número? A continuación os ofrecemos un concienzudo análisis con nuestras valoraciones. Si no queréis tragaros ningún SPOILER sobre el número (aunque intentaremos ser moderados) saltad directamente al epígrafe de las conclusiones finales.

El Debut

Cuando Marvel dio a conocer este nuevo título, algunos de los lectores más clásicos no pudieron evitar ver cierta similitud con Los Campeones de los setenta. Y aunque bien es cierto que ambos grupos comparten como rasgo común combinar a miembros de la franquicia de los X-Men con otros de los Héroes más poderosos de la Tierra, aquella colección nació únicamente para dar cobijo a personajes que se habían quedado sin colección creando algo parecido a los Vengadores en el entorno de la Costa Oeste, Uncanny Avengers nace de la aspiración mucho más ambiciosa de convertirse en la bandera de la integración entre humanos y mutantes.

La serie arranca de tal forma que casi se puede considerar la continuación directa de Avengers Vs X-Men con todas las virtudes y problemas que esto conlleva. Si alguien esperaba que esto fuera un «Todo fuera: Dejamos todo lo anterior aparte y empezamos a construir desde el principio» como el que nos ofrecieron los Nuevos 52 DCeros (o la JLA de Morrison para no cursar con un ejemplo que requiera reboot) probablemente se lleve un chasco, dado que la sensación que nos queda es más bien la de empezar la entrega número «x» de una saga literaria.

¿Quiere decir esto que no es una serie accesible para nuevos lectores? No diría tanto (especialmente teniendo en cuenta todo el cuidado que muestra Remender para meternos en situación hilando finamente al introducir los diferentes detalles de la historia), pero sí que puede resultar incómodo para los que no se sientan agusto con la sensación de que la serie parte de algo anterior.

En la primera página nos encontramos con una expeditiva secuencia que parte de un inexpresivo ojo sujeto mediante blefarostato sobre cuya córnea podemos ver una espectral silueta del Fénix mientrás que, al alejarse, vemos unas manos enguantadas sometiendo al paciente a una macabra cirugía cerebral. Mientras procede, el dueño de estas manos pronunica un nihilista dicurso sobre la validez del odio como mecanismo evolutivo que en cierto sentido recuerda al que pronunciase Casandra Nova en las primeras páginas de los New X-Men de Morrison.

Un arranque tan gráfico como contundente que puede antojarse como una declaración de intenciones de lo que vamos a encontrar en resto del número así como en la serie en general. La escena es truculenta pero a la vez fría y aséptica (más cercana a Hannibal o los X-Men de Singer que la saga Saw), potenciando su aspecto perturbador sobre la exaltación del gore y sin desviarnos de las palabras de ese misterioso orador que nos introduce en el relato.

Acto seguido, Remender nos arroja a una secuencia de fuerte carga emotiva con el funeral de la víctima propiciatoria del último macroevento mientras que, conforme esta avanza, introduce una tercera secuencia presentando a Kaos a través de un cara a cara verbal con su hermano. Es una secuencia inteligentemente planteada que arranca con el intimismo de una página doble en la que vemos a Lobezno a solas con el recuerdo del difunto antes de que entre Pícara en escena, reclamando su presencia frente a los asistentes a la ceremonia.

Frente a la cara de los afligidos (entre los que Cassaday se permite dar especial protagonismo a los personajes de Astonishing), el canadiense lanza su discurso mientras que -de forma progresiva- se van introduciendo viñetas del internamiento de Álex Summers en la estación de SHIELD hasta que su charla con Cíclope acaba sustituyendo por completo a la anterior.

A priori podría parecer una simple pijada narrativa, pero Remender se vale de estas siete páginas para transmitir una gran cantidad, desde ponernos frente a la sombra de un difunto cuyo recuerdo será constante a lo largo de todo el número, hasta presentar a todos los personajes de la facción mutante que formarán parte del grupo y lo que el finado suponía para ellos. El discurso transmite tristeza y amargura mientras que el enfrentamiento entre los dos hermanos se mueve en los terminos de una tensa discusión pasivo-agresiva marcada por el rencor, la negación y la apatía.

La combinación entre ambas transmiten dos sensaciones con la que podría definirse la situación de la comunidad mutante tras el trágico acontecimiento: La decepción y el fracaso. Fracaso de saber que han fallado a alguien que lo era todo para ellos, la decepción de que fuera el mejor de entre ellos quien hiriese mortalmente al sueño, la decepción de ver como tras sus sacrificios le es dada la espalda por todos…

Sin embargo, es en este punto donde el cómic tenga probablemente su parte más cuestionable. Primero porque la elegía no resulta del todo emotiva para lo que debiera, pero sobre todo, porque si esperabais que la actuación de Cíclope en el evento fuera abordada desde una postura más imparcial será mejor que sigáis esperando.

En parte resulta lógico si tenemos en cuentas como suelen funcionar las emociones humanas, pero si no estáis dispuestos a concederle dicho margen de subjetividad marcada por la opinión de los personajes, es muy probable que más de uno termine irritado al ver como se elogia la santidad de Charles Xavier después de la cantidad de cadáveres que salieron de su armario. Que a fin y al cabo es normal, pues tampoco era plan hacer un discurso en plan «Lloramos mucho su perdida, pero la verdad es que el tío era un cabrón» ni se suele tener demasiada objetividad cuando se trata del funeral de alguien cercano, pero aun así es probable que a algunos le resulte un recurso molesto.

No hablemos ya de que Kaos venga a echarle en cara a su hermano a toro pasado cosas como que se aliase con Magneto para montar una nación sobre su antigua base o que aceptase al Fénix cuando él formó parte de los X-Men que defendieron Utopía durante el conflicto. ¿Limpiando tu propia conciencia, Álex? Que bien es cierto que tampoco desentona demasiado de episodios tan cercanos como la forma en la que la práctica totalidad de los nacionalsocialista alemanes (si me permiten recurrir a la Ley Godwin o comparar a los mutantes con nazis, pero prometo que está justificado) proclamaron como casualmente siempre estuvieron en contra de la política de Hitler tras ser derrotados por los Aliados, pero no creo que sea la mejor forma para hacernos empatizar con el futuro líder del equipo.

A esto hay que sumar como se potencia esa frialdad cuasi inhumana de Cíclope hasta lo insoportable en la línea de lo visto en el final del último número de AvX, que aun cuando sigue siendo justificable en relación con la demoledora situación traumática por la que se vió obligado a atravesar el personaje, reune un cúmulo de factores que sin duda resultarán molestos para todo el que no esté dispuesto a darle el beneficio de pasar de puntillas sobre la objetividad para abrazar una postura puramente subjetivista desde la perspectiva del bando protagonista.

Y entonces llegaron ellos

Justo tras la poco cordial visita de Kaos a su hermano, tiene lugar la entrada en escena del Capitán América, Thor y los pantalones con bragueta del primero. Ambos aparecen a las puertas del complejo con la intención de hacerle a Álex una propuesta que no podrá rechazar.

Acto seguido nos trasladamos a la mansión de los Vengadores dando inicio al segundo acto del número que, de nuevo, apuesta por una narración simultánea entre dos escenarios diferentes. En el primero, vemos a Rogers proponiéndole a Kaos liderar una nueva iniciativa mientras por otro vemos al desafortunado paciente de la cirugía cerebral de la primera página (que no resulta ser otro que Avalancha, antiguo miembro de la Hermandad de Mutantes) deambulando por las calles de Nueva York.

La conversación entre el Capi y el segundo de los Summers es sólida y hace que empatices con ambos tanto por como la mella del choque ideológico entre Cíclope y el primero durante el evento a impulsado al primero a implicarse en los problemas mutantes como por la patente desilusión del segundo. Sin embargo, de nuevo vuelven a surgir puntos a los que más de uno podrían resultarle incómodos.

Por un lado, los que lean entre líneas en la exposición del Capitán América, verán en él cierta egolatría paternalista molestamente condescendiente. Se trata de su iniciativa, su sentimiento de culpa, su implicación en los problemas mutantes, su propuesta y su líder al que personalmente ha elegido porque ha leído su ficha y le ha molado allí, en su país.

Si fuésemos unos espectadores un tanto cínicos (que lo somos) casi podríamos decir que Kaos no es otra cosa que «el chico del Capi«. O lo que es lo mismo, una fachada «bonita» a la que poder lucir cuando alguien le pregunte si se preocupa por los asuntos mutantes y ya de paso limpiar su consciencia.

El que se trate de un personaje que ha sufrido manipulación mental en al menos tres ocasiones (que habrá que ver como encaja el atentado en el aeropuerto JFK y su estancia en la Hermandad de Mutantes con ese «historial limpio» que cita Rogers) tampoco es que ayude demasiado. Sin embargo, bien es verdad que podría dar pie a unas situaciones muy interesantes si Remender sabe ver este detalle y explorarlo debidamente.

Pero esto será ya un tema para abordar más adelante porque la reunión se ve súbitamente interrumpida cuando Avalancha se planta el casco (en una secuencia que me ha recordado enormemente la escena de Electro en los Nuevos Vengadores de Bendis y Finch) y comienza a destruirlo todo en pleno centro de Nueva York. Antes de nada, que el bueno de Dominikos siempre ha sido un personaje por el que he tenido un gran cariño, tanto por su etapa en la Hermandad de Mutantes de Mística como por su amistad con Pyros.

En esta parte, el personaje juega un papel tan terrible como trágico dando pie a una espectacular catástrofe en el corazón de Manhattan sin ser realmente dueño de sus actos. Aunque no han sido demasiados los guionistas que le han sacado partido a sus poderes dentro de todo su rango de posibilidades, Remender lo aprovecha a lo grande con todas las repercusiones que tendría una onda sísmica a gran escala dentro de una de las ciudades con mayor verticalidad y densidad de población del planeta.

La escena tiene un notable paralelismo con el 11 de Septiembre y el hecho de que -lavado de cerebro mediante- el villano sea representado como un radical integrista que proclama misivas sobre la supremacía mutante mientras los edificios se desmoran y el suelo se abre bajo los pies de los habitantes de la ciudad potencia todavía más esta sensación. Cassaday saca a relucir toda su magia brindándonos una intensa escena de acción en la que el Capi, Thor y Kaos tratan de impedir que el desastre vaya a más.

Remender centra la narración en Rogers haciendo que este golpe contra el corazón de Nueva York y principales elementos que le rodean incida todavía más sobre las dudas y preocupaciones que le llevan a plantearse la creación de este equipo. El guionista sabe captar la voz del personaje y darle la relevancia necesaria en lo que bien puede antojarse como un adelanto de su inminente etapa al frente de las aventuras del Centinela de la Libertad.

La Bruja Gitana y la Ladrona de Besos del Mississippi

El tercer acto del número arranca mientras todavía se esta asentando el polvo de la batalla en la ciudad de Nueva York con la voz en off de la Bruja Escarlata dando paso a una escena en la que esta visita la tumba del «famoso difunto» cuando el resto de los asistentes al funeral ya han abandonado el lugar. Todos salvo Pícara, la cual ha tenido tiempo para ponerse su disfraz de superheroína y plantarse una horrorsa chaqueta encima (se ve que comienza a hacer frío en Wetchester).

Sobra decir que el encontronazo entre ambas da lugar a una situación tensa que cojea por una serie de detalles. El que Remender por fin rompa con la tónica de la «pobre» Wanda mostrándola hasta los ovarios de ser vilipendiada por el resto de mutantes nos brinda un intercambio de diálogos espectacular en el que el guionista pone puñado de verdades incómodas en la boca de ambas. Sin embargo, no acaban de convencerme detalles como los profundos sentimientos de Wanda hacia el difunto (muy lógicos de la forma que la plantea Remender, pero echo en falta que la editorial se hubiera preocupado por darles una base más sólida si sabían que lo iban a llevar en dicha dirección) y la actitud de «matona» de Pícara, también lógica, pero algo forzada.

Aunque si he de ser franco, lo que más me molesta respecto a la sureña es la forma en que la presenta Cassaday, con esa horrorosa trenca con hombreras que da calor solo de verla y un lenguaje corporal que casi parece más propio de la época en la que tenía los poderes de Ms Marvel que en la forma «sagaz» y ágil que debería presentar en la actualidad. Poca queja para una discusión tremendamente lúcida -y que convierte la mandíbula de la Bruja en la principal zona de catástrofes del Universo Marvel actual- pero que pueden impedir que se disfrute del todo como realmente merece.

Pero es justo entonces cuando acontece el que posiblemente el momento más fereak del cómic con la presentación de uno de esos grupos de supervillanos pintorescos que tanto le privan al guionista de La Saga del Ángel Oscuro. Los S-Men (ahorrar chistes) que entran en escena para caer sobre Pícara y Wanda (vale, no podía evitarlo) siendo presentados como una suerte de versión bizarra de la Patrulla-X original. Así tenemos a un tipo con alas mitad hombre mitad mantícora con un zurrón que esconde sonidos agresivos, una chica que parece una suerte de nereida con control sobre el agua, una Chica con Cara de Cabra (así se llama) con mirada de efectos peligrosos, un tipo que proyecta un extraño monstruo psíquico y un bestial hombre tortuga sin pantalones que debería tener serie propia desde ya.

Tras esto, solo nos quedan unas últimas páginas que aparte de servir para lanzar un guiño a la Liga de la Justicia clásica sino que en ella convergen las diferentes secuencias del cómic dando como resultado la revelación del villano detrás de todo. Que si bien es cierto que su identidad no debería sorprender a nadie que haya estado atento a las novedades en torno a la serie, su entrada en escena no dejará indiferente a nadie.

Conclusiones Generales

Hay muchas cosas que este primer número de Uncanny Avengers no es. No es un arranque rupturista que vaya a dejarnos la mandíbula en el suelo a base de un WTF?! tras otro ni el punto de vista objetivo en torno a los acontecimientos de Avengers Vs X-Men que tantos estabais pidiendo.

Sin embargo, si podemos afirmar que es una lectura muy sólida y generosa en cuanto a contenido manteniendo una línea continuista -para lo bueno y para lo malo- en torno los acontecimientos de Avengers Versus X-Men (tanto, que quién hubiera disfrutado del evento y solo quisiera seguir una sola colección de las integradas en Marvel NOW! probablemente debería optar por esta).

También es una serie construída en torno a los gustos e inquietudes de sus autores, por lo que si disfrutastes de la Imposible X-Force de Rick Remender o los Astonishing X-Men de John Cassaday también debería estar en tu línea de mira.

Compensa las pequeñas discordancias continuistas y a lo tramposa que puede resultar en muchas ocasiones a la hora de decantarse por el bando protagonista (los que os quejabais por la situación en la que quedaba cierto personaje al final de AvX sabéis a lo que me refiero, aunque también se agradece que Remender no intente convertir a ninguno de sus personajes en anclas morales ni intentar establecerse él mismo como tal) con una narrativa maravillosa, un dibujo espectacular y un guión repleto de diálogos cargados y frases directas a la yugular.

Moviéndose a través del elenco protagonista, su entorno y la situación de todos ellos a raíz de las consecuencias del evento, presenta una amenaza pintoresca que incide directamente en el objetivo de la serie. Y aunque en algunos momentos ha podido dejarme un tanto frío (algo que ya me pasó con el debut de Imposible X-Force, así que tampoco le daría demasiada importancia) casi diría que ha sido más por la manía de la editorial de destripar medio cómic antes de su salida.

Aun así, cualquiera que haya seguido a Remender en sus anteriores trabajos y sepa que nunca deja nada al azar, probablemente ya este intuyendo algunos de los detalles que pueden acabar tomando relevancia durante los próximos meses de la serie (desde la aparición de cierto amo del magnetismo hasta la voz que pueda tener Scott Summers en todo este asunto).

En definitiva, un número notable que sin sorprender excesivamente es básicamente lo que cabría esperar tanto por parte de sus responsables como de la situación planteada. Tanto por el continuismo de Marvel, como por los guiones de un siempre mordaz Remender, como por el dibujo de un Cassaday tan espectacular como rácano en cuanto a fondos o por la dirección de acontecimientos que ya parecía indicar el recién concluido evento. Su mayor virtud es su coherencia a la hora de condensar su leit motive dentro de un solo número y hacer girar todas las piezas alrededor del mismo. Sin ser una presentación brillante, si resulta bastante prometedora en torno al futuro que nos puede deparar.

Tiempo de Opinión

Ahora os toca a vosotros, los que ya hayáis disfrutado de este primer número de la serie, valorar que os ha parecido y si os anima a seguir leyendo más o por el contrario no conectáis con lo que nos ofrecen Remender y Cassaday.

Oportunidades perdidas, por Ivan Rivas

«Si hay una palabra que se me haya venido a la cabeza tras la lectura del Uncanny Avengers #1 es esta: continuismo. La serie que por su relevancia y por ser la primera en llegarnos de la iniciativa Marvel NOW! hace de cabeza de cartel igual que lo fue en su día la Justice League de los Nuevos 52, ha perdido quizás una buena oportunidad de pasar página y crear algo realmente novedoso. Yo, que he estado bastante alejado de todo lo que venía ocurriendo en el mega evento Avengers vs. X-Men me acerqué a este nuevo título con las ganas que seguro tendrán muchos otros lectores. Sin embargo, la primera sensación que he tenido al leer ciertos pasajes es que me he perdido algo. No es que le esté pidiendo a Marvel Comics que reinicie su Universo como hizo la compañía, pero sí que realmente cree un buen punto de entrada para neófitos. En su lugar, somos testigos de varias escenas que habrían encajado mucho mejor como epílogo de la mencionada maxiserie, y que podrían haber dado espacio en su lugar a otras nuevas más importantes sobre la formación del nuevo grupo de héroes. Resultó mucho más rompedor aquel Nuevos Vengadores #1 de Brian Michael bendis en su día que éste número, que si no formara parte de una bomba editorial como la que estamos viviendo no habría tenido la relevancia que tiene.

El número en sí, dicho esto, está bien narrado y bien dibujado. Rick Remender hace una buena combinación del sabor heroico tradicional de Los Vengadores con los conflictos existenciales de la Patrulla-X, en lo que seguro será un tira y afloja constante entre ambos mundos. Además es capaz de crear un cliffhanger de esos que podríamos ver en la sección WTF! de Zona Negativa, en lo que resulta otra combinación curiosa. De la luz que reflejan el Capitán América a la oscuridad de un plan y unas viñetas retorcidas como pocas. Viñetas muy bien dibujadas por Cassaday. Aunque el dibujante parece que ya dejó atrás su época de mayor esplendor, si nos deja en Uncanny Avengers con un trabajo sólido y sin gritas, salpicado de algunas viñetas de ésas que sólo él es capaz de darnos. Eso sí, a uno no deja de asaltarle la duda de cuando tiempo durará en dibujante como éste en una serie con tantas urgencias como ésta. En definitiva, si tuviera que darle una nota, le pondría un Bien alto, cercano al notable. La oportunidad era demasiado buena como para dejarla escapar»

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Fuente de las imágenes: Bleeding Cool Comic Book Resources Ign.