Guión: Simon Spurrier
Dibujo: Tan Eng Huat
Tinta: Craig Yeung
Color: José Villarubia
Editorial: Marvel Comics
Contiene: X-Men: Legacy vol.2 #1
Formato: Grapa, 32 páginas
Precio: 3,99 $
Seguimos con nuestro análisis de lo que nos ha lanzado esta semana Marvel NOW!, que será la más abarrotada de novedades de todas las que están por venir. Y empezaré lanzando una hipótesis. Pongamos que tengamos a un lector más a o menos veterano en esto de los cómics. Pongamos que ése lector tiene un amplio bagaje en diversas etapas de la Patrulla-X. Digamos, por ejemplo, que ése lector se perdió hace tiempo entre tanta serie X y evento y acabó alejándose del mundo que un día tantos placeres le proporcionó. Ese lector no sabría cómo ni por qué la cabecera X-Men acabó llamándose X-Men: Legacy… ¿Qué más da? Esa persona sería, como no, habitual lector de Zona Negativa. Y un día se entera de que Marvel va a relanzar la mayor parte de sus series, entre ellas todas las de su añorada Patrulla. Así pues, toma una decisión, “ésta es la mía” se dice “pienso empezar todas ellas.”. Y todo decidido va un día, tras unos meses de espera, a su tienda habitual y se compra todos los números 1 que ha publicado Panini Cómics en España. Entre ellos ve una portada extraña, un collage de imágenes pasadas de la Patrulla. Hojea el cómic y observa un extrañeza acorde a la portada. No ve por ahí ni ha Lobezno ni a Ciclope, pero bueno, piensa “qué carajo, le daré una oportunidad”. Seguramente éste lector sea parte del llamado target de la iniciativa marvelita. La base de fieles ya está ahí y seguirá estando, pero se busca sangre nueva que anime las ventas y que acabe quedándose a largo plazo. Este lector llega a casa y empieza a leer… ¿y qué encuentra?
Pues se encuentra con un protagonismo total y absoluto de David Haller, alias Legión. Hijo de Charles Xavier y, cómo él mismo dice, uno de los mutantes más poderosos del mundo. David se encuentra interno en una comunidad en los Himalayas regida por neuronautas. Gente que se dedica a tratar con psiquícos en horas bajas. Merzah el Místico es el responsable de tratar con David y de ayudarle a conciliar sus poderes y utilizarlos de forma constructiva, así como de tratar con sus problemas de múltiple personalidad. Durante todo el número, Merzah, el típico maestro que hemos visto en innumerables ocasiones pero ayuda mucho al lector a conocer a su paciente. Es su psicólogo y su mentor. La relación entre ambos está muy bien tratada, es creíble y el neuronauta acaba convirtiéndose en un personaje querido desde el primer momento en que aparece. Y si bien su personaje no sea del todo original, si lo es Legión, que en las manos de Simon Spurrier puede llegar a convertirse en todo un filón. Seguramente más de un lector acabe pensando, cual Obélix: “están locos estos británicos”. Y es que el interior de la mente de David es tratado de forma tan alocada y… que uno casi puede llegar a creer que está leyendo una de esas historias tan psicotrópicas de Grant Morrison. Uno de a entrar en el juego, por supuesto. El que esté esperando una historia de superhéroes acabará decepcionado, porque el interior de la mente de David parece sacado de una película de ciencia-ficción sólo para expertos en el tema. Pero el guión lo aborda de una forma muy original y ayuda a comprender el comportamiento del protagonista.
En esta dualidad que existe en el cómic entre la realidad y la mente de Legión, juega un buen papel el color de José Villarubia. Si tuviéramos dos primeros planos, sin conocer dónde están situados, lo sabríamos de inmediato gracias al coloreado. Es una pena que los dibujos del malayo Tan Eng Huat no hayan elegido un rumbo similar. Si bien cuando David hace uso de su poderes el dibujante logra un resultado de lo más impactante, se echa de menos algo más de realismo en escenas más mundanas. Huat es capaz de hacerlo de sobra, ya lo demostró en Aniquiladores. Sin embargo aquí ha optado por un estilo más rápido y menos detallista, y en escenas de mucha conversación llega a echarse de menos una mayor expresividad facial de los protagonistas y una anatomía más cuidada. No me entendáis mal, si estamos leyendo en cómic de Michael Avon Oeming ya sabemos cómo serán las figuras de los personajes, tiene un estilo único e invariable. Pero Tan Eng Huat tiene un registro más amplio y habría estado bien que hubiera hecho gala del mismo con mayor contundencia. Aún así, el dibujo no es de ninguna manera un detrimento de la calidad del cómic, va en consonancia con los guiones de Spurrier y no desentona.
Se nos plantea una duda, y es que al final del número se rompe con el estatus del protagonista y no sabemos dónde nos llevará eso, puede que por nuevos e intereantes caminos o puede que acabemos echando de menos todo lo que perdimos en éste número. Pero en cierto modo los guiones de Simon Spurrier y el potencial de su protagonista me han recordado a aquella miniserie de Peter David de Madrox en 2004 (Elecciones múltiples) y que a la larga desencadenó en la serie ya de culto que hoy día sigue viva, X-Factor. El pensamiento fue el mismo… ¿Quién hubiera pensado que este personaje pudiera resultar interesante? En definitiva, se agradece que Marvel Comics haya optado con esta serie por ofrecer algo distinto e innovador. A fin de cuentas nuestro hipotético lector pensará: “bueno, esto no es un tebeo de la Patrulla-X, pero el segundo número no pienso perdérmelo”.
Ahora os toca a vosotros, los que ya hayáis disfrutado de este primer número de la serie, valorar que os ha parecido y si os anima a seguir leyendo más o por el contrario no conectáis con lo que nos ofrecen Spurrier y Tan Eng Huat.
Daniel Gavilán: Si para algo han demostrado ser útiles los movimientos editoriales como Marvel NOW! o los Nuevos 52 a lo largo de estos años, ha sido precisamente por como permiten remover el catálogo editorial ofreciendo la posibilidad de que se establezca una competencia real en la que los títulos menos inspirados caigan en picado mientras series minoritarias se hagan con hueco al que -de otro modo- difícilmente podrían haber aspirado. Bien es verdad que está puerta no siempre es real, dado que en la mayoría de las ocasiones las editoriales suelen ir a por los seguro en lugar de experimentar y que como ya sabemos, entre el gran público la calidad solo funciona cuando va acompañada de popularidad.
Sin embargo, en ocasiones las editoriales les da por tirar la casa por la ventana -para regocijo de los lectores- aprobando cosas que de estar en su sano juicio jamas les hubieran dado luz verde, surgiendo proyectos como este nuevo volumen de X-Men Legacy. La serie básicamente toma a Legión en la interesante situación en la que lo habían dejado Zeb Wells y Mike Carey (con todo un mundo plagado de formas de vida hipotéticas en el interior de su cabeza) entregándoselo al guionista de X-Club y al dibujante del tercer volumen de la Doom Patrol.
O sea, una apuesta tan arriesgada como mezclar jamón con tomate y queso y esperar que saliese bien. Con esos ingredientes era fácil esperar que surgiese un proyecto mínimamente interesante, siendo lógico que lo que al final hemos obtenido ha sido un cómic a medio camino entre la línea Vértigo de finales de los noventa y la Image actual, con un planteamiento más que interesante en el que se lleva al límite las posibilidades del campo psíquico para dar como resultado un debut febril, caótico y francamente estimulante.
Coincido plenamente con las reseñas, me ha encantado este número 1. Le sienta perfectamente la no-original pero en este caso sí-efectiva narración doble entre el plano terrenal y el psicológico sin necesidad de complicar demasiado la vida al lector (no temas, Jorgenexo).
Y ese tramo final con las dos opciones dadas al pueblo mediante esa pregunta, que parece que esté haciéndosela al propio lector. Los que nos quedamos con la serie nos hemos arrodillado en reverencia ante Legión. Los que decidan rechazarla, más vale alejarse de la ira del mutante 😛
Dale una oportunidad a ese número 1 y si te aburres te prometo realizar un estudio comparativo de todas las obras escritas y dibujadas por ROB! a lo largo de su vida.
Le echaremos un vistazo.
NobTetsujin ha comentado: Le echaremos un vistazo
Jooooder, como estamos de subiditos, hablando en mayestático.
¿»Subidito»? Se nos hablará con el debido respeto.
buena esta serie mola, la verdad me ha dejado sorprendido!!!1
No me van mucho las idas de olla Morrisonianas la verdad y en inglés casi que menos…
Legión es un personaje que siempre me ha dado grima. Con tantos muties que la palman frecuentemente y a este nunca se lo cargan.
Estoy seguro que la serie será tan buena como la ponéis, pero ya dejo pasar varias series buenas al mes, así que no voy a lamentar no leerme una serie que no me atrae para nada protagonizada por un personaje que ni me gusta.
Esta serie no me interesa nada y por muy buena que sea, al estar protagonizada por un personaje más bien marginal, no le auguro mucha vida editorial, la verdad….
Dale una oportunidad a ese número 1 y si
te aburres te prometo realizar un estudio comparativo de todas las
obras escritas y dibujadas por ROB! a lo largo de su vida.
A pesar de que yo sí he disfrutado del cómic, y me parece interesante para los que disfruten con todo este tipo de historias, teniendo en cuenta que lo que ha dicho Jorge ha sido precisamente que estos relatos no le gustan nada, yo que tú comenzaría a documentarme con lo de ROB! 😛
Uno de los mutantes más poderosos (sino el que más) con multitud de personalidades en su interior…
Al final se reconcilia con todas esas personalidades imponiendo la suya. Llega a la conclusión de que la única forma de salvar a su pueblo es conduciéndolos a través de la Senda de Oro, y para ello sacrifica su propia humanidad construyéndose una exoarmadura con truchas de arena entrelazadas entre ellas y que, a su vez, se unen a su propio organismo haciéndole invulnerable y semieterno, pero al precio de transformase en un protogusano que…
Jajajajajaja… Ayyyyy… Lo siento. Estoy con la saga de Dune. Y creo que tengo sobredosis de melange.
Daniel, estoy convencido de que con la «obra» de ROB! podría construirse un trasunto de la Morfología del cuento de Vladimir Propp. Pero convencidísimo.
«Daniel, estoy convencido de que con la “obra” de ROB! podría construirse un trasunto de la Morfología del cuento de Vladimir Propp. Pero convencidísimo.»
Y su influencia, taquiones mediante, en el concepto del «monomito».
Si eres humano y mínimamente cinéfilo, es inevitable que al oír «monomito» pienses en esto…
En realidad, siendo humano y mínimamente cinéfilo, al oír monomito pienso en esto…
Yo lo decía por la fusión de «monos» y el «monolito», pero vamos, que no entiendo tu ¿chiste? como creo que tú no has entendido el mío. O soy imbécil. O son las 2 y media de la mañana.
No me atrevería a llamarle «chiste» a semejante parida.
Y sep, son las dos y media de la mañana. Yo, haciendo un cartel de última hora, ¿usté que excusa tiene?
¿Un
pajoteinsomnio de última hora?Joder, para una vez que se habla de estructuralismo ruso en ZN y me pillan durmiendo…
¿»Estructuralismo ruso»? Yo conozco a los formalistas que dieron lugar, Jakobson y Tinianov mediante, al Estructuralismo checo. Pero vamos, que Propp sólo coincidió con el Formalismo por cronología y origen 😛
Menos mal que me pillo durmiendo, queria decir formalismo. Como se nota que ese año me fui de Erasmus XD
A Rusia seguro que no 😀 Da igual, ya he quedado como gilipollas pedante y esto no hay dios que lo arregle. Eso sí, insisto en que el análisis de Propp sobre el cuento folklórico resumiendo todas sus tramas en 31 funciones podría hacerse fijo-fijísimo con la obra de ROB! Y 31 funciones serían muchas, de hecho xD