Explorando Marvel NOW! Young Avengers 1

 

Edición original: Marvel Comics
Guión: Kieron Gillen
Dibujo: Jamie McKelvie con Mike Norton
Color: Matthew Wilson
Formato: Grapa de 24 páginas
Precio: 2.99$

 

He de reconocer que al acercarme a este cómic lo he hecho con más reparos que con ilusión. Me encantan los Vengadores y el recuerdo que tengo de las anteriores etapas de las Jóvenes Promesas es bien grato, a pesar de la Cruzada de los Niños incluso. Pero el hecho de que haya tanta serie con Vengadores por cabecera y el dubitativo arranque de Kieron Gillen en la actual serie de Iron Man pues habían creado en mi un sentimiento de precaución amigo lector.

Evidentemente, uno no sabe a qué atenerse sin haber leido antes el cómic y cargarse de prejuicios a menudo no viene bien porque la poca objetividad que uno pueda tener se puede ver contaminada. Pero a veces viene bien porque por muy malas expectativas que uno se cree, al final terminas llevándote una grata sorpresa.

En favor de Gillen he decir que pocas veces he visto a un autor tan involucrado y emocionado con una serie. Ya hace unos meses el compañero Daniel Gavilán escribía un artículo en el que el escritor dejaba patente lo ilusionado que estaba con el proyecto de Young Avengers. Se le notaba con ganas y no paraba de lanzar comparaciones con su aclamada Phonogram. Además, en las últimas semanas Kieron Gillen ha publicado en su blog varios artículos sobre los componente de los Jóvenes Vengadores, describiendolos y dejando caer cómo se comportarán mientras él esté encargado de los guiones de la serie. Si a esto le sumas que Marvel ha cumplido los deseos del escritor de reunir a su equipo de colaboradores de Phonogram, Gillen está que no se lo cree. Y eso me gusta. El título podrá salir mal parado, pero cuando un autor toma un proyecto y lo hace tan suyo las probabilidades de fracaso, o de que sea un mal cómic, disminuyen considerablemente.

Y vaya ya por delante que me he llevado una grata sorpresa.

Como todo primer número de una serie de este tipo lo normal es presentar al grupo, mostrar algunas de las señas de identidad de los integrantes, plantear un problema de inicio y si es con gancho, mucho mejor. El ABC de todo cómic de superhéroes que por algún motivo hay quien no le ha cogido el truco todavía. No obstante, en esta ocasión, tanto Gillen como McKelvie cumplen de sobras con lo que podríamos exigirles. Vayamos por partes.

Si has leído las entrevistas a Gillen sobre la serie entonces sabrás que los componentes del grupo rondarían los 18 años, por lo que más o menos podíamos suponer el tipo de temática que manejaría el escritor. Aunque esto podría parecer un inconveniente para lectores ya mayorcitos, en este primer número personalmente no me lo parece. Tengo la ilusa esperanza de que estos chicos sean algún día los Vengadores del mañana y me gusta saber qué problemas y situaciones viven y al mismo tiempo verlos crecer y madurar. Así que ¿Cuáles son las motivaciones de estos chicos?

En este primer número no veremos la génesis del grupo, pero sí los seis héroes que lo van a integrar. Todos ellos son presentados por parejas y podemos decir que la historia se desarrolla en tres bloques que se entrecruzan. Los primeros en aparecer son Kate Bishop (Ojo de Halcón) y Noh-Varr (Marvel Boy/ Protector). Aunque cada pareja de personajes tiene su interés, he de decir que la compuesta por estos dos es la que más me atrae por lo que pueden ofrecer. Gillen presenta al kree como un chico que no está contento con su trabajo realizado en la Tierra y ahora que está exiliado quiere enmendar la plana. Tal vez el hecho de que rechace usar los nombres de Marvel Boy o Protector y utilice el suyo propio sea toda una declaración de intenciones (tanto del autor como del personaje, opino). Siendo un extraterrestre capaz de ir a donde le dé la gana, tal como le sucedió a un tal Capitán Mar-vell, siente curiosidad y apego por la Tierra, la raza humana y sus creaciones ,como por ejemplo, la música de los 60. Podemos decir que es un héroe extranjero que quiere convertirse en un humano más. Mientras que Kate es lo contrario. Es indecisa, no sabe si lo que hace es lo correcto y no tiene ni el entrenamiento ni los poderes de Noh-Varr, pero sí tiene claro una cosa: que quiere ser una súperheroina.

La segunda pareja de protagonistas es la formada por Teddy (Hulkling) y Billy (Wiccan). Ya viejos conocidos de la formación original que siguen en la cabecera. La labor de Gillen en este caso ha sido presentarlos como la pareja que son y de paso poner al día al lector novato sobre el pasado de los Jóvenes Vengadores de una manera que no resulta forzada y que además pone en liza, como ocurre con Kate y Noh-Varr, las diferencias entre ambos. Teddy quiere seguir su vida de héroe pero Billy, a tenor por el pasado reciente con la muerte de Cassie Lang (Estatura), prefiere olvidarlo todo. Y es aquí donde Gillen saca su arsenal y ofrece lo mejor que sabe hacer, bajar al superhéroe al suelo y tratarlo como un individuo más, con los problemas y preocupaciones que, en este caso, una pareja podría tener. Como ya dije, Billy y Teddy se quieren pero sus vidas han discurrido por senderos bien diferentes. A Wiccan le ha ido todo bien y ha tenido el apoyo incondicional de Teddy en sus momentos más difíciles. Sin embargo, Hulkling es un mestizo kree y skrull que no ha tenido mucha suerte en su vida ni con su familia, su única ilusión es Billy, de quien espera más. Y ojo porque estas carencias son las que darán pie a la primera trama de la serie: Wiccan quiere ayudar a su pareja, que se sienta mejor, pero lo que provoca es posiblemente un problema aún mayor.

Y luego están Loki y Miss América Chávez, los dos elementos más extraños del grupo. Ya había avanzado Gillen que la presencia de Loki seguiría los mismos derroteros que cuando se formaron los primeros Vengadores, así que el hermano travieso de Thor tendrá mucho que decir en la reunión de estos Jóvenes Vengadores. Por lo pronto, y en espera de esa reunión vengativa, la interacción del dios y de la Capitana América sigue el patrón ya conocido en la serie: personajes contrarios pero cuyos roles se intercambian en esta ocasión. Ambos quieren evitar algo que creen que traerá fatales consecuencias (y que guarda relación con ese problema que provoca Wiccan), pero uno de ellos está cometiendo un terrible error al intervenir. Por otro lado, Loki y Chávez también comparten ciertas características. Ambos personajes son muy solitarios, tienen problemas para conseguir o mantener amigos. Uno porque ya se sabe, es muy difícil que el dios del engaño asgardiano los mantenga, mientras que la otra parece tener miedo de tenerlos y ahí radica parte de su atractivo, de nuevo un problema personal prende la mecha de la curiosidad sobre Miss América Chávez.

El final de este número es un gancho que afecta directamente a Billy y Teddy y que resume en buena medida las posibles intenciones de Kieron Gillen. Si de una cosa puede presumir Marvel es que sus superhéroes suelen compartir y vivir las mismas preocupaciones que cualquier ciudadano de a pie. Son héroes con poderes, pero también tienen vida personal, pareja, amigos y familia y eso los hace más cercanos al lector, que a veces no puede evitar trasladar las vivencias de sus personajes en su vida propia y viceversa. Gillen sabe esto, conoce el terreno y tal vez sea este el motivo por el que hace tan suyos los personajes, porque quiere que vivan más allá del enemigo de turno, sentirlos más humanos. Lo normal es que leamos cómics de superhéroes, con Young Avengers me ha parecido estar leyendo héroesuper.

De la parte artística tampoco hay nada que objetar, al contrario. McKelvie tiene un trazo muy limpio que sí, me gusta aunque personalmente no es que me entusiasme, pero creo que a esta serie le viene genial y sobre todo gracias al color aplicado. Además, las pocas escenas de combate que podemos ver en este primer número muestran una composición muy dinámica, viñetas cortas pero con mucha acción. Si este es el patrón a seguir por McKelvie creo que lo vamos a disfrutar mucho. Mención aparte también para Miss América Chávez. Gillen quería una chica hot, bien atractiva, pues su artista se la ha dado. Preparaos para ver futuras poses, llamémoslas, sugerentes. Por algo será que Gillen quería a este autor y al colorista Matthew Wilson, su equipo talismán con el que tanto éxito tuvo en Phonogram.

En definitiva, un cómic bastante recomendable que se sale de la dinámica de la mayoría de los títulos de la editorial. No puedo decir que vayamos a ver menos acción de la habitual, pero sí puedo asegurar que veremos más interacción personal entre los protagonistas. Gillen parece tener claro hacia dónde llevar la serie y crea los alicientes suficientes como para que mostremos interés en lo venidero.

Por cierto, como melómano que es Kieron Gillen, ha añadido un tema musical en la parte de Noh-Varr y Kate Bishop y cuyo nombre podemos saber en los títulos de crédito. Sospecho que no va a ser la única vez que lo veamos.