EXPOSICIONES PRINCIPALES
Ficomic dedica una de las exposiciones principales a Belén Ortega (1986), la autora del cartel del Salón del Manga de este año. La exposición realiza un seguimiento a toda su obra desde la adaptación al cómic de la saga Millenium hasta Himawari, su primera obra. Con este cómic obtuvo el Premio al mejor manga español en el XIV Salón del Manga en 2007. También podremos ver imágenes de Pájaro indiano y de Marc Máquez: la historia de un sueño. Una exposición bonita donde se mezclaban trabajos originales con fanart de, por ejemplo, Juego de Tronos y Star Wars.
La exposición con más contenido del Salón del Manga, consistía en una recopilación de mangas editados en España con contenido vinculado a la literatura. La mayoría de estos han sido editados por la editorial Herder que ha publicado títulos como: 1984, la Ilíada y la Odisea, Fausto, Don Quijote de la Mancha, y muchas más obras de la filosofía universal. Ahora bien, también pudimos encontrar material de otras editoriales como El príncipe de medianoche, King’s Game ambas de Ivrea o País de nieve de Quaterni. Un interesante repaso a la relación entre los dos géneros.
Aunque el padre del manga sea Osamu Tezuka , su obra tenía un background cultural basada en más de mil años de historia artística japonesa. La exposición rescata lo que podrían ser los precedentes del manga. “Japón tiene una larga y rica tradición pictórica y del grabado, donde hay un lugar destacado para la caricatura, la exageración, la fantasía, la parodia, y tantos otros elementos que luego se han plasmado en los mangas que leemos hoy en día.”. Una interesante exposición por su contenido, pero realmente corta. Por suerte este es un tema tratado en los libros sobre teoría del manga, sólo hay que elegir uno y continuar aprendiendo.
EXPOSICIONES SECUNDARIAS
En el centro del Palacio 1, detrás de la zona habilitada para el taller de cocina, podíamos encontrar una pequeña exposición dedicada al wagashi. Este concepto hace referencia a los dulces que, habitualmente, se sirven acompañando al té. Un repaso visual a los dulces más iconicos de la repostería japonesa, del daifuku mochi al sakuramochi pasando por el doriyaki.
Este era el año Pokémon por varias razones: hace veinte años del nacimiento de la franquicia, ha nacido Pokémon Go, Norma Editorial nos ha traído el manga y Hidenori Kusaka y Satochi Yamamoto eran dos de los invitados al Salón. El primero de ellos es el guionista que inició la adaptación del videojuego a formato papel, una tarea nada fácil. Satochi Yamamoto se incorporó más tarde, en el sexto volumen de la saga Pokémon Oro, Plata y Cristal 2 según la edición de Norma Editorial. Una pequeña exposición para una gran temática.
En el Palacio 5, compartiendo espacio con la exposición sobre orígenes del manga, pudimos ver la exposición sobre las Kaiju Eiga. Las películas de enormes monstruos dispuestos a destruir todo lo que se interponga en su camino, quizás la más conocida de las cuales es Godzilla . Entre carteles de películas y bocetos, había una espectacular maqueta donde algunos kaiju y mechas se veían las caras. Una divertida estampa que ponía el colofón a una exposición muy visual e interesante.
Los que conocemos las exposiciones de la Associació Catalana Amics del Bonsai -ACAB- estamos acostumbrados a su estilo detallista y sereno. Sus exposiciones jamás defraudan a los amantes de los árboles en miniatura y siempre resultan interesantes para aquellos que desconocen al Bonsái. Quizás hubiera estado interesante combinar las muestras con pequeñas cuñas explicativas sobre el objetivo de este arte y sus técnicas, por ejemplo.
Otras de las pequeñas exposiciones que salpicaban el Salón. Una pincelada de la obra de Kaoru Hirose quien desde hace una década reside en Sitges. Una artista desconocida para el gran público y que merecía una mayor representación en las paredes de la planta superior del Palacio 2. En palabras de la propia Hirose: “Sumi-e es un arte de pintura tradicional oriental que significa “tinta y pintura”. Se realiza con tinta negra, agua, papel y pinceles especiales. Permite expresar diferentes niveles de luz, oscuridad, volumen y perspectiva. Es un arte delicado que nos invita a desarrollar la sensibilidad artística y espiritual, mientras disfrutamos de la pintura.”
Miyamoto Musashi (1582-1645) fue un célebre samurái, maestro de esgrima, artista calígrafo y pintor. La exposición hacía una revisión a su vida resaltando los distintos enemigos a los que tuvo que hacer frente. Para ello, se apoyaban en una selección de impecables armas que hacían las delicias de cualquier aficionado al manga sobre el japón feudal.
La exposición de Chisato Kuroki era una auténtica experiencia artística. La exposición sabía introducir en el espectador la sensación de haber entrado en un espacio diferente, privado y único. La autora explica que “el arte de crear, de modelar la materia, de dar forma al barro es para mí un viaje interior. Mis obras proceden de ese lugar y así, a medida que el barro toma su forma, me descubro nuevamente a mí misma y el lugar de donde vengo, mi origen”. Su objetivo con Kororo Moyo era crear un espacio abstracto de una casa japonesa y su jardín. Cosa que, sin ninguna duda, logró.