– Buenos días
– Buenos días, ¿qué desea?
– Pues vengo a devolver esto, está un poco pasado
– Efectivamente, es la Patrulla-X del pasado
– Pues es que me lo han regalado y no me interesa
– No se preocupe, eso se arregla en un momento -se da la vuelta y grita- ¡Brisson!, ¡aquí hay un hombre que quiere devolver la Patrulla-X del pasado!
-Voz lejana- ¡Que no se preocupe, no hay nada que un buen Exterminio no pueda arreglar!
– Le aseguro que mi compañero se lo dejará bien limpito para que pueda jugar usted con ello
Cada vez que hay una nueva etapa mutante (y últimamente ha habido muchas) el anterior escritor deja un panorama, que se suele basar en generar interés por algunos personajes, y que al siguiente no le queda más remedio que heredar, en los casos más sencillos puede tirar por la ruptura rápida y sencilla pero el marrón que dejo Brian Michael Bendis con su interesantísima idea, muy mal aprovechada en la mayoría de ocasiones, de traer a la Patrulla-X original del pasado fue grande, es decir, convirtió nuestro presente en la distopía a evitar y atrapó aquí a los cinco famosos mutantes. Bendis no cerró esa historia, lo cual lo convierte en, como decía antes, un importante marrón para aquellos que recojan el testigo, pues se verán forzados a continuar algo que quizás no les interese ni lo más mínimo. Básicamente, con alguna baja y aprovechando para mover a alguna pieza a nuevas casillas, de eso va Exterminio, de romper con lo que había para generar un escenario cómodo para lo que está por venir, que además ahora sabemos que es Jonathan Hickman aunque antes todavía hay unos cuantos números, con lo que habrá multitud de personajes, quién sabe, igual hasta ventilarse este tema así de rápido nos viene bien como lectores para no liarnos más aun.
El camino de los cinco en el presente les había hecho cambiar y, a pesar de que no siempre estuvieron bien aprovechados, las historias los llevaron a evolucionar a nivel personal. La Bestia había empezado a dominar la magia apartándose un poco de la ciencia, Cíclope se vio como el malo y renegó de ello tratando de empatizar más con sus semejantes y abriéndose a otros grupos juveniles, El Hombre de Hielo conseguía salir del armario abrazando su homosexualidad al encontrarse en una época más abierta y de mayor aceptación, Jean Grey se encontró a sí misma muerta y decidió (y consiguió) convertirse en líder moral e ideológica del grupo, descubriendo que el resto le seguían, y El Ángel evolucionó físicamente por la saga Vórtice Oscuro y mentalmente en su relación con el ya-no-tan-clon femenino de Lobezno, Laura Kinney. Pero de alguna forma tenían que volver, la trama dejada por Bendis estaba claro que iba a finalizar algún día cuando la posición editorial de los mutantes lo reclamase. No se si se podría denominar “evento” a Exterminio, más bien es una serie limitada, pero por lo menos les a dado un final con cierta relevancia, ¿digno?, ese ya es otro tema.
Ed Brisson y Pepe Larraz son los encargados de narrar esta aventura. Por la parte del dibujo poco se puede decir, Larraz se ha convertido por méritos propios en uno de los dibujantes más importantes de la Marvel actual, un autor con una narrativa perfecta, un dibujo que entra por el ojo a la primera y unas enormes capacidades para manejar muchos personajes, todo ello lo hacen el dibujante ideal para este tipo de historias. Donde ya no está tan claro todo es en la parte del guión, Ed Brisson nos ha dado un poco de todo, desde una etapa muy mediocre en El Viejo Logan hasta una genialidad absoluta en su paso por Puño de Hierro, con lo que es difícil que su nombre resulte ya algo atractivo para la historia, al contrario que ocurre con Larraz. Al final Brisson se convierte más en un mercenario a cargo de la editorial para contar una historia que deje un estatus deseado por los editores y se aleja del concepto de autor que quiere contar algo.
La historia comienza sentando unas claras bases de que va a tocar el tema de los viajes temporales, algo común a la Patrulla-X y más aun con el tema que se trata, pero su primero número apuesta fuerte matando a dos personajes, primero a Tormenta Sangrienta, la versión vampirizada de Ororo andaba formando grupo con los cinco traídos del pasado, el otro es Cable, aquí se ve un buen intento de Brisson por darle sentido a todo, un gran misterio entorno a los originales es por qué no podían volver al pasado y qué ocurriría al regresar, parece que Cable les “permitía” estar aquí para poder mejorar el mundo cuando vuelvan, siempre era una incógnita por qué el famoso viajero temporal no lo solucionaba y se arregla diciendo que no quería. El asesino de Cable va tapado pero no hay que ser un lince para saber que es una versión joven del mismo, hay demasiadas pistas. Como detalle está muy bien la manera en la que Jean Grey, la adulta, quiere vengar a “su hijo”, que no lo es biológicamente pero que no se olvide que ella lo crió. Lo que sí resulta agradable es recuperar a Acab como villano que va tras los cinco famosos mutantes, le da un regusto clásico y una pizca de terror.
Por desgracia el segundo número cae en picado, se empiezan a suceder los intentos de explicaciones para lavarse las manos sobre las repercusiones que puede tener actos como matar a uno de los cinco o hacerle evolucionar, cambios en la línea temporal que se resumen en un “no lo se” y que les hace poder tirar por donde quieran, a esto se junta un Acab que va pasando de clásico a tópico en segundos y la serie baja bastante. Lo que sí coge algo de fuerza es la parte de X-Force con la Jean Grey joven que nos devuelve un poco a esa temprana etapa del grupo donde más que mutantes parecían paramilitares, si bien es cierto que evolucionaron mucho desde aquello, parece que la muerte de su tutor les lleva a querer ejercer la violencia de esos tiempos, por desgracia esto también decae en el cuarto número cuando el lector se topa con unas cuantas páginas de explicaciones interminables sobre cosas que ya eran bastante obvias, es decir, reiterar las motivaciones del Cable joven.
Este cuarto número también pierde en cuanto a dibujo, pues Larraz solo puede hacer los bocetos y se encarga de los acabados Ario Anindito y eso se nota, mucho. Ni siquiera esa gran batalla que nos deja a las puertas del final termina por dar la épica que debería, lo único realmente bueno de ese cómic es la muerte del joven Cíclope por el arpón de Acab, lo que hace preguntarse ¿merece la pena la historia por sus explicaciones o solo se sustenta mediante los golpes de efecto que causan las muertes?. Teniendo en cuenta la decepción que supone encontrar en el siguiente número que el muerto es Mímico, con la consecuente previsibilidad del final, parece que lo importante son los fallecimientos por encima de la historia y eso nunca debería ser así.
El último número sí que recupera un poco del gancho que tenía el primero, en gran medida por el dibujo. La batalla final contra Acab está bien narrada, es difícil hablar de originalidad pero la forma en la que se utilizan los viajes en el tiempo consigue dar una sensación de peligro constante que los números intermedios no lograban. El final es el que es, estaba bastante claro, satisface en el sentido en que se esperaba que fuera así pero le falta algo de brillo. Quizás un par de números especiales hubiesen bastado para contar esta historia, sobran páginas y se hace algo monótona, sube mucho su calidad por el dibujo pero no tanto como para pasar de un producto de mero entretenimiento. Al final resulta una serie para cerrar un ciclo, ahora toca ver que tal funcionan los personajes rescatados en su última página, el Cíclope adulto y el Cable joven, aunque, personalmente, necesito que me expliquen cómo es posible que Scott Summers participe en la muerte de su hijo, aunque esto lo haga un Cable joven.
Exterminio
Guión - 5
Dibujo - 8
Interés - 6
6.3
eXplicado
Entretenido pero excesivamente explicativo, muy bien dibujado y que sirve para hacer borrón y cuenta nueva,. Lejos de ser algo memorable, veremos si llega a ser recordable.
Lo mejor es que han puesto punto y final a una idea que parecía atractiva y acabó en despropósito tanto por el propio Bendis como por los sucesivos guionistas que han escrito a los personajes. Que nadie haya conseguido hacer una historia mínimamente interesante con ellos en todos estos años demuestra a la perfección el solar en que está convertida la franquicia mutante.
A mí me ha encantado. Los Cinco frente a las huestes de Ahab recupera la carga de emotividad que supuso La aparición de Los Cinco, y pone el broche de oro a una idea que en su momento nos puso el corazón en un puño. Con un elegante cierre Brisson y Larraz nos recuerdan que cuando los mutantes funcionan en armonía el viaje, adelante o atrás, es el mejor posible
Completamente de acuerdo. Muy contento con la miniserie.
Coincido con ambos, la mar de disfrutable.
Hay que ver como cae este evento. Cuando leí el primer número (y lo reseñé) no me pareció gran cosa pero muy entretenido y no del todo mal trazado. Luego me puse al día. Y me quise morir. Una pena, pero crucemos los dedos para la llegada de Hickman.
Como dice Igor, la serie es un «encargo» para Brisson bajo la simple premisa de «Envíame a estos 5 al pasado. Estorban. Punto». Y como suele pasar, cuando no sabes irte a tiempo, acaban echándote de malas maneras o con excusas. Creo que la estancia de los 5 Originales en el presente debería haber dado sólo para una maxiserie de aproximadamente 12 episodios en los que se hiciera un curioso ejercicio meta con el que se comprobara cómo han cambiado los personajes, los comics y hasta los propios lectores en las décadas que han transcurrido desde que Stan y Jack los crearon hasta hoy; los personajes se habrían tenido que enfrentar al hecho de que les espera un futuro cargado de aventuras, alegrías y también tragedias, y aún así, aceptar -al final de esa maxiserie- que tiene que volver al pasado para salvar al mundo y al universo aunque sea con toda seguridad costa de sus vidas. Como decían en Matrix, «el verdadero reto de una decisión es tomarla aun sabiendo sus consecuencias». Hubiera sido especialmente emocionante y a la vez epiquísimo -al menos para mí-que esa escena en la que están a punto de dar el salto a su tiempo y olvidar todo lo que saben de su futuro, se mirasen entre sí, preocupados, quizás con miedo, conscientes de lo que van a sacrificar y aún así que dieran el paso adelante (vamos, algo como el final de Astonishing X-Men de Whedon y lo que hace Kitty) . Sin embargo, eso que sucede en el nº 5 es algo carente de emoción, todo va atropellado, es un corre-corre y simplemente los largan y adiós.
Por cierto, ¿las alas de Mímico no eran marrones y las de Warren blancas?
Pepe Larraz: un 10.