Faith #1 al 4

Los cuatro primeros números de Faith publicados por Medusa Cómics contienen la primera serie limitada del personaje, es momento de dedicarle un análisis.

9
2475

El universo Valiant tiene personajes para todos los gustos pero si algo caracteriza a la inmensa mayoría de ellos es su dudosa moralidad, los noventa fueron caldo de cultivo para los llamados “antihéroes” que no son otra cosa que personajes que pretenden hacer el bien de una manera alejada de lo tradicional tomando decisiones cuestionables como poco y la editorial está llena de ellos, no en vano es heredera de los personajes de su primera encarnación creados precisamente en esos años. Así tenemos a Ninjak, un espía mortal, X-O Manowar, un brutal soldado, Bloodshot, una máquina de matar, o los personajes de Harbinger como el megalómano Toyo Harada o el supuesto héroe drogodependiente Peter Stanchek entre muchos otros. Por eso Faith supone un soplo de aire fresco dentro de esta nueva Valiant, ella es una heroína en el sentido más clásico, en el sentido de personajes como Superman o Spiderman. Su intención es siempre hacer el bien sin anteponer su ego, cosa que sus compañeros la valoran con frases como “eres la mejor de nosotros”.

Cuando Joshua Dysart re-crea a este personaje para la nueva Valiant (recordemos que la original está creada por Jim Shooter y David Lapham) el autor juega un poco con los lectores al presentar una persona con sobrepeso y mucho amor por la fantasía. Primero la vemos sola, luego como es seducida por Internet por un chico guapete que resulta ser de la fundación Harbinger encabezada por Toyo Harada donde la convencen para someterse a un proceso que le puede dar poderes pero que mata a uno de cada cuatro, por último vemos al supuesto héroe de la serie ser él quien le da poderes sin saber si eso la puede matar, un conejillo de indias, un personaje figurante con todas las papeletas a morir o eso nos lleva a pensar nuestros prejuicios en base a los estereotipos del mundo del noveno arte, pero esa ingenua y solitaria chica resulta que baja del cielo para salvar a protagonista, nuestra cabeza explota y medio mundo se enamora de ella (bueno, vale, los lectores de Valiant no somos tantos pero el personaje es muy rompedor, permitidme la exageración).

Y es que mucho se ha hablado de la diversidad en los últimos años pero nos faltaba esto, que el personaje bandera, en sentido moral, de una editorial tenga sobrepeso es meterle una pizca más de realidad al mundo del cómic. Es lógico que en el ejercicio de la integración social se anteponga la de las clases tradicionalmente más desfavorecidas, las discriminadas por país, raza, genero, religión… pero es bueno recordar que los cánones de belleza no dejan de ser una forma de represión que mucha gente sufre en sus carnes y por ello aplaudo la decisión de la editorial, cosa que no soy el único visto que el clamor popular le ha llevado a tener una serie propia, primero limitada a cuatro números y luego una cabecera regular protagonizada por ella en solitario. Medusa Cómics ha tomado la vía de publicar la serie en grapa y sus primeros cuatro números son precisamente la serie limitada inicial de Faith que aquí reseñamos.

Se encargan de su serie Jody Houser a los guiones (Rogue One, Avengers: No more bullying) y Francis Portela al dibujo (Green Lantern, Black Panther) apoyado en algunas escenas por la ilustradora Marguerite Sauvage (DC Comics Bombshells, Civil War II: Choosing side) con un resultado muy bueno en todos los aspectos. Empezamos con que Faith Herbert, cuyo nombre de superheroína es Zephyr, decide separarse de sus compañeros de aventuras, los Renegados (Harbinger: Renegades), por primera vez desde que recibe sus poderes para afincarse en la ciudad de Los Angeles y tratar de encontrase a sí misma lo cual crea un buen punto para que el lector se atreva a empezar la colección sin miedo a perderse, no nos engañemos, Faith tiene mucha historia detrás sobretodo a nivel personal con amigos, ¿novio? y ex-novio que estarán en mayor o menor medida presentes en la colección pero con los resúmenes iniciales nos basta. También ayuda que los autores tampoco se complican con una historia enrevesada, el tema es simple y teniendo en cuenta como es el personaje toman la que a mi parecer es una buena decisión: beber de fuentes clásicas.

Unir a Faith con el mundo del periodismo es una clara referencia a los dos clásicos antes mencionados, su vuelo, sus poses y su bondad recuerdan más a Superman pero el enfoque es más similar al del primer Spiderman con un toque más modernizado claro está, sin embargo su actitud que derrocha positividad y esperanza recuerda en cierta manera a Flash. En su trabajo de escritora para una web se oculta bajo un nombre falso, una peluca y unas gafas para luego patrullar la ciudad como Zephyr aunque le cuesta encontrar grandes casos, sueña con salvar a alguien famoso y se queda en ayudar a unos cachorritos en un primer número que nos vale para conocer al personajes y sus poderes, no sin olvidarse de poner una pizca de misterio con unas personas que escapan de una instalación buscando refugio y que dará lugar a la parte de acción de este primer arco argumental.

El centro de todo es la vida y pensamientos de la propia Faith, realmente es lo más interesante para el lector, más allá que la simple acción logran entretenernos viendo como se relaciona con sus compañeros de trabajo o la conversación con su ex (Torque) pero lejos de perderse en esto y en una serie de historias sobre la forma en que camufla su identidad frente a sus allegados, Faith se labra rápidamente unos enemigos que la reconocen y en el tercer número van a por ella a la oficina.

Lo de la identidad “secreta” es uno de los puntos fuertes, los tres números que dura es un tema gracioso pero, lejos de delatarla, sus compañeros de trabajo deciden ocultarlo también, aunque la jefa se aprovecha un poco de la situación, no duda en ayudarla, ya no es el típico caso de persecución por contar la noticia y es que la humanidad de Faith es contagiosa. No ocurre lo mismo con la secta que experimenta con seres humanos, los controla mentalmente y que no deja de atacarla, al final si el bueno es muy bueno pues el malo deberá ser muy malo, al fin y al cabo esto es solo una serie limitada de presentación que trata de ser ágil y lo consigue.

Para el cuarto número se reservan la traca final, el gran enfrentamiento para el que Faith tendrá la ayuda de su amigo especial: Archer, de la serie Archer & Armstrong, que tiene experiencia en la lucha contra sectas. Con esto y que el jefe de la secta es de la Vid, unos alienígenas contra los que los héroes lucharon tiempo atrás, los autores consiguen que Faith siga integrada en el universo Valiant aun siendo una serie enfocada a explorar su vida y que se puede leer de forma autónoma. Quizás el punto flaco sea la falta de un villano potente pues el líder de la secta tiene poco diálogo y poco desarrollo en general pero tampoco es algo que importe demasiado dado el tono y la intención de la colección. Un mal menor para una serie limitada que sin duda deberán corregir si quieren seguir con ella mes a mes.

La batalla final apenas ocupa parte del cuarto número, se salda sin muertos, al estilo de Faith (pelea con ex-novio incluida), y con el camino abierto a nuevas relaciones amorosas y laborales. El final no hace más que dejarnos esa sensación de que lo que estamos leyendo es tan solo una introducción, una muy buena que nos hace querer leer más cómics de Faith. Si consiguen mantener este nivel la serie de Faith se pude poner por encima de la del grupo que la vio crecer.

Con respecto a la parte gráfica he de decir que, sin ser nada del otro mundo, sin tener dibujos espectaculares que llamen la atención a primera vista, la realidad es que el trabajo de Portela y de Sauvage gana mucho en las formas de los personajes lo cual es realmente importante si se pretende jugar con la forma física de la protagonista, pero sobretodo, lo que para mi es más importante, es que ambos son capaces de narrar muy bien los acontecimientos, guión y dibujo se funden perfectamente. El resultado es una obra muy entretenida, muy fácil de leer y que se puede recomendar sin miedo alguno como la mejor grapa de la editorial junto a la de X-O Manowar.

El universo Valiant tiene personajes para todos los gustos pero si algo caracteriza a la inmensa mayoría de ellos es su dudosa moralidad, los noventa fueron caldo de cultivo para los llamados “antihéroes” que no son otra cosa que personajes que pretenden hacer el bien de una manera alejada de…

Faith 1 al 4

Guión - 9
Dibujo - 8.5
Interés - 9.5

9

Sobresaliente

Lo parecía al principio y lo demostró al final, la de Faith es una de las mejores series de la actualidad de Valiant y ella una heroína a tener en cuenta. Clásica pero diferente.

Vosotros puntuáis: 8.18 ( 7 votos)
Subscribe
Notifícame
9 Comments
Antiguos
Recientes
Inline Feedbacks
View all comments
pelayo
pelayo
Lector
2 septiembre, 2017 18:23

No entiendo que presentar un superhéroe o superheroína cuya idiosincrasia principal es su sobrepeso sea una idea buena, o una forma de integración social o de combatir cánones estéticos represivos; el sobrepeso (u otras patologías relacionadas con el peso y la salud) no es una opción estética tan válida como otra cualquiera, como ser punk, gótico, etc.., ni de una orientación sexual, o pertenencia a un determinado grupo étnico o racial. Es el resultado de una nutrición desequilibrada y una falta de ejercicio físico. El sobrepeso simplemente no es bueno para la salud y a corto, medio y largo plazo tienen nefastas consecuencias (diabetes, colesterol, problemas cardíacos…). Punto.
Lo contrario sería como presentar a un Tony Stark que bebe como un cosaco, pero eh, es una forma de integrar al público lector que también le gusta el bebercio, para que no se sientan estigmatizados socialmente (pero sin mostrar las consecuencias reales del alcoholismo). Y lo mismo con el tabaco: antes en Marvel había personajes que fumaban, igual que había gente en el mundo real que fumaba, pero tras el «Edicto Quesada» se suprimió (ni siquiera los malos fumaban, acordaos de las viñetas del Cráneo Rojo Ultimate que Pacheco tuvo que retocar). Imaginaos que tras ese veto al tabaco, Valiant quisiese salirse del nuevo canon y dar representatividad a todos los lectores fumadores y publicase «Jodie», una miniserie protagonizada por una superheroína (de poderes random) cuya idiosincrasia principal es que se fuma un paquete en cada episodio. La serie podría ser buena o mala argumental y artísticamente, pero la intención presuntamente «pro diversidad» estaría totalmente equivocada. Claro que Jesse Custer fumaba y bebía, Logan fumaba y bebía, y también Jessica Jones… pero en ningún momento la idea subyacente en sus series era: «¿Veis? Hay héroes y heroínas que beben y fuman, son actitudes tan buenas como otra cualquiera, ¡es parte de la diversidad!»
Y que esa postura «integracionista» se dé precisamente de EEUU donde la tasa de sobrepeso llegó ya a 1/3 de la población es cuando menos chocante. https://elpais.com/sociedad/2013/06/19/actualidad/1371668898_105004.html
¿Han llegado ya a aceptarlo como normal y han acabado viendo a ese tercio como un nuevo target comercial?

Miki
Miki
Lector
En respuesta a  pelayo
2 septiembre, 2017 23:11

A mí también me ha sorprendido que se presente semejante cosa como «diversidad» pero, como desconozco si hay declaraciones de los autores al respecto, lo que he hecho es mirarme antiguas portadas de la colección en la Valiant de los 90 (los tebeos ni los tengo ni los autores me llaman así que no tengo ninguno a mano) y parece que Dysart en este caso no innova ya que sí se puede ver una Faith con sobrepeso en ellas (no claramente en las primeras pero a partir de la portada del sexto número ya se nota ese sobrepeso y luego, con los dibujos de Sean Chen, se va acentuando).
https://www.mycomicshop.com/search?TID=133401
(Las portadas se pueden ampliar picando en ellas).
Respecto a la reseña, que a fin de cuentas es lo que me trae a leer zona negativa, me ha parecido una miniserie agradable y voy a seguir leyendo a partir de este punto, si bien yo no me entusiasmo tanto como el redactor de la misma. Me parece una serie sencillita y de fórmula con la que Jody Houser hace una toma de contacto que la sale bien sin grandes demostraciones de caracterización más allá de la propia Faith, con un buen uso del ritmo y de la continuidad pero sin hacer demasiado incapié en ella(no sea que nos perdamos). Aun así que no se me entienda mal, esto que deberían ser unos mínimos tampoco es lo que se ve todos los días y a mí, por ahora, me anima a seguir con la serie a ver si sólo es el principio de algo más grande.

Miki
Miki
Lector
En respuesta a  Igor Álvarez Muñiz
4 septiembre, 2017 11:29

Pues ni pa ti ni pa mí, pa ti la perra gorda pa mí la perra chica (Joaquín Luqui dixit).
He encontrado esta entrevista a Dysart de ComicsAlliance http://comicsalliance.com/harbinger-joshua-dysart-interview-zephyr-issue-2-preview/
en la que se ve que el personaje ya era obeso en los noventa y que aprovechándolo se decidió continuar con la caracterización, tanto física como de personalidad que tenía allí para reflejar el tema de la obesidad: «weight is a huge issue in [the United States]. We’re either dealing with horrible socialized body expectations for women that result in a culture of diet-over-nutritional eating, low-self esteem and eating disorders (…) or, on the opposite side of the issue, the rising American obesity figures that are taxing our national healthcare system and ballooning the cost of medical care for all Americans», si bien no en el sentido de diversidad que le está dando Marvel al término (en plan «vamos a meter un obeso porque es algo que nos falta para que no todo sean hombres blancos heterosexuales y así dar visibilidad a tal o cual») sino de una manera más anclada en lo que decía Tierra 616 (aunque debió quedarse por el camino ya que yo no recuerdo que hicieran más que darle unas pinceladas de caracterización al personaje hablando de cómo se metían con ella en el instituto por su forma física).

pelayo
pelayo
Lector
En respuesta a  Igor Álvarez Muñiz
3 septiembre, 2017 20:35

De las 2 opciones que das en tu último párrafo, mi crítica va hacia que en Valiant hayan podido escoger precisamente la segunda, que vendría a ser esa de «todas las opciones de sexo, raza, religión y orientación sexual son iguales de buenas -ok-, incluso el cuidarse o no cuidarse -no ok-: y que todos tengan su superhéroe representativo como forma de validación». Al coincidir la reaparición de Faith con las políticas editoriales de diversidad que todos conocemos, yo entiendo que han aprovechado para parafrasear aquella frase de «Mutante, y orgulloso de ello», cambiando «mutante» por mujer, latina, asiático, LGTB, etc… pero que al intentar decir: «¿Sobrepeso?, sí, y orgullosa de ello», ahí han errado el tiro.

En cuanto a las anatomías superheróicas, bueno, se trata de personajes de acción que viven aventuras físicas, y ya que has mencionado a los mutantes de la Patrulla, aparte de que sean telépatas o lancen rayos por los ojos, como mínimo tienen que estar en buena forma física para entrenar en la Sala de Peligro, correr por los pasillos de las atracciones mortales de Arcade, perseguir a Sauron por la Tierra Salvaje entre la maleza, huir y esconderse de los Centinelas, etc… y todo ello sin pararse a mitad de carrera, llevarse la mano al costado de dolor e intentar recobrar el resuello. Igual que no los vemos cada vez que comen, duermen, van al baño o de compras, siempre he supuesto que esa elipsis narrativa se amplía a las sesiones rutinarias de gimnasio. Y en cuanto a Rondador y la Bestia, si ellos que son acróbatas natos no tienen cuerpos musculados, entonces no deberían tenerlos nadie; y Rondador, al menos antes de que Alan Davis lo dibujara como un Errol Flynn, tenía una apariencia que incluso a Kitty le daba un poco de miedo al principio.

Daniel Gavilán
En respuesta a  Igor Álvarez Muñiz
3 septiembre, 2017 21:33

Yo a lo que comentáis, añadiría que -mucho más que el entregarse al alcohol, el tabaco y otros vicios- el sobrepeso también tiene un factor fisiológico muy importante, y mientras entre los hombres es habitual ver complexiones diferentes (desde Lobezno o Dientes de Sable a Hank McCoy, Hercules o Thor) con las superheroinas pasa un poco como con las tallas de ropa, y a penas se sale del canon de playmate. Por lo demás, lo que comenta Tierra lo entendería si la serie hace exaltación de las costumbres que dan pie al sobrepeso. Si la chica no cae en la morbidez -que no es el caso- y lleva una vida sana similar a la de cualquier otro personaje, no creo que se caiga en ese factor nocivo que comentáis, y si en el acierto de dar una representación heterogénea de nuestro mundo